Semblanza de José Enrique Juncosa, quien ha
tenido una destacada participación en relación al espacio editorial sobre el
mundo cultural indígena. A lo largo de su carrera profesional el autor ha
realizado innumerables aportes sobre la revitalización de las lenguas
originarias mediante programas editoriales. Como editor de la reconocida
Editorial Abya Yala (significa “Tierra en plena madurez”, término sugerido por
el líder aymará Takir Mamani para denominar al continente americano, proponiendo
que todos los indígenas lo utilicen en sus documentos y declaraciones orales)
ha colaborado en forma permanente para difundir al mundo occidental buena parte
del conocimiento tradicional indígena.
Fecundo trabajo el de este antropólogo, ha
sostenido que no basta con reconocer el carácter oral de una lengua, esta no
sobrevive si no es estandarizada. Con el tiempo, Abya Yala se ha constituido en
una plataforma editorial donde confluyen centros de investigación,
universidades y movimientos sociales, ofreciendo la posibilidad concreta de
publicar documentos de/sobre pueblos originarios.
Para José Juncosa, cada vez más, el bibliotecario
es un investigador.
Palabras clave
ROL SOCIAL BIBLIOTECARIO; EDITORIAL ABYA YALA;
PRODUCCIÓN DOCUMENTAL; BIBLIOTECAS INDÍGENAS
Noticia biográfica
José
Enrique Juncosa (Salta, Argentina, 1956), Antropólogo. Director editorial de
Abya Yala y Director de la Carrera de Antropología Aplicada de la Universidad
Politécnica Salesiana de Ecuador. Es miembro del Grupo de Estudio sobre Pueblos
indígenas, Interculturalidad y Estado, de la misma universidad. Ha publicado
artículos sobre aspectos relacionados con Bibliotecas Indígenas, estudios sobre
pueblos indígenas ecuatorianos, etnografías de comunicaciones verbales
(especialmente la cultura Shuar), medio ambiente, chamanismo, medicina
tradicional indígena, educación, religiosidad, historia, identidad cultural,
filosofía andina, el concepto "buen vivir", así como diversas
participaciones en congresos, seminarios y encuentros con especialistas de
estudios indígenas de América Latina.
Entrevista
Los
inicios de la Editorial Abya Yala datan desde 1975 cuando se crea la Colección
Mundo Shuar, considerando el actual escenario –donde coexisten múltiples
publicaciones impresas y digitales– resulta necesario saber como ha sido
posible sustentar semejante proyecto editorial a través de los años, sin perder
calidad ni compromiso ético con el mundo cultural indígena.
Abya
Yala ha podido sostener su propuesta no sin dificultades en base a la fidelidad
a su principal intuición: difundir la temática indígena desde una perspectiva
que ratifique el derecho de los pueblos indígenas a una existencia
diferenciada. El ir asumiendo y superponiendo con el tiempo otros temas
(desarrollo, economía solidaria, ecología, género...) no implicó
abandonar aquel primer compromiso y más bien lo ha ratificado, enriquecido
y diversificado pues los nuevos temas ponen en
escena el mismo derecho a la diferencia pero desde otras perspectivas
y desde otros actores sociales. Por lo tanto, de a poco, Abya Yala incluyó,
junto a las demandas de los pueblos indígenas la de otros movimientos sociales.
En los años '80 y '90 esas publicaciones y en general aquellas relacionadas con
otros pueblos contribuyeron grandemente a modelar una opinión favorable
respecto a sus demandas, sus derechos a las relaciones de inequidad y
contribuyó, sin sustituir las actorías indígenas, a una mayor toma de
conciencia sobre su situación y valoración como pueblos
complejos, con poderosas tradiciones de pensamiento y enormes
posibilidades de acción política.
Se
sabe que el vínculo propiciado desde la editorial con el pueblo Shuar a logrado
que su cultura tenga el mayor número de publicaciones existentes en el
continente ¿Cómo percibe la comunidad el impacto suscitado en las diferentes
publicaciones?.
En
efecto, hoy el pueblo shuar cuenta con la mayor cantidad de publicaciones
producidas por ellos mismos y por otros y, sobre todo, con el mayor número de
publicaciones en su propio idioma, lo cual ha contribuido enormemente a la
estandarización de la lengua shuar, el shuar chicham. La escritura,
asimismo, ha conservado en el tiempo relatos, narrativas y saberes que hoy,
seguramente, no circulan con la misma intensidad entre los jóvenes y están
disponibles a su memoria. No sé qué piensan los Shuar sobre lo publicado sobre
ellos, especialmente en relación con las investigaciones académicas, que
conforman un conjunto muy compacto. Deberían decirlo ellos y seguramente
nos encontraremos con opiniones heterogéneas. Siempre está el peligro de que lo
que se dice sobre otros implique el riesgo de cosificarlos, de
sobredeterminarlos innecesariamente, de oscurecer la realidad de los pueblos
indígenas como pueblos que se transforman y deliberan continuamente sobre su futuro.
También hay que reconocer que muchas publicaciones no tienen un impacto directo
en su vida cotidiana, tal como ocurre en nuestro contexto académico, pero nunca
se sabe lo que un escrito puede incidir a lo largo del tiempo. Los impactos de
un libro son insospechados. Algunos lingüísticas nos cuentan que, en Estados
Unidos, muchos jóvenes indígenas sometidos a un proceso de pérdida de su
memoria colectiva empiezan a demandar a los centros de investigación
sobre su pueblo, su historia, sus lenguas... Pero lo que puedo decir
es que su impacto hay que medirlo también en relación a la sociedad no shuar, a
los lectores no indígenas.
Cuando el proyecto no era más que una idea
¿recuerda el momento en que surgió la necesidad de llevar adelante una
editorial sobre temas indígenas?
El
momento en el que se dio el salto entre una editorial circunscrita al pueblo
shuar fue en los años '80, donde tuvo lugar un impulso muy fuerte del
movimiento indígena continental alimentado por la emergencia de los
pueblos amazónicos como nuevos actores. Esa emergencia fue clave y generó un
clima social favorable que demandaba información y comunicación. También, la
emergencia de la educación indígena intercultural potenció mucho una producción
abierta a la realidad de todos los pueblos indígenas, sobre sus lenguas, su
tradición oral, saberes, etc.
¿Cómo es el proceso de selección de los libros
publicados?
El
proceso de selección es muy simple, y ese es una clave importante de acción.
Los libros llegan, no los buscamos y llegan todos los días y a cada momento. Si
se trata de aportes académicos, miramos los marcos institucionales que
respaldan un cierto nivel académico de la producción. Si se trata de
libros que nos llegan desde los movimientos sociales, examinamos la vigencia de
las redes que lo respaldan... en ambos casos nos preguntamos siempre quiénes
están detrás además del autor, a cuáles redes de acción y conocimiento responde
cada uno, qué propuesta alimenta... También, no pocos autores prestigiosos se
constituyen en una suerte de consejo editorial permanente pues
nos presentan nuevas propuestas de otros autores, sugieren búsquedas y proveen
contactos, de tal manera que continuamente se evalúan propuestas y se toman
decisiones al respecto.
Hoy
damos prioridad a los libros escritos por los mismos indígenas, por los mismos
afroamericanos... de contribuir, con nuestras publicaciones a la visibilización
de su pensamiento... salvo pocos casos, la decisión no demora más de una
semana. Lo más difícil es cómo resolver los costos de producción para subsidiar
su distribución porque en ningún caso un proyecto editorial como el
nuestro es económicamente sostenible, pero es necesario sostener un proyecto
así.
¿Tiene registro de que se hayan elaborado
alfabetos en las culturas ágrafas vinculadas con la editorial?
No
tenemos registro que se hayan elaborado alfabetos a partir de nuestras
publicaciones pero muchas de ellas dan cuenta de esos procesos.
En el artículo Revitalización de las
lenguas indígenas a través de programas editoriales usted ha dicho que
“no basta con reconocer el carácter oral de una lengua, esta no sobrevive si
no es estandarizada” ¿se sabe que lenguas indígenas han logrado
estandarizarse desde la intervención de Abya-Yala? ¿hubo participación de
bibliotecarios en este proceso?
La
estandarización es un proceso muy complejo, que conlleva pérdidas, no solo
ganancias pues debe escoger de entre las posibilidades solo aquellas que pueden
ser reflejadas en la escritura. Pero es necesaria. Sin estandarización no habrá
periódicos indígenas, no se podrán transcribir procesos legales en el marco de
la justicia indígena... no habrá educación indígena de desarrollo lingüístico,
no es un asunto de bibliotecarios, solamente, sino de las organizaciones
indígenas, de las políticas públicas y de los académicos.
¿Qué opina del rol social del bibliotecario?
Yo
creo que de cara a los pueblos indígenas, el rol social de los bibliotecarios
es contribuir a recoger, sistematizar, visibilizar, publicar aportes que puedan
contribuir no solo a la recuperación cultural y lingüistica de los pueblos
indígenas sino también a proporcionar documentación que contribuya a sostener
la demanda por sus tierras, buscando documentos históricos, por ejemplo. Hoy
día son muy útiles las referencias históricas, testimonios de viajeros, que
atestiguan la presencia indígena en ciertos territorios disputados con empresas
o el Estado... buscarlos, ordenarlos y ponerlos a disposición es una tarea
enorme. Cada vez más, el bibliotecario es un investigador.
Siendo que ustedes trabajan con libros ¿Qué
siente cuando se habla de la inevitable desaparición del libro?
El
libro no desaparecerá, encontrará otras formas de llegar al lector. Si no es
impreso, podremos acceder a él en formato digital. Nosotros ya lo hacemos:
estamos pasando del formato papel al formato digital. El libro no desaparece,
se transforma.
¿Es posible mencionar un libro del catálogo que
por diversos motivos le tenga mucho aprecio? (ya sea por el contenido, por lo
que significó publicarlo, por lo que generó entre los lectores)
Nuestro
catálogo se acerca ya a los 2800 títulos, pero si debo escoger uno por su
significado se trata de uno muy reciente: “Disciplinar a los
salvajes, violentar las disciplinas” de Martin Nakata. Tiene un valor muy
especial porque su autor es un indígena polinesio que relata el impacto sobre
su pueblo de las misiones religiosas y científicas. Se trata de su tesis
doctoral.
Siendo que la editorial participó de una
iniciativa de capacitación para profesores bilingües ¿existe un vínculo
intercultural entre la educación escolar tradicional y la educación familiar
indígena? ¿existe mutuo interés entre ambos espacios?
En
el marco de la educación indígena, el vínculo entre familia, comunidad y
escuela ha sido siempre muy rico. La escuela, de alguna manera, es muy cercana
a la comunidad y a la familia quienes ejercen una especie de veeduría
permanente sobre ella. Con la creciente ingerencia del Estado en la educación
indígena, necesaria por cierto porque constituye su responsabilidad, se corre
el riesgo de dejar todo a la administración y supervisión central, debilitando
cuando no ignorando los vínculos y relaciones con la familia y la comunidad que
le dieron sentido. No hay que ver la educación indígena como reservorio del
pasado. Es un espacio de memoria, sí, pero también de evaluación de los cambios
y transformaciones, de asumir aquellos nuevos saberes necesarios e
indispensables para persistir y sobrevivir en medio de los cambios.
Con
el tiempo Abya Yala a publicado materiales con otros editores (Universidad
Andina Simón Bolivar, FLACSO, Instituto Francés de Estudios Andinos) ¿cómo se
generó el interés por las coediciones?
Abya
Yala siempre ha publicado en coedición, que ha sido la clave de su éxito. No
podemos hacer las cosas solos y compartir aportes (costos de traducción, de
edición, de impresión) es necesario para sostener la producción y difusión de
los textos. Abya Yala se ha constituido, por así decirlo en la plataforma
editorial de centros de investigación, universidades y movimientos sociales...
más que proponentes son nuestros socios en una empresa común y compromisos
compartidos.
¿Cómo definiría a un bibliotecario?
La definición de
bibliotecario que sugerimos es la siguiente: es aquel que pone a disposición de
los pueblos indígenas y comunidades información relevante para su futuro, para
ejercer sus derechos, para recuperar su memoria histórica...
Nota: la entrevista fue publicada en Fuentes, revista de
la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional de
Bolivia, en octubre de 2015, vol.9, no.39, ISSN
1997-4485
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