Hace poco me tocó presenciar una experiencia muy particular en el barrio
Las Orquídeas de Puerto Iguazú, provincia de Misiones, el proyecto “La Casa
Ecológica de Botellas”, un emprendimiento que surgió por la inquietud de
Alfredo Santa Cruz, electricista de profesión, motivado por la falta de trabajo
debido a la crisis del año 2001, que tantos ciudadanos padecieron en Argentina.
Sin embargo, esa situación crítica lo llevó a tomar conocimiento sobre
tecnología sustentable, que le permitió, entre varias opciones, presentar
propuestas ecológicas en diferentes provincias del país, así como en Colombia
(año 2007), Concepción de Paraguay
(donde presentó un proyecto de 12 días de trabajo con utilización de 18.000
botellas) y una invitación para principios de 2023 que consiste en armar una
campaña de construcción en el Congo, África.
Últimamente Alfredo pudo compartir, en escuelas de Mendoza y Catamarca, una serie de charlas para que desde los barrios más humildes puedan implementar estas herramientas de construcción con criterios basados en la sustentabilidad y el respeto al medio ambiente. La casa de botellas, que tiene en la entrada varias especies arbóreas, entre ellas las higueras de la India, con hojas inmensas y frondosa sombra, no solamente centra su construcción en este tipo de materiales, también incorpora objetos reciclados y una mínima base de cemento y arena para fijar las estructuras.
En
la charla que recibimos, cada botella va agujereada con un sistema basado en un
alambre que perfora y permite la unión entre botellas, y a su vez van rellenadas
con arena o tierra, sobre todo las que se encuentran a la entrada de la
vivienda, luego se pintan según la utilidad que vayan a tener. No deja de ser
muy curioso la imaginación volcada en los elementos, que les permite a los
colaboradores hacer sillones con ruedas de auto, mesas con palets de madera,
utilizar bidets o máquinas de escribir para poner plantas, decorar escaleras,
bancos, macetas o todo tipo de artesanías tomando como base el plástico y otros
elementos como latas de gaseosas, botones y chapitas de cerveza.
El mensaje que deja Alfredo va más
allá de la comodidad que pueda tener este tipo de casas -realmente el clima
fresco se conserva debido al aislante térmico y la acústica es adecuada- sino
que su construcción implica una apuesta por el reciclado, el respeto al medio
ambiente y la posibilidad de contar con un techo propio con pocos recursos.
Hasta es posible hacer camas y sillones con esta técnica, y todo tipo de
ornamento para decoración de interiores con objetos reciclados. No deja de ser
un dato evidente el beneficio que implica la transformación de los residuos
para evitar basurales en espacios públicos, y la salida laboral que habilita,
con un oficio concreto, la mejora de las condiciones de vida de aquellas
comunidades que se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad.
Por intermedio de una serie de capacitaciones, voluntariado y criterios para el reciclaje, Alfredo logró incorporar una posibilidad desde la carencia, que permite el acceso a una vivienda propia, y que demuestra lo que es posible hacer cuando se pone en juego la imaginación, el cultivo de una idea novedosa y la persistencia en el trabajo a conciencia.
Para quienes deseen contactarse con Alfredo para conocer la propuesta, pueden acercarse a el barrio las Orquídeas de Puerto Iguazú, km 5, o bien a través de estos datos de contacto:
Correo
electrónico: lacasaecologicadebotellas@hotmail.com
Teléfono
(Whatsapp): 3757542981
Facebook: https://www.facebook.com/lacasadebotellas/?locale=es_LA
Otras fuentes para consultar:
La Casa Ecológica de Botellas: reciclar para salir
de la crisis
La Casa Ecológica de Botellas de Puerto Iguazú
