Me ha llamado la atención
un reciente comentario anónimo recriminando el pensamiento crítico de un alumno
entrevistado sobre la problemática del rol social, obviamente la persona que escribió a mi correo está en todo su
derecho de expresarlo, pero debo decir que no publicaré críticas anónimas en el
blog. Por suerte en líneas generales no tuve resistencias por parte de los docentes consultados para poder realizar entrevistas a los alumnos de bibliotecología, más bien todo lo contrario, las muestras de aprobación otorgaban un sentido a la propuesta, un valer la pena.
Los alumnos de
bibliotecología no solo pueden, sino que DEBEN dar respuestas a nuestras
problemáticas, abrir el espacio es un poco eso, proponer un plano de igualdad
circular en el que podamos mirarnos las caras, disentir, acordar, argumentar,
refutar, criticar, en definitiva construir. Habría que preguntarse porqué
molesta la opinión de un alumno, y por ahí las respuestas se encuentren en los
propios espacios académicos, en donde resultará necesario una sincera
autocrítica, es también una forma de comprender donde estamos parados y hacia dónde
queremos ir.
En su momento, ser ayudante
de cátedra significó lisa y llanamente un aprendizaje más que una enseñanza,
los alumnos me ayudaron a escuchar, a compartir opiniones, incluso a desovillar
problemáticas desde otras formas de entendimiento, es lo que suele pasar cuando
se habilita un espacio donde confluyen las ideas de quienes han transitado
diferentes contextos sociales y/o culturales, todo aquello que llamamos
interdisciplinariedad y transdisciplinariedad y sus largos etcéteras.
Aprovecho para decir que
comparto plenamente la opinión del alumno, y que en todo caso, si el mensaje es
nuevamente enviado con nombre y apellido, con gusto será publicado y
respondido, bienvenido sea ese debate, que tanto nos debemos.
Cordiales saludos
Daniel Canosa
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