En el escudo de Ecuador, un barco a vapor con los colores amarillo, azul y rojo se encuentra posado sobre un río que desciende de una montaña de hielo, entender el significado heráldico de esa imagen es comprender de algún modo la afirmación que Baltazar Ushca tuvo al reconocerse como “nieto del Chimborazo”, la montaña sagrada conocida por ser el punto más cercano al sol desde la Tierra. El parentesco no era solo simbólico, pues su padre, de cabellos blancos como la nieve por su albinismo, se afirmaba como hijo de esa misma montaña.
Para los paisanos quechuas, Baltazar es considerado un Mashi, Taita (compañero y padre en lengua kichwa, el segundo idioma más hablado de la familia de las lenguas quechuas, empleado en la sierra y oriente del Ecuador), el último hielero del majestuoso Chimborazo, un ícono nacional e internacional, una leyenda viviente. Falleció el 11 de octubre, en el hospital SOLCA de Riobamba, luego de un accidente doméstico con uno de los animales de su granja. Con su partida, un oficio de más de 200 años está cerca de apagarse, salvo que su familia decida continuar con una tradición que ha sido heredada de una costumbre española, aprendida de los árabes y los romanos: buscar y extraer hielo de las montañas.
En el caso de Ushca, solía bajar a lomo de mula con aproximadamente 22 kilos de hielo, que luego era enfardado con paja de los páramos montañosos -una técnica que preservaba el hielo en su camino de regreso- y embalado a lomo de mula para ser vendido en las ferias de la ciudad, reconocido por la calidad del sabor del agua pura, utilizada por los comuneros en licuados, helados y bebidas.
Se tiene conocimiento desde hace dos siglos, que largas caravanas de indígenas subían la montaña para extraer bloques de hielo de los glaciares del Chimborazo, actividad que permitía conservar los alimentos y enfriar las bebidas en las nacientes ciudades republicanas de los Andes ecuatorianos. Pero con la llegada de la electricidad y las neveras o heladeras, este oficio ancestral comenzó a desaparecer. Solo Baltazar permaneció en esa labor, subiendo a lomo de mula largos kilómetros para extraer hielo fosilizado y cubierto de tierra, como quien arranca de la montaña un recurso de la historia.
Su trabajo se hizo conocido como el último guardián de un conocimiento que se estaba perdiendo, tal es así que el New York Times reprodujo un documental sobre su vida, donde se destaca cómo Baltazar Ushca logró reunir a 40 hieleros de la zona, pero con el tiempo solo quedó él a cargo de la recolección de hielo del Chimborazo a más de 5.000 metros de altura, en un volcán de 6.263 metros sobre el nivel del mar, el más alto de Ecuador y el más alto de Los Andes del Norte, según el Instituto Geofísico de Ecuador. También es considerado el punto de la Tierra más cercano al Sol.
Tal como lo expresó Sandy Patch, director del documental que acompañó al hielero en sus labores cotidianas, verlo trabajar a Baltazar era como viajar en el tiempo, usando solo sus manos y un pico, llevaba a cabo una tarea que hubiera sido idéntica hace cientos de años, y que quedó desplazada por la llegada de la refrigeración, una vida de sacrificios, para traer al pueblo el agua congelada más rica que se podía conseguir en la región.
Luis Baltazar Ushca Tenesaca, nació en Riobamba en 1944, desde los 11 años dedicó su tiempo a esta tradición ancestral, recolectando hielo de los glaciares naturales del inactivo volcán Chimborazo para abastecer a los mercados de Riobamba. De baja estatura, apenas 1,50 metros, Ushca realizaba esta ardua tarea dos veces por semana, los martes y viernes, ascendiendo durante siete horas desde su modesta casa en el poblado de Guano –a 208 kilómetros al sur de Quito– hasta la cima del Chimborazo, sin más herramientas que un pico, una vara y un azadón. Independientemente de las condiciones climáticas, ya fuera bajo la lluvia, la nieve, el sol, o los intensos vientos. Un legado que trascendió fronteras.
En el año 2005 su historia empezó a cautivar a periodistas y cineastas de todo el mundo. En el Festival de Cine de Tribeca, Nueva York, fue homenajeado como una verdadera leyenda viviente. Su humildad y fortaleza quedaron grabadas en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo. Documentalistas de todas partes del mundo viajaron a Guano para visitar a la leyenda viva y para conocer su testimonio, los ejemplos pueden consultarse en redes sociales: el documental “El oro de Baltasar: el último hielero del Chimborazo”, de Freddy Gómez (2008); “El último héroe de los Andes”, del programa Culturas indómitas (2011); “Los Hieleros del Chimborazo”, rodado entre 1977 hasta 1980; y “Baltazar Ushka, El Tiempo congelado” (2008), ambos rodados por Igor y Gustavo Guayasamín; y el que más impacto ha tenido hasta el momento: “The Last Ice Merchant of Ecuador”, del citado Sandy Patch (2012), un minidocumental de 15 minutos rodado al pie del Chimborazo, donde se aprecian los esfuerzos del hielero, así como sus largas caminatas, el silencio del entorno, y los testimonios de sus familiares.
Cuenta la leyenda indígena que, si una mujer no se refugia durante una tormenta en el Chimborazo, el nevado la fecundará. Por tal motivo, Baltazar afirmaba con orgullo que, al igual que su padre albino, hijo de una mujer embarazada durante una borrasca, él era un “nieto del Chimborazo”, según se registró de sus declaraciones. Lo llamativo es que, si bien todos reconocen que el Monte Everest es el punto más alto de la Tierra en relación con el nivel del mar, sin embargo, no es el más distante del centro del planeta. Ese título lo ostenta la cima del volcán Chimborazo, en Ecuador, como lo confirmó una expedición realizada en 2016 por el Instituto Geográfico Militar (IGM) de Ecuador y el Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD).
Gracias a mediciones con tecnología GPS, se determinó que el Chimborazo alcanza una altitud de 6.263,47 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, lo que realmente lo distingue es su ubicación cerca del Ecuador: su cumbre se encuentra a 6.384,4 kilómetros del centro de la Tierra, superando así al Everest, cuya cima está a 6.382,6 kilómetros. Esto convierte al Chimborazo en el punto más alejado del núcleo terrestre, fenómeno que se debe a la forma elipsoidal de la Tierra, que está ligeramente achatada en los polos y ensanchada en la región ecuatorial.
El 13 de noviembre de 2017, a los 74 años, Ushca fue reconocido con el título de doctor honoris causa por el Instituto Mexicano de Líderes de Excelencia, en una ceremonia realizada en Riobamba. Tres años más tarde, el 27 de octubre de 2020, completó su educación primaria a través de un programa de alfabetización del gobierno ecuatoriano. Muchos lo han reconocido como el último hielero que representó con orgullo la tradición y resistencia de los pueblos andinos. Un conocimiento vinculado con la naturaleza profunda del Chimborazo, desde donde ya no será posible ver como se aleja a la distancia un hombre pequeño envuelto en su poncho rojo, cargando hielo con sus mulas.
Su vida fue un cuento extraordinario.
Fuentes consultadas
Adiós al "último hielero del Chimborazo"
https://www.youtube.com/watch?v=EOEFddzOaA8
El
último hielero
https://www.youtube.com/watch?v=zmK0e5JnSkc
El
hombre leyenda de Ecuador: la historia del último hielero de la montaña más
cercana al sol
Versión
para El Orejiverde