Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

La abnegada tarea de Ana Medrano en la comunidad qom de Derqui

Se comparte una solicitud de parte de Ana Medrano, Presidenta del Centro Comunitario Daviaxaiqui, ubicado dentro de la comunidad qom de Derqui, quien desde hace años lleva adelante un trabajo de asistencia social con los niños y niñas del “barrio toba”. Se trata del merendero Qomi Qompi, cuyo nombre evoca al grupo musical conformado por adolescentes del barrio, del cual Ana es una de las organizadoras que recrean las antiguas costumbres de la cultura.

En este caso, la comunidad qom ha contado con el apoyo de la asociación civil Proyecto Raiz https://www.proyectoraiz.ar/ desde donde se habilitó un vínculo para quienes puedan colaborar con el proyecto: https://donaronline.org/proyecto-raiz/campana-qomi-qompi

El merendero no solo implica compartir la merienda tres veces por semana a más de cien chicos y sus familias, sino que también funciona como un espacio de encuentro, aprendizaje y contención. A este contexto, se le suma el agravante del clima que ha perjudicado recientemente el normal funcionamiento del barrio, con cortes de luz y caída de árboles en la zona, lo que dificulta las actividades del merendero ubicado dentro del Centro Daviaxaiqui.

Cabe señalar, tal como lo expresa María Clara Olmedo, presidenta de Proyecto Raíz, que el centro comunitario sigue desplegando varias actividades culturales, entre ellas canto en lengua qom, taller de lengua materna y taller de costura y telar. Uno de los anhelos del barrio es poder crear una Red de Mujeres Artesanas, en donde sea posible comerciar sus productos sin intermediarios. Entre los testimonios compartidos, se destaca el de Estela Acosta, profesora de telar qom, quien busca que los más jóvenes aprendan las tradicionales técnicas de hilado y tejido.

Asimismo, a través de la asociación civil, se busca crear un espacio de primera infancia para favorecer que las mujeres puedan trabajar. Por lo tanto, es para resaltar la persistencia, abnegación y empatía de Ana Medrano, quien junto a Roque López y los diferentes referentes comunitarios, siguen brindando ayuda en estos tiempos tan complicados. Las meriendas que se sirven establecen un profundo vínculo con la salud de los más vulnerables, lo que deja en evidencia la importancia de la colaboración.

Se agradece difusión.

domingo, 10 de diciembre de 2023

La resistencia

 


Alguna vez, Jesús Quintero había dicho que “los analfabetos de hoy son los peores porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación. Saben leer y escribir, pero no ejercen. Cada día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos", esto enojaba al loco de la colina, y tenía razón. El problema es que esa inmensa multitud es necesaria para evitar razonamientos vinculados con el rol ciudadano. El mercado los cuida porque sin ellos, toda esa estructura de consumo no tendría razón de ser. Pero no se trata solo del redituable consumo. Invariablemente, la estructura incide en el entendimiento de las decisiones políticas. Una cosa lleva a la otra.

 

Esa noción de la ignorancia, como concepto que indica ausencia de conocimiento -y en este añadido plano, la no necesidad de ejercer el pensamiento crítico- es primordial para el poder político, sobre todo en países cuyas desigualdades son imposibles de disimular. Ese discernimiento no practicado, va hilvanando una inmensa red bajo la cual una masa amorfa obtiene beneficios mientras cree tomar decisiones. No cabe en ese tránsito comprender la inequívoca sensación de inercia en el que las cosas a veces parecen moverse, otorgando la ilusión del movimiento, cuando en realidad están atascados en medio de la frustración y la falta de autocrítica. Es como la caverna de Platón, pero sin ningún tipo de cadenas que impida a las personas girar sus cabezas.  

 

Para lograr esa atención alcanza con algunos elementos básicos: un control remoto, una pantalla, un celular. Lo demás se logra sin esfuerzo: posverdad, fake news, trols, y una lista profusa de medios que impactarán en la opinión pública en el corto o largo plazo, con resultados impredecibles. Valdrá la pena analizar, de aquí en más, el derrotero -probablemente acrítico- de la palabra Libertad vinculada con los derechos que cada ciudadano tiene. Qué se hará en nombre de este concepto, a quienes perjudicará la doble vara del eventual discurso.

 

Tiempos inciertos estos que corren. Como será así que una vez más, ciertas concepciones que creíamos a salvo de ser dañadas, corren riesgo de ser arbitrariamente revisadas y descalificadas. Acaso el más paradigmático de los ejemplos: el concepto 30.000 desaparecidos. Parece mentira que aún hoy, sigue siendo necesario reiterar que la cifra, la simbólica cifra, indica con claridad lo que no sabemos en cuanto al número real de personas desaparecidas por la última dictadura cívico-militar. Tal como lo expresó Martín Kohan, el número representa nuestro desconocimiento por el simple y cruel motivo de que fue el propio Estado, con todas sus herramientas al alcance, el que ocultó y destruyó información, esa noción no puede ser arrebatada bajo la descarada interposición del concepto “memoria completa”. Sería como borrar, por mero decreto, algunas páginas de la historia, justamente aquellas que costaron víctimas civiles, que forjaron la idea de memoria y justicia por las cuales, como argentinos, nos hizo reconocidos en el mundo, y por lo que valdrá la pena seguir luchando.

El mismo criterio se extiende a la importancia de la educación pública, la salud pública, las conquistas obreras, los avances científicos, los derechos de las minorías, las luchas de las mujeres, los reclamos históricos de las comunidades indígenas y campesinas. Los nadies, los marginados, los olvidados.

A veces, basta revisar la historia para darnos cuenta cómo algunos mecanismos se reiteran, lo grave no es presenciar ese espectáculo, lo grave es no haber aprendido de los errores. Vuelvo al inefable conductor del perro verde, cuando dijo lo siguiente: "Me interesa más hablar para diez personas atentas que para diez millones de distraídos". Un poco es ese el problema actual, son muchos más los distraídos que los atentos, una distracción que a su vez tiene algo de indiferencia, y que, en ocasiones como estas, cuesta explicar o entender.

Por lo pronto, esbozo sin pena la misma respuesta ante el contexto: tratar de hacer bien mi trabajo, y saber que la resistencia, cuando se la conjetura con criterio, resulta la más luminosa de las acciones, el más enriquecedor de los andares.

Hasta ese día.

Fuentes consultadas:

Murió el periodista Jesús Quintero: adiós a El loco de la colina que brilló en El perro verde

https://www.clarin.com/espectaculos/tv/murio-periodista-jesus-quintero-adios-loco-colina-brillo-perro-verde_0_JBao738cVX.html

Por qué los desaparecidos son 30.000: la mejor explicación

https://infonews.com/desaparecidos/por-que-los-desaparecidos-son-30000-la-mejor-explicacion-n264103.html

domingo, 5 de noviembre de 2023

El movimiento cartonero

Se ha realizado una nueva actualización del Directorio de Editoriales Cartoneras, que hasta el momento arroja un listado de 371 editoriales cartoneras (28 países a nivel mundial), de los cuales 10 son latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), 4 de América Central (Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Panamá), 3 de Islas del Caribe (Cuba, Puerto Rico y República Dominicana), 2 de América del Norte (EEUU y México), 7 europeos (Alemania, España, Finlandia, Francia, Italia, Portugal y Suecia), 1 de África (Mozambique) y 1 de Asia (China).

Muchos de los nuevos registros se deben a la consulta de la red social Instagram, vale señalar que este listado no pretende, ni podría, ser completo y/o exhaustivo. Los datos del directorio incluyen nombre de país, cantidad de editoriales, denominación de la cartonera, y enlace al sitio de las respectivas redes sociales. Finalmente, se incluye un cuadro estadístico con la cantidad de cartoneras por país. 

En dicho registro continúa la tendencia con respecto a México, Chile y Brasil como los países con mayor cantidad de editoriales cartoneras (59, 56 y 55 respectivamente), seguidas por Perú y Argentina (39 y 31 cartoneras). Más abajo se encuentra España con 25 editoriales cartoneras, y después un grupo de países entre 8 y 12 cartoneras (Colombia, Ecuador, Francia, Bolivia, Estados Unidos y Paraguay). El resto de los países cuentan con menos de 5 cartoneras: Guatemala, Portugal, Costa Rica, Italia, Uruguay, Venezuela, Cuba, Alemania, Puerto Rico, El Salvador, Mozambique, Panamá, China, Finlandia, República Dominicana y Suecia.

Se trata de un movimiento que ya lleva 20 años, y que continúa sumando experiencias colaborativas y comunitarias, tomando al libro cartonero como puente que une la cultura popular con la noción de arte y reciclado.

domingo, 8 de octubre de 2023

Una radio cerca de las Malvinas

 

He aquí el ejercicio de la serendipia, cuando una búsqueda conduce a un hallazgo que invariablemente genera curiosidad. Me interesó un documento publicado en el repositorio digital de SEGEMAR, vinculado con las Islas Malvinas, donde se hacía referencia a las once islas del archipiélago de las Sandwich del Sur, descriptas como un “terruño de pingüinos, petreles, focas, gaviotas y cormoranes que, frecuentemente, se constituyen en testigos presenciales de derrames lávicos, actividad fumarólica, importantes terremotos, grandes olas y extensos campos de hielo”.

De allí pasé a la revisión de algunos mapas geológicos que me interesaron inspeccionar, hasta que apareció una nota que detalla, bajo el arco temporal que va de diciembre del año 1955 a enero de 1956, la anécdota de una radio casera ubicada dentro del refugio Teniente Esquivel en la isla Morrell (también conocida como "Thule"), hogar de dos radioaficionados y un guardiamarina. Desde allí, a 2162 km de Malvinas, estos aventureros argentinos, únicos habitantes de las islas en esos tiempos, realizaron comunicaciones radiales al resto del mundo.

Lo increíble de esa propuesta, desarrollada en plena campaña antártica, fue haber logrado llevar a cabo la primera operación radial argentina desde el archipiélago Sandwich del Sur, un modo de mostrar al resto de los países que Argentina reconocía el archipiélago como propio, razón por la cual, en 1955, luego de establecer un puesto de vigilancia en dichas islas, el RCA (Radio Club Argentino) propuso a la Armada realizar comunicaciones desde allí. Los aventureros que aceptaron participar de semejante actividad fueron José Manuel Ahumada y Miguel Ángel Villafañe, quienes contaron con el acompañamiento y colaboración del guardiamarina Ricardo Hermelo, oficial experimentado, hijo y nieto de antárticos.

Desde allí, durante los 30 días que permanecieron en el Refugio Teniente Esquivel de la Isla Thule, emitieron varias señales radiofónicas. Es para reflexionar con qué elementos puede una comunidad establecer un argumento que permita sostener un derecho territorial, donde resulta posible dilucidar que, en medio de un territorio inhóspito, la radio comunitaria resulta un medio apropiado para otorgar visibilidad a un reclamo histórico. De algún modo tiene que ver con la naturaleza de este medio de comunicación, lo que implica en sí mismo la posibilidad de llevar lejos un conjunto de voces, en un contexto de incierta precariedad. Pasaron 68 años de esas transmisiones y lamentablemente no contamos con las grabaciones originales de todo lo que estos aventureros pudieron expresar en esas condiciones, no hubo registros, no hubo fondos orales ni archivos que pudieran registrar las bitácoras, no hubo museos que pudieran resguardar las herramientas con las que trabajaron, solo quedó la crónica tardía de algunos periodistas y la escasa documentación fotográfica como un antecedente para considerar situaciones similares entre las numerosas posibilidades que presenta el territorio nacional.

La isla Thule, Tule o Morrell, de unos 35 km2, es una de las más australes del archipiélago de las islas Sandwich del Sur. Se encuentra cerca de la isla Cook y de la isla de Bellingshausen, con quienes forma el grupo denominado islas Tule del Sur.1​2​, de las más cercanas al paralelo 60 que marca la frontera antártica. Se dice que fue el escenario del primer episodio que llevó al conflicto con Gran Bretaña, y el último bastión argentino luego de finalizada la guerra de Malvinas. A pesar de estar fuera del área regida por el Tratado Antártico, se encuentra dentro de la Convergencia Antártica y es parte de la Antártida vista como bloque continental. Su nombre (Thule o Tule) se debe a su ubicación remota, y refiere a la mítica tierra llamada Tule que los antiguos geógrafos consideraban como el extremo norte de la Tierra. En Argentina es también conocida bajo el nombre de Morrell, en homenaje a Benjamin Morrell, un explorador y capitán ballenero estadounidense.

Es posible pensar varias opciones para establecer un campamento humano que justifique con su presencia la posibilidad de un reclamo territorial: acaso la más sólida corresponda a la instalación de una base científica, donde sea posible investigar cuestiones ambientales, geológicas, mineras, algo de eso ocurrió a fines de 1976 con la instalación de la base Corbeta Uruguay, inaugurada el 18 de marzo de 1977. Se trató del primer izaje de una bandera argentina en un pedazo de tierra dominada por Gran Bretaña, en medio del atlántico sur, 5 años antes de una guerra innecesaria.

La otra opción bien puede ser una radio, establecer presencia, relatar lo que sucede, tomar conocimiento del territorio. La historia previa a dicho desembarco dice que el 23 de noviembre de 1955 zarpó el Rompehielos General San Martín, el que antes de llegar a las Sandwich, debe detenerse en algunas bases de la Antártida Argentina, Orcadas del Sur y Shetland del Sur. El transporte de los elementos desde el Rompehielos a la Isla se hizo con la ayuda de un pequeño bote de goma ya que, en esos momentos, la población de las Sandwich del Sur estaba constituida solamente por estos tres habitantes, los tres radioafícionados. El equipo estaba constituido por un transmisor Collins 32V2, un receptor Collins 75A2 y un receptor Hallicrafters SX 71. La antena era una direccional para 14 Mc y un alambre largo para el resto de las bandas. En total se realizaron 1664 contactos.

La brevedad de la experiencia tuvo su razón por las condiciones climáticas, las islas eran (son) de origen volcánico, y se habían podido apreciar gases sulfurosos de vez en cuando, pero jamás se penso en algo que pudiese tener serias complicaciones. Fue cuando los aventureros observaron como la lava comenzaba a brotar en varios puntos y caía pesadamente al mar, con inusitado ruido. Se emitió un SOS, el que atrajo rápidamente a la Armada. El rescate se hizo con helicópteros, hacia un buque de transportes navales, y luego en avión hasta Buenos Aires.

La breve experiencia habilita dimensionar el concepto de patria, a pesar de pertenecer a un proceso de emancipación ligado con la soberanía, termina sin embargo tornándose invisible, alejado de toda idea que permita reforzar con dicho aporte la noción de identidad. En ocasiones, la historia parece indicar que patria es también olvido, aún cuando bulle una memoria, sostenida entre fuertes vientos, para intentar un sentido de pertenencia en medio de una soledad abrumadora. Es para analizar entonces, en algún momento, el derrotero semántico de este concepto, probablemente interpretado en forma acrítica desde que surgiera en los albores de la Revolución de Mayo.

Tal vez, dando un brinco temporal, podamos afirmar que en nuestro país, esa idea de patria aparece con frecuencia ligada a imágenes icónicas: un tango que se baila en un callejón porteño, el gaucho a caballo cruzando el horizonte, el peón de la estancia abriendo el palenque para que los camiones salgan a la ruta, la mujer originaria que teje los ponchos multicolores, los encuentros multitudinarios que solo tienen su postal en el obelisco, pero también podemos extender la imagen con aquellos que plantan una bandera en el medio de una isla perdida en el océano, a miles de kilómetros del propio hogar, dimensionar, si es posible, el sentido de la ocupación humana, con todo lo que eso implica, sin otra razón que contar una experiencia que merezca figurar en los libros de historia, que otros sepan que en algún momento, unos aventureros estuvieron allí.

No puedo evitar pensar en la necesidad de la documentación en estos casos, ya que los entendimientos de las acciones, en ocasiones se limitan al testimonio de quienes tuvieron la necesidad de hacer preguntas, con el solo objeto de publicar un artículo, indudablemente es un aporte que esclarece una intervención muy particular, prácticamente desconocida en Argentina, pero aún así, el acto brinda elementos para tratar de entender nuestra visibilidad como profesionales de la información, esa ausencia podría ser motivo de interpelación, con resultados dispares, lo que no podemos, es alejar el tema de nuestro alcance, que haríamos en esos casos, que aportaríamos a la sociedad.

Desde la finalización de la guerra de Malvinas, no ha quedado nada en pie en la isla Thule, actualmente sigue deshabitada. La imagen que se conoce es la que ha perdurado a lo largo de los siglos, una tierra sin árboles y algunos mamíferos acuáticos como mudos testigos de los volcanes.

Fuentes consultadas:

Geología de las placas Scotia y Sandwich: revisión mapa geológico (Serie Contribuciones Técnicas. Geología N° 8 / Marcela G. Yamin y Gabriela Anselmi

https://repositorio.segemar.gov.ar/handle/308849217/4058

LU3ZY – Refugio Esquivel, Isla Thule / Radio Club Argentino. Sociedad Nacional.

https://www.lu4aa.org/wp/lu3zy-isla-thule/

Historia y Arqueología Marítima. LU2ZY - Expedición a las islas Sandwich del Sur.

https://www.histarmar.com.ar/Antartida/RefugioThule4-LU2ZY.htm

La primera ocupación de las Islas Sandwich del Sur y la historia del “Yeti de Thule” /  Ricardo Hermelo, junio de 1991.

http://www.gacw.org/historico/3zyes.html

lunes, 11 de septiembre de 2023

Souldes Maestre, un bibliotecario que trabaja por fortalecer la tradición indígena

Se trata de un bibliotecario cuya labor fue reconocida por la Biblioteca Nacional de Colombia y el Ministerio de Cultura, premiando de este modo los trabajos realizados sobre la promoción y mediación de lectura, escritura y oralidad.

El atanquero de 34 años, integra el Resguardo Indígena Kankuamo, y ha sido noticia por ser el primer originario de su comunidad que se lleva este galardón por parte de la Biblioteca Nacional de Colombia. Antes, solo se hacía con las librerías, ahora esta nueva categoría ha llegado para quedarse.

“Existe una gran satisfacción. Soy una persona paciente y de pocas emociones. Sin embargo, este logro es el resultado de un gran trabajo comunitario, entonces siento mucha felicidad. Es un reconocimiento que implica conseguir recursos para continuar sosteniendo la biblioteca”, afirmó inicialmente Maestre.

“El premio Daniel Samper Ortega premia a las mejores bibliotecas, pero este año se ha estipulado también esta nueva categoría. Se reconoce la labor de las personas que llevan más de 10 años en esto. La idea es fortalecer el trabajo que se hace detrás de los sitios educativos.  Mucha gente no lo sabe”, agregó.

Souldes ha transitado el camino de la vocación, lo que lo llevó a generar, en el año 2012, la reconocida Biblioteca Pública Kankuaka (significa “lugar donde se crea y se guarda el conocimiento”), ubicada en el territorio de Atánquez. Su criterio fue concebir a los libros como herramientas facilitadoras del pensamiento, lo que llevó a considerar a la memoria como una entidad viva, desde donde la biblioteca pasa a ser “una intermediaria entre la liberalidad, la cultura y el pensamiento”. Espacio que para Souldes debe orientar al usuario a pesar de los crecientes cambios tecnológicos y las dinámicas de comunicación que se registran en redes sociales.

Mas allá de la posibilidad de sustento de la biblioteca, importa en este caso el vínculo comunitario con el conocimiento oral de la cultura, en la cual esta casa de las palabras cobra un sentido particular, por considerarse apropiada para representar el patrimonio intangible de la comunidad. Es entonces muy necesario que un paisano de la propia etnia lleve adelante dicho criterio, y es importante que la comunidad no deje de acompañar a este bibliotecario de Atánquez, para que la memoria tenga registro desde lo que cada uno sabe.

Fuente consultada:

https://zonacero.com/sociales/souldes-maestre-un-bibliotecario-que-trabaja-por-fortalecer-la-tradicion-indigena 

lunes, 21 de agosto de 2023

La importancia de los mapas locales en el fortalecimiento de la identidad. Una experiencia desde El Valle, Chocó, Colombia

 

Recientemente encontré un documento que figura en el catálogo de la Biblioteca del Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”, perteneciente a la Universidad de Buenos Aires, un excelente ejemplo de la importancia que representa el trabajo con mapas dentro de comunidades indígenas y campesinas, con aportes comunitarios sobre datos geográficos, históricos y culturales de los pueblos que circundan un territorio determinado, en donde la información se genera en base al conocimiento local, agregando datos que van más allá del conocimiento científico de quienes intentan reproducir, bajo escalas adecuadas, una representación de las condiciones biofísicas del territorio.

Se trata del libro titulado “Memorias y conocimientos tradicionales del territorio colectivo afrodescendiente del El Valle, Chocó, Colombia”, llevado adelante por el Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia, en donde los autores han generado, a través de un vínculo genuino, una forma de conocimiento vinculada con la identidad, en donde el saber construye un proceso que va íntimamente ligado con el sentido de lo que implica habitar un espacio social y cultural, cuyas prácticas se conservan en la memoria colectiva. De este modo, el mapa como tal, pasa a incorporar el conocimiento de la gente que puebla sus valles, montañas y selvas, agrega al universo cartográfico información vinculada con memorias, experiencias, saberes e historias de vida, para lo cual sus investigadores y colaboradores comprendieron un modo diferente de construir cartografía: dialogando, recorriendo, recordando e imaginando, en un proceso de creación colectiva. 

Dicho proceso se llevó a cabo en el marco del proyecto: “Mapeamiento Participativo de el Corregimiento El Valle, Bahía Solano, Chocó”, adelantado en el segundo semestre de 2010 por el Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia (Grupos de Investigación Estudios del Territorio y Recursos Estratégicos, Región y Dinámicas Socioambientales), la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín (Grupo de Investigación Oceánicos), con la financiación de Conservación Internacional Colombia y el apoyo de las organizaciones comunitarias: Consejo Comunitario Costa Pacífica Norte -Los Delfines-, Consejo Comunitario El Cedro, Tío Tigre, Caguama, Línea de Mano, Piqueros, Cazadores de El Valle, Mujeres en Progreso, Mujeres Progresistas, Grupo Amplio Mujeres de El Valle y Grupo Rescate de Plantas Medicinales.

Tal como figura en el libro, el diálogo de saberes al que apunta dicho material pedagógico contiene los principales elementos identificados por los participantes de los talleres de mapeamiento como ejes articuladores de la vida comunitaria en el territorio colectivo: memoria, identidad, territorio, autonomía, conservación y conflicto. Sus conceptos y definiciones fueron dialogados y debatidos en sesiones de talleres, en recorridos por el territorio, en entrevistas personales y en cuestionarios de preguntas.

Para los autores, el mapa no habla por sí solo y, por tal motivo, en el proyecto incluyeron fotografías, dibujos, un video documental y textos que acompañan y complementan la representación cartográfica. Los talleres realizados tuvieron como propósito el incentivo a las capacidades locales, facilitando el manejo básico de instrumentos geográficos para la georreferenciación y uso de dispositivos audiovisuales, haciendo énfasis en metodologías participativas y didácticas activas. Esta propuesta generó que los participantes, como guías en el territorio, aportaran registros y datos en campo que motivaron una serie de indagaciones sobre los conocimientos tradicionales.

Ingresar en la lectura de este documento es advertir el valor de la cartografía georreferenciada, donde ha sido posible identificar y reconocer las prácticas tradicionales de las comunidades, así como los elementos significativos del paisaje, los hitos geográficos, los usos, las potencialidades y las amenazas sobre el territorio, a partir del conocimiento local y su diálogo constructivo con el quehacer técnico. Particular importancia ha tenido, incluso como valor político, la identificación de los sitios de pesca marina –caladeros-, ya que es la práctica tradicional esencial para la soberanía alimentaria de la comunidad, fuertemente amenazada por intereses externos.

Leer un mapa no es un ejercicio habitual entre bibliotecarios/as, y sin embargo esta experiencia, nos lleva a prestar atención a la información que generalmente es invisible en los mapas tradicionales que se publican sobre las comunidades, el valor del dato, cuando el mismo es generado en forma endógena y participativa, acaso un modo de asociar la identidad con la ubicación física del territorio, saber donde están ubicados los recursos, dónde ocurrieron las historias, quienes las contaron.

Es para pensar lo que significa, tanto para un profesional de la información como para un referente comunitario, ubicar en un mapa un conjunto de verdades, posiblemente los paisanos de El Valle sigan agregando datos en las próximas publicaciones, será un modo legítimo de hacer visible, para el resto de la sociedad, la enorme complejidad de la propia cultura.

Registro del libro:

Montoya Arango, V., Puerta Silva, C., Montoya, C., Sepúlveda López, L. & Bocanumenth, N. (2011). Memorias y conocimientos tradicionales del territorio colectivo afrodescendiente del El Valle, Chocó, Colombia. Medellín: Universidad de Antioquia, Instituto de Estudios Regionales.

El documento se puede descargar desde el Repositorio Institucional de la Universidad de Antioquía: https://bibliotecadigital.udea.edu.co/handle/10495/10491

martes, 1 de agosto de 2023

La Pachamama, tiempo y espacio

En estos tiempos tan inciertos, cobra sentido recuperar un modo de entendimiento, que busca equilibrar el permanente desbalanceo de los valores sociales y culturales de cada comunidad, recobrar la importancia de lo que significa el tiempo y el espacio en esa relación concebida por los pueblos del mundo andino, desde las antiguas tradiciones que aún hoy prevalecen.

Es una consecuencia de este desequilibrio el actual escenario de guerras entre países, de los efectos irreversibles del cambio climático, del desarrollo acrítico de la inteligencia artificial, del desprecio y autoritarismo de algunos dirigentes políticos que impiden la libre expresión de sus conciudadanos, un ejercicio democrático básico que corre riesgo de perderse. 

Cuidar la Pachamama es cultivar lo único que nos sostiene, siempre es bueno recordarnos eso, se trata de pequeños actos que nos permiten continuar el camino, y que en ese devenir, plagado de verdades y conocimientos, podamos recordarnos el aprendizaje que implica la observación atenta de la naturaleza, porque siempre están ahí las respuestas más simples, de todo aquello que no merece ser olvidado.

Comparto nota del Orejiverde sobre esta simbólica fecha:

Comienza el tiempo de la Pachamama: http://elorejiverde.com/buen-vivir/6760-comienza-el-tiempo-de-la-pachamama

miércoles, 19 de julio de 2023

Ana Medrano, primera presidenta de la comunidad qom de Derqui


En un hecho histórico, por primera vez en el Centro Comunitario Daviaxaiqui de la comunidad qom de Derqui, una mujer es elegida presidenta, se trata de Ana Medrano, referente cultural de la comunidad, maestra bilingüe, traductora qom-castellano, artesana, tejedora, colaboradora del proyecto musical Qomi Qompi y alma materna del proyecto Biblioteca Qomllalaqpi -realizado con la colaboración de Roque López, entre 2009 y 2012- junto con el apoyo de la Fundación Desde América, recordado emprendimiento colectivo en el que estuvieron involucrados los antropólogos Carlos Martínez Sarasola y Ana María Llamazares.

Esta designación fue realizada el 19 de junio, por votación de los vecinos del llamado "barrio toba", en donde participaron 33 familias, obteniendo Ana 14 votos. El resultado genera expectativas en la comunidad, dado el compromiso que siempre manifestó Ana Medrano en defensa de la cultura oral de los ancestros qom, una mujer vinculada permanentemente con la identidad cultural de su pueblo, en donde se incluye sus tareas al frente del merendero comunitario, con asistencia a los niños y niñas del barrio, sumado a sus colaboraciones bajo el entendimiento de la interculturalidad, con múltiples actividades en el contexto educativo y en la salud pública.

Cabe señalar que la comisión directiva del centro comunitario está conformada por 12 miembros de la comunidad, y que el cargo de presidente es por 2 años, por lo tanto, el período 2023-2025 contará con la dirección de una persona muy querida en el barrio, quien seguramente realizará trabajos y proyectos que fortalecerán la identidad cultural del pueblo qom.

Por fuera de esta noticia, siempre tengo el ameno recuerdo del primer encuentro en la casa de Ana y Roque, la receptividad que hubo aquel día por un tema que habilitaba múltiples posibilidades de trabajo comunitario, ni más ni menos que una biblioteca, y sobre todo, una biblioteca oral, que pudiera resguardar el conocimiento de las personas, proyecto que desde 2009 hasta 2012 se conoció como Biblioteca Qomllalaqpi (los hijos de los qom). Se trata de un concepto que ha sido desarrollado en buena parte de América Latina, con resultados dispares, pero que en Derqui generó atención por lo que implicaba contar con un espacio que permitía el registro del conocimiento comunitario, las verdades y experiencias de la comunidad, las "dos educaciones" del pueblo qom (la tradicional que se imparte en las escuelas y la familiar, con base en la oralidad y el bilingüismo). 

Aquel día, con un mate de por medio, supe el sentido que tenía el árbol de algarrobo para la cultura, la tinta que se extraía mezclando las raíces con alcohol para dar a las artesanías el color amarronado característico, la importancia que tiene para las madres qom enterrar la placenta en algún lugar de la casa, los cantos en lengua materna que no se perdieron, el profundo grado de identidad que genera el sonido del n'viqué, los telares tejidos con las antiguas técnicas familiares, el valor de comunicar la cultura, el respeto hacia los abuelos y abuelas, el aprecio que genera la existencia de un pi'oxonaq.

Hoy Ana está al frente del Centro Comunitario Daviaxaiqui y la sola noticia es alentadora por tratarse de una trabajadora con un amplio entendimiento de su cultura.

Una feliz noticia, enhorabuena.

Versión para El Orejiverde: http://www.elorejiverde.com/buen-vivir/6750-ana-medrano-primera-presidenta-de-la-comunidad-qom-de-derqui  


sábado, 1 de julio de 2023

Interculturalizar la interculturalidad: cultivar entendimientos para fortalecer la identidad

La interculturalidad es un concepto que establece un plano de igualdad y reciprocidad, donde son posibles las comunicaciones horizontales y los intercambios de conocimientos entre grupos culturales diferentes. Transformar el sustantivo en un verbo -desde el territorio de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB)- requiere la diagramación de políticas educativas donde se habilite un mecanismo de construcción social de conocimiento, en el que sea posible articular el entendimiento familiar de la propia cultura originaria. En este sentido, las bibliotecas indígenas resultan unidades apropiadas para gestionar un conocimiento comunitario que pueda aplicarse en el aula de modalidad EIB, a través de documentos que recuperen, desde la oralidad y la memoria, un patrimonio custodiado por los últimos guardianes de las culturas indígenas, aquellos portadores de conocimiento que las sociedades occidentales reconocen como libros vivientes o tesoros humanos vivos.

En dicho terreno, el bilingüismo es una herramienta para acercar entendimientos entre ambas educaciones, especialmente con temáticas que tengan relación con la historia cultural, el contexto geográfico, el conocimiento agroecológico y el componente lingüístico de las comunidades. Es allí, que el rol social del bibliotecario cobra una importancia trascendental, al permitir el resguardo de información como resultado de un proceso de documentación de un conjunto específico de conocimientos orales. Es preciso cambiar el paradigma de la oralidad en cuanto información que pueda cultivarse en forma interdisciplinaria, con aplicación en el aula, en donde el bibliotecario/a sea un puente de comunicación, y de eventual registro, a través de la construcción del propio acervo.

Es necesario analizar el recorrido jurídico en torno a la diversidad cultural, pero no desde un entendimiento vertical, sino favorecer el enfoque de una interculturalidad crítica basada en la igualdad de derecho, donde puedan debatirse las desigualdades y asimetrías. En Argentina, la educación destinada a las comunidades indígenas es una de las ocho modalidades que se pautaron para ofrecer la posibilidad de un aprendizaje a colectivos minoritarios en situación social vulnerable: EIB, educación técnico profesional, educación artística, educación especial, educación permanente de jóvenes y adultos, educación rural, educación en contextos de privación de la libertad, educación domiciliaria y hospitalaria. En líneas generales, es un hecho que las sociedades van evolucionando y adquiriendo derechos que fueron ganados en base a demandas y luchas concretas, situación que en el terreno de la educación incluye diseños de programas curriculares que orienten el desarrollo cultural y social de las familias, para lo cual es urgente revisar el pasado histórico de los pueblos originarios, sus resistencias, sus idiosincrasias, su invisibilidad.

La Educación Intercultural Bilingüe surge en Argentina a fines del siglo XX como modalidad para el tratamiento de la diversidad étnica y lingüística, en un escenario signado por la extrema desigualdad, pobreza y marginalidad. El inicio de esta propuesta, si bien contó en su desarrollo con una amplia legislación nacional, tuvo un carácter compensatorio (Hecht, 2015). La implementación de la enseñanza planteó una relación entre la identificación de la diversidad sociocultural y la pobreza estructural representada a través de carencias económicas, sociales, educativas y políticas de las comunidades aborígenes.

Representa una controversia que en su origen el programa haya sido delegado bajo la supervisión de la Dirección Nacional de Programas Compensatorios, dependiente de la Subsecretaría de Equidad y Calidad. Una medida que instala la asociación de la diferencia cultural con un problema que debe ser subsanado desde una compensación educativa. Este criterio fue modificado 3 años después, al pasar el área de EIB a la Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente del Ministerio de Educación.

En líneas generales, las escuelas que cuentan con modalidad EIB deben focalizar sus contenidos curriculares en lengua originaria y en castellano como segunda lengua, los mismos deben tener un sentido de pertenencia con la cultura indígena, así como una perspectiva intercultural, que responda a la lógica de un diálogo entre culturas, con información específica que incorpore el conocimiento familiar tradicional de las comunidades. Si esto no sucede, resultaría inevitable la folclorización de una cultura que es preciso “rescatar” desde el sistema educativo, lo que invariablemente incluirá una construcción de estereotipos negativos, un desconocimiento del entorno comunitario, así como de las prácticas sociales y conocimientos culturales cultivados por los ancianos/as de las comunidades.

En ocasiones, es una carencia lo que habilita una demanda, el conjunto de reclamos que tornan visible la necesidad de una respuesta política, cuya incidencia genera un escenario de cambios que paulatinamente se incorporan en el sistema educativo. Si en una comunidad el espacio escolar no integra los conocimientos de los diferentes núcleos poblacionales que pertenecen a culturas diferentes, la persistencia del problema aumentará las estadísticas sobre deserción escolar y repitencia, números que dejarán de ser datos vacíos sin rostros visibles detrás. Se trata de una situación que tendrá por evidencia la ausencia del Estado para garantizar la equidad, la inserción social y el desarrollo educativo, en un país que registra oficialmente 33 pueblos indígenas (Martínez Sarasola, 2015), donde se hablan 18 lenguas originarias y cuenta con aproximadamente 870 comunidades con personería jurídica (Ministerio de Educación, 2009).

No entender el alcance de esta masa crítica de conocimiento, desde las cuales poder articular nuevas formas de entender la realidad, es una de las razones para comprender la complejidad del concepto de identidad de un país atravesado por múltiples matrices culturales, muchas de ellas negadas y despreciadas por buena parte de la sociedad dominante. Superadas ciertas concepciones en torno a la diversidad cultural, es preciso pasar a otra instancia: que la investigación escolar visibilice el conocimiento a ser registrado en bibliotecas bilingües e interculturales, donde las colecciones representen las características de una cultura en movimiento. Que esta casa educativa paulatinamente vaya incorporando criterios basados en los cambios propios de toda comunidad.

Es incluso válido que la biblioteca habilite un espacio para las preguntas, porque resultarán inevitables en un mundo de cambios producidos por conquistas sociales.

Paulo Freire (2015) sostenía que era necesario “desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho”. Es de algún modo concebir el criterio de una biblioteca interrogativa que produce documentos, pero esos documentos no fijan para siempre un entendimiento, sino que, por el carácter oral y plural de su construcción, integrará matices propios de cada discernimiento. Estas situaciones registran casos de intervenciones comunitarias en temas que son interpelados en forma circular, especialmente en el campo lingüístico, lo que implica la importancia de registrar los cambios basados en las comunicaciones entre los miembros de la comunidad.

Podría decirse que la biblioteca indígena, tal como fue concebido el concepto de cultura en la antigüedad -una metáfora agrícola planteada por Cicerón, como cultivo del alma humana a través del conocimiento- habilita la construcción de un conjunto de saberes, creencias y conductas sociales, que permiten la comunicación interdisciplinaria con la posibilidad de resolver problemas que afectan a las propias comunidades. Suele ser habitual en barrios indígenas que cuentan con centros comunitarios y títulos de propiedad colectiva, la realización de asambleas para tomar decisiones que se vinculan con propuestas externas, requerimientos propios, o reclamos a diversas entidades públicas, en donde suelen existir los consensos como producto de extensas deliberaciones, en el que cada integrante toma la palabra desde su propia experiencia. Registrar esa toma de posición resulta una tarea de singular importancia para el bibliotecario/a, por lo que implica un material que representa el análisis colectivo de problemáticas que los interpelan, una toma de posición determinada, contenidos que no deberían ser indiferentes para el maestro de modalidad EIB.

Las sociedades avanzan con sus desigualdades a cuestas, las convenciones lingüísticas agregan nuevas conductas verbales que enriquecen el plano multicultural y plurilingüe de los países. Es deber de las escuelas incorporar esas prácticas que nombran realidades con entendimientos ancestrales, acaso un modo de reconocer los desarrollos que inciden en el mundo, y con los cuales hay que prestar atención, porque el conocimiento oral está presente en las comunidades indígenas, pero en general, exceptuando honrosas excepciones, no se tiene en cuenta su aplicación a nivel educativo. Enseñar historia, geografía o biología, por mencionar algunos ejemplos, no tiene sentido en una EIB si no se incluyen componentes del propio contexto comunitario, que permitan integrar saberes: enseñar desde lo que el alumno/a ya sabe por comunicación familiar, establecer un criterio arbóreo de conocimientos con pertenencia cultural al entorno social, histórico y educativo.

Limitar la clase, sea cual fuera su temática, a una traducción de contenidos homogéneos, semejantes a cualquier modalidad educativa, deja sin sentido el articulado concepto de la interculturalidad y el bilingüismo, tal cual se destaca en la nomenclatura de la modalidad. Asociar en el aula un conocimiento comunitario, una verdad, una memoria o un recuerdo, implica concebir una pedagogía ya explorada a mediados del siglo XX desde el punto de vista empírico por algunos maestros rurales de América Latina, en donde ha sido posible hilvanar otros conceptos desprendidos del vocabulario utilizado en el propio territorio, que acompañe la comprensión de los alumnos para poder asociar de ese modo un aprendizaje, un sentido práctico, una afirmación cultural. Se trata de una enseñanza basada en la escucha atenta, cuyo estudio tiene por premisa la creación y recreación de saberes, que los alumnos/as no tengan por práctica el consumo estadístico de documentos, sino un reconocimiento de lo que cada uno sabe, pero también de lo que se desconoce, lo cual supone la concepción de un sistema de aprendizaje que atañe a la comunidad educativa en su conjunto, de la cual el bibliotecario/a forma parte.

En muchos casos, el plano de la oralidad queda limitado al esquema del bilingüismo, donde solo se traducen contenidos aprobados por el Ministerio de Educación en lengua materna. Los entendimientos y las verdades de los descendientes de pueblos originarios quedan afuera, y con ello, una oportunidad perdida de integrar diferentes formas de comprender la realidad, diferentes modos de nombrar las cosas que nos rodean. Ya lo decían los antiguos griegos, todo aquello que es verdadero no debe ser olvidado, la educación pública no puede anclar en el olvido las verdades colectivas de los pueblos originarios, probablemente se trate de revisar un aforismo de Heráclito (2007) basado en la elección de una sola palabra: aproximación. No aproximarnos al análisis de las cosmovisiones que encierran dichas verdades, acarrea no asumir los componentes de nuestra propia identidad como sociedad multiétnica y plurilingüe.

Representa de algún modo un problema sin resolver a nivel social, y bajo el cual la educación -y en especial la bibliotecología comunitaria- puede representar, a través de la construcción y registro de documentos, una respuesta con repercusión en el aula. Es como concebir un ecosistema cuyo desarrollo depende enteramente de quienes cuidan el patrimonio de una comunidad, pero ese concepto requiere apoyo político para no ser vulnerado. La oralidad desde el contexto de las culturas indígenas, ha significado una herramienta de comunicación que ha permeado el sistema de relaciones interétnicas entre las comunidades y la sociedad occidental.

Sin embargo, a nivel educativo se han registrado algunas experiencias con materiales en soportes escritos que, si bien recuperaron aspectos significativos de las etnias, no incorporaron el testimonio de quienes integran la comunidad educativa. Incluso la edición de libros bilingües que recopilaron mitos y leyendas, en muchos casos fueron interpretaciones de un investigador ajeno a la cultura, pero con registro de informantes que recordaron haber oído de sus abuelos aquellas historias, situación que nos remite a prácticas orales de la Edad Media, en donde para poder zanjar disputas entre pueblos cercanos, se recurría al testimonio oral de las personas con mayor ascendencia en la comunidad, quienes simplemente estaban recordando públicamente de lo que otros habían recordado antes que ellos (Ong, 2016). En esa cadena de conocimiento se ha perdido, dentro del plano educativo, el testimonio endógeno del libro viviente, máxima autoridad de cada comunidad.

Alguna vez consideré que el trabajo del bibliotecario puede consistir en habilitar la arborescencia de los conceptos, desbrozar información y facilitarla al usuario. Con el componente oral este criterio cobra otro sentido, la información es una comunicación que corre riesgo de perderse si no se la registra, pero a la vez se trata de una construcción: evaluar qué es posible documentar desde el espacio de una biblioteca con el conocimiento de las personas que integran la comunidad. Dentro de este entramado, es necesario interpelar el significado de la identidad cultural indígena, lo que implica revisar la historia, examinar el recorrido jurídico del país, e integrar los tiestos de una cultura que forjó el recorrido de una Nación. La biblioteca está destinada a mostrar ese espejo a la sociedad.

Bibliografía

Argentina. Ministerio de Educación. (2009). Recomendaciones para la elaboración de diseños curriculares. Educación Intercultural Bilingüe. Ministerio de Educación. https://des-juj.infd.edu.ar /sitio/upload/eib.pdf  

Cicerón, M. T. (2005). Tusculanae Disputationes. Gredos.

Freire, P. (2015). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Ediciones.

Hecht, A. (2015, noviembre). Educación Intercultural Bilingüe en Argentina: El caso del Chaco entre 1987 y 2014. 9(2), 129-144.

Martinez Sarasola, C. (2015). Pueblos y demografía. El Orejiverde. http://www.elorejiverde.com /index.php/actualidad/pueblos-y-demografia

Ong, W. J. (2016). Oralidad y escritura: tecnologías de la palabra. Fondo de Cultura Económica.

Parménides Poema. Heráclito Fragmentos. (2007). Ediciones Folio.

Bibliografía citada en la presentación oral

Argentina. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (2004). Educación Intercultural Bilingüe en Argentina: sistematización de experiencias. Buenos Aires: Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (1ª ed.).

Argentina. Ministerio de Educación (2008). VIII Congreso Latinoamericano de Educación Intercultural Bilingüe / Ministerio de Educación; UNICEF.  http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL002884.pdf

Canosa, D. (2013). Documento oral sobre el violín N’viqué [Blog]. Que Sabe Quien. http://librosvivientes.blogspot.com/2013/02/documento-oral-sobre-el-violin-nvique.html

De violines, violinistas y violineros (segunda parte) el n'viqué. (2021). Revista Folklore: 20 años de historias. http://revistafolklore.com.ar/de-violinesviolinistas-y-violineros-segunda-parte-el-nvique/

“¿Los argentinos descienden de los barcos?” Mitos, prejuicios y alguna verdad. (2021). Deutsche Welle DW. Made for minds. https://www.dw.com/es/los-argentinos-descienden-de-los-barcos-mitos-prejuicios-y-alguna-verdad/a-57886935

Martínez Sarasola, C. (1992). Nuestros paisanos los Indios. Vida, historia y destino de las comunidades indígenas en la Argentina. Buenos Aires, Del Nuevo Extremo.

Artículo compartido en el VIII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas sobre "Oralidades y culturas orales en las bibliotecas del Sur", realizado en territorio virtual colombiano, a través del Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia, en noviembre de 2022.

sábado, 10 de junio de 2023

John Palmer, el de los wichi

 

Como todo gran antropólogo, John Palmer, nacido en Inglaterra, desasnó un recorrido endógeno hacia otras formas de conocimiento, solo que, en este caso, su andar se mimetizó con las huellas de los paisanos, correspondido y aceptado en el silencio atento, a la vez que sus intervenciones fueron valoradas con respeto. En Tartagal, provincia de Salta, durante más de 30 años habitó una trinchera sin necesidad de levantar la voz, y fue consecuente con sus actos. Entendió la lengua wichi como pocos, se involucró con los problemas de la comunidad, formó una familia con una joven mujer aborigen, Tojueia, con quien tuvo 5 hijos que balbucean inglés, wichi y español, y contempló criterios que ampliaron el plano de entendimiento de su disciplina, enriqueciéndolo y extendiéndolo hasta donde el monte lo permitía.

De algún modo, les dijo a muchos de sus contemporáneos que era posible hacer las cosas de otra manera, representando las verdades de los silenciados, habilitando un modo genuino de pensar una problemática, con una conjunción acaso simétrica y poco transitada: el pensamiento crítico y el conocimiento cultural de la comunidad. Allí donde todo era sequedad, este renombrado antropólogo cultivó un jardín lleno de conceptos y arborescencias comunitarias, se lo recuerda andando en bicicleta, yendo a pie a los barrios, conversando con calma y obrando con prudencia.

Todo en John Palmer me recuerda a Carlos Martínez Sarasola, el equilibrio en la afirmación, la escucha atenta, el gesto solidario, ambos hombres-puente, cada vez que lo cruzaron, las culturas indígenas encontraron una manera amplia de acordar entendimientos, cada vez que terminaron su jornada, dejaron una respuesta y una eventual solución, una línea trazada para meditar colectivamente, y es un silencio que a partir de ahora se lamenta, porque se sabe que ciertas personas no se pueden reemplazar, donde el consuelo último es resignificar lo realizado, pero conscientes de que ante preguntas nuevas, no tendremos otra opción que aventurarnos en nuestro criterio, cuestionándonos secretamente bajo la forma de una interrogación ¿Qué diría John Palmer si ahora estuviera? ¿Qué diría Carlos?

En el documental del cineasta Ulises Rosell, titulado “El etnógrafo”, se aprecia la historia de John Palmer, quien, por su sincera preocupación, llega a ser representante legal de la comunidad Lapacho Mocho, ubicada en el Chaco Salteño, en un contexto de lucha por la posesión de tierras frente al avance de la agricultura intensiva y a la explotación minera en manos de empresas multinacionales.

No sé porque, me viene a la mente esta frase de Luis Chitarroni, también reciente -y lamentablemente- fallecido, desconozco si mide el acto colaborativo de John Palmer, ese que en silencio personificó cada día que le tocó estar en la comunidad, pero quizás algo acerca lo mucho que hizo mientras se dejó vivir, el texto dice así:

En términos de relato consecuente, morir implica, acaso con desgano, una sola peripecia anterior, que se denomina en tercera conjugación del infinitivo con un verbo de rima consonante: vivir. Que se derrama y se derrocha y se despilfarra en un pleonasmo o una redundancia”.

Y tal vez valga sumar esta disquisición, de que John Palmer reinventó de alguna manera el alcance de su disciplina -así como lo hizo Martínez Sarasola con el entendimiento de la identidad nacional- porque recogió verdades, porque plasmó en ellas su propia -serena, inconmensurable- sabiduría.

Se lo va a extrañar.

Versión para El Orejiverde: http://www.elorejiverde.com/toda-la-tierra-es-una-sola-alma/6735-john-palmer-el-de-los-wichi

jueves, 1 de junio de 2023

Algunas reflexiones del universo cartonero

Si algo quedó claro con el III Festival del Libro Cartonero realizado en Lima, Perú, es la permanencia del universo de las editoriales cartoneras, una señal de que esa forma de edición artesanal llegó para quedarse. En dicho horizonte, se registran eventos anuales que siguen en agenda y cada vez son más los investigadores que dedican un tiempo a este fenómeno artístico y cultural. Nada indica que las editoriales cartoneras se llamen a silencio o se tornen invisibles, y más si observamos el panorama sociopolítico y las crisis cíclicas que se originan en buena parte de los países, sobre todo Latinoamérica.

En lo personal, consideré apropiado introducir en el conversatorio "Cartografías cartoneras en América Latina", del cual formé parte junto a Ksenija Bilbija, Flavia Kraus y Valeria Lepra, un pensamiento de Alfredo Mires Ortiz, bibliotecario peruano de la región de Cajamarca, quien alguna vez dijo lo siguiente: “la Biblioteca empieza a existir cuando la necesitamos, y crece más todavía cuando se convierte en una demanda, que la Biblioteca existe cuando una comunidad sabe que su permanencia depende de sí misma”. De alguna manera podemos decir esto de buena parte de las editoriales cartoneras que desde hace ya 20 años proliferan en distintos países, y de las cuales, según figura actualizado en el Directorio de Editoriales Cartoneras, tenemos un total de 344 editoriales cartoneras. Vale señalar que este dato global, por la naturaleza del contexto colaborativo y comunitario, no pretende, ni podría, ser completo o exhaustivo. He tenido el cuidado de corroborar que ese listado sigue siendo operativo, que esas editoriales cartoneras siguen brindando un servicio, pero es común encontrar menciones de cartoneras de las cuales no es posible hallar datos en la Web.

Estamos hablando de un total de 28 países con experiencias de editoriales cartoneras, de los que sobresalen México, con 56 cartoneras, y Chile, con 55, muy cerca Brasil con 45 editoriales cartoneras, luego Perú con 37 y más abajo Argentina con 28 y España con 24 cartoneras. Me interesó mucho, y me pareció adecuado el criterio, el lema de este evento denominado "tránsitos y adaptaciones", tránsitos es una acción que viene del verbo transitar, ir de un lado a otro, atravesar, que es un poco el recorrido multidisciplinario que llevaron adelante, en forma fragmentada y bajo distintas direcciones, las innumerables editoriales cartoneras de América Latina, que más tarde se extendieron a otras latitudes. Ese verbo de alguna manera ubica un plano donde se vinculan las experiencias comunitarias, el encuentro de adscripciones identitarias, que muchas veces no distingue barreras entre el escritor, el editor y el lector.

En dicho tránsito, se fueron encontrando nuevas formas de acceder a la literatura, y a la vez nuevos modos de nombrar lo creado, no deja de resultar curioso que, en algunas experiencias literarias cartoneras, lo dicho desde la literatura tenga honda vinculación con el formato, las tapas de cartón pintadas a mano que encierran un manojo de fotocopias. Mientras que, por otro lado, tenemos el término adaptaciones, con el cual entendemos aquello que implica ajustar una cosa a otra, adaptarse a algo. Si revisamos la etimología, el término se compone de un prefijo que indica aproximación o cercanía, y un verbo que vincula los conceptos de ajustar, aplicar, alcanzar, en tal sentido me parece muy ilustrativo del movimiento cartonero hablar de un fenómeno cultural que establece una cercanía con la intencionalidad de la propuesta, a la vez que permite alcanzar, a través de la acción cultural y comunitaria, una posibilidad de visibilidad artística, que permanentemente se reinventa en función de sus inquietudes, interrogantes, exploraciones.

Necesidad de brindar un testimonio a través de un conjunto de artefactos con palabras, que expresan un modo muy genuino de convalidar el arte, probablemente se trate incluso de un sentido de pertenencia, en el que tanto los escritores como los lectores, se deban la tarea, en paralelo a la obra publicada, de interpelar el sentido de esta propuesta artesanal, de esto que llamamos libros cartoneros, editoriales cartoneras. Son los tránsitos y adaptaciones de un formato que se ha instalado definitivamente en el escenario de la literatura popular, donde ha sido posible articular circuitos emergentes de comunicación cultural, de expresiones artísticas variadas y de animación y acceso a la lectura, desde un trabajo de base colaborativo y asociativo.

En el encuentro mencioné las experiencias previas a la irrupción de Eloísa Cartonera, todas ellas en la década del ’70, destacándose Ediciones El Mendrugo, de la poeta argentina Elena Jordana, quien a principios de los años 70’ publicó libros encuadernados con cartón corrugado, distribuidos personalmente por la propia autora en sus viajes a México, Estados Unidos y Argentina. Por otra parte, se incluyó en el conversatorio la singular experiencia del poeta y narrador paraguayo Carlos Martínez Gamba, verdadero referente de la literatura oral guaraní, en su vertiente campesino indígena, en especial con la publicación de un libro cartonero en 1971, entendido como el primer cuento paraguayo en lengua guaraní, titulado "Hógape ojevýva karréta nandi rehevéma" ("Del que vuelve a su casa con la carreta vacía"). Por último, me pareció pertinente incluir la mención del Taller Leñateros, experiencia maya que nace en México en 1975, por intermediación de una poeta y editora, Ámbar Past, que propone a comunidades indígenas del barrio Cuxtitali la publicación de libros artesanales escritos, ilustrados, impresos y encuadernados con antiguas técnicas empleadas por ancestros mayas. Esta observación estuvo vinculada al concepto adaptaciones, por lo que implica un sistema de producción artesanal basado en criterios de reciclado, recogiendo en este caso desperdicios agrícolas e industriales para transformarlos en verdaderos objetos artísticos.

El otro tema que pude compartir, muy brevemente, fue el de la incidencia que tienen los libros cartoneros en bibliotecas indígenas, como formatos idóneos para transcribir los documentos orales y ofrecer a las comunidades una forma de autopublicación que implica por sí mismo un recurso económico, considerando que buena parte de las comunidades sobreviven por la venta de artesanías y charlas sobre la cultura en los colegios de la zona. Claramente se puede establecer un circuito de producción documental entre la comunidad, la biblioteca, la editorial cartonera y las radios indígenas bilingües, medios de comunicación que consideré apropiados para articular conocimiento local, en donde las editoriales cartoneras cumplen un rol de difusión artística comunitaria y fortalecimiento de la lecto escritura en culturas históricamente ágrafas.

En ese posible escenario, se utiliza el conocimiento oral como base, el mismo atraviesa una serie de intervenciones y prácticas tomando como anclaje la lecto-escritura, para luego transformar lo creado en un artefacto de palabras, pintado a mano en forma artesanal. Finalmente, el proceso queda registrado en el catálogo de una biblioteca a través del fondo oral con su formato escrito derivado. Se entiende que esta última acción no implica una función estática o pasiva del documento que pasa a formar parte de un estante, sino más bien es el inicio de una acción dinamizadora, que vincula el formato libro cartonero con las necesidades de lectura de una comunidad. Que puede viajar, en una función básica de servicio de extensión bibliotecaria, a distintas comunidades a través de mochilas viajeras, y cuyo catálogo puede ser compartido por diversidad de instituciones académicas, escolares, universitarias, centros de documentación o grupos de investigación.

Representa un circuito de trabajo que en forma permanente va generando conocimiento, cultura, expresión literaria, arte pictórico, las posibilidades que despliegan las editoriales cartoneras son numerosas, irregulares, comunitarias, vinculantes, adaptativas, dinámicas, complejas. Un pequeño universo indeterminado donde se encuentran poetas, narradores, cuentistas, ensayistas, pintores, dibujantes, artesanos, diseñadores y editores, y podemos incluir también a los bibliotecarios, locutores de radio, artistas y referentes comunitarios que trabajan en el mundo del reciclado y la recolección.

Hubo dos anécdotas que me parecieron ilustrativas en cuanto al alcance que tienen los libros cartoneros en las bibliotecas. Una vez, la docente en bibliotecología Mirta Pérez Díaz, utilizó un libro cartonero para una actividad en clase, ese libro lo había comprado cuando participé en el encuentro cartonero de Santiago de Chile de 2017, “La gota de agua”, de Amado Nervo, publicado por Ediciones Liz, sabía que en sus manos ese material iba a tener una utilidad insospechada. Poco tiempo después, me dijo algo que comparto: “pocos estudiantes perciben estos documentos como parte de los fondos de una biblioteca”. Desde otro lugar, otro bibliotecario, Javier Areco, me comentó una vez que el bibliotecario de la Biblioteca Pública de Los Ángeles, le mostró en streaming los anaqueles interminables que tienen de fanzines, dijo que “no solo forman parte del fondo: todos fueron adquiridos pagando, por más informal que pueda parecer la editorial autogestionada o el autor emprendedor que los creó, porque los consideran únicos, reflejan lo local y están comprometidos en apoyar esos movimientos y conservar esa memoria”. Por ende, es improbable medir el impacto que un simple libro cartonero puede tener en una unidad de información.

Me pareció adecuado finalizar con una frase de Martín Kohan, escritor argentino, quien dijo recientemente que “Las voces del decir literario, incluso cuando elevan su volumen, tienden a circular como un murmullo. Pienso así a la literatura, incluso a la más resonante: como un murmullo, persistente y sustancial, que circula con nitidez entre el ruido del vocerío”.

Me sentí identificado porque en lo personal busco ampararme en ese murmullo, y no dejo de pensar que todo este fenómeno surgió por un pedazo de cartón que un hombre en situación de calle le vendió a un poeta a cambio de unas monedas.

Agradezco a Alfredo Ruiz Chinchay por la invitación.

III Festival Internacional del Libro Cartonero:

https://www.ccincagarcilaso.gob.pe/actividades/iii-festival-internacional-del-libro-cartonero/

Conversatorio "Cartografías cartoneras en América Latina":

https://www.facebook.com/cultura24.tv/videos/cartograf%C3%ADas-cartoneras-en-am%C3%A9rica-latina/1621480231683530/