Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

domingo, 16 de octubre de 2022

Alfredo Mires Ortiz

 

Hoy se ha ido uno de los bibliotecarios que más me inspiraron en la profesión, alguien que marcó un rumbo con sus andares, es muy difícil dimensionar su herencia.

Pienso en lo duro que será para los comuneros que lo esperaban en el camino, para leerles historias que ellos cultivaron en su memoria.

Alfredo venía luchando desde hace tiempo, un año atrás decía que se encontraba “cayendo y levantando. Es un sobrevivir encima del sobrevivir”, pero era abnegado y amaba su trabajo.

Tal vez sea ese el gran mensaje que nos dejó, que a pesar de todo hay que seguir andando, por más que no quede un camino por delante, siempre habrá un horizonte en Cajamarca.

Que decir de su trayectoria, hasta el mismo Eduardo Galeano supo dar cuenta de su sabiduría. Por Alfredo es que pudimos entender el sentido del rol social de la profesión, y lo explicó de la forma más sencilla y profunda, poniendo el cuerpo a las ideas, siempre claras, siempre luminosas.

Alfredo el antropólogo, el bibliotecario, el escritor, el lector, el de las Bibliotecas Rurales de Cajamarca, hermoso ejemplo de fortalecimiento de la identidad, Alfredo el fundador del Archivo de la Tradición Oral Cajamarquina, el que estuvo en el Grupo de Estudios de la Prehistoria Andina, el que forjó el espíritu del Proyecto Enciclopedia Campesina, Alfredo el que recuperó los saberes de su gente, el que recorrió infinidad de cerros llevando libros en su espalda, el que nos mostró nuevos aprendizajes, el que supo meditar en silencio.

Hace años le preguntaron qué tipo de reacciones recibía al llegar a comunidades aisladas con libros, a lo cual respondió:

Una vez fui a la comunidad de Yunchaco, a unas 15 horas de viaje y casi 8 horas caminando. Casi al momento que llegué a la casa del Coordinador, apareció corriendo un niño que me preguntó: “¿Tú eres Alfredo, el que lee?”. “Sí”, le dije. Cinco minutos después estaban casi todos los niños de la comunidad, reunidos, para que les leyera. Es una fiesta. Libros nunca llegaron al campo. Hasta helicópteros han llegado: libros, jamás.

La pena es honda, el legado es inmenso, no va a haber otro como vos amigo, pero cada vez que tenga dudas o no sepa como resolver un problema, voy a revisar tus palabras Alfredo, voy a encontrar respuestas, no voy a olvidarlas nunca.

Que en paz descanses querido Alfredo.

Mi sentido pésame a la familia y al pueblo de Cajamarca

Bibliotecas Rurales de Cajamarca: http://bibliotecasruralescajamarca.blogspot.com/2022/10/alfredo-mires-ortiz-nos-encargo-enviar.html

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