“Que las bibliotecas no se conviertan en
iglesias”
Cada tanto suelo rememorar experiencias cuyas
problemáticas no han variado al paso de los años. Me ocurre en esta ocasión con
los investigadores palenqueros de San Basilio del Palenque, sitio ubicado en el
Departamento de Bolívar, Costa Caribe (a 50 kilómetros de Cartagena), fundada
por esclavos que se fugaron encontrando refugio en los palenques de la Costa
norte de Colombia desde el siglo XV. El término otorga definición al lugar que
es poblado por cimarrones o esclavizados africanos durante el período colonial.
Por ende estas tierras han significado para sus moradores algo así como una
guarida y una trinchera, simbolizando el punto de inicio de una resistencia
cultural que hoy persiste. Probablemente ese espíritu anide en la conciencia de
un grupo de jóvenes palenqueros, estudiantes, bibliotecarios e investigadores
de la cultura, quienes han iniciado acciones que representan la lucha de las
comunidades afrocolombianas por la abolición de la esclavitud, la reivindicación
étnica y el reconocimiento a la diversidad cultural de la Nación. Uno de estos
jóvenes, Sinforiano Hernández, investigador palenquero, ha comentado, en el Congreso sobre
Interculturalidad y Biblioteca Pública de Colombia, que para
generar un espacio de recreación que fortalezca la identidad cultural es
preciso que exista una lengua para expresarla. Los trabajos de escrituras
realizadas desde la biblioteca implicaron un proceso muy complejo de
trascripción (de palenque a castellano). Si no hubieran llevado adelante ese
cambio de conciencia probablemente aquella biblioteca se hubiera convertido,
tal como lo expresa su autor, en una iglesia más, como tantas otras debido a los
procesos de aculturación realizada por las órdenes religiosas ancladas en
comunidades palenqueras. Estas acciones, desde el espacio del dogma religioso,
han constituido un silencioso modo de etnocidio cultural, tanto desde las
costumbres (los complejos rituales fúnebres como el lumbalú o antiguas
prácticas médicas) como desde la lengua (criolla con base léxica española, con
características morfosintácticas de lenguas autóctonas del continente africano,
en especial la familia lingüistica Bantú).
Por otra parte, el historiador palenquero Rubén
Hernández explicaba que la comunidad sufrió procesos de discriminación (ya sea
por los rituales fúnebres, la condición racial, el tipo de música y la
utilización de la lengua materna). Desde 1980 los estudiantes han realizado
investigaciones endógenas de la cultura, contando con la ayuda de los abuelos,
verdaderas bibliotecas vivas, la mayoría de ellos sin escolaridad, que han
aportado conocimientos a través del lenguaje y la memoria. De este modo los
bibliotecarios han confrontado escritura y oralidad construyendo identidad a
través de los recuerdos. En cuanto a la discriminación pude entrever una
similitud con las culturas indígenas de Argentina, donde los padres han negado
la lengua a sus hijos para que no sufran lo que ellos padecieron: nula
inserción laboral, desprecio por la condición social, indiferencia, saqueo y
apropiación de tierras entre otros largos etcéteras.
Otra investigadora palenquera, Wana Paula
Pérez, ha recordado que desde hace años se considera al idioma inglés como el
idioma de la ciencia, en detrimento de las lenguas autóctonas que carecen de
espacios para su práctica. Hay objetos (como reloj o computadora) que no
encuentran términos en palenquero que permitan un significado, para lo cual los
jóvenes intentan estandarizar un sistema ortográfico que se adecue a nuevos
conceptos. Se puede trazar un paralelo con la cultura guaraní, donde numerosos
términos que no tienen traducción en dicha lengua se entienden bajo una
asociación de conceptos (por ejemplo televisión “caja con personas que se
mueven”). Por lo tanto se puede percibir una tensión entre oralidad y
escritura, como así también se advierte la necesidad de producir memoria.
Considero que una de las cuestiones básicas es
discutir y analizar el grado de inserción, en el sistema educativo, de los
materiales endógenos generados desde las comunidades, como se vinculan en el
currículo escolar, como se los aborda, como se fortalece la educación familiar
de los niños, pero incluso qué porcentajes de trabajos son realizado en forma
bilingüe , porque ya lo dicen sus propios investigadores “para fortalecer la
identidad cultural es preciso que exista una lengua para expresarla”. Hay
aportes que atraviesan diversos campos disciplinares, es preciso entender este
modo de construcción, para que las nuevas generaciones se vean favorecidas en
la construcción de sentido desde el espacio educativo, y que sin
condicionamientos ni actitudes paternalistas pueden por si mismos expresar
críticamente la realidad que les ha tocado vivir y representar.
Históricamente los palenqueros han conservado
los rituales de sus antepasados mediante la ejecución de tambores, permitiendo
incluso mantener la lengua materna. Para un palenquero, tocar un tambor es
permitir remontarse al pasado de aquellos que fueron traídos de África como
esclavos, ya que con los sonidos se podían comunicar sin necesidad de las
palabras, por tal motivo es entonces valioso que los bibliotecarios generen
documentos de investigación sobre este instrumento sagrado, y que pueda en lo
posible presenciar los diversos festivales como por ejemplo la CorporaciónFestival de Tambores y Expresiones Culturales de Palenque, para dar testimonio
del fortalecimiento comunitario que provocan los músicos con sus canciones.
Se ha considerado que una de las mayores
fortalezas de las bibliotecas es ofrecer a sus usuarios documentos que no será
posible encontrar en otras unidades de información. Solo los palenqueros pueden
generar documentos genuinos sobre el significado de los tambores sagrados,
entrevistando músicos, luthiers, ancianos con conocimiento de la cultura, allí
radica el valor de la colección, en el aporte comunitario de quienes poseen un
saber que tiene honda vinculación con la identidad del pueblo. Hacía allí se dirigirán
las nuevas generaciones cuando tengan necesidad de saber sobre sus raíces, es
ese el enorme valor de la biblioteca...
Estos
recintos deberían acompañar dicho proceso, salvaguardando materiales pero a la
vez tornarlos dinámicos, arborescentes, endógenos. Para eso es necesario
crearlos, construir desde adentro y desde afuera el propio acervo, agregar
valor y contenido, de ese modo se podrá
preservar y compartir un patrimonio.
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