Se trata de un bibliotecario cuya labor fue reconocida por la Biblioteca Nacional de Colombia y el Ministerio de Cultura, premiando de este modo los trabajos realizados sobre la promoción y mediación de lectura, escritura y oralidad.
El atanquero
de 34 años, integra el Resguardo Indígena Kankuamo, y ha sido noticia por ser
el primer originario de su comunidad que se lleva este galardón por parte de la Biblioteca Nacional de Colombia. Antes, solo se hacía con las librerías, ahora esta nueva
categoría ha llegado para quedarse.
“Existe una gran
satisfacción. Soy una persona paciente y de pocas emociones. Sin embargo, este
logro es el resultado de un gran trabajo comunitario, entonces siento mucha
felicidad. Es un reconocimiento que implica conseguir recursos para continuar
sosteniendo la biblioteca”, afirmó inicialmente Maestre.
“El premio Daniel
Samper Ortega premia a las mejores bibliotecas, pero este año se ha estipulado
también esta nueva categoría. Se reconoce la labor de las personas que llevan
más de 10 años en esto. La idea es fortalecer el trabajo que se hace detrás de
los sitios educativos. Mucha gente no lo sabe”, agregó.
Souldes ha
transitado el camino de la vocación, lo que lo llevó a generar, en el año 2012,
la reconocida Biblioteca
Pública Kankuaka (significa “lugar donde se crea y se guarda el
conocimiento”), ubicada en el territorio
de Atánquez. Su criterio fue concebir a los libros como herramientas facilitadoras
del pensamiento, lo que llevó a considerar a la memoria como una entidad viva,
desde donde la biblioteca pasa a ser “una intermediaria entre la
liberalidad, la cultura y el pensamiento”.
Espacio que para Souldes debe orientar al usuario a pesar de los crecientes
cambios tecnológicos y las dinámicas de comunicación que se registran en redes
sociales.
Mas allá de
la posibilidad de sustento de la biblioteca, importa en este caso el vínculo
comunitario con el conocimiento oral de la cultura, en la cual esta casa de las
palabras cobra un sentido particular, por considerarse apropiada para
representar el patrimonio intangible de la comunidad. Es entonces muy necesario
que un paisano de la propia etnia lleve adelante dicho criterio, y es
importante que la comunidad no deje de acompañar a este bibliotecario de Atánquez, para que la memoria
tenga registro desde lo que cada uno sabe.
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