En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), se celebró en dicha ciudad, desde el 2 al 4 de diciembre de 2019, el 33º aniversario del Coloquio Internacional de Bibliotecarios, organizado por la Coordinación de Bibliotecas de la Universidad de Guadalajara, México, que en la presente edición llevó por título “Servicios de información para grupos vulnerables”.
En esta ocasión me ha
tocado participar el martes 3 de diciembre en la mesa de trabajo número 4,
denominada “Lenguas indígenas”, donde compartí un panorama sobre bibliotecas
indígenas de Argentina, analizando casos de resistencias culturales, paradigmas
y discontinuidades. Las demás mesas temáticas
abordaron experiencias como la cohesión social desde las bibliotecas, las
realidades sociales en relación al acceso y las oportunidades para todos, y las
bibliotecas en la construcción de comunidades diversas.
Entre las presentaciones
del primer panel (las bibliotecas en la
construcción de comunidades diversas), se abordaron cuestiones relacionadas
con los servicios para usuarios con discapacidades, que en algunos casos se
redujo a la descripción de ausencias de atención a estos grupos en protocolos,
así como ausencia de espacios apropiados para personas con problemas de
motricidad en bibliotecas públicas, una de las propuestas evaluadas por el
profesor José Orozco Tenorio consistió en la creación de un símbolo
internacional de accesibilidad, ubicado en rampas y accesos a edificios e
instituciones educativas.
Por su parte, el
estudiante de licenciatura en Médico Cirujano y Partero de la Universidad de
Guadalajara, Nikolai Emmanuel Bayro Jablonski, fundador y administrador de la
revista estudiantil Osmosis https://www.facebook.com/RevistaOsmosis/ compartió unas reflexiones basadas en
iniciativas estudiantiles relacionadas con la producción y consumo de la
información, planteando una actitud proactiva que llevó a considerar al alumno
como un potencial productor de información, lo cual lleva a evaluar la
necesidad de generar consumidores que favorezcan un circuito de consulta y
construcción de conocimiento. Resultó interesante el rol activista en relación
a la protección del acceso a los recursos bibliográficos en contextos de salud,
situación que se tornó visible con el movimiento “Salvemos la Biblioteca UDG”,
en este caso una página Facebook https://www.facebook.com/SalvemosLaBibliotecaUDG/ creada por los alumnos de la Universidad
de Guadalajara, luego de que se diera a conocer en redes sociales la noticia de
la probable desaparición de la Biblioteca Virtual de la Universidad de
Guadalajara (UdeG) por inminentes recortes presupuestales federales. Por otro
lado el autor realizó un análisis de los países que mayor producción de
artículos científicos generan (China, USA, UK, Alemania) en detrimento de los
países americanos (recién Brasil se ubica en el puesto 14, seguido de México en
el 28 y Argentina en el 44), cabe señalar el caso mexicano, que a pesar de
contar con mayor cantidad de licenciados por país no es sin embargo el que más
documentos publica. Otro dato interesante compartido en la presentación ha sido
la mención de Chile, Colombia y Perú como los países en donde se registraron
mayor cantidad de artículos científicos publicados por estudiantes.
Luego llegó el turno de
Gerardo Zavala Sánchez y Máximo Román Domínguez López, ambos licenciados en
Bibliotecología, quienes expusieron sobre el derecho a la información y
desarrollo de habilidades informativas, tomando por caso las necesidades
informativas y digitales de los migrantes de la Frontera Sur, una realidad
compleja de inmensas minorías provenientes del llamado Triángulo Norte de
Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador), quienes se agruparon para
poder cruzar de manera pacífica el país con el propósito de llegar a Estados
Unidos de América, situación compleja dadas las restricciones de las políticas
migratorias estadounidenses. El vehículo utilizado por los servicios
bibliotecarios en bibliotecas públicas estuvo centrado en la accesibilidad de
la conexión a Internet, considerando que más del 80% de la población hondureña
se conecta vía Facebook (86%) y en menor medida Twitter (30%). Asimismo
proliferan los mensajes y fotografías por Whatssap en situación de tránsito,
provocando movilizaciones por esta red. Buena parte de los desafíos encontrados
en las bibliotecas ha estado motivado por problemas de infraestructura para
facilitar la conexión a información electrónica, en donde se incluyen las
barreras idiomáticas, por lo que se propuso incorporar acceso a Facebook y
Whatssap dentro de las bibliotecas públicas ubicadas en contextos de frontera,
así como organización de talleres para contención psicológica (donde se valoró
el apoyo emocional por parte de los bibliotecarios). Finalmente los autores
compartieron un video que mostró los problemas cotidianos de los inmigrantes en
cuanto a los permisos migratorios, la discriminación padecida y las escasas
posibilidades de progreso, esos testimonios, que fluctuaban entre la esperanza
y la resignación, constituyen un enorme desafío para las bibliotecas.
El panel sobre cohesión social desde las bibliotecas empezó
con la abogada y política Mariana Fernández Ramírez, una activa luchadora en
busca de la construcción de un Jalisco con mejor calidad de vida, lo que derivó
en una fuerte crítica hacia la ausencia de estadísticas oficiales en México
sobre los crímenes de odio, aquellos que se cometen en contra de los derechos
humanos de grupos que de por sí sufren discriminación. Fue muy clara al hablar
de lo que significa la intolerancia, registrándose altos índices en crímenes
motivados por odios raciales, preferencias sexuales, transgéneros, odio social,
religión, origen étnico, discapacidades y en especial redes sociales
–verdaderas tribunas del odio- la necesidad de que las bibliotecas elaboren
materiales sobre la tolerancia, en especial con las mujeres indígenas, los
migrantes y lesbianas entre otros, en tal sentido la autora propuso trabajar
documentos sobre la memoria, alertando sobre la importancia de constituir y
organizar experiencias de bibliotecas humanas.
Posteriormente, la
abogada María Guadalupe Ramos Ponce, especializada en temas sobre feminismo,
compartió un documento sobre servicios de información con grupos en situación
de vulnerabilidad, donde llamó a despatriarcalizar la educación, hubo en su
discurso una aclaración en cuanto al entendimiento del concepto “grupos
vulnerables” en relación a las mujeres, en donde ha propuesto mencionar sobre
el contexto de vulnerabilidad como un modo más adecuado de referirse a la
problemática de este colectivo social, la necesidad de analizar críticamente el
porqué de la negación histórica al derecho de la mujer para poder votar como
cualquier ciudadano, y la urgencia por garantizar el acceso de las mujeres a
una vida libre de violencia, propio de un derecho humano fundamental. Como
diputada, presentó una iniciativa de reforma al artículo 219 del Código Penal
para el Estado Libre y Soberano de Jalisco, incorporando las agresiones
motivadas por el odio social, como agravante para los delitos de homicidio para
determinar penas concretas y efectivas.
Luego vino el turno del
profesor español Hilario Hernández Sánchez, quien compartió reflexiones sobre
la biblioteca social en sectores vulnerables, bajo una mirada inclusiva y
sostenible. El autor realizó un análisis de los factores de exclusión presentes
en nuestras sociedades, visibles en escenarios socioeconómicos, educativos,
culturales, así como barreras planteadas por temas sociodemográficos, de
discapacidad, salud y violencia. Luego de plantear estas problemáticas se preguntó
qué hace la biblioteca ante esta realidad, una de las respuestas estuvo
focalizada en el entendimiento del Tercer Sector de Acción Social, en donde,
utilizando como soporte un video, ilustró sobre la importancia del acceso a la
lectura en las poblaciones infantiles, buscando generar desde las bibliotecas
un servicio de proximidad, la necesidad de promover la lectura bajo un marco de
cohesión social y espacio inclusivo, estas propuestas suelen estar presentes en
la Fundación Biblioteca Social, ubicable en este enlace https://fundacionbibliotecasocial.org/es/
Finalizó este panel la
antropóloga Lorena Careaga Viliesid, compartiendo un documento denominado “La
biblioteca de la Universidad del Caribe en Cancún: un laboratorio de
interacción cotidiana de la diversidad”, tomando como ejemplo el pueblo Maya de
Quintana Roo, un lugar de raíces ancestrales y de diversidad cultural
cambiante. Allí la biblioteca de la Universidad del Caribe, como espacio
educativo de información, de encuentro y de apoyo, reúne estudiantes y
profesores de distintos orígenes étnicos y nacionales, la autora mencionó sobre
la ausencia de bibliotecas documentando realidades en estas comunidades, lo
cual subrayó en la necesidad de un mayor entendimiento por la cultura Maya.
El día martes inició la
jornada el mexicano Juan José Serrato Velasco, maestro en historia
latinoamericana y doctor en antropología social, inaugurando el panel “Realidades sociales: acceso y oportunidades
para todos”, quien expuso un panorama sobre el acceso a las publicaciones
científicas en México, habilitadas para su consulta por intermedio de 32
universidades públicas estatales y 3 universidades públicas federales (la
Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional y la
Universidad Autónoma Metropolitana), cuyos espacios cuentan con partidas
presupuestarias asignadas por el gobierno. El autor manifestó que el 1.4% del
presupuesto es destinado para ciencia y tecnología, recurso obtenido por el
CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), en ese punto planteó una
disyuntiva en cuanto a la administración de recursos públicos con los
presupuestos asignados, cuya implementación debe realizarse antes de finalizar
el año, lo cual requiere un conocimiento de gestión y de planificación de
tareas y servicios.
Acto seguido, el Director de la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina, Alejandro Lorenzo César Santa mostró un video sobre las políticas institucionales de la biblioteca, comentando parte de sus servicios (atención las 24 hs, cuerpo de traductores de artículos científicos en inglés, acceso a la información en zonas carenciadas a través de un bibliobús, utilización de paneles solares para reciclado de residuos y de agua, así como colaboración con envío de papel reciclado para organizaciones sin fines de lucro), el autor focalizó en los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), que como biblioteca pública y parlamentaria, la BCN tiene un rol específico en cuanto garantizar el derecho de acceso a la información, en donde resulta necesario incorporar y evaluar indicadores para el cumplimiento de dichos logros en el Sistema de Gestión de la Calidad.
A continuación, la
bibliotecóloga estadounidense Cynthia Medrano Torres, expuso sobre la necesidad de
programar servicios bibliotecarios para el público infantil, tomando como
ejemplo un centro comunitario multicultural Bilingüe en Rantoul, Illinois, que
brinda cuidado de niños a los trabajadores agrícolas migrantes y sus familias,
en contextos de vulnerabilidad social y emocional. Las tareas consistieron en
explorar la creatividad de los niños, desarrollar habilidades interpersonales y
aumentar su alfabetización, sin embargo remarcó que las bibliotecas no cuentan
con recursos apropiados, los bibliotecarios no tienen conocimiento de la
comunidad por no pertenecer a la misma y el presupuesto es inexistente, lo cual
invitó a plantear interrogantes en cuanto al alcance del espacio cultural en
relación a las carencias de los usuarios.
Luego el español Pablo
Parra Valero compartió un documento titulado “La biblioteca como espacio contra
la desigualdad: fomentando las competencias lectoras en niños y jóvenes en
situación de exclusión social”, donde mostró un caso muy particular en
Galapagar, municipio ubicado al noroeste de Madrid, que cuenta a nivel país con
poca inversión en gasto social y que tuvo como problemática la coexistencia con
otros grupos minoritarios, en especial familias marroquíes de segunda
generación, lo cual llevó a la biblioteca Municipal "Ricardo León" de
Galapagar (Premio Nacional de Animación a la Lectura María Moliner 2017) a
implementar nuevos servicios de extensión bibliotecaria. Una de esas propuestas
estuvo focalizada en visitas a lugares comunitarios organizados desde la
biblioteca, en especial museos, centros culturales y una novedosa propuesta
conocida como Micropolix, una ciudad infantil dedicada al ocio educativo para
niños de 4 a 14 años. Un caso que despertó el interés de la biblioteca
municipal ha sido la difusión de la historia de vida de Manal Al Sharif,
informática y activista de los derechos de las mujeres de Arabia Saudita, que
ayudó a iniciar una campaña a favor de los derechos de las mujeres para
conducir en dicho país, lo que le valió ser encarcelada, perder su trabajo y la
custodia de su hijo. El autor también focalizó en los ODS, ejemplificando
cómo las bibliotecas contribuyen al cumplimiento de la Agenda 2030, en tal
sentido la Biblioteca Municipal Ricardo León de Galapagar inició en 2018 un
programa anual de animación a la lectura titulado “Más allá de los libros” con
el propósito de divulgar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones
Unidas y mejorar las competencias lectoras de niños y jóvenes de entre 5 y 12
años en situación de exclusión social.
Luego fue el turno de la
bibliotecaria y cineasta estadounidense Jill E. Baron, quien compartió una
interesante iniciativa, motivada por los reclamos de los estudiantes que
asistían a la Biblioteca del Congreso de EEUU en relación al encabezamiento de
materia denominado "Extranjeros ilegales", considerado como una
ideología racista por parte de los usuarios, lo que llevó a los bibliotecarios
a reflexionar sobre los criterios empleados en los vocabularios, iniciando una
campaña para eliminar este tipo de términos que involucraba a inmigrantes
indocumentados (fue precisamente el concepto que se propuso para reemplazar al
anterior). La autora se apoyó en un video para mostrar las críticas de la
comunidad de migrantes hacia los catálogos, y lo que posteriormente generó en
la sociedad norteamericana, el anuncio de la Biblioteca del Congreso de que
promulgaría el cambio, las reacciones entre los políticos y los medios
conservadores y la inacción por parte de la Biblioteca del Congreso para
abordar la problemática, disyuntivas que aún se siguen interpelando a nivel
nacional. A modo de conclusión compartió el documental Change the Subject https://www.youtube.com/watch?v=Ebphd5Rg6c8 donde se resume la historia de la lucha
por el cambio de encabezamiento de materia y lo que implicó en relación al
contexto de inmigración de los EE. UU. Se trata de un documento que buscó
transmitir la importancia de escuchar a los estudiantes y trabajar en
consecuencia hacia una biblioteca más comprensiva y más inclusiva.
Por la tarde prosiguió el
panel número 4, correspondiente a Lenguas
indígenas, con la excelente moderación de María Guadalupe Arredondo Ochoa, allí quien suscribe compartió
un panorama de las bibliotecas indígenas de Argentina, focalizando
esencialmente en el sentido y entendimiento del concepto Biblioteca Indígena, y
tomando algunos ejemplos de experiencias que buscan representar la identidad
cultural a través de los acervos bibliográficos. Compartir estas reflexiones
significaron un modo de comprender la historia indígena de Argentina, desde una
mirada crítica, y apoyándome conceptualmente en Carlos Martínez Sarasola,
intenté demostrar las disyuntivas del “país que no fue” en relación a los
valores no integrados de los pueblos originarios, porque no cabe duda que los
argentinos fuimos enseñados y educados a lo largo del tiempo en la negación de
los pueblos indígenas, negación que en muchos estratos sociales alcanzó
preocupantes niveles de discriminación, racismo y segregación, en breve se
publicará el documento, pero me parece válido rescatar algo que hace al rol
social del bibliotecario: la necesidad de articular la noción de conocimiento
con el concepto de verdad, tal como lo comprenden en forma endógena los
paisanos de las comunidades, quienes aún conservan en su memoria el
entendimiento cultivado por sus abuelos. Las verdades tergiversadas de quienes
publican sobre los paisanos debe ser contrastada desde las propias verdades que
aún perviven en las comunidades, y los fondos orales son uno de los tantos
elementos que los bibliotecarios tienen para lograr que esos conocimientos se
transformen en documentos, por tal motivo considero que las bibliotecas
indígenas tienen mucho que aportar a la historia cultural del país, ya que la deuda
social que aún tenemos con las comunidades indígenas está lejos de ser saldada,
es algo que como ciudadanos debemos interpelar.
Posteriormente el
escritor Wixárika Gabriel Pacheco Salvador compartió un texto denominado
“Desarrollo de las lenguas indígenas, un paradigma de inclusión editorial”,
donde evidenció las dificultades que experimentó durante su formación
académica, por la ausencia de recursos informativos en su lengua materna, una
realidad que cuenta con variados testimonios de escritores indígenas a lo largo
del continente. El autor dejó en claro la situación de las comunidades cuyas
culturas ágrafas no han podido desarrollarse, ya sea por la invisibilidad del
Estado como por la ausencia de contenidos en la Educación Pública, donde sea
posible la inclusión de la tradición oral como base fundamental de la
comunicación del vasto acervo comunitario producto de miles de años. Allí
planteó la disyuntiva de lo que la biblioteca significa para los pueblos
originarios, como un espacio que debe definir su rol, ya que en muchos casos no
corresponde precisamente a las necesidades e intereses de las comunidades. Si
bien, tal como lo refirió el autor, en la época prehispánica los pueblos
originarios de América, poseían las formas propias del lenguaje y de
comunicación escrita a través de códices, estelas, grabados en piedras, maderas
y en pieles de animales, no dejó de resultar muy interesante la exposición de
documentos informativos, propios de la escritura y cosmovisión Wixarica (quien
suscribe advierte una similitud con las reconocidas molas de la etnia Kuna de
Panamá) por tratarse de objetos que comunican información a través de las
imágenes y texturas. Por otro lado resultó un gran aporte el entendimiento de
lo que para la cultura Wixárika es el acervo más importante, conocido como Tuki
o “Templo mayor”, donde no solo se encuentra el conjunto de los objetos que
hablan, transmiten y guardan el saber ancestral, sino que están también los
objetos infantiles que pueden ser leídos por quienes han sido formados durante
su vida en el recorrido del aprendizaje. Como lo expresó Gabriel, el camino del
saber es la relación y la práctica constante de las actividades espirituales
que permiten conocer la cosmovisión propia.
Finalmente la
bibliotecaria brasileña Soraia Pereira Magalhães abordó la problemática de la
biblioteca pública y la falta de atención a las minorías lingüísticas en
Brasil, teniendo como aval el haber recorrido más de la mitad de las
bibliotecas ubicadas en comunidades de la Amazonía, lo que le permitió contar
con datos dentro de un territorio que equivale en proporciones al de México,
allí la investigadora indagó sobre el Sistema Estatal de Bibliotecas Públicas
dentro del estado de Amazonas, encontrando fuertes demostraciones de
indiferencia hacia las minorías lingüísticas, lo que deriva invariablemente en
un contexto donde las desigualdades dejan al desnudo la inviabilidad de los
servicios bibliotecarios inclusivos y democráticos. En su exposición me alegró
mucho encontrar una mención a la Biblioteca Maguta de la etnia Ticuna, que
personalmente considero como una de las bibliotecas indígenas más
representativas de América Latina, citando los aportes conceptuales del
profesor José Bessa Freire, reconocido investigador en el amplio contexto de la
bibliotecología indígena comunitaria. Tanto las observaciones como los recorridos
que la autora transitó en esos escenarios, dejan entrever un panorama
complicado en cuanto a la presencia del Estado en aquellas unidades de
información que brindan servicios sin los recursos adecuados, en un contexto de
compleja vulnerabilidad social.
El día miércoles pude presenciar la charla cultural que
compartió el artista Raúl García Sangrador, Doctor en Arte por la Universidad de
Guanajuato, denominada “Albergue Las Memorias de Tijuana: laboratorio de
corporalidades de arte pos-abismal”, donde narró la experiencia de la
visita al Albergue para personas con VIH y tuberculosis “Las Memorias” de Tijuana,
entendido como un laboratorio de construcción de corporalidades, en el cual la
premisa consistió en materializar las tensiones escritas por el autor, donde
lo metropolitano, lo colonial, lo abismal y pos abismal generan rutas de
análisis de la producción artística actual. El resultado trasladó el debate al
concepto queer, casi veinte años después de su planteamiento inicial. Con esta
propuesta, cuya audacia ha enriquecido el contexto del coloquio (a mi entender
un buen criterio por parte de los organizadores al incorporar este trabajo), se
pudieron observar obras que dejaban al desnudo una mirada muy humana en un
contexto de finitud y vulnerabilidad, incluso al hablar de prevención era
posible observar como el concepto atravesaba la subjetividad de la obra
colectiva. De este modo, tanto las pinturas como los cuerpos desnudos
retratados por el creador visual, generaron nuevos espacios de entendimiento en
cuanto a las corporalidades LGBTQ, las profundas problemáticas de la
pandemia del SIDA y el rol de las artes visuales en dichos escenarios.
Finalmente, el abogado
por la Universidad de Guadalajara, Salvador Alcántar Morán, brindó una charla
sobre Wikipedia en la integración de grupos vulnerables, explicando esta forma
de trabajo no centralizada, no jerárquica y abierta, lo que ha generado una
infraestructura idónea para la integración de personas en la creación del
conocimiento. Como dato se registra un bajo porcentaje de personas
transgénero que editan información en Wikipedia. Asimismo quienes colaboran en
Wikimedia México –promovido desde Wikipedia– registran aportaciones en la
enciclopedia virtual por la integración del náhuatl y el maya en los contenidos
informativos, movimiento que requiere del permanente voluntariado para integrar
narrativas marginadas.
Hubo algo que como lector agradecí mucho -sabiendo de antemano
que el Coloquio Internacional de Bibliotecarios estaría inserto en la Feria del
Libro de Guadalajara, cuyas proporciones resultaron imposibles de abordar en
tres días- haber encontrado el stand del Taller Leñateros de la Cultura Maya,
donde pude comprobar la calidad editorial de los catálogos, la originalidad de
los textos publicados, y el diseño de los diversos artefactos que sus mujeres y
libros vivientes trabajan con una profusa variedad de materiales. Encontrarse y
perderse en esos pasillos resultó un placer que espero volver a experimentar
pronto.
No quiero finalizar sin agradecer a las autoridades que me
permitieron compartir estas experiencias, al organizador Dr. Sergio López
Ruelas, a Josué Alejandro Chávez Castellanos, Ana Gricelda Morán Guzmán y María
del Carmen García Villareal por asistirnos en todo momento, a la Mtra. Helen Ladrón de Guevara Cox, Dora Elia Cortés Hernández y Martha Ibáñez Marmolejo por compartir tanta información, a los compañeros
mexicanos, brasileños, españoles, estadounidenses y argentinos que formaron
parte de las jornadas, al público presente, sinceras gracias.
Datos del Coloquio
Internacional de Bibliotecarios:
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