Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

El paradigma emancipatorio de los libros cartoneros..



Comparto la publicación del artículo presentado en el V Encuentro Internacional deEditoriales Cartoneras (Santiago de Chile/ 29 y 30 septiembre al 1 octubre de 2017), bajo la Dirección de las Bibliotecas Archivos y Museos (DIBAM) y la Biblioteca de Santiago de Chile.

Se trata de un artículo de investigación que buscó analizar el contexto social, cultural, filosófico, literario y educativo de las editoriales cartoneras desde los diferentes escenarios en los cuales se despliegan, reflexionando sobre los vínculos editoriales con escritores y artistas locales, las técnicas aplicadas sobre el cartón, los casos de trabajos colaborativos en red y las posibilidades de construir acervos desde las bibliotecas. Asimismo se analizan dos espacios particulares en los cuales se generaron propuestas de libros cartoneros: comunidades indígenas y cárceles de máxima seguridad. Finalmente se comparte un directorio de editoriales cartoneras a nivel mundial en orden alfabético por países, habilitando la consulta de sitios Web, blogs y/o Facebook de cada cartonera.

Como expresé en las conclusiones, los libros cartoneros –dispares, íntimos, plurales, heterogéneos– favorecieron la cohesión social, formulando propuestas a pesar de la brecha existente, se tratan de verdaderas conquistas sociales que difícilmente sean arrebatadas, en el que no resulta inoportuno asociar a una editorial cartonera como una trinchera, donde la cultura popular literaria encontró otro modo de decir las cosas, de alguna manera, el recorrido que continuaron tuvo un carácter endógeno, supo nutrirse de cada contexto, multiplicando artefactos poblados de colores y palabras, esos que llevan a los lectores a saberse destinados a su lectura.

Agradezco mucho a Adrián Giacchino, responsable de la Fundación Félix de Azara, sin cuyo apoyo no hubiese sido posible participar en el V Encuentro Internacional de Editoriales Cartoneras. Por otra parte el agradecimiento de siempre a la desinteresada ayuda incondicional de Carlos Martínez Sarasola, Director del Orejiverde. Diario de los Pueblos Indígenas, con quien me honra compartir mi vocación. Asimismo quiero agradecer mucho la cálida atención recibida por Alexis Ruiz Osses, organizador del evento en Chile, y de Olga Sotomayor, cuyo espíritu colaborativo motivó toda empatía. A los directivos de la Biblioteca de Santiago por permitirnos formar parte de esta experiencia, a Rafael Bardas por las sugerencias en las traducciones, a los editores e investigadores cartoneros que tuvieron la gentileza de compartir su trabajo, a los poetas que publican en libros de cartón, a los que resisten con palabras de colores.

Con sincero afecto.

Documento:
Editoriales cartoneras: el paradigma emancipatorio de los libros cartoneros en contextos de vulnerabilidad social / Daniel Canosa (2017)
http://eprints.rclis.org/32049/1/DANIEL%20CANOSA%202017.pdf

martes, 26 de diciembre de 2017

Entrevista a Carolina Di Gennaro, estudiante de Bibliotecología de la Universidad de Buenos Aires (UBA)


Noticia biográfica

Carolina Di Gennaro se recibió de Bibliotecaria en la Biblioteca Nacional, actualmente cursa la   licenciatura con especialización en tecnología de la información en la Universidad de Buenos Aires (UBA), y la carrera de Intérprete Naturalista en Aves Argentinas. Trabaja desde hace 10 años en la Biblioteca Nacional de Maestros (BNM), realizó colaboraciones en bibliotecas personales de escritores y prácticas profesionales en el CESPA (Centro de Estudios de la Situación y Perspectivas de la Argentina) perteneciente a la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Es voluntaria en la Biblioteca de Aves Argentinas (Asociación Ornitológica del Plata). Asimismo, entre sus actividades no académicas, toca la batería en una banda punk, la guitarra en un grupo de musicoterapia, levanta pesas y juega al fútbol.

Entrevistador: Daniel Canosa

- ¿Por qué la Bibliotecología?

Porque entiendo que para el crecimiento y la realización personal, la evolución de la humanidad y el éxito de las civilizaciones democráticas, es fundamental el acceso a la información. Y dedicarme a garantizar ese acceso me da el placer de desafiar cada día mis límites tanto intelectuales como tecnológicos, a la vez que me hace dormir tranquila.

- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?

Si, siempre fui muy curiosa, la verdad es que tuve suerte. Me encanta leer. Aprendí cuando era muy chica, y en mi casa siempre hubo muchos libros, revistas y diarios. Leía de todo. Mi mamá me asoció a la biblioteca del barrio en la que además de llevarme libros prestados cada semana, y de buscar información para tareas de la escuela, había actividades como dibujo, títeres y música. Hasta hoy sigo leyendo mucho, tanto por mis estudios como por placer, y sigo haciendo música.

- Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está leyendo actualmente?

Creo que todo lo que he leído me ha llevado a ser quien soy. Pero el primer gran shock que recuerdo provocado por un libro fue a los 11 años con “Utopía” de Tomás Moro. Me cambió la cabeza y mi percepción del mundo enterarme de que las civilizaciones se organizan de formas determinadas, que esas formas generan maneras de vivir, y principalmente de que se pueden pensar, idear o proponer maneras nuevas.  Actualmente estoy leyendo los libros “Sobre la agresión: el pretendido mal” de Konrad Lorenz, “El balcón biológico” de Mimmo Tringale, “La pirámide invertida: historia de la táctica en el fútbol” de Jonathan Wilson, y la revista “Aves Argentinas”.

- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?

Diría que es el nexo entre personas con necesidades de información y la mejor solución a esa necesidad. Con todo lo que eso implica, que según la situación puede traducirse en tantas actividades como facetas ofrece esta profesión: desde el hiper tímido de procesos técnicos con su meticulosidad, al extremadamente social y campeón en empatía de referencias. El artesano de la infinita paciencia que restaura los materiales (encuadernador) y el ultra nerd de las tecnologías que te diseña las bases de datos. El capo visionario de los negocios y el management que te saca adelante una institución entera, y el copado que con su magnetismo te anima las visitas guiadas de jardines de infantes.  ¿Cuántas otras profesiones brindan opciones de desarrollo a personas con las más diversas personalidades?

- ¿Qué opina del rol social del bibliotecario?

Opino que si bien la preparación del bibliotecario y sus tareas podrían parecer eminentemente técnicas, la finalidad de su trabajo es fundamentalmente social, ya que es el puente entre una persona (o miles, o más) con necesidad de información y la resolución de esa necesidad, que puede ser de las índoles más diversas.  Nos pasamos el día entero haciendo posible hallar soluciones a problemas intelectuales, de salud, ecológicos, culturales, familiares, profesionales, alimenticios, tecnológicos, administrativos y el más largo etcétera que puedas imaginar. Y eso sin mencionar el espacio que brinda una biblioteca a las personas que la frecuentan. Ahí tenemos tema para otras muchas entrevistas.

- Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos favorecen la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del bibliotecario?

En primer lugar es necesario aclarar que si bien los planes de estudios de la carrera en las distintas instituciones son similares, cada una es muy diferente en su estilo y en la formación que brinda.  En segundo lugar, entiendo que lo fundamental de la función del bibliotecario es brindar acceso a la información, lo cual es una complejísima tarea que incluye muchos y variados aspectos, actividades y conocimientos. Y tanto las instituciones en las que estudié y estudio, como las que pude conocer gracias a los estudiantes de bibliotecología que he tenido el placer de conocer y asistir, me parece que contemplan tanto como es posible la vastedad de conocimientos y prácticas que los bibliotecarios necesitamos para llevar a cabo con éxito nuestra misión.


- Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión (pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada materia?

La mayoría de los contenidos de las materias que yo he cursado son técnicos.  No sé cuánto o cómo se podrían fomentar las habilidades sociales o comunicativas durante las clases.  Y no sabía que se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión. Creo que siempre di por sentadas ciertas cuestiones como entender la información en términos de comunicación, establecer un vínculo con el usuario partiendo de la relación con su contexto, la recuperación de la memoria local, y sobretodo un entendimiento de la identidad desde la intervención bibliotecaria. Será porque es la manera en la que trabajo y la que he tenido la suerte de ver en las bibliotecas que frecuento. Pero ahora que lo mencionas me doy cuenta de que tal vez la formación académica no parte desde este enfoque, o no es lo que transmite. Qué bueno que (aunque pocos) haya docentes que priorizan estas cuestiones.

-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?

Perfectamente. En mi caso, como estoy cursando la especialización en tecnología de la información en la UBA, tuve la oportunidad de practicar y de aportar mis conocimientos adquiridos, pero también de aprender más herramientas ya que no hay tiempo suficiente de estudiarlas todas en la cursada. Cada centro de información es un mundo y existen (y existirán) más herramientas de lo que uno se puede imaginar. No tendría ningún sentido estudiar acabadamente todos los programas, gestores de bases de datos, sistemas integrados, lenguajes de programación, etc. ya que están en permanente evolución y desarrollo. Lo importante es tener una muy buena base en catalogación, indización y clasificación, y conocimientos tecnológicos generales, tanto de los fundamentos como de las novedades, para luego poder idear en cada caso el sistema más apropiado según la colección y el tipo de usuarios del centro de información en el que uno tenga la oportunidad de trabajar.

- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?

La bibliografía que utilicé en las materias de tecnología sí, era del último año o el anterior. Los profesores en esta orientación son profesionales de la tecnología de la información y enseñan lo mismo que hacen y que venden a las empresas más actualizadas.
Con respecto al equilibrio entre teoría y práctica también. Yo hice la diplomatura en la Escuela de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional, en donde las materias técnicas son bianuales, tienen una carga horaria muy intensa y los prácticos son semanales y obligatorios. Si bien parece agotador mientras uno está cursando, se ven los resultados al momento de aplicar los conocimientos en el trabajo. Estoy más que conforme con mi formación.

-¿Suele participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?

Actualmente estoy en el grupo biblioanormalizados y me encanta. Finalmente encontré un grupo de la carrera en el que todo lo que se comenta es pertinente, actual y productivo. Ahí todos los compañeros preguntan, responden, proponen y comparten con conciencia y generosidad. En este espacio los temas políticos son frecuentes, al igual que en toda esta facultad. Por suerte parece que todos entendemos que la política no sólo no es un tema ajeno a la formación de los profesionales sino que es determinante.

-Como estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario / reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos / gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?

No surgió ese tema en ninguna de mis clases. De hecho surge poquísimo aun en ambientes laborales. No sé si el mejor momento para discutirlo sería durante las clases, debido a que en general el tiempo no suele alcanzar ni siquiera para cubrir los contenidos mínimos estipulados en los programas. Pero sí creo que a nivel institucional se podría crear ese espacio, ya sea una cátedra o una sección, dedicada a cuestiones laborales específicas de nuestra profesión.


- El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto bibliotecario, según lo vivenciado como alumno/a de la carrera ¿desde el aula, recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?

No recuerdo que durante las clases se haya hablado de algo así como el concepto de neutralidad en la profesión, y tampoco se habla frecuentemente de cuestiones políticas. Sí he tenido la mala suerte de leer repetidamente en listas de mails de las que ya no participo, aberraciones del tipo “en este espacio sólo hay que hablar de nuestra profesión” como si opinar políticamente, o tener una postura política, no tuviera relación con nuestro ámbito profesional.

-¿Cómo percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.)

La bibliotecología es de por sí una profesión interdisciplinaria. No sé si es visible. ¿Por quién/es? ¿Por otros profesionales dentro de la misma institución?  Si te referís a eso, en general no, estamos muy subestimados hasta que se da la ocasión en que concretamente necesitan de nosotros y quedan maravillados. Pasan de tratarnos de nerds de cotolengo a súper dioses.
Con respecto a la otra parte de tu pregunta: sí, creo que damos respuestas a problemas de todo tipo.  Partiendo de que hay bibliotecas en una amplia variedad de instituciones: estatales, privadas, escolares, populares, académicas-científicas, súper especializadas en las más diversas disciplinas, y muchas más. Las hay en zonas céntricas de grandes ciudades y en zonas rurales aisladas, en clubes, en casas particulares, en cárceles, y un largo etcétera. Y en todos esos lugares habemos bibliotecarios trabajando para dar respuesta a las necesidades de los usuarios, incluyendo los temas por los que preguntas entre muchos otros. Pero no necesariamente obtenemos de la formación académica todas las herramientas necesarias. Nuevamente, no sabría cómo incluirlas en el programa de la carrera, pero sería maravilloso, una genialidad. Si hasta en carreras como Arquitectura se incluyen aportes para grupos vulnerables, seguramente es viable en bibliotecología.

-¿Recuerda en alguna clase que el docente haya abordado cuestiones vinculadas a bibliotecas en contextos sociales vulnerables? (comunitarias, rurales, campesinas, indígenas, carcelarias o de temas relativos a minorías, desplazados sociales, multiculturalidad, comunidades sexuales, bibliotecas humanas, etc.)

La única que recuerdo que se trató (y muy ocasionalmente) es la biblioteca en contextos de encierro. Tanto por su definición dentro de la clasificación de los tipos de bibliotecas como por experiencias de algunos profesores o compañeros que realizaron allí sus prácticas. Pero no son un contenido específico de la currícula.

-Si le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera ¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?

Para proponer algún cambio en el plan de estudios tendría que estudiarlo muy bien y no he tenido ocasión. Seguramente propondría los temas que nombrábamos recién, y algunas otras cuestiones que me gustaría pensar más detenidamente. Sé que en la UBA sí existe esta posibilidad por parte de los alumnos, no sabría decirte cómo se manejan en otras instituciones.

-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?

Me molesta un poco que se afirme cualquier cosa tan frívolamente, y por otro lado me alivia saber que no es cierto. Creo que esa afirmación es tan ridícula y sin fundamento como la famosa “está todo en Internet”. Fijate que siempre proviene de quienes no están en tema y que mucho menos se van a molestar en chequear si efectivamente es así.
Y no lo digo por una cuestión romántica del apego al papel. ¿Será este un buen momento para comentar a quien no lo sepa que no todos los libros tienen su versión digital?  Hay un artículo de Jesús Hernández* en el que cuenta con datos factuales la actualidad de las publicaciones digitales e impresas. Como afirma Hernández, la revolución digital lo que hace es abrir una nueva ventana para el consumo tanto de literatura como de música, cine, arte, etc. Es una opción más de acceso a la información, con todas las ventajas y desventajas que trae consigo. Por mi parte confieso que paso muchísimo más tiempo frente a las pantallas de computadoras, tablets y celular que frente a libros impresos, por mi trabajo y por practicidad; pero disfruto mucho más del tradicional libro. De hecho tengo libros por toda la casa, en la mochila, en mis lugares de trabajo, y me la paso prestando y regalando libros que los suertudos destinatarios reciben con mucha alegría.

* (HERNÁNDEZ, JESÚS, 2017. Larga vida al libro impreso. La lectora futura [en línea]. [Consulta: 5 octubre 2017]. Disponible en: https://lalectorafutura.com/2017/10/04/larga-vida-al-libro-impreso/

Muchas gracias Carolina, y felicitaciones por haberte licenciado!
Daniel Canosa

Nota: la entrevista ha sido publicada en el número 53 de la Revista Fuentes, perteneciente a la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia.



A modo de epílogo

El 9 de julio de 2017 se inició una propuesta que pretendió habilitar un pequeño espacio crítico para los alumnos de Bibliotecología en Argentina, buscando profundizar en algunos interrogantes que permitieran evaluar la formación bibliotecaria sin dejar de lado cuestiones relativas al contexto social de la profesión. En total se realizaron 25 entrevistas con alumnos pertenecientes a 6 espacios educativos, donde fue posible analizar una problemática que muchas veces no encuentra escenarios apropiados para ser debatidos, aquello que conocemos como rol social bibliotecario...

Entender esta situación no es posible sin atravesar lecturas relacionadas con el estereotipo profesional, aquello que tiene que ver con nuestras naturalezas, que de algún se corresponden con las viejas prácticas, confrontando y comulgando antiguos discernimientos con nuevas intervenciones, el resultado, que aún resta conceptualizar, ofrece entendimientos inquietantes, en ocasiones con fuertes posturas críticas, en otros casos limitándose a representar una realidad que lejos se encuentra de ser la adecuada, sin embargo se percibe la vocación en muchas expresiones (cuya comprensión no puede desligarse de la pasión), somos lo que somos porque algo nos interpela, acaso un llamado, un sentido de pertenencia, en el que basta entrar a una biblioteca para darnos cuenta.

Son estos y otros alumnos los que mañana establecerán construcciones con su accionar, y en este punto no puedo evitar detenerme en la imagen de quien “pasa el testimonio” al que sigue detrás, son muchos los colegas que este año han iniciado sus trámites de jubilación, como bibliotecarios no podemos dejar de reflexionar sobre aquello que generamos en los lectores que nos frecuentan, una suerte de consuelo por saber que lo aprendido en toda una vida tendrá resguardo en una casa de conocimiento, en el que la cultura crítica encontrará nuevos modos de articular entendimientos, nuevas maneras de compartir lo que cada uno sabe.

Por tal motivo no perdamos de vista lo que han realizado aquellos que nos precedieron, porque al final del camino tendremos que medir con nuestro trabajo el recorrido de nuestra vocación.

Agradezco a los alumnos que con tanta buena predisposición generaron una noción de empatía en este proyecto, y especialmente a los docentes que facilitaron los contactos de los alumnos, una clara muestra de ética profesional que valoro mucho.

Por último quiero aclarar que estos contenidos se encuentran liberados en caso que necesiten utilizarlos para futuras investigaciones, estudios y/o encuestas/entrevistas que deseen realizar, los textos pueden duplicarlos, intervenirlos, complementarlos, solo se solicitará la mención de autoría, tanto del entrevistador como de los entrevistados, incluyendo la fuente del sitio.

Se ha tratado de un esfuerzo que valió la pena, y que espero encuentre renovados senderos por explorar. Prestemos atención a estos y otros alumnos, en ellos siempre habrá espacios para ideas nuevas.


Un abrazo y gracias!
Daniel

viernes, 22 de diciembre de 2017

Entrevista a Victoria Di Césare, estudiante de Bibliotecología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina


Noticia biográfica

Victoria Di Césare es alumna del último año de la Licenciatura en Bibliotecología y Documentación de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina. Tiene 24 años, es oriunda de la ciudad de Saladillo y vive en Mar del Plata. A fines de 2016 se graduó como Bibliotecaria Documentalista en la misma institución y a comienzos del corriente año obtuvo la beca de investigación para estudiantes avanzados otorgada por la UNMdP para desarrollar su proyecto “Estudio bibliométrico de la producción científica del INIDEP del período 2007-2016: caracterización y relación con las campañas de investigación”. Desde los inicios de su carrera se ha desempeñado como ayudante alumna en las materias Clasificación II, Organización del Conocimiento II y Análisis Estadístico de la Información, y ha formado parte de los grupos de investigación asociados a esas cátedras, con los que ha presentado trabajos en eventos científicos. Además, ha realizado prácticas y pasantías en bibliotecas especializadas, y ha participado en proyectos sociales en contextos vulnerables.

Entrevistador: Daniel Canosa

- ¿Por qué la Bibliotecología?

Mi introducción a esta disciplina fue por completo fortuita. Las únicas cuestiones de las que estaba segura al finalizar la escuela secundaria eran que no deseaba seguir una carrera universitaria tradicional, que definitivamente quería ser alumna de una institución pública, y que, no menor para una joven del interior, debía mudarme a una ciudad porque en mi pueblo no contaba con una oferta académica interesante. Una vez establecido que mi destino sería Mar del Plata, comencé a sopesar opciones en la Universidad Nacional de esa ciudad hasta que me topé con la Licenciatura en Bibliotecología y Documentación, carrera que me resultó por completo desconocida pero atípica y enigmática. Decidí cursar esta Licenciatura luego de asistir a una reunión para futuros ingresantes presidida por quien actualmente dirige mi tesis junto al Dr. Gustavo Liberatore, la vicedecana de la Facultad de Humanidades Dra. Silvia Sleimen, en la que además de explicarse el rol que cumplen las bibliotecas como instituciones insertas en la sociedad, se hizo mucho hincapié en la posibilidad de explotar la profesión desde el punto de vista del manejo de la información por fuera de las fronteras de este espacio y en estrecha vinculación con la ciencia, la academia y la tecnología. Si bien en su momento y hasta bien entrada la carrera no supe con demasiada precisión cómo me desempeñaría a futuro en el ámbito laboral, siempre tuve la certeza de que mi actividad profesional no se vería necesariamente circunscripta al espacio de una biblioteca, sino que el campo de actuación sería más amplio y estaría orientado a la investigación y a la docencia. Todos estos aspectos fueron los que me cautivaron en un comienzo para elegir la disciplina y los que aún siguen motivándome para profundizar en mi formación.

- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?

De chica solía concurrir mucho a la Biblioteca Popular Municipal Bartolomé Mitre de mi pueblo para buscar información y hacer tareas escolares. También me gustaba pasar los recreos en la biblioteca de mi colegio, leyendo entre las estanterías. Por esos mismos años, realicé múltiples actividades artísticas en distintas instituciones o con profesores particulares como piano, pintura, escultura y danzas clásicas y contemporáneas. Además, siempre fui una ávida lectora de cuentos y novelas de ficción. Sin embargo, no considero que esas inclinaciones artísticas o culturales hayan sido las que me llevaron a interesarme por la Bibliotecología, la Documentación y la Ciencia de la Información, sino sus aspectos más científico-técnicos y académicos.

- Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está leyendo actualmente?

No podría elegir un solo libro, porque han sido muchos los que han dejado una marca en algún momento de mi vida. En términos generales creo que me quedaría con las obras de Tolkien y Cortázar; del primero porque me introdujo a la literatura a una corta edad, y del segundo porque, años más tarde, me dio un espacio para la introspección. A ambos los recuerdo con mucho cariño por eso. Actualmente estoy leyendo dos libros: la afamada novela gráfica “Maus” del historietista Art Spiegelman que relata las experiencias vividas por su padre, un judío polaco sobreviviente del Holocausto, durante la Segunda Guerra Mundial; y los trabajos del Dr. Mario Albornoz compilados en “Ciencia, tecnología y universidad en Iberoamérica” sobre cómo, en los países iberoamericanos, la ciencia y la tecnología articulan con los ámbitos universitarios en su aspiración por constituirse en sociedades del conocimiento.

- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?

Es difícil dar una única definición porque las funciones que cumplen y los contextos en los que se desempeñan los bibliotecarios son muchos y muy diversos, y al definirlos conjuntamente tal vez estemos incurriendo en una simplificación que no se condice con la realidad. Sin embargo, a los fines de esta pregunta diría que se trata de un profesional que hace uso de una serie de técnicas, herramientas y conocimientos para procesar y adquirir información para sus usuarios que contribuya a la concreción de objetivos de diversa índole: educativos, culturales, recreativos, académicos, científicos, etc. Se trata de un profesional versátil; que está presente en todos los niveles formativos; para promover la lectura en los más pequeños, o conocer los últimos avances en una determinada disciplina; en contacto directo con usuarios de todos los espectros sociales, desde los ámbitos más carenciados a los más solventes; cubriendo todas las temáticas que resulten de interés para su público; utilizando documentos físicos en un ámbito concreto o digitales en espacios virtuales; vinculado a todo tipo de instituciones públicas o privadas; trabajando con antiguos documentos, o con grandes cúmulos de datos; y un largo etcétera. Personalmente considero que es esta multiplicidad de fines el aspecto que resulta más interesante y en el que se vuelve más palpable el gran abanico de posibilidades de actuación que brinda la profesión.

- ¿Qué opina del rol social del bibliotecario?

Creo que todo rol que cumple un bibliotecario es social. Al tratarse precisamente de una Ciencia Social, no concibo que sea posible desarrollar la profesión sin impactar de alguna manera en la comunidad. Toda posición tomada por un profesional de la disciplina en materia cultural, educativa, científica, de democratización del conocimiento, de acceso libre a la información es eminentemente social y también política, independientemente del ámbito en que se esté inserto y de los recursos con que se cuente.

- Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos favorecen la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del bibliotecario?

Sí, pienso que el plan de estudios con el cual cursé mi carrera de Bibliotecario Documentalista (anterior al que está siendo aplicado actualmente) fue consistente respecto de esos contenidos en el plano de la teoría, aunque no tanto respecto de la adquisición de competencias sociales concretas. En algunas materias con un perfil fuertemente teórico tuve la posibilidad de conocer aspectos históricos de la disciplina, su inserción en la sociedad, los perfiles profesionales, los objetivos de las distintas unidades de información, normativas y legislaciones, etc. Sin embargo, a través del contacto que tuve con compañeros de la orientación de Bibliotecario Escolar, noté que ellos trabajaban con mayor énfasis el desarrollo de las habilidades sociales de los bibliotecarios vinculadas, por ejemplo, a la difusión de la lectura, la formación de los usuarios, la organización de actividades en el espacio de la biblioteca, la apertura de la institución hacia la comunidad o la concreción de proyectos bibliotecarios en contextos de vulnerabilidad.


- Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión (pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada materia

Analizándolo en retrospectiva considero que fui formada bajo el paradigma de la información. Si bien recuerdo que algún profesor mencionara los alcances y diferencias de ambas visiones, los planes de trabajo docente de las materias estaban más orientados hacia el primer paradigma; no porque los contenidos fueron puramente técnicos, también atravesé cursadas claramente teóricas, sino porque no percibí que se hiciera hincapié en los aspectos comunicacionales y en las competencias sociales del bibliotecario.

-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?

Hacia fines del año 2016, poco tiempo antes de recibirme de Bibliotecaria Documentalista, completé una práctica profesional en la Biblioteca Especializada del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP). Simultáneamente, aunque por un período de tiempo más prolongado, realicé una pasantía no rentada en la Biblioteca de Irulana perteneciente a la ONG Jitanjáfora y especializada en literatura infantil y juvenil. Si bien se trató de unidades de información muy disímiles entre sí, no sólo respecto de sus objetos de estudio sino también de su funcionamiento interno, de sus usuarios, y de sus recursos humanos y materiales, en ambas pude desempeñarme con solvencia y seguridad. Los conocimientos aplicados estuvieron vinculados principalmente al procesamiento técnico de los materiales y a la referencia. En la Biblioteca Especializada del INIDEP, por una parte, aprendí mucho del quehacer cotidiano de las bibliotecarias, ya que se trata de un equipo de trabajo consolidado, emplazado en una institución con décadas de experiencia en el ámbito científico-técnico. Pese a que mi actividad en esta unidad de información estuvo regida la mayor parte del tiempo por las indicaciones precisas que recibí, mis supervisoras me dieron la posibilidad de redactar un pequeño proyecto y de efectuar el procesamiento de sus cartas náuticas, un tipo de material con características especiales que no había estudiado durante la carrera. En la Biblioteca de Irulana, por otro lado, puse a prueba en mayor medida mi capacidad decisoria porque, al tratarse de una unidad de información pequeña y aún jóven, desde la Comisión Directiva de la ONG me dieron la libertad de tomar determinaciones relacionadas, por ejemplo, a la organización de la colección, a la indización de los contenidos y a la creación de una completa sección dedicada a la biblioteca en su sitio web. Haber pasado por estas dos experiencias no solo fue sumamente enriquecedor, sino que también constituyó una instancia formativa indispensable por la que todos los estudiantes de Bibliotecología deberían transitar antes de recibirse.

- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?

Lamentablemente cursé las materias Informática I y II cuando éstas ya se encontraban bastante desactualizadas por lo que, tanto a nivel teórico como práctico, no encontré que fueran de gran utilidad. Por fortuna, esta situación se revirtió con la aplicación del nuevo plan de estudios efectuada hace casi dos años. Exceptuando Informática, en otras cátedras sí pude acceder a contenidos sobre las TICs actualizados, aunque principalmente desde la teoría. Respecto del equilibrio entre ambos abordajes pedagógicos, en los primeros años cursé algunas materias eminentemente prácticas, como Catalogación, Clasificación I o Referencia, y otras con un fuerte contenido teórico, como Introducción a la Ciencia de la Información, Clasificación II o Documentación I. Sin embargo, a medida que avancé en la carrera, hacia finales de Bibliotecario Documentalista e inicios de la Licenciatura en Bibliotecología y Documentación, noté que comenzaban a predominar las temáticas de índole teórica vinculadas, por ejemplo, al sistema científico, la evaluación de la ciencia, el sistema de publicación internacional, el acceso abierto, entre otros. Como la práctica se sustenta en la teoría, es explicada, fundamentada y contextualizada por ella, considero vital que los bibliotecarios cuenten con sólidos cimientos de este tipo en su formación. Sólo así podrán desenvolverse como profesionales críticos, proactivos y con capacidad de análisis y argumentación.

-¿Suele participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?

No suelo participar de tales listas. Me informo sobre la actualidad de los distintos ámbitos de estudio, laborales y de intercambio profesional a través de las redes sociales.

-Como estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario / reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos / gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?

Sí, recuerdo haber presenciado debates en clase sobre diferentes temas, generalmente protagonizados por bibliotecarios en actividad, pero nunca uno referido a la Asociación de Bibliotecarios Graduados o a la posibilidad de crear un gremio o sindicato. Considero que intercambiar opiniones o escuchar a profesionales con experiencia en estas temáticas durante la formación es de suma importancia, siempre y cuando se den en el marco de una clase acorde a ellas o con un fin último que vaya más allá del debate en sí. De otra manera se corre el riesgo de que la discusión se transforme en una pelea política estéril que no lleve a ninguna parte, como también he presenciado en numerosas ocasiones.


- El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto bibliotecario, según lo vivenciado como alumna de la carrera ¿desde el aula, recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?

Diversos profesores plantearon sus visiones al respecto, en relación prácticamente a todos los componentes de la cadena documental que se lleva a cabo en una unidad de información: la selección y adquisición de los materiales, al análisis de los contenidos, la descripción, el proceso de referencia, y la búsqueda y recuperación de información. En todas estas ocasiones se hizo especial hincapié en la necesidad de que el profesional tenga una postura neutral aunque, extrapolando lo que dice Sampieri sobre realizar una investigación “lo más objetivamente posible” porque hacerlo de forma plenamente objetiva es imposible, en este caso diría que intentar ser por completo neutral es una ilusión. Siempre existirán elementos contextuales, formativos y personales que incidirán en el bibliotecario sesgando de alguna manera su labor.

-¿Cómo percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.)

No considero que la disciplina tenga una gran presencia en contextos sociales complejos, o que resulte visible cuando sí se involucra en dar respuesta a distintas problemáticas. Estoy al tanto de que existen proyectos bibliotecarios de esa índole, muchos de los cuales son difundidos en eventos profesionales, pero aún así creo que se trata de intentos aislados y con poca llegada a la sociedad en general. Esto tal vez se deba a que, usualmente, la formación nunca ha puesto el foco allí; situación que probablemente comience a revertirse en el nivel local cuando las primeras camadas de bibliotecarios con orientación socio-comunitaria se reciban de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Refiriéndome ahora a un ámbito completamente diferente y en relación a la primera pregunta, traigo a colación una experiencia personal: por un lapso de poco más de un año tuve la oportunidad de participar en un proyecto de investigación multidisciplinar abocado al estudio de la deserción universitaria y compuesto por investigadores y alumnos avanzados de sociología, psicología, turismo, economía y contabilidad. Si bien mi rol se limitó a la asistencia por medio de la búsqueda de información, varios miembros del grupo me hicieron notar cuánto desconocían las competencias que poseemos los bibliotecarios y cuánta calidad podemos sumar al trabajo de investigación. Conozco, además, otros casos en los que profesionales de la información se han integrado a equipos compuestos por científicos e investigadores de diversos orígenes disciplinares, no sólo desde el rol de asistentes, sino también tomando posiciones de poder dentro de ellos. Pero, insisto nuevamente, suelen ser pocos los casos y no responden a una política institucional que busque y apoye deliberadamente la retroalimentación con otros campos del saber. Creo que para que la Bibliotecología, la Documentación y la Ciencia de la Información tengan un rol más preponderante en contextos interdisciplinarios es necesario que la formación no se circunscriba únicamente al trabajo bibliotecario dentro de una institución determinada, sino que enfatice en el desarrollo de habilidades y en la adquisición de conocimientos para la creación de herramientas, proyectos e ideas con las que salir a ganar nuevos espacios de actuación, sean éstos sociales, científicos, tecnológicos u otros.

-¿Recuerda en alguna clase que el docente haya abordado cuestiones vinculadas a bibliotecas en contextos sociales vulnerables? (comunitarias, rurales, campesinas, indígenas, carcelarias o de temas relativos a minorías, desplazados sociales, multiculturalidad, comunidades sexuales, bibliotecas humanas, etc.)

Durante casi dos años participé como voluntaria de las prácticas socio-comunitarias organizadas por la Lic. Marcela Coringrato, Directora del Departamento de Ciencia de la Información. En mi caso, por ser alumna en su momento de la carrera de Bibliotecario Documentalista, me tocó asistir periódicamente a la Cooperativa Común Unidad de Recuperadores Argentinos (C.U.R.A.) en el marco del proyecto de creación de una biblioteca en su planta de separación de residuos, ubicada poca antes de llegar al basural de la ciudad. Si bien, tiempo más tarde, dicho proyecto debió ser abandonado a raíz de la realidad crítica y compleja por la que atravesaba la Cooperativa, gracias a esa práctica tuve la oportunidad de vivenciar lo que implica trabajar y relacionarse con las personas en un contexto de extrema vulnerabilidad. (Al respecto presenté este trabajo en las II Jornadas Internas de Investigación en Bibliotecología: http://humadoc.mdp.edu.ar:8080/xmlui/handle/123456789/403). Por otra parte, recuerdo que en algunas otras materias se abordó el tema, y mejor aún recuerdo los relatos de experiencia que expusieron en eventos profesionales bibliotecarios de diferentes orígenes sobre su trabajo en bibliotecas carcelarias y hospitalarias.


-Si le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera ¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?

Luego de varios años de trabajo y discusión, fue recientemente actualizado el plan de estudios de la carrera, cuya versión anterior databa de comienzos de 1990. Estoy al tanto de que se trató de un importante proceso de trabajo conjunto, aunque desconozco si de él participó algún grupo de alumnos. Desde el punto de vista de los contenidos sociales considero que, tanto el anterior como el actual programa, se encuentran muy completos. Por el contrario, a lo largo de los años de cursada sí noté una cierta desactualización en los contenidos técnicos e informáticos, los cuales fueron revisados y modernizados en este nuevo plan de estudios que ya se encuentra en aplicación.

-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?

Históricamente se ha hablado de la desaparición de diferentes medios de información con la llegada de nuevos dispositivos tecnológicos, y tales desapariciones nunca han sucedido, por lo que no creo que el augurio vaya a hacerse realidad ahora. Sí es cierto que existen ámbitos en los que los documentos digitales han ganado partido por sobre los de papel, como el científico-técnico, pero es más bien la circulación de papers y revistas científicas la que ha proliferado en la virtualidad. No considero que vaya a ocurrir lo mismo con los libros impresos, especialmente con aquellos cuya finalidad es la recreación. Se han llevado a cabo numerosos estudios científicos que indican que el cerebro humano ha evolucionado en los últimos 500 años a la par de la lectura en papel, razón por la cual el aprendizaje y la memoria, sobre todo de los niños en crecimiento, funcionan mejor cuando entramos en contacto con un texto impreso. En el campo de la lectura por placer, se ha comprobado que el disfrute, por ejemplo, de una novela no es producto únicamente del contenido que leemos, sino también de la percepción sensorial de la textura del papel, del aroma, del peso del volumen que sostenemos, del progreso que realizamos con el paso de las páginas, etc. Por mi parte, además de coincidir con los resultados de las investigaciones sobre el tema, considero que la lectura de un libro en papel va más allá del simple acto de leer con el objetivo de aprendizaje, informativo o recreativo que sea. Es un ritual que, al igual que escuchar música por medio de un disco de vinilo en lugar de hacerlo con un archivo digital mp3, o comer una buena preparación casera en lugar de comida congelada, contribuye al deleite, al bienestar y, por sobre todas las cosas, a una mejor calidad de vida de las personas.

Muchas gracias Victoria
Daniel Canosa

Nota: la entrevista ha sido publicada en el número 52 de la Revista Fuentes, perteneciente a la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia.

martes, 19 de diciembre de 2017

Entrevista a Andrea Blondeau, estudiante de Bibliotecología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina


Noticia biográfica

Andrea Blondeau es Directora del Centro Médico de Mar del Plata. Se desempeña como Profesora en Bibliotecología y Documentación.  Es Bibliotecaria Documentalista egresada por la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata.En 2012 Participó como ponente en las Jornadas Argentinas de Bibliotecas de Ciencias de la Salud y el Medio Ambiente: 12° edición, en el marco de la 44° Reunión Nacional de Bibliotecarios / 38° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, presentando un artículo titulado “El profesional de la información en Ciencias de la Salud: revisión de un perfil con nuevas competencias. Caso de la Biblioteca del Centro Médico de Mar del Plata”. Entre sus intereses profesionales figuran las TIC´s aplicadas en Ciencias de la Salud, e Información especializada en salud.

Entrevistador: Daniel Canosa

- ¿Por qué la Bibliotecología?

No se si tengo un por qué, es más creo que encontré el porqué durante la cursada.

- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?

Durante mis años escolares fui una asidua asistente a las bibliotecas, desde mi escuela primaria en la cual la bibliotecaria me incluencio en mi gusto por la lectura y por la tarea del bibliotecario.

- Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está leyendo actualmente?

No recuerdo un libro que me influenciara. Actualmente alterno entre libros de nutrición y novelas.

- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?

Para mi un bibliotecario es una persona con vocación de servicio y docencia.

- ¿Qué opina del rol social del bibliotecario?

Para mi es más que importante y nos permite mayor visibilidad ante la sociedad para que conozcan y reconozcan nuestra tarea.

- Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos favorecen la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del bibliotecario?

En mi caso facilitó los conocimientos técnicos sobre los sociales. Entiendo que desde el momento en que yo cursé hasta ahora los planes de estudio han cambiado.


- Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión (pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada materia? (la pregunta va orientada hacia los contenidos que brinda el docente, si fomenta habilidades sociales o comunicativas o centra toda su atención en contenidos técnicos).

Como ayudante de práctica si percibo el enfoque de mayor atención al usuario en general, con esto mayor rol de comunicación y servicio.

-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?

En mis prácticas pude adquirir conocimientos para un futuro desempeño. Pude vivir el trabajo real en una bibioteca, ver el movimiento real, conocer las necesidades de usuarios, etc. En cuanto a los conocimientos adquiridos durante la práctica fueron varios: conocer un sistema integrado de gestión de bibliotecas nuevo, poder catalogar, aplicar la entrevista de referencia, entre otros, aunque considero que la cantidad de horas (30 horas) fueron escasas.

- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?

Dependiendo de los docentes, en la UNDMP, la mayoría de los docentes actualiza la bibliografía.

-¿Suele participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?

Considero que son muy importantes, aunque por razones de tiempo no participo activamente. Una de las temáticas más importantes son las condiciones laborales, derechos y obligaciones. Además nuevas tendencias en productos, etc

-Como estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario / reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos / gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?

Por supuesto que estoy a favor de este tipo de debates, sobre todo cuando se trata del futuro como profesional. No recuerdo exactamente qué profesor reflexionó sobre el tema, pero sí fue abordado en la Universidad.


- El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto bibliotecario, según lo vivenciado como alumna de la carrera ¿desde el aula, recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?

No, no recuerdo

-¿Como percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.)

Si, de a poco se empieza a visibilizar la bibliotecología en el trabajo conjunto con otras disciplinas, no solo en lo social. Los bibliotecarios entendemos y nos damos cuenta que podemos actuar en problemáticas sociales, es decir adaptar nuestra disciplina a la realidad actual.

-¿Recuerda en alguna clase que el docente haya abordado cuestiones vinculadas a bibliotecas en contextos sociales vulnerables? (comunitarias, rurales, campesinas, indígenas, carcelarias o de temas relativos a minorías, desplazados sociales, multiculturalidad, comunidades sexuales, bibliotecas humanas, etc.).

Recuerdo escuchar en clase, que se planteen situaciones en bibliotecas carcelarias. Es muy interesante conocer cómo desempeñarse en unidades de información de este tipo y en otros contextos vulnerables. Igualmente poco he visto durante la carrera. Si he escuchado alguna ponencia de experiencia en este tipo de bibliotecas.

-Si le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera ¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?

Si tuviera  la posibilidad haría un equilibrio entre lo técnico/tecnológico y la responsabilidad social y de servicios a contextos sociales vulnerables. En el caso de la Universidad Nacional de Mar del Plata favorece e instala espacios de debates.

-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?

Creo que la realidad da respuesta por si sola. Hoy actuamos con todas las opciones de soportes de libros. Como bibliotecarios nos debería interesar y preocupar más que no se deje de leer, antes que si el libro físico desaparece.

Muchas gracias Andrea

Daniel Canosa

viernes, 15 de diciembre de 2017

Entrevista a Hernán Esteban Martínez, estudiante de Bibliotecología del ISFD yT N° 35 de Monte Grande, Buenos Aires, Argentina


Noticia biográfica:

Hernán E. Martínez tiene 41 años, cursa actualmente 1er. año de la Tecnicatura Superior en Bibliotecología en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nro 35 de Monte Grande, provincia de Buenos Aires. Es especialista en Tecnologías de la Información, hace 15 años que trabaja en el rubro y actualmente lleva adelante una PyME que da servicio a empresas y particulares. Ha estado a cargo de jefaturas de Soporte Técnico en empresas como Correo Argentino y Organización Techint. Es diseñador gráfico y fotógrafo.

Entrevistador: Daniel Canosa

- ¿Por qué la Bibliotecología?
Porque amo todo lo que tiene que ver con ella, en principio los libros, los documentos, la información, las bibliotecas. Pero también amo todo lo que la Bibliotecología puede hacer por una sociedad y por un país: ciudadanos más y mejor informados, niños mejor preparados para construir el futuro, empresas más productivas y competitivas. Veo a la Bibliotecología bien aplicada como el motor que permite posicionarnos en el mundo sin dejar de saber quiénes somos y porque somos así.

- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?

He frecuentado bibliotecas desde que tengo memoria, sea con motivo de tener acceso a textos escolares o con motivo de acceder a textos de esparcimiento. También recuerdo concurrir a la biblioteca de mi pueblo en busca de respuesta a temas e inquietudes que los libros de la biblioteca familiar de mi casa no me brindaban. Con respecto a mis aficiones, además de la lectura, me apasiona la fotografía y todo lo que tenga que ver con la imagen en general (soy diseñador gráfico) Me gusta mucho la música, no concibo un día de mi vida sin escuchar música, también me gusta mucho el cine, quisiera poder tener más tiempo para disfrutar más de ese arte en particular.

- Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está leyendo actualmente?

El libro que más me influenció fue “El Principito”, de Saint Exúpery, a pesar de haberlo leído con tan sólo 9 o 10 años me produjo un hondo impacto. Actualmente estoy leyendo dos libros, “Mi hijo el Che”, de Ernesto Guevara; y “El Aleph” de Jorge Luis Borges.

- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?

Mi mirada del bibliotecario cambió desde el momento en que opté por seguir esta carrera, antes tenía la mirada de un profesional que se encargaba de todo el proceso relacionado con el servicio del préstamo, comprar, catalogar, gestionar usuarios en una base de datos. Hoy lo veo como un actor fundamental en la actual sociedad del conocimiento y la información, alguien que puede hacer la diferencia en ámbitos diferentes como pueden ser el educativo, el académico, el de las ciencias, la política, las artes.

- ¿Qué opina del rol social del bibliotecario?

Bueno, respecto a este tema he notado como dos posturas diferentes tanto en alumnos como en profesores. Están aquellos que ponen el foco en las técnicas, el estudio de la disciplina desde el punto de vista de la aplicación de determinados instrumentos y saberes; y están los que hacen hincapié en el rol del servicio a la sociedad, de preservar el rol tradicional del bibliotecario como ser el apoyo y difusión de la lectura, de los eventos culturales, la promoción de los distintos grupos que conforman una sociedad etc. Parecería que ambos caminos transcurren en paralelo sin cruzarse nunca, cuando en mi opinión deberían complementarse uno con el otro. En lo personal, me interesa mucho el rol social que pueda tener el bibliotecario, para mi es uno de los mayores atractivos de la carrera. Voy a contar una anécdota que me sucedió con respecto al rol social de algunas profesiones. Soy fotógrafo, hago fotografías de todo tipo, comercial, artística, promocional, y también fotografía social. En un momento dado me tocó cubrir el acto inaugural de un importante hospital de la región, se trata de un hospital que recibe casos a nivel nacional. Se había armado el acto para que se difundiera en los medios, y había figuras políticas como ser el Intendente, el Gobernador y el Presidente de mi país, además de una gran cantidad de público local. Las fotos a políticos suelen provocar siempre las mismas reacciones entre el público, a favor o en contra dependiendo del “color” de cada uno. A los pocos días nos citan nuevamente a varios periodistas y fotógrafos porque autoridades del hospital nos iban dar un recorrido por las instalaciones previo a la puesta en funcionamiento. Nuevamente me aseguré que las fotografías estuvieran correctas técnicamente, pero dado que la situación era más informal me dediqué a sacar a personas y detalles que en el primer acto no hubiera podido. Tomé algunas fotos al personal de limpieza, el de laboratorio, el de recepción y finalmente a una enfermera y un enfermero, quienes gentilmente posaron con su mejor sonrisa. El reportero que habitualmente trabaja conmigo compartió mi álbum de fotos en el muro de su Facebook, se trata de una persona con una red de contactos enorme. Un mes después se me ocurrió mirar las reacciones que habían ocasionado mis fotografías, y entre comentarios varios, había uno que me marcó bastante. Era el comentario de la madre de la enfermera. En el mismo relataba lo orgullosa que estaba de que su hija haya elegido seguir esa carrera, y de haber conseguido ingresar a ese hospital de tanta importancia. La foto había sido compartida y luego se multiplicaron comentarios de conocidos de la enfermera. Fue bastante movilizador. No fue la mejor foto ni la más artística, pero había tomado vuelo propio. Había cumplido un rol social como documento que guarda un momento, importante para determinadas personas, para la posteridad. Espero poder como bibliotecario aplicar aún más este tipo de competencias al servicio de una sociedad tan necesitada de tantas cosas.

- Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos favorecen la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del bibliotecario?

No del todo. Si bien alguna materia lo fomenta y brinda material al respecto, no hay una política educativa que articule ese tipo de temáticas en varias materias. Por lo cual termina quedando librado a la postura que tenga el docente.


- Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión (pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada materia?

Yo noto ese cambio de paradigma, pero no lo veo como un quiebre, sino más bien como una evolución. No noto que se haya abandonado un paradigma para ir a pararse completamente en el otro. Aunque mientras respondo esto, lo hago viéndolo con una visión de conjunto de parte de la sociedad toda, no sólo de la profesión. Porque el profesional está inserto en la sociedad a la cual le brida su “profesión”. Respecto a la orientación de nuestros docentes, es un poco lo que comentaba antes, hay como dos escuelas, una que dice que sólo lo técnico es lo importante, que se puede prescindir de todo lo otro. La otra escuela pone el acento en la parte humanística y social. Entiendo que ambos aspectos son relevantes en esta profesión, pero, como informático de varios años he visto como muchas aplicaciones que hoy realizan procesos de forma automatizada o desatendida, años atrás dependían de un puesto de trabajo que llevara la misma operatoria, en mucho más tiempo. Para todo lo que tiene que ver con lo técnico es conveniente estar bien informado, mirar hacia otros países, sobre todo aquellos que fueron y son pioneros en el uso de técnicas y tecnologías aplicadas a todo lo que tiene que ver con las Ciencias de la Información y la Bibliotecología.

-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?

He tenido la oportunidad de trabajar mediante una pasantía en una Biblioteca Popular, y lo aprendido desde el punto de vista técnico me ha servido en los procesos de catalogación, análisis y clasificación, siempre con la guía del bibliotecario titulado, que resultó invalorable. Además he colaborado con la Biblioteca en la organización de dos eventos socio-culturales de relevancia (Biblioteca Humana como Libro Humano y Té Galés) por lo cual puedo decir que la práctica de campo es fundamental para el futuro profesional.

- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?

Con respecto a este punto soy crítico con respecto al equipamiento más que con la bibliografía. Los equipos informáticos tienen una obsolescencia muy grande, estamos hablando de PCs con Windows XP en el año 2017. Tal es así, que en el momento de presentar un trabajo práctico o hacer un examen de tipo práctico me fue imposible guardar el archivo, en varios equipos distintos. Se podría solicitar la donación de equipamiento más actual. No tomé contacto con el estado de los equipos si no hasta que me presenté a dar libre el examen final a fin de año, pero pienso proponerme para darles una mano en un tema que conozco. He trabajado en una empresa que hacía ese tipo de donaciones y parte de mis responsabilidades era llevar adelante toda la gestión.

-¿Suele participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?

Sí, tengo bastante participación. A veces me limito sólo a leer los temas que van surgiendo, en otras ocasiones participo activamente. Como en todos los ámbitos, hay diferentes niveles de debates, como diferentes tipos de personas. Respecto a los temas políticos a mí en lo particular me resulta espinoso. Veo como propio de los argentinos el buscar aquello que nos divide en lugar de hacer hincapié en aquello que nos une. Se podrían lograr muchas cosas dando un debate de personas inteligentes, trabajando unidos por el bien común, más allá de gobiernos de turno.

-Como estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario / reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos / gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?

He presenciado comentarios en alguna oportunidad, muchas menos de los que desearía. Los sindicatos suelen ser un arma de doble filo, en la historia de nuestro país han resultado eficaces contra ciertos males y atropellos, producto de las clases dirigentes (políticas, económicas) pero los efectos adversos de los mismos son la corrupción e impunidad con la que se mueven los referentes sindicalistas, por lo que la pregunta es si es mejor el remedio o la enfermedad. Respondiendo a la última pregunta, si, siempre y cuando tengamos espacios de discusión serios y responsables; y no se limite a tratar de imponer una ideología o a hacer propaganda militante, como he visto que ha sucedido en alguna ocasión.


- El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto bibliotecario, según lo vivenciado como alumno de la carrera ¿desde el aula, recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?

Es difícil mantenerse neutral en una sociedad como la Argentina, que tiene tantas carencias y necesidades; entiendo que una de las cuestiones fundamentales de la biblioteca es entregar servicio a la comunidad, siempre desde sus recursos, sean las personas, la colección, talleres a la comunidad, etc. Algunos docentes nos han reforzado esa visión, haciendo hincapié en la biblioteca como motor de alfabetización informacional, promotora de valores y de la identidad cultural. Otros docentes nos brindaron una visión de un bibliotecario bastante más neutral, enfocada en el contexto de la biblioteca jurídica, en la cual, y dado el perfil del usuario, es necesario el secreto profesional, y la imparcialidad al momento de recuperar documentación que será utilizada en el ámbito de la justicia. Finalmente entiendo que será el bibliotecario, con sus experiencias, su formación y su ética, el que deberá ver en que dirección aplica sus esfuerzos.

-¿Cómo percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.)

Lo considero un ideal, aunque no me ha resultado muy visible salvo algunos pocos casos puntuales. Al respecto algunos docentes vienen realizando, de forma extra curricular, un gran esfuerzo, como fue el caso de la Biblioteca Humana, en el que se han expuesto a la comunidad diferentes problemáticas en representación de estas minorías (personas recuperadas de adicciones, veteranos de guerra a los que les cuesta re insertarse laboralmente, etc.) y la respuesta del público fue muy favorable.

-¿Recuerda en alguna clase que el docente haya abordado cuestiones vinculadas a bibliotecas en contextos sociales vulnerables? (comunitarias, rurales, campesinas, indígenas, carcelarias o de temas relativos a minorías, desplazados sociales, multiculturalidad, comunidades sexuales, bibliotecas humanas, etc.)

Si. En varias oportunidades se han tratado ese tipo de cuestiones en clase, y por diferentes docentes. Tenemos docentes que han trabajado con comunidades indígenas, carcelarias, campesinas, bibliotecas humanas, etc. Creo profundamente que uno de los roles que no ha de perder de vista la bibliotecología es el de facilitar el acceso a la información y el conocimiento a este tipo de grupos sociales, algunos de los cuales piden ayuda a gritos para contar con mejores oportunidades de las que les tocaron. Es una parte del Manifiesto de la ONU. Pero esto no puede quedar en intensiones, en un idealismo vacío de acciones. Muchas de estas personas dependen de grupos de voluntarios para acceder a una mejor salud, educación o calidad de vida.

-Si le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera ¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?

Yo pondría mucho el foco en la deontología profesional, hay ejemplos en otras áreas de excelentes profesionales, bien calificados técnicamente, pero a los que les falta el costado humanista, ético, el poner el esfuerzo en el bien común y no en el propio. Si bien se han dado algunos debates, también es justo reconocerlo, a los alumnos parece preocuparnos poco este tipo de cuestiones.
En una conferencia que dictara en nuestra institución (el ISFD y T Nro. 35 de Monte Grande) el Dr. Pedro López López, de la Universidad Complutense de Madrid, nos hablaba de la importancia de tener materias relacionadas con Derechos Humanos, con el fin de formar profesionales más ubicados en el contexto histórico y a la vez más críticos con la información, tanto la que circula como la que no (con esto último me refiero a que no circula por intereses varios) a veces, no ya como bibliotecarios si no cómo ciudadanos, olvidamos cuales son nuestros derechos y obligaciones. Un filósofo griego definió al ciudadano no como alguien que habita un determinado lugar o región, si no como una persona que se involucra en la vida diaria de la política en democracia.

-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?

Bueno, yo soy una persona que ama el libro tradicional. Para mí se trata del soporte ideal para leer, me gusta sentir su tacto, su peso, cosas de las que carece un texto electrónico. Me provoca tristeza pensar que el libro tradicional como lo conocemos pueda llegar a desaparecer, o quede relegado a algunos pocos ámbitos. Hay algo de inexorable, el libro digital ya nos permite llevar encima una biblioteca encima en unos pocos gramos, pero pienso que hay dos cosas que harán que el libro continúe vivo por muchos años más (espero sinceramente no equivocarme) una es que se ha vuelto más accesible y masivo aún, llegando a nuevos públicos, encontrándose muchos sitios web, blogs y foros con usuarios que califican y opinan sobre los libros, esto en paralelo con los críticos especializados; lo veo más democrático. La segunda cuestión es un fenómeno que he visto en la industria de la música, la llegada del formato MP3 amenazó con arrasar los formatos tradicionales. Hasta que lentamente el tiempo fue poniendo las cosas en su lugar, y hoy se vuelve a revalorizar el disco de vinilo y la buena calidad de las grabaciones (aunque hoy existen archivos digitales que no tienen nada que envidiarles a los formatos físicos) En muchos hogares audiófilos conviven lo tradicional con lo nuevo. Pienso que con los libros puede suceder algo similar. Según el antropólogo Roger Bartra, “los libros no van a desaparecer, los textos impresos y los electrónicos son complementarios”. Será cuestión de que los responsables del márketing y todos aquellos actores de la industria del libro tengan buenas ideas. Se me ocurre por ejemplo diferentes ediciones con diferentes tipos de tapa (dura, blanda) ediciones de lujo, etc. De todos modos tiene que haber un punto de equilibrio, estamos hablando de Cultura, el promocionar más a un tipo de libros que a otros (por ejemplo best sellers) terminaría siendo contraproducente para lo que uno espera de este mundo que es la pluralidad de voces lo más amplia y universal posible.

Muchas gracias Hernán

Daniel Canosa

Nota: la entrevista ha sido publicada en el número 51 de la Revista Fuentes, perteneciente a la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia.