Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
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historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

martes, 6 de abril de 2021

Sobre la soledad y la deificación de la tecnología

En enero de 2020, compartí con Rafael Bardas una entrevista realizada a Santiago Bilinkis, economista, emprendedor y divulgador de tendencias tecnológicas. Me había interesado el entendimiento de la soledad por parte de una persona asociada con el acceso permanente a recursos de información. La entrevista sobrevuela perspectivas vinculadas con la política, la cultura y la relación de las personas con su entorno. Resulta innegable advertir los paulatinos cambios en las conductas sociales, en donde pasamos de las conversaciones compartidas en bares, a trabajar conectados a una pantalla sin contacto real con las personas. Para este divulgador científico, lo que está ocurriendo no es casual, sino que, por el contrario, tiene íntima vinculación con los avances en neurociencia, economía del comportamiento y psicología, cuyas aplicaciones están diseñadas para generar un efecto adictivo en quienes consumen información.

Es curioso advertirlo, pero no deja de ser cierta la observación de Bilinkis cuando afirma lo peligroso que es el uso de tecnologías sin entender cómo funcionan, lo que incluye los términos y condiciones de servicio que cada usuario/a acepta al ingresar, sin leer lo que claramente es un contrato que la otra parte escribe y que el ciudadano/a firma, un contrato hábilmente diseñado para que nadie lo lea pero que al firmarlo habilita consentir una cantidad importante de permisos sin posibilidad de reclamo en caso de perjuicio alguno.

Otro aspecto que me interesó correlacionar en la conversación, y es una preocupación que comparto, es la disyuntiva de un sistema educativo que en líneas generales está fuera de sintonía con los paradigmas actuales, los contenidos que se imparten pertenecen al siglo XIX, pero con métodos del siglo XX, nada se habla, o se habla poco, de la necesidad de traer a la Escuela al siglo XXI.

Rafael me respondió lo siguiente:

Acabo de leer la entrevista a Bilinkis. Es muy interesante y actual y se basa en una acertada interpretación de factores muy permanentes, de orden humanístico, hoy bastante olvidados o desechados. 

Tras una infancia muy “leída”, se formó en instituciones de alto nivel educacional -Colegio Nacional de BsAs y Universidad de San Andrés- que lo capacitaron para captar y entender bien el núcleo del problema que hoy se nos presenta tanto en lo educacional, como en lo laboral, o sea, un cambio significativo y muy acelerado, en el que valores tan importantes como la experiencia, por ejemplo, se han vuelto contraproducentes…“la experiencia hoy, es una contra”, dice el entrevistado. Y aquí una observación curiosa: nada menos que Beethoven (1770-1826) dijo que…“la experiencia no es más que la suma de nuestros errores” O sea que, al menos en esto, el cambio parece no ser nuevo.

Tampoco creo que sea absolutamente nuevo el tema de la soledad. Aunque sí puede que sea más generalizado y popular hoy que en el pasado, además de haberse transformado en lo vivencial, Puedo ser testigo de ello. Hoy la familia ya no es como era antes. La vida moderna nos está enseñando a asumir la soledad como algo bueno y positivo, si se la sabe aceptar y vivir. De eso doy fe.

Es muy cierto cuanto afirma sobre el reemplazo del interlocutor humano, por el celular. Creo que esto es algo más que una moda, es una verdadera “deificación” de la tecnología. El teléfono celular se ha sacralizado en la mente de las mayorías. Es que la tecnología, en general, se ha convertido en una especie de ciencia-religión que va a terminar por regir la vida en el planeta. Es verdad que terminaremos votando algoritmos, a pesar de que casi nadie tiene la menor idea de qué es un algoritmo. A fines de los sesenta, se nos decía que era imprescindible saber “programación” y estudiar sus lenguajes para sobrevivir en una profesión. Confieso que yo “caí en la volteada” y me puse a estudiar el Fortran IV…¡nada menos! Obvio que, al término del primer año, dejé de asistir a las clases teóricas y prácticas, pues me sentía prisionero de algo que, en mi caso, era incomprensible, pues mi generación no recibió los conocimientos básicos en matemáticas, como para abordar estas nuevas ciencias. No sé si los niños y los jóvenes de hoy los estarán recibiendo.

Volveré a leer y meditar este texto. Creo que me ayudará a comprender mejor cuanto hoy ocurre a mi alrededor.

Entrevista Santiago Bilinkis:

https://www.clarin.com/opinion/santiago-bilinkis-vamos-terminar-votando-politico-proponga-mejor-algoritmo-gobierno-_0_PDJBe4jF.html

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