Recientemente
se dio a conocer la feliz noticia de una egresada en bibliotecología en la
Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Se
trata de Shailili Zamora, oriunda de Puerto Ordaz, Venezuela, quien a los 11
años vino a vivir a Puerto Tirol, provincia del Chaco. Este título honra sus
orígenes, mezcla de la etnia kariña de Venezuela y la etnia wichí del Chaco,
por parte de su madre y su padre respectivamente, según la información de
Extensión Universitaria. No conforme con su título, Shailili planea recibirse a
fin de año de Archivóloga, así como también continuar con la Licenciatura en
Ciencias de la Información.
Shailili
es además la primera egresada del programa Pueblos Indígenas de la UNNE, que
fue puesto en marcha cinco años atrás por esa Universidad, con el objetivo de
promover la inclusión de estudiantes de las etnias qom, wichi y moqoit. “Nací
en Venezuela, mi mamá es venezolana y mi padre es argentino, wichi, de Salta.
Decidimos venir acá porque le ofrecieron trabajo a mi papá, entonces nos
mudamos por acá”.
Al
mismo tiempo que estudiaba, la joven wichi trabajó en el Centro de
Documentación Indígena en el marco del programa Pueblos Indígenas del Instituto
de Cultura del Chaco, que dirige el historiador qom Juan Chico, donde continúa
desempeñándose recopilando información sobre los pueblos indígenas de la zona y
de América Latina.
Este trabajo paralelo implica un valioso conocimiento por la variedad de
información especializada sobre culturas originarias que allí se realizan.
Shailili Zamora Aray se convirtió en un ejemplo a seguir para muchos
integrantes de su comunidad, que ahora se sienten estimulados para continuar
con sus estudios universitarios.
Bibliotecas
indígenas sin bibliotecarios indígenas...
Recién
en el año 2000 un movimiento generado por bibliotecarios latinoamericanos
organizaba en México un Congreso que recogía una serie de investigaciones,
trabajos de campo y experiencias diversas en comunidades indígenas, punta de
lanza de sucesivos encuentros que discutirían la compleja realidad de los
servicios bibliotecarios en comunidades pertenecientes a pueblos originarios.
Entre las conclusiones de aquel evento se prestó especial interés a los modelos
de formación para bibliotecarios indígenas, donde según los especialistas era “deseable
que quien atienda a estos grupos sea preferentemente originario de la etnia,
que sea bilingüe (lengua materna y lengua franca, en este caso el español), con
formación teórica en ciencias sociales, antropológicas, lingüísticas y
bibliotecológicas. Un conjunto de conocimientos, aptitudes, habilidades y
actitudes que lo ubiquen como nexo entre dos culturas y que le permitan
reconocer y valorar la cultura propia manejando diferentes tipos de soportes”.
Si
nos tenemos que remitir exclusivamente a la existencia de bibliotecarios
indígenas en Argentina, basta considerar las diversas experiencias de
bibliotecas indígenas para contrastar que efectivamente no hay registro de
bibliotecarios pertenecientes a etnias locales. Haciendo un breve recorrido
encontramos la biblioteca del CIFMA (Centro Integral Formación Modalidad
Aborigen), creada en 1995 con la misión de formar docentes indígenas de las
etnias tobas, wichí y mocoví. Su colección, especializada en Educación
Intercultural Bilingüe, ha contado con el servicio de bibliotecarios escolares
pero no indígenas.
La
Biblioteca Qomlaqtaq, que se inicia en Rosario desde el año 2004, cuenta con
documentos orales y escritos en lengua qom, proyecto que fue llevado adelante
por un grupo de trabajo coordinado por la antropóloga Marcela Valdata, en donde
colaboran jóvenes de la comunidad qom (ubicada en el Barrio Roullion).
Actualmente son responsables de la biblioteca Andrés Honeri (moqoit) que es
estudiante de antropología, y Agustín Lopez (qom) pròximo a graduarse como
Analista de Sistemas, además de contar con la valiosa ayuda de Ruperta Pérez,
lingüista qom.
En
junio de 2007 se inauguró en la la localidad Fishcüg Menuco del partido de
General Roca (Río Negro), la “Biblioteca Mapuche y Pueblos Originarios Ñimi
Quimün” (en mapuche zungún “pensamiento revalorizado”), un centro de
documentación que trabaja en vinculación con la biblioteca “Ernesto Sábato” de
la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del
Comahue, en el sur del pais, donde colaboran y participan miembros de la comunidad
indígena “Elel Quimun”. El responsable a cargo es el profesor mapuche Lucas
Curapil, linguista y docente en cultura mapuche, contando en su momento con la
colaboración de una licenciada en Bibliotecología no indígena.
A
principios de 2009 se crea en Buenos Aires la Biblioteca Qomllalaqpi: Noýec
Tounaxaqui (Hijos de la gente: casa de la Memoria), ubicada dentro del Centro
Comunitario Daviaxaiqui, Derqui, quienes allí colaboran son artesanos y
lingüistas qom, con el apoyo de un bibliotecario no indígena desde 2009 hasta
2012.
Posteriormente
la Biblioteca Indígena Sisa Jan Inakt' tiri” (“Flor inquieta” en quechua), que
nace en Jujuy en abril de 2010, cuenta con la colaboración de escritores kollas
y locutores radiales, pero sin bibliotecarios.
Cabe
agregar que paralelamente a estos espacios de la memoria recién a partir de
2004 empezarían las publicaciones de artículos y trabajos de campo realizados
en comunidades chaqueñas y bonaerenses por parte de bibliotecarios graduados no
indígenas.
“No
pensaba ser la primera”
Es
la reflexión de Shailili, que a los 27 años rindió la última materia de la
carrera de Licenciatura en Bibliotecología. “Aunque cuesta un poco adaptarse
a la vida universitaria realmente vale la pena y lo podemos hacer. Aunque lleva
un tiempo, es posible, nosotros podemos”, afirmó en declaraciones
radiales.
La primera graduada de los pueblos indígenas de la UNNE confiesa que “con la
carrera me decidí porque era un tiempo corto, para la tecnicatura son tres
años. Pero, después, en el cursillo de orientación nos hablaron sobre la
licenciatura y lo que es la investigación, entonces me interesó también”,
reconoce.
Cuándo
se la consulta sobre cómo se siente al convertirse en la primera egresada de la
UNNE perteneciente a los pueblos indígenas, aclara que “no lo pensaba así
pero después me lo fueron repitiendo mucho. No pensaba ser la primera tampoco,
ahora que ha pasado todo me toca estar aquí”.
Queda
mucho por hacer, pero seguramente será muy valioso considerar la visión de
Shailili con respecto a la idea de brindar servicios bibliotecarios a las
comunidades wichi, qom y moqoit. Ojalá que desde la bibliotecología podamos
compartir futuras experiencias e intercambiar opiniones, y que sobre todo esta
mujer pueda brindar un servicio idóneo y representativo a su comunidad.
Enhorabuena.
Fuente: El Orejiverde