Desde hace un tiempo, empieza a ser frecuente el desarrollo de proyectos autogestionados, vinculados con el entendimiento del turismo comunitario indígena, con participación de las comunidades, desde donde se promueve el encuentro de culturas, la convivencia con la naturaleza y el comercio local equitativo.
El antecedente inmediato es el reconocido ProyectoMATE (Modelo Argentino para Turismo y Empleo), como consecuencia de una propuesta que nació en septiembre de 2005, tras un acuerdo de colaboración educativa entre Niagara College, de Niágara, Canadá, y su par argentino, el Instituto Tecnológico Iguazú. El MATE se instaló como un modelo de diálogo intercultural de formación para el turismo Mbya Guaraní, que apuntó al desarrollo de servicios y actividades autogestionadas por las comunidades.
Bajo esta comprensión, se advierte en forma recurrente, un abordaje del concepto “Interculturalidad”, en cuanto a los denominados “Centros de Interpretación” (uno de ellos, situado en el área Cataratas de la provincial de Misiones, equipo que reúne a técnicos, docentes, baqueanos y especialistas de distintas comunidades de la zona, quienes se encuentran trabajando en el Sendero Cultural Guaraní, ubicado en el Área de Uso Público (AUP) del Parque Nacional de las Cataratas del Iguazú, en Argentina).
Estos centros presentan estudios sobre las culturas originarias, información sobre medio ambiente, flora y fauna, guiados por los verdaderos conocedores de los territorios ancestrales, cuyos caminos se encuentran atravesados por las selvas y los ríos, lo que lleva a un cuidado por los recursos naturales, la diversidad y la ecología.
Recientemente, estuve presente en uno de esos espacios, la denominada comunidad Yryapu “Turismo Guaraní”, se trata de una comunidad indígena ubicada en Iguazú, provincial de Misiones, cuyo cartel de bienvenida “Yguachurape sendero al río Iguazú”, invita a recorrer un sendero hasta el río, para poder conocer de cerca las cascadas y saltos. En ese espacio, 135 familias pertenecientes al linaje mbya guaraní realizan visitas guiadas que culminan en el río Iguazú. Allí me encontré con Clemente Palacios, uno de los guías de la comunidad, quien contó sobre las costumbres que aún persisten en la cultura, el trabajo con los cultivos, sobre todo verduras, zapallos y frutales, que cada grupo familiar lleva adelante, incluyendo una pequeña laguna interior para suministro de peces, y hasta una cancha de fútbol con la característica tierra colorada, en donde juegan tanto hombres como mujeres.
Se trata de una forma de sustento que otorga una serie de posibilidades para los comuneros, en un contexto de permanente afluencia turística, lo que permite el desarrollo de las comunidades, ya que no solo generan su propio alimento, sino también comercian sus artesanías, y acaso algo muy importante, dentro del espacio territorial cuentan con su propia escuela EIB (Educación Intercultural Bilingüe), primera en su género en Argentina, conocida como Escuela Intercultural de Turismo Mbya Guaraní Instituto Clemencia Gonzalez Jachukayvapoty, perteneciente a la Comunidad Yryapu Sendero Turístico, en donde suele ser común la enseñanza bilingüe y en especial la inclusion de conocimiento local sobre la cultura, que abarca destrezas, saberes, música (se recomienda los coros infantiles) e historia, con apoyo de caciques, artesanos y chamanes, resulta un buen ejemplo de construcción educativa en relación al entendimiento de la interculturalidad, una forma de aprender desde lo que ya saben por intermedio de la educación familiar, en cierto modo habilita un conjunto de ideas para replicar en el complejo contexto de dicha modalidad educativa.
Desde el punto de vista del accionar bibliotecológico, resguardar información de cada contenido que se genere dentro de las aulas es absolutamente relevante para nuestra profesión, pero en especial para sostener el trabajo de los docentes y las familias, puesto que, según los testimonios de los guías, el conocimiento local está incorporado al currículo educativo, esa posibilidad permite la inserción de los bibliotecarios/as para dinamizar las actividades escolares con materiales, servicios y documentos.
Ciertamente vale la pena visitar esta comunidad, a la que se llega desde la ruta 12, ingresando por la calle “el dorado”. Luego de una conversación, que se puede extender un par de horas, llegar al río Iguazú y entrar en esas aguas claras, en el límite con Brasil (deja pensando lo que significa que un río divida y conecte ambos países), la noción del tiempo realmente parece detenerse, porque nada de ese entorno geográfico ha cambiado a través de los años, y porque las comunidades han logrado prevalecer, propiciando un punto de encuentro, una posibilidad de vida, un desarrollo cultural.
Seguramente volveré a la comunidad Yryapu, para cruzar en bajada la frondosa selva, y llegar al silencioso río entremedio de los árboles.
Ubicación de la comunidad Yryapu:
Versión para El Orejiverde:
Muchas gracias a Clemente (fotografía) por la información brindada.
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