Los tiempos
se cumplen, amparados en los ciclos que la naturaleza ofrece, como un manto que
todo lo cubre, cada vez que llega el primer día de agosto, las comunidades indígenas
se preparan para agradecer por lo recibido.
Para los
paisanos, Pacha es un término quechua y aymara que significa: cosmos, tiempo,
espacio, mundo, universo. Tal como lo refiere Amalia Vargas, perteneciente a la
Comunidad Lajas Salitre Quechua, de la Nación Chicha, “habitualmente se relaciona la palabra compuesta Pachamama como
"Madre tierra" desde el español, pero tiene un sentido más amplio y
complejo, abarca la totalidad del tiempo y del espacio universal. Ella es la
Gran Madre originaria de la Tierra, que controla las potencias de la
naturaleza. Es la esencia femenina dadora de vida”.
Como madre
de esos tiempos y de esos espacios, la Pachamama representa de algún modo una
entidad orgánica, que equilibra los permanentes desbalanceos que la sociedad
provoca, estableciendo un vínculo basado en la reciprocidad, la fecundidad y la
fertilidad, un ritual que nos recuerda lo efímeros que somos y lo perdurable
que es la naturaleza en todo su contexto.
Las
prácticas y las ceremonias fueron manteniendo un espíritu común a todas las
culturas originarias, existen diversas costumbres en este sentido, siempre bajo
un sentimiento de sacralidad, que es acompañado con agradecimientos e
invocaciones a la Madre Tierra.
En este
escenario surge un concepto que las culturas andinas conocen como ayni, para la corresponsal del
Orejiverde, tiene relación con lo que se da y lo que se recibe, donde cada acto
condiciona la interacción de esas fuerzas que generan vida, es por eso que las
abuelas y abuelos valoran el agradecer, por todo lo que es ofrecido bajo nuestros
pies, porque saber agradecer es también saber recibir, es también poder dar, se
trata de un entendimiento que es posible advertir en las semillas que se
arrojan a los sembradíos, en los ríos donde todo fluye en armonía, en la
energía del sol y la divinidad femenina de la luna.
Es para
evaluar, en tiempos de pandemia, todo lo que puede enseñarnos este modo de
comprensión, se trata de una ceremonia que, por algún motivo, ha podido
perpetuarse en la memoria de los pueblos, cultivada desde los antiguos, el
simple acto de dar y recoger un alimento, no cometamos el error de perder ese
legado.
Fuente: Amalia
N Vargas, PukioSonqo - El Orejiverde
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