Cada
tanto ocurren ciertos gestos que implican un valer la pena, provocando la
necesidad de conservar la información en algún lugar de nuestro espacio de
trabajo, es lo que me ha ocurrido con el “Libro árbol”, probablemente uno de
los mejores emprendimientos que de alguna manera recupera el sentido de las
narrativas orales indígenas y/o campesinas, solo que en este caso con el objeto
libro como intermediario, se trata de un material de lectura que una vez
compartido en forma grupal se debe "plantar" en la tierra esperando
que las semillas de jacarandá, incrustadas en la pulpa del papel, fecunden con
el tiempo. Es un hecho simple, simbólico, con profundas enseñanzas, que vale la
pena replicar.
Como
bien se puede leer en el sitio Web de la Editorial “Pequeño editor”, el
emprendimiento se trata de una edición muy limitada (solamente 40 ejemplares
únicos) de “Mi papá estuvo en la selva” libro escrito por Gusti y Anne
Decis. Estos materiales han sido confeccionados con papel reciclado y tintas
biodegradables.
La
intención por parte de los autores fue animar a la lectura colectiva y al
cuidado del medio ambiente (leer libros y plantar árboles). Se espera que
cuando los niños y adultos miren el árbol recordarán esta historia que les
llegó por medio de la lectura, y valorarán esta acción en la que libros y
árboles se unieron en una causa común.
Bellísimo
gesto que ha sido reconocido a nivel internacional.
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