Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Censura y bibliotecas, Pedro López López


Se comparten algunas apreciaciones del segundo encuentro que Pedro López López brindó en la Biblioteca Popular Florentino Ameghino, de Luis Guillón, estableciendo definiciones en torno al tema de la censura en contextos de bibliotecas. En este caso el profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid disertó sobre distintos tipos de censura, los inicios, el macarthismo, la censura en el franquismo y en la dictadura Argentina, y los casos reconocidos de libros censurados.

Para facilitar la lectura se optará por compartir los textos empleados por Pedro en su disertación (bajo su autorización), aportando algunos datos de carácter contextual y complementario.

En este encuentro, entendiendo a la censura tanto desde la etimología como desde la relación que tuvo en contextos  morales, religiosos, filosóficos, políticos, ideológicos o culturales, resultó acertado incluir en estas variables las experiencias “correctivas” de gobiernos autoritarios.

En el caso de los tipos de censura, apoyándose conceptualmente en Gabriela Cicalese, el autor estableció los siguientes casos:

Censura previa: Se "revisa" el material antes de que éste pueda emitirse. En general este tipo de censuras van acompañadas de leyes o disposiciones por parte de los gobiernos. Hay listados de temas, personas, "cosas" y "personajes" que no pueden aparecer en los medios.

Censura posterior: Ocurre después del hecho. Se liga a la aplicación de sanciones económicas o suspensión de programas o personas. En estos casos, la información "no querida" ya ha sido difundida por los medios. Pero, una vez sucedido este hecho, los dueños del poder político toman medidas para que el mensaje no se repita, para que los responsables tengan una sanción y para intimidar a quienes tuvieran la intención de obrar de modo similar (tanto los casos de censura previa como posterior se recomienda los contenidos impartidos por el profesor Edgardo Vannucci en el curso (des)enterrando librosprohibidos)

Autocensura: Los periodistas, autores, actores y conductores saben cuál es la postura y la composición económica del medio para el que trabajan. Conocen la línea ideológica que tiene ese medio, la cual no debe ser contrariada si se pretende permanecer dentro de su estructura (el actual contexto argentino ciertamente ofrece elementos claros para que los futuros estudiantes de comunicación establezcan lecturas críticas en torno a esta realidad)

Censura fundamental (económica):
La gran inversión de capital que requiere una emisión en los medios masivos, ha circunscripto ese espacio a unas pocas personas con poder económico. P. ej., si nosotros, en nuestro rol de televidentes, no coincidimos con lo que plantea un programa podemos cambiar de canal, llamar por teléfono o mandar una carta para expresar nuestro desacuerdo. Pero no podemos aparecer en la televisión al día siguiente con un programa producido por nosotros, que refleje nuestra opinión con la misma calidad técnica y condiciones que el programa original. La emisión de los medios masivos, especialmente la televisión y el cine, es centralista y antidemocrática, porque sus altos  costos de emisión permiten que sólo un grupo de poderosos accedan a manejarlos. El "medio" decide si se transmitirá una manifestación o protesta, un evento cultural o una noticia. Los ciudadanos comunes podemos presionar sobre los medios pero no decidimos qué se emitirá.

Si tomamos esta censura fundamental, los canales en manos del Estado pasarían a tener un valor democrático mucho mayor que los grandes emporios económicos, ya que dentro de una política estatal es más probable que existan incentivos hacia programas culturales y proyectos comunitarios que no dependan tanto de los anunciantes publicitarios o del rating.

Tal como lo expresó Pedro, en estos ejemplos la censura no solo corresponde a regímenes autoritarios…
Se suele asociar la censura a regímenes autoritarios, pero en los llamados “democráticos” también se practica con los siguientes objetivos:

1. Acallar la disidencia con respecto a cualquier tipo de poder, sea político, social, económico o religioso.
2. Mantener la hegemonía social, económica y política de los poderosos.
3. Imponer a la sociedad los prejuicios morales de esas mismas oligarquías.
4. Mantener un discurso ideológico único, especialmente dirigido a la infancia y la juventud de tal modo que asimilen los valores e ideología de las oligarquías dominantes y al crecer sean adultos domesticados, sin atisbo de pensamiento propio, crítico o autónomo.

Fue muy interesante compartir un recorrido cronológico de los inicios de la censura a nivel mundial, obviamente tomando casos emblemáticos por cuestión de tiempo y espacio, entre ellos los siguientes:

- Desde los comienzos de la imprenta la Iglesia de Roma elaboró un aparato de control de todo lo que se publicaba. Continuas disposiciones de prohibición de libros, comenzando en ciudades alemanas.
- En 1501 el papa Alejandro VI promulga la bula Inter multiplices, fijando los principios de la censura previa. En 1515 en el Concilio de Letrán V, la censura previa se extiende a toda la cristiandad con la bula Inter sollicitudines.
- España fue uno de los primeros países. En 1502 una disposición de los Reyes Católicos  imponía licencia previa para los libros de nueva impresión y las importaciones. Además, fue establecida la figura den censor.
- Entre 1517 y 1530 los escritos de Lutero se difunden en más de 300.000 copias. Nunca una herejía había sido tan difundida. La Inquisición fue tomando importancia, ni siquiera los libros ya autorizados estaban a salvo de ser secuestrados y quemados. La normativa se orientaba a extirpar la herejía, pero pronto desbordó esos límites. Enseguida el poder político tomó nota de la utilidad de la censura para el poder. A pesar de reconocer que ningún reino podía mantenerse sin el apoyo de la religión, poder político y eclesiástico tienen sus tensiones. A finales del s. XVI en casi toda Europa había estructuras burocráticas que vigilaban la impresión en nombre del Estado.

Los almanaques tenían gran éxito (en Inglaterra había 600 en 1600).  Constituían un desafío para el clero católico y el protestante,  la astrología no era bien vista, para el protestantismo los horóscopos suponían delegar en los astros la responsabilidad individual.
El poder político se alió con la Iglesia, dado que los almanaques también contenían predicciones políticas y podían inducir al pueblo a hacerlas realidad: no había mucha diferencia entre profetizar el final violento de un reinado y exhortar a la revuelta. Las sublevaciones contra Enrique VII se inspiraron en esa clase de predicciones. Algunos astrólogos fueron ejecutados en Inglaterra acusados de alta traición, ya que predijeron la muerte del rey.
En Francia Enrique III prohibió las profecías sobre la muerte de un soberano y sobre asuntos privados y estatales en general (1579).
En 1660 el rey Carlos II de Inglaterra dispuso que se posibilitara la lectura de la Biblia a todo cristiano, con miras a la salvación de su alma, refiriéndose sobre todo a los nativos de las colonias británicas. Pero el decreto topó con la oposición de los negreros británicos de América, ya que los esclavos que pudieran leer la Biblia podrían también leer escritos contrarios a la esclavitud. Los gobernadores de las colonias británicas promulgaron leyes propias para América que prohibían leer a los esclavos y a todos los negros, incluidos los libres. Las leyes tuvieron vigencia hasta mediados del s. XIX.

Luego Pedro López López dedicó un tiempo sustancial al tema del macarthismo, cuyo contexto ha sido el ascenso de los fascismos en Europa, que hizo afiliarse a muchas personas al Partido Comunista en Estados Unidos, afiliación que se incrementó cuando Estados Unidos entró en la guerra y se convirtió en aliado de la Unión Soviética. Una vez terminada la guerra se desató una feroz campaña anticomunista que encabezó en su fase más dura el senador Joseph McCarthy. Durante la campaña fueron llamados a declarar cientos de personajes del mundo intelectual (escritores, actores…). Algunos casos fueron los actores Edgar G. Robinson, Humphrey Bogart, Lauren Bacall, el director John Huston, los escritores Howard Fast y Dalton Trumbo.

En la conferencia Pedro López López resaltó especialmente la figura de Dalton Trumbo (1905-1976), novelista, guionista y director de cine, considerado el guionista de más éxito en Estados Unidos en los años treinta y cuarenta. Tras pasar en la cárcel 11 meses por negarse a delatar a compañeros del Partido Comunista, seguía siendo contratado por productores, pero no podía firmar con su nombre. La película Espartaco, producida por Kirk Douglas y dirigida por Stanley Kubrick, la firmó como Sam Jackson. A partir de ella (1960) se le reivindica por parte de Kirk Douglas y puede volver a firmar.

Notas sobre el Macarthismo
Howard Fast (1914-1993) publicó Ciudadano Tom Paine en 1943, sobre la vida de Tom Paine. En 1947 se vendieron un millón de ejemplares. Ese mismo año el Board of Education (ministerio de cultura) decidió que en las nuevas condiciones políticas (macarthismo) la novela defendía ideas radicales y debía ser retirada de las bibliotecas de las universidades. 

En 1944 se había unido al Partido Comunista. Fue llamado por el Comité de Actividades Anti-Americanas y rechazó divulgar los nombres de los contribuyentes del Comité de Ayuda a los Refugiados Antifascistas, que había comprado un antiguo convento en Toulouse para convertirlo en hospital en el que trabajaban los cuáqueros ayudando a los refugiados republicanos de la Guerra Civil Española (una de las contribuyentes fue Eleanor Roosevelt, que más tarde presidió los trabajos en Naciones Unidas para la DUDH). Esta postura le condujo a la cárcel en 1950 (tres meses) por desacato al Congreso. Mientras estaba en la cárcel comenzó a escribir su trabajo más famoso, Espartaco. Cuando lo terminó lo envió a su editor, pero el director del FBI (J. Edagar Hoover) envió una carta a la editorial advirtiendo de que no deberían publicarlo. Lo mando a otras siete editoriales y no consiguió publicarlo, por lo que con ayuda de amigos creó una editorial y lo publicó. Se vendieron enseguida más de 40.000 ejemplares, que tras el macarthismo se convirtieron en millones, siendo publicado en 56 idiomas. Diez años después de su publicación, el actor Kirk Douglas produjo la película, dirigida por Stanley Kubrick. Para los guiones contó con Dalton Trumbo.
La concesión del Premio Stalin de la Paz en 1953 por parte de la URSS supuso el fin de Fast en Estados Unidos. Se vio obligado a publicar bajo el seudónimo de E.V. Cunningham

Otros casos interesantes, desde el contexto cinematográfico, artístico y literario, han sido los siguientes:
- Edward R. Murrow (1908-1965). Periodista, locutor seguido por millones de personas de la CBS para radio y televisión. Produjo reportajes que lo enfrentaron al senador McCarthy. George Clooney lo retrató en la película Buenas noches, y buena suerte (2000). Cuando se estrenó la película, Clooney la pasó a varios grupos de espectadores y solo el 20% sabía quién era McCarthy y lo que había sido el macarthismo.
- S. Dashiell Hammet (1894-1961). Escritor y guionista. Seis meses de cárcel por negarse a proporcionar información al Comité de Actividades Antiamericanas Ingresa 22 semanas en la cárcel. En 1953 vuelve a negarse a denunciar a nadie y se retiran todos sus libros de las bibliotecas. Fue desacreditado y acusado de corrupción. Había luchado por Estados Unidos en las dos guerras mundiales, pero perdió todos sus ingresos por las ideas paranoides de McCarthy, al caer en la lista negra de autores prohibidos. Murió solo y arruinado en 1961.
- Arthur Miller (1915-2005). Escribe Las brujas de Salem, inspirándose en un acontecimiento real del siglo XVII para denunciar en realidad el macarthismo, del que él también fue víctima.
- Wilhem Reich (1897-1957), psicoanalista austríaco exiliado en Estados Unidos, sufrió la quema de sus libros primero por los nazis y más tarde en el propio Estados Unidos bajo el macarthismo (sus libros fueron recogidos de las bibliotecas y después quemados)

En este apartado Pedro López López incluyó el contexto de la biblioteca y los bibliotecarios:
McCarthy ordenó retirar de las bibliotecas de unas doscientas Casas de América que había en Europa obras de Thomas Mann (La montaña mágica), de Einstein, de Freud, de Gorki, de Sartre, de Herman Melville (Moby-Dick), de Howard Fast, etc.
La bibliotecaria Ruth Brown es obligada a dimitir en 1951 del cargo de directora de la biblioteca de Bartlesby (California) por negarse a retirar de los estantes la revista The Nation y varios libros sobre la Unión Soviética. Su caso fue llevado al cine en la película Storm Center (“En el ojo del huracán”), protagonizada por Bette Davis y dirigida por Daniel Taradash (1956)
Consecuencia directa de esta caza de brujas y las tensiones en la profesión bibliotecaria en los Estados Unidos durante este período  fue el primer código deontológico de la profesión bibliotecaria, de la American Library Association (ALA), de 1948, denominado Library Bill of Rights  Durante el período, cualquier escritor que escribiera sobre el comunismo o se sospechara que fuera o apoyara a los comunistas era proscrito de las bibliotecas.
El sociólogo Bernard Berelson reivindica en 1938 dejar de lado la supuesta imparcialidad o neutralidad de los bibliotecarios y defender la necesidad de defender desde la profesión valores y principios imprescindibles para la democracia.
En 1967 la ALA crea la Office for Intellectual Freedom con la finalidad de defender los principios de la Library Bill of Rights DE Estados Unidos

La censura en el bloque comunista
Boris Pasternak (1890-1960) tuvo problemas para publicar su Doctor Zhivago, cuyo texto sacó clandestinamente del país para poder publicarlo en el extranjero. En 1958 obtuvo el Premio Nobel, al que tuvo que renunciar por presiones del Partido Comunista soviético.
En la República Democrática Alemana (RDA) se hizo una “Lista de libros que deben ser apartados” que incluía a “los enemigos del socialismo”, es decir, “literatura no marxista, socialdemócrata y trotskista” por ser considerada contraria al sistema vigente en la Unión Soviética. Oficialmente no había censura, y quien lo afirmara incurría en el delito de difamación contra el Estado, que suponía cárcel. En 1958 se condenó a siete años de cárcel por traición al Estado a un estudiante de filosofía que había hecho una visita a la RFA y había traído algunos libros. En 1978 un teólogo fue condenado a dos años y cuatro meses por haber leído 1984 (George Orwell).
Luego Pedro nos acercó una problemática propia de la historia española, el franquismo (la dictadura de Francisco Franco desde 1936 hasta 1975), trazando un paralelo con la dictadura Argentina (1976-1983):

Censura en el franquismo:
En enero de 1937 se creó la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda. La primera disposición sobre la depuración de bibliotecas y el control de las lecturas fue la Orden de 4 de septiembre, donde se acusaba al Ministerio de Instrucción republicano de haber difundido obras marxistas entre la infancia. Por ello, era necesario hacer desaparecer esas publicaciones de escuelas y bibliotecas.

Autos de fe. P. ej., en la Universidad Central (UCM), se hace una quema de libros en el Día del Libro de 1939. El catedrático de Derecho Antonio Luna lee el siguiente texto: “Para edificar a España una, grande y libre, condenados al fuego los libros separatistas, los liberales, los marxistas, los de la leyenda negra, los anticatólicos, los del romanticismo enfermizo, los pesimistas, los pornográficos, los de un modernismo extravagante, los cursis, los cobardes, los seudocientíficos, los textos malos y los periódicos chabacanos. E incluimos en nuestro índice a Sabino Arana, Juan Jacobo Rousseau, Carlos Marx, Voltaire, Lamartine, Máximo Gorki, Remarque, Freud y al “Heraldo de Madrid”.
Hubo piras de libros, depuración de bibliotecas, incautaciones de libros. Se fusiló a bibliotecarios, editores y libreros. La bibliotecaria Juana Capdevielle fue asesinada el 18 de agosto de 1936, estando embarazada con 30 años. Era bibliotecaria de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central (UCM).

Periódico Arriba, 1-8-1936: “¡Camarada! Tienes la obligación de perseguir al judaísmo, a la masonería al marxismo y al separatismo. Destruye y quema sus periódicos, sus libros sus revistas, sus propagandas. ¡Camarada! ¡Por Dios y por la patria!”.
Bando de septiembre de 1936 declara ilícitos la producción, comercio, circulación y tenencia de libros, periódicos y todo tipo de impresos pornográficos, socialistas, comunistas, libertarios y disolventes en general. Todos los establecimientos, editoriales, librerías y kioskos a entregar todas las publicaciones prohibidas a las autoridades militares en un plazo de 48 horas. En el siguiente artículo (3º) se hace extensiva esta obligación a particulares, entidades públicas y corporaciones privadas.
En España, algunos escritores han sido presos políticos y se ven obligados a escribir novelas y tebeos bajo seudónimo.

Esquema de la censura en el franquismo 
Seguía una pauta inquisitorial:
1)¿Ataca al dogma?
2) ¿A la moral?
3) ¿A la iglesia o a sus ministros?
4) ¿Al régimen y a sus instituciones?
5) ¿A las personas que colaboran o han colaborado con el régimen?
6) Los pasajes censurables ¿califican el contenido total de la obra?
7) Informe y observaciones.
El informe más antiguo de censura es el referente a la obra de Gregorio Marañón, Raíz y decoro de España, en 1939. Otro de los primeros es el referido a la obra de Jardiel Poncela, ¿Pero…hubo alguna vez  once mil vírgenes?, donde el autor se autocensuró 218 páginas de 315. La mayoría de las tachaduras realizadas tenían que ver con problemas de lenguaje relacionados con la moral sexual.

Dictadura Argentina (1976-1983)
Jorge Rafael Videla (conferencia de prensa 17-12-1977): “... consideramos que es un delito grave atentar contra el estilo de vida occidental y cristiano queriéndolo cambiar por otro que nos es ajeno, y en este tipo de lucha no solamente es considerado como agresor el que agrede a través de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también aquel que en el plano de las ideas quiere cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son justamente subversivas (...) el terrorista no sólo es considerado tal por matar (...) sino también por activar, a través de ideas contrarias a nuestra civilización occidental y cristiana a otras personas...”

- Quema de libros en La Calera (prov. Córdoba): miles de libros y revistas considerados “marxistas”.
- Editorial de la Universidad de Buenos Aires (EUDEBA): 27-2-1977, destruidos unos 80.000 ejemplares.
-  CEAL (Centro Editor de América Latina): 26-6-1980, destruidos aprox. 00.000 libros y fascículos en Sarandí
- Biblioteca Popular Constancio C. Vigil (Rosario, Santa Fe), retirada de 50.000-60.000 libros de la biblioteca y la editorial de la misma asociación.
- Retirada y destrucción de libros de bibliotecas universitarias.
- Los libros y revistas recibían la calificación de “inmoral y presuntamente obsceno”, “de exhibición limitada”, “de ilimitada fantasía”, etc.

Prácticamente todos los libros con éxito mundial que se nos vengan a la cabeza han tenido o tienen todavía problemas de censura en muchos países: El Mago de Oz, La Odisea, El Origen de las Especies, Alicia en el País de las Maravillas, 1984, Las Mil y Una Noches, El Diario de Ana Frank, El Señor de las Moscas, Los Miserables, El Lazarillo de Tormes, Los Viajes de Gulliver, Harry Potter (según La American Library Association (ALA), el libro más censurado en Estados Unidos en el año 2001) junto con estos ejemplos un larguísimo etcétera.

En España durante el franquismo se quemaron y/o  censuraron cientos de miles de ejemplares. Ana Karenina y Guerra y Paz, de Tolstoi; Crimen y Castigo, de Dostoievski; El árbol de la ciencia, de Baroja; El Quijote y las Novelas Ejemplares, de Cervantes; El Buscón, de Quevedo; Fausto, de Goethe; Las aventuras de Tom Sayer, de Mark Twain, La Celestina, de Fernando de Rojas; El Lazarillo de Tormes; La Cartuja de Parma, de Stendhal; Los tres mosqueteros, de Dumas; Los Miserables, de Víctor Hugo; Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez; El señor e las moscas, de William Golding… y un larguísimo etcétera.
Autores como Antonio Machado, Federico García Lorca, Blasco Ibáñez eran directamente prohibidos.

Casos actuales:
Pedro ha dejado en claro que en la actualidad se reiteran estas prácticas, cabe señalar algunas, muchas de ellas emblemáticas, para tener una cabal idea del contexto que nos ocupa:

1990. El Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen en Francia llega a varios ayuntamientos de ciudades importantes a partir de 1990, pretendiendo aplicar políticas de control de adquisiciones en las bibliotecas, lo que provocó discusiones en la profesión bibliotecaria. Producto de estas tensiones fue el código deontológico de los bibliotecarios franceses (2003).
 
2001. Michael Moore, Estúpidos hombres blancos. Ann Sparanese lo rescata.
A partir del 11-S, intentos del gobierno federal de EEUU de conseguir acceso sin autorización judicial a los registros de actividad de los usuarios de las bibliotecas.
 
2003. En Naciones Unidas comparece Colin Powell para presentar “pruebas” de las armas de destrucción masiva supuestamente existentes en Iraq. El lugar de la comparecencia es la entrada del Consejo de Seguridad, donde desde 1985 cuelga un tapiz con el Guernica de Picasso. Para esta comparecencia, el tapiz es tapado.
 
2009. El ayuntamiento de Meco prohíbe la presentación de un libro en su biblioteca sobre el estado de la sanidad madrileña, presentación que ya había sido anunciada.
 
2009. En el foro Iwetel se denuncia el caso de censura en las bibliotecas municipales de Pamplona y Barañain (Navarra), donde cargos políticos hacían llegar una lista de las publicaciones periódicas que debían recibir las bibliotecas.
 
2010. El ministro de Educación israelí prohíbe la utilización del libro escolar Cómo los otros cuentan la historia, ofreciendo la versión israelí y la palestina de los acontecimientos históricos. Bajo la fecha de 1948 se expone la versión israelí de la fundación de Israel y la versión palestina. El libro fue escrito por un historiador israelí y otro palestino. El ministro prohibió la utilización de la palabra “expulsión” y tildó de “antisionista” el libro.
 
2010. Instituto Cervantes, palabra “república”
 
2013. El concejal  de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Ciurana, retira cinco placas de la Biblioteca Arús porque contenían símbolos masónicos.
 
2013. Una usuaria acude con su ordenador portátil a la biblioteca municipal del Ayuntamiento de Madrid Iván de Vargas. Estaba investigando sobre archivos nacionales de memoria histórica en Argentina y en España. Pide la contraseña para acceder a la red wifi y comprueba que no puede acceder al diario Público ni a la Asoc. para la Recuperación de la Memoria Histórica por haber filtros.
 
2014. La editorial Planeta se niega a publicar el libro El cura y los mandarines, una historia de la cultura española entre 1962 y 1996. El manuscrito había sido entregado en noviembre de 2013, pero la editorial exige que retire un capítulo sobre el ex director de la Real Academia Española y director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha. El autor se niega y termina publicándolo la editorial Akal.
 
2016. Facebook elimina grupos de apoyo a Bernie Sanders en Estados Unidos  (http://tercerainformacion.es/spip.php?article102444).
 
2016. Facebook censura contenidos de activistas palestinos que denuncian la ocupación israelí (http://larepublica.es/facebook-censura-contenidos-que-denuncian-la-ocupacion-israeli/9514)
 
2016. Judicial Watch (EEUU) amenaza con una persecución judicial a la película Snowden (Oliver Stone)
Los gobiernos dictatoriales (China, Malasia…) directamente ponen filtros para obstaculizar el acceso a páginas de internet.

Una breve reflexión:
Como se puede notar, la disertación de Pedro López López representa un marco de reflexión de una problemática que parece no tener fin, y que habilita analizar críticamente cómo la censura -lo que lleva a una persona o a un organismo a prohibir una obra, una idea, incluso una bibliografía- trasciende el mero contexto político ideológico.

Los casos son innumerables e imposibles de abordar (cuanto auxilio podríamos recibir de parte de la psicología, saber porque piensan de ese modo quienes deciden, por una cuestión de soberbia, autoritarismo, hipocresía o cinismo, que debe ser leído y que no), sin embargo su inevitable tratamiento, con sustento en la ética, el discernimiento crítico y la libertad de expresión, nos permitirá resguardar en la memoria las resistencias acaso utópicas de quienes han logrado perdurar a través de la palabra y el conocimiento.

Para quienes estuvimos en la Biblioteca Popular Florentino Ameghino, hubo una clara  sensación de empatía hacia Pedro, ya que nos brindó nuevos elementos para comprender una problemática histórica de alcance mundial que las escuelas de bibliotecología deberían incorporar en contextos áulicos de discusión, participación y debate.

Personalmente agradezco al autor su generosidad por compartir estos trabajos, asimismo hago extensible el agradecimiento a la directora Anabella Manoukian por la cálida atención brindada en el evento.

Referencias:
Aróstegui, Julio. Franco, la represión como sistema. Barcelona: Flor del Viento, 2012 [capítulo 9: La represión cultural: libros destruidos, bibliotecas depuradas y lecturas vigiladas]

Bossié, F. “Libros, bibliotecas y bibliotecarios una cuestión de memoria”, http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-17402009000100002)

Busto de la Vega, F.

Cicalese, Gabriela


Galán Sempere, Eva M.

http://www.alquiblaweb.com/2013/06/15/la-censura-franquista/

Infelise, Mario. Libros prohibidos. Una historia de la censura. Buenos Aires: Nueva Visión, 2004.

Fuld, Werner. Breve historia de los libros prohibidos. Barcelona: RBA, 2013.

Kuhlmann, Marie. Censure et bibliothèques au XXe siècle. París: Cercle de la librairie, 1989.

Magán, José Antonio. Censura y manipulación de la información en las sociedades modernas: un dilema para el profesional de la información. En: López López, Pedro y Gimeno Perelló, Javier, Información, conocimiento y bibliotecas en el marco de la globalización neoliberal. Gijón: Trea, 2005.

Vives i Gracia, Josep. De la ética del bibliotecario-documentalista. En López López, P. y Vives i Gracia, J., Ética y derechos humanos para bibliotecas y archivos. Madrid: Anabad, 2013.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Derechos humanos y Sociedad de la Información


Finalmente, tal como se había prometido, Pedro López López estuvo disertando en el ISFD 35 de Montegrande y en la Biblioteca Popular Florentino Ameghino en Luis Guillón, compartiendo conceptos nuevos, analizando problemáticas de carácter político, cultural y educativo, habilitando la visibilidad de la Bibliotecología en contextos interdisciplinarios, motivando nuevos horizontes de lecturas críticas bajo el entendimiento de la responsabilidad social del bibliotecario.

Supe de este colega en tiempos de “Educación y Biblioteca” la emblemática publicación sobre temas relativos al rol social bibliotecario, muy apreciada por toda la comunidad profesional de bibliotecarios, archiveros, documentalistas y docentes, en donde Pedro colaboró a lo largo de los 23 años de vida de la revista, que por su calidad editorial y de contenido tanto me recuerda al actual Fuentes de Bolivia del entrañable Luis Oporto, y ya por entonces Pedro marcaba un camino que muchos intentamos replicar. En aquel momento (años 2007-2008) ciertos debates políticos surgidos en listas bibliotecarias contaron con sus oportunas intervenciones, lo cual nos permitió abrir los ojos en más de una oportunidad, sabiendo que más allá de las posiciones compartidas teníamos que defender el derecho a la libre expresión, un criterio básicamente ético, que a pesar de su valor generó algunas resistencias entre colegas, cuestionaría en este caso sepultar dicha anécdota con un verbo en tiempo pasado, y si se cree que no es acertado pensarlo de este modo, preguntémonos porque aún hoy tratar temas políticos en ciertas listas bibliotecarias genera actitudes disruptivas entre los profesionales de la información, y sobretodo, preguntémonos porqué aún hoy esos temas no se discuten ni se habilitan en las aulas.

Pedro López López es ciertamente un referente ético de la disciplina, cada intervención suya permitió zanjar diferencias, mediante un entendimiento sensato que buscó por sobre todo ejercer críticamente la profesión. Bienvenidos sean los bibliotecarios como el, porque no solo son necesarios, sino esencialmente son imprescindibles. El sábado 5 de noviembre ocurrió un evento que el paso del tiempo no borrará de la memoria, me preocupé en comentarles a los alumnos presentes que intenten hacer una construcción con las palabras de Pedro, que valiera la pena su gentileza de compartir semejante experiencia, que trabajáramos más adelante con estos conceptos teóricos, plagados de problemáticas políticas y culturales, bajo el sentido amplio de la responsabilidad social profesional.

Vale hacer un pequeño resumen de algunas ideas esbozadas luego de una hora y media de alocución ininterrumpida, permitiendo un tiempo para las preguntas del público, agradecidos de escucharlo luego de comprobar que aquello fue lisa y llanamente una conferencia magistral.

En primer lugar, a las 15 hs, Pedro disertó en el ISFD 35 de Montegrande sobre Derechos humanos y bibliotecas.

En algún punto resaltó el concepto crítico de la democracia:

Una democracia formada por una masa amorfa de consumidores compulsivos que aceptan acríticamente un modelo comunicativo (especialmente en lo que se refiere a la televisión) y de consumo absolutamente alienantes, que no participan en la colectividad, que son indiferentes a la injusticia social, es solamente la cáscara de una democracia. La democracia se protege fortaleciendo la ciudadanía, y esto sólo – o principalmente- puede hacerse a través de la educación. Pero no sirve cualquier tipo de educación. Conseguir un alto nivel cultural no protege contra la barbarie, como demostró la Alemania de los años treinta y cuarenta, el país más adelantado de su época, tanto cultural como científica y tecnológicamente. El nazismo, barbarie en estado puro, tuvo dirigentes con exquisito nivel cultural. Podemos decir, con Voltaire, que la civilización no suprime la barbarie, sino que la perfecciona. Como decía Soledad Gallego-Díaz en una columna publicada en el diario El País “Desde entonces, como escribió George Steiner, ‘sabemos que los hombres pueden leer a Goethe o a Rilke por la tarde, interpretar a Bach y a Schubert por la noche, e ir a la mañana siguiente a su trabajo diario en un campo de concentración’. La cultura, toda la cultura europea, no fue capaz de protegernos de la barbarie y desde entonces todos sabemos también que, como escribió otro sabio alemán, T.W. Adorno, la única cultura verdadera es la que alienta la crítica, la que alimenta la ciudadanía, la capacidad de resistencia frente a la inhumanidad y sus dogmas... Desde Auschwitz todos deberíamos saber que lo que importa es mantener engrasados los mecanismos que permiten el libre conocimiento de los hechos frente a la propaganda... El conocimiento de los hechos y la capacidad crítica son los diques de la barbarie”.

También Pedro ha dejado en evidencia que el retroceso de los derechos humanos en los últimos años está siendo palpable, tanto en los derechos civiles y políticos, con un modelo de lucha contra el terrorismo que en realidad lo está alimentando, y que justifica el recorte de estos derechos para todos, como en los derechos sociales, con un modelo de globalización sustentado por una ideología antisocial que justifica su desaparición.

En la presentación el autor remarcaba algunas frases con las cuales construía un discurso sólido, sustentado en fuentes bien documentadas, enlazando pensamientos críticos y trasladando contextos con reflexiones concisas, que habilitaban el interrogante y la arborescencia, una verdadera construcción de sentido. El aplauso cerrado que lo recibió dejó a las claras lo mucho que necesitábamos de su palabra, fue también el aplauso del reconocimiento de su extensa carrera, de su inquebrantable compromiso con la ética, de su criterio en relación al rol social de la profesión.

El concepto de derecho humano fue analizado desmenuzando sus características principales, apoyándose conceptualmente en diversos autores, recuperando experiencias, como si se tratara de un artefacto al que conviene desarmar para que entendamos de que componentes está constituido, que plano habita, que interrogantes depara, nos recordó que ciertos documentos (como el Manifiesto IFLA/UNESO, incluyendo declaraciones a favor de las Bibliotecas Públicas por parte de organismos e instituciones), proclaman que “la libertad, la prosperidad y el desarrollo de la sociedad y de la persona son valores fundamentales que sólo podrán alcanzarse si ciudadanos bien informados pueden ejercer sus derechos democráticos y desempeñar un papel activo dentro de la sociedad…”.

Y es que precisamente (siguiendo a Susan George) una de las razones por las que elegimos una profesión es la ambición por cambiar la realidad social, y nada de esto tendría sentido si no esbozáramos una crítica constructiva al discurso de la Sociedad de la Información. Allí Pedro observó otras variables, alertándonos del discurso tecnológico que enmascara un discurso ideológico destinado a desactivar la crítica política, lo cual nos llevaría invariablemente en el futuro a ser testigos del pronunciamiento de comunidades tecnocientíficas sin ningún tipo de ideología.

En este escenario el intento por formular políticas públicas quedaría deslegitimado, primando la doctrina de gestión empresarial (cuanto de nuestro actual contexto como país se ajusta a esta comprensión) un enfoque que se presenta como técnico, neutral, aséptico, no ideológico, pero impulsa nuevos valores cargados de ideología: desregulación, privatización, mercantilización de toda actividad humana y todo recurso natural antes considerado bien común, lo cual afirma Pedro, no deja de ser un discurso tecnocrático, optimista, futurista de la Sociedad de la Información, que oculta una operación ideológica para la gestión neoliberal de la globalización. Diría el refrán “más claro echarle agua”.

Por otra parte me pareció sumamente interesante la relación establecida entre los llamados “señores del aire” (dueños de las redes, por intermedio de unas pocas empresas) con el concepto Neofeudalismo, destacando que los siervos en la edad media pertenecían a la tierra, que a su vez pertenecía a los señores. Los “señores del aire” tratan de generar en los usuarios una relación de pertenencia, identificación y fidelidad a sus dominios informacionales, y resulta revelador incluir en este punto la analogía entre el súbdito feudal y el “telesúbdito”, según Pedro:

1) El telepolita depende de su señor del aire (proveedor de servicios) para existir y actuar a través de tecnologías que el proveedor diseña y controla. La imagen y la identidad la proporciona el proveedor.
2) Todos nuestros pasos son controlados y archivados. Además, pueden ser objeto de transacción comercial para el cruce de datos. Dinero electrónico, televisión, teléfono, internet, aportan datos sobre nosotros que escapan a nuestro control.
3) Cuando un “señor del aire” adquiere o conquista su teledominio a otro (OPAS, alianzas estratégicas, compra, intercambio de acciones, etc.), los usuarios de un señor pasan a depender del comprador.

En este contexto queda claro que los “señores del aire” se arrogan un auténtico derecho de “pernada digital” (vale el término) imponiendo contratos abusivos y exigiendo datos personales e íntimos. Siguiendo esta lógica los “señores del aire” ofrecen seguridad, protección, cortafuegos, sistemas criptográficos… Son estrategias típicamente medievales, salvando el contexto tecnológico.
Mientras tanto persiste el hambre en millones de personas, la falta de medicamentos, la falta de condiciones para una vida digna…Las instituciones democráticas y los ciudadanos cuentan cada vez menos en graves decisiones que les afectan, incluyendo en toda esta complejidad las trabas a la libre circulación de la información.

Conclusión: la tecnología no está resolviendo los problemas ni haciendo la sociedad más democrática.

Ya en un artículo de 2010 Pedro se preguntaba si era posible el reconocimiento social sin compromiso social, aquel interrogante lo ha trasladado a este contexto, me permito acercarlo por la coherencia con que se relaciona en el tiempo con su actual presentación, en aquel texto Pedro decía lo siguiente:

Una de las quejas más extendidas en las profesiones del ámbito de Biblioteconomía y Documentación es, sin duda, aquella que se refiere a su escaso reconocimiento social. Desde mi punto de vista, nos encontramos ante una queja que tiene su razón de ser, pero que a menudo es formulada por aquellos que muy frecuentemente dan la espalda a problemas sociales que requieren compromiso social. En mi opinión, sin compromiso social no puede exigirse reconocimiento por parte de la sociedad”.

Y aquí debemos resaltar la crítica hacia quienes se consideran “neutrales”, ya que como lo remarcó Pedro, el concepto de neutralidad no corresponde para una profesión como la nuestra.

Un sector de nuestros profesionales considera de muy mal gusto pronunciarse sobre problemas sociales y cuestiones políticas….Intervenir como profesionales en un debate como el de la llamada recuperación de la memoria histórica ya cae a años luz de sus planteamientos pretendidamente asépticos. Reivindicar la República Española y condenar el golpe de estado de 1936 y la posterior dictadura criminal que dejó ciento y pico mil muertos en las cunetas y miles de niños robados, según está ya sobradamente documentado (algunas estadísticas mencionan la terrible cifra de 300.000 robos de bebés) y todo esto es una cuestión más actual de lo que parece a primera vista)… eso ya debería ser motivo para retirar el título a cualquier profesional, según los que creen ser neutrales.
Pero, entonces, si cuestiones de esta relevancia política y social, nos son ajenas, ¿qué reconocimiento puede pedirse a la sociedad? Si no hay compromiso con la democracia y los derechos humanos, ¿qué fuerza moral hay para pedir reconocimiento social?

Como se puede observar, entre estas escrituras y su presentación en Buenos Aires hay un hilo que une muchos tejidos.
A modo de conclusión Pedro López López sostuvo lo siguiente:

Los derechos humanos están retrocediendo. Principales amenazas: gestión neoliberal de la globalización, gestión de la lucha contra el terrorismo.
La sociedad de la información debería facilitar el disfrute de derechos gracias a las nuevas tecnologías, pero en los últimos años contemplamos recortes en los derechos humanos.
Solo una ciudadanía activa que exija sus derechos puede revertir estos procesos.

No todos los días nos pasan estas cosas, cuánto queda por discutir de todo lo compartido por Pedro, cuantas construcciones por realizar, y es entonces que debemos aportar nuestro propio enfoque crítico, y preguntarnos si después de aplaudir estas palabras no debamos cuestionarnos –especialmente para aquellos docentes que musitan un total desinterés por asuntos sociales y políticos– la absoluta necesidad de introducir conceptos relativos a la responsabilidad social, a la promoción de los derechos humanos, a las críticas de los valores democráticos, éticos y políticos, para que se integren en la formación académica de los futuros profesionales ¿cuándo podremos hablar de gremios en alguna materia? (tal como lo pronunció en su momento Robert Endean Gamboa desde México), ya que no todo lo que se pretende brillar en nuestra disciplina es el componente técnico, hay también un componente humanístico que habilita muchísimos cuestionamientos que solo cobran vida en algunos foros virtuales (y por cierto muy resistidos por algunos colegas), la conferencia de Pedro no solo es útil para estar alertas y discutir conceptos, es sobre todo necesaria para poder abrir espacios de resistencia que nos brinden elementos que permitan justificar nuestro reconocimiento social en contextos interdisciplinarios, si realmente queremos llegar a ese lugar (y en consecuencia tornarnos “visibles”) antes debemos exigirnos estos compromisos genuinos y estas construcciones acaso filosóficas.

Por todo esto lo de Pedro López López ha sido tan necesario y tan valioso.
Vaya la gratitud hacia su persona de todos los alumnos y docentes que lo escucharon.

PD: por cuestiones de espacio compartiré en otro texto la disertación que Pedro López López ofreció horas después en la Biblioteca Popular Florentino Ameghino.

Referencias consultadas:

Homenaje a la desaparecida revista Educación y biblioteca:
http://www.elprofesionaldelainformacion.com/notas/homenaje-a-la-desaparecida-revista-educacion-y-biblioteca/"

¿Reconocimiento social sin compromiso social? / Pedro López López. Artículo publicado en Educación y Biblioteca, nº 176, marzo/abril 2010.

Nota: la imagen fue cedida gentilmente por el fotógrafo Hernán Esteban Martínez.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Disertaciones de Pedro López López en Buenos Aires


Comparto una muy buena noticia que tiene relación con el Doctor Pedro López López, Profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid, quien estará en Buenos Aires el sábado 5 de noviembre disertando en dos espacios bibliotecarios, con temáticas diferentes para públicos heterogéneos.

En primer lugar estará en el ISFD Nº 35  de Monte Grande a las 15 hs, compartiendo una conferencia titulada "Derechos humanos y sociedad de la información".

Luego, a las 18 hs estará en la Biblioteca Popular“Florentino Ameghino” de Luis Guillón (a pocas cuadras del ISFD 35) disertando sobre “Censura y bibliotecas”.

El evento es de sumo interés para organismos de derechos humanos, bibliotecarios, alumnos, docentes y profesionales de la información en general.

Organizan:

Biblioteca Popular “Florentino Ameghino”. Ameghino 1628 – Luis Guillón – Prov. Buenos Aires, Argentina.  Informes: Tel/Fax. 011 4281 – 6384- bibliotecaameghino@gmail.com

ISFDT Nº 35 - AMAT 279 - Monte Grande - Prov. Buenos Aires – Argentina  Informes: Tel/Fax: 011 4281 9193 011 4296 6069 www.isfd35.org.ar

Currículum abreviado del autor:

Profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid. Materias que imparte en la actualidad:
- Derechos Humanos, Ciudadanía y Sociedad de la Información. - Sociología. - Ética y Deontología de los Profesionales de la Información. - Seminario “Derechos Humanos y Participación Social”, dentro del programa Universidad para los Mayores (UCM).

Titulación y estudios

Titulación: Doctor en Psicología (UNED, 1999).  Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, especialidad Sociología Política (UCM 1989). 

Formación de posgrado: Documentalista Especializado (UCM, 1987). Título de Experto en Derechos Humanos UNED, 2005). Título de Especialista en Derecho Penal Internacional (UNED, 2011). 

Últimas publicaciones:
-Crímenes del franquismo, derecho y justicia transicional. Conferencia inaugural del III Congreso Internacional de Derechos Humanos (Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Colombia, 30 de octubre de 2014). Publicado en Suplemento “Crímenes del franquismo” del periódico Crónica Popular (noviembre 2014). Texto disponible en: http://eprints.ucm.es/11564/1/DDHH_COMO_GUIA_PARA_EL_TRABAJO_BIBLIOTE CARIO.pdf 

- Los archivos: garantes de derechos y de protección de la memoria histórica. Texto disponible en Boletín ANABAD, LXIV(2014), nº 3, pp. 11-18. 

- Libro Ética y derechos humanos para bibliotecas y archivos. Una introducción. En coautoría, junto con Josep Vives i Gracia. Septiembre de 2013. Editado por ANABAD. Texto disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=50058

- La enseñanza de los derechos humanos en la universidad. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, vol. 14(4), 2011. Texto disponible en:  http://eprints.ucm.es/27141/1/LA%20ENSE%C3%91ANZA%20DE%20LOS%20D DHH%20EN%20LA%20UNIVERSIDAD.pdf 

- Libro Educación para la ciudadanía y biblioteca escolar. Coautoría con Inmaculada Vellosillo González. Gijón: Trea, 2008.

Conferencias impartidas:

- Archivos y justicia transicional. En el marco del curso El derecho a la memoria: Archivos  y sociedad. Universidad de Alcalá de Henares, 23 de octubre de 2015.

- Crímenes del franquismo, derecho y justicia transicional. Conferencia inaugural del III Congreso Internacional de Derechos Humanos (Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Colombia, 30 de octubre de 2014). Publicado en Suplemento “Crímenes del franquismo” del periódico Crónica Popular (noviembre 2014). Texto disponible en: http://eprints.ucm.es/11564/1/DDHH_COMO_GUIA_PARA_EL_TRABAJO_BIBLIOTE CARIO.pdf 

- Biblioteca y Sociedad. El Rincón de la Victoria (Málaga), 17 de octubre de 2014. Conferencia para bibliotecarios municipales de la provincia de Málaga. Texto disponible en: http://eprints.ucm.es/27138/1/BIBLIOTECA%20Y%20SOCIEDADMALAGA-2014.pdf 

- Función democrática de la biblioteca pública en la sociedad de la información. Armilla (Granada), 23 de mayo de 2014. Conferencia para bibliotecarios municipales de la provincia de Granada. Texto disponible en: http://eprints.ucm.es/27140/1/FUNCI%C3%93N%20DEMOCR%C3%81TICA%20D E%20LA%20BIBLIOTECA--.pdf

- Reflexiones sobre la responsabilidad social de los profesionales de la información. Conferencia inaugural del congreso X CINFORM, del Instituto de Ciência da Informaçao da Universidade Federal da Bahia, 19 de septiembre de 2011. Texto disponible en: https://www.academia.edu/9437808/Reflexiones_sobre_la_responsabilidad_social_d e_los_profesionales_de_la_informaci%C3%B3n

- Los derechos humanos como guía para el quehacer de las bibliotecas y archivos. Conferencia inaugural del XI Congreso Nacional de Bibliotecología y Ciencias de la Información: Bibliotecas y responsabilidad social: horizontes de acción en un mundo globalizado. Bucaramanga (Colombia), 3-5 de noviembre de 2010. Texto disponible en: http://eprints.ucm.es/11564/1/DDHH_COMO_GUIA_PARA_EL_TRABAJO_BIBLIOTE CARIO.pdf 

Proyectos de investigación:

Último proyecto de investigación: Tratamiento documental avanzado del archivo audiovisual de los testimonios orales de los brigadistas internacionales depositado en el Archivo Histórico-Provincial de Albacete.

Entidad financiadora: Ministerio de la Presidencia (BOE 25-11-2011, ref 93.2, subvención: 27.565,50)

Duración desde : Enero 2012  a Diciembre 2012    INVESTIGADOR PRINCIPAL: Pedro López López

Otros datos:

- Miembro de la Junta Directiva de Madrid Laica (integrante de Europa Laica). Desde junio de 2015.

- Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Pro Derechos Humanos de España (1999-2004 y desde junio de 2016).

- Miembro del Equipo de Educación en Derechos Humanos de la sección española de Amnistía Internacional. 2002-2009.

- Miembro del Equipo Jurídico de la sección española de Amnistía Internacional. 2008-2013.

- Director de la Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Complutense (junio 2002-noviembre 2005).

- Coordinador del Seminario de Derechos Humanos y Proyección Social en la Universidad para Mayores (Universidad Complutense de Madrid). Desde el curso 2005-2006, impartiendo el módulo dedicado a Derechos Humanos.

- Codirector del grupo de investigación “Biblioteca y Sociedad”, Universidad Complutense. 2010-2015. 

- Fundador del Colectivo de Docentes de Información y Documentación por el Compromiso Social (noviembre 2009)

Nota: la imagen corresponde a una toma de captura del siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=0qMFtGo3Wpg