Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

martes, 29 de marzo de 2016

Los relatos de los otros


Hace tiempo que algunas notas del Orejiverde son generadas desde el propio espacio, es parte del objetivo que se trazó este diario digital del cual formo parte, informar sobre y desde las propias comunidades, mostrando no solo los conflictos sino especialmente los valores de las culturas originarias de nuestro continente y del mundo.

Esta noticia permite trazar un ejemplo, ya que son pocas las veces que el qarashé Féliz Diaz ofrece testimonios que terminan siendo publicados en los medios, de pronto El Orejiverde está visibilizando palabras, pensamientos, realidades y rostros que no ocupaban un espacio en los medios de comunicación ¿no es acaso un modo de construir subjetividad? ¿una subjetividad históricamente silenciada, ausente?

El mundo está poblado de relatos, los hay políticos, ideológicos, filosóficos, religiosos, pero también se encuentran aquellas abstracciones que se construyen sobre lo que apenas se comprende, sin pertenecer al círculo originario, sin formar parte de una comunidad. Es el mundo de los otros, pero opinamos sobre ellos, como si los entendiéramos, y no les pedimos permiso para decir lo que pensamos.

Es necesario cambiar la mirada, construir discernimiento, respetar otras formas de entender la realidad, comprender el significado profundo de la palabra cosmovisión, apreciar en todas sus formas el concepto buen vivir.

Hacia ese espacio plural seguiremos avanzando, hasta conformar (a través de la convergencia), un mundo donde quepan muchos mundos.

Fuente:
http://www.elorejiverde.com/buen-vivir/1005-mi-sueno-es-facilitar-el-acceso-a-la-informacion-hacia-y-desde-los-indigenas

domingo, 20 de marzo de 2016

La vocación y los anhelos de una bibliotecaria wichi-kariña


Shailili Zamora Aray es la primer bibliotecaria indígena de la Argentina, flamante egresada en la Universidad Nacional del Nordeste, representa uno de los tantos casos de mestizajes entre culturas indígenas (wichi-kariña), en esta entrevista se comparten algunos de sus anhelos, su vocación de servicio y las múltiples posibilidades de colaboración entre bibliotecas y comunidades indígenas, un gusto enorme haberla entrevistado.

Entrevista

-Shailili, fuiste la primer alumna indígena en recibirse de bibliotecóloga en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Entre tus compañeros ¿existen otros casos en la misma situación?
Si, conozco al menos a cinco jóvenes qom que estaban estudiando, están entre primero, segundo y tercero. Tanto en bibliotecología como archivología.

-¿Imaginas una posible intervención en bibliotecas ubicadas dentro de comunidades indígenas?
Sí, me gustaría poder ver como es la relación de las bibliotecas con las comunidades, saber cómo se comunican con los pueblos y como facilitan el acceso y transmiten la información.

-¿Cómo fortalecerías la identidad de una comunidad indígena desde el espacio de una biblioteca?
Se puede fortalecer de muchas maneras, una biblioteca tiene que proveer información a la comunidad que pertenece, sin discriminación de ningún tipo.
Hay servicios como el de información al ciudadano y el de diseminación selectiva de la información que serían muy útiles para los pueblos indígenas en lo que es la protección, difusión y conservación de las diferentes culturas.

-¿Pueden las bibliotecas ser representativas de los valores de las culturas indígenas?
Sí, siempre que haya profesionales que sean indígenas que conozcan su cultura y sean nexos entre las comunidades indígenas y el mundo de la información, y viceversa.

-¿Que reflexión te merece la tarea de recopilación que se realiza en el Centro de Documentación Indígena?
Es una tarea difícil, porque hay escasos lugares que tengan documentación sobre los pueblos indígenas, que estén bien registradas, clasificadas y disponibles para la consulta. A eso se le puede sumar que muchos son estudios de interpretación, ya que no han sido escritos por miembros de las comunidades que describen.

-¿Como tratarías el tema de la oralidad dentro de las comunidades?
El registro oral es sumamente importante ya que ha sido el medio tradicional por el cual se traspasa la historia, la cultura de un pueblo indígena. En este momento también es el método más rápido y veraz para realizar un registro. Y a partir del registro oral se pueden generar otros documentos.

-A veces he notado esta disyuntiva, hay investigaciones realizadas por personas ajenas a la cultura que no tienen por finalidad entender lo que el paisano sabe sino más bien interpretar para la sociedad occidental lo que “comprende” de dicho entendimiento ¿se percibe al interior de las comunidades esta lectura del otro? ¿Qué sienten al respecto?
Es muy divertida esta pregunta porque con mis compañeros indígenas hemos ido a presentaciones de diversas ponencias relacionadas con la temática indígena, y siempre hablamos de ese hecho, como se expresan en nombre de nosotros, haciendo de sus interpretaciones verdades innegables. Lo cual en algunos casos nos parece risible, porque de una u otra forma están diciéndonos como ser o como éramos.

-¿En que momento surgió la idea por estudiar esta carrera?
Siempre ha estado muy presente en toda mi vida, pero lo elegí por el poco tiempo de cursada y las posibilidades de trabajo, aunque no imagine trabajar en una biblioteca “normal”, mis raíces son bastante fuertes, así que el trabajo con las comunidades indígenas es parte de todo. Pero el momento que más peso tuvo fue cuando en el cursillo de ingreso los profesores hablaron de la posibilidad de investigación, de recuperación y resguardo de la memoria de los pueblos, y allí fue que dije esto es lo que quiero, técnicamente todavía no he cumplido mi meta. Tengo que terminar mi licenciatura.

-Hubo bibliotecarios que mencionaron sobre la importancia de contar con escritores indígenas dentro del contexto escolar, en tal sentido ¿Cómo es la situación en Chaco?
Tanto los textos sobre la cultura indígena como los que tratan de transmitir el idioma son escasos, aunque en los últimos años han ido aumentando, porque más escritores indígenas han escrito tanto en español como en su lengua materna.
Existen varias dificultades con respecto a esto porque el idioma tiene variables entre las comunidades.

¿Cual sería tu sueño dentro de la bibliotecología?
Facilitar el acceso a la información hacia y desde los pueblos indígenas.

Fuente:

lunes, 14 de marzo de 2016

Shailili Zamora Aray , la primer bibliotecaria indígena...


Recientemente se dio a conocer la feliz noticia de una egresada en bibliotecología en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Se trata de Shailili Zamora, oriunda de Puerto Ordaz, Venezuela, quien a los 11 años vino a vivir a Puerto Tirol, provincia del Chaco. Este título honra sus orígenes, mezcla de la etnia kariña de Venezuela y la etnia wichí del Chaco, por parte de su madre y su padre respectivamente, según la información de Extensión Universitaria. No conforme con su título, Shailili planea recibirse a fin de año de Archivóloga, así como también continuar con la Licenciatura en Ciencias de la Información.

Shailili es además la primera egresada del programa Pueblos Indígenas de la UNNE, que fue puesto en marcha cinco años atrás por esa Universidad, con el objetivo de promover la inclusión de estudiantes de las etnias qom, wichi y moqoit. “Nací en Venezuela, mi mamá es venezolana y mi padre es argentino, wichi, de Salta. Decidimos venir acá porque le ofrecieron trabajo a mi papá, entonces nos mudamos por acá”.

Al mismo tiempo que estudiaba, la joven wichi trabajó en el Centro de Documentación Indígena en el marco del programa Pueblos Indígenas del Instituto de Cultura del Chaco, que dirige el historiador qom Juan Chico, donde continúa desempeñándose recopilando información sobre los pueblos indígenas de la zona y de América Latina.
Este trabajo paralelo implica un valioso conocimiento por la variedad de información especializada sobre culturas originarias que allí se realizan. Shailili Zamora Aray se convirtió en un ejemplo a seguir para muchos integrantes de su comunidad, que ahora se sienten estimulados para continuar con sus estudios universitarios.

Bibliotecas indígenas sin bibliotecarios indígenas...

Recién en el año 2000 un movimiento generado por bibliotecarios latinoamericanos organizaba en México un Congreso que recogía una serie de investigaciones, trabajos de campo y experiencias diversas en comunidades indígenas, punta de lanza de sucesivos encuentros que discutirían la compleja realidad de los servicios bibliotecarios en comunidades pertenecientes a pueblos originarios. Entre las conclusiones de aquel evento se prestó especial interés a los modelos de formación para bibliotecarios indígenas, donde según los especialistas era “deseable que quien atienda a estos grupos sea preferentemente originario de la etnia, que sea bilingüe (lengua materna y lengua franca, en este caso el español), con formación teórica en ciencias sociales, antropológicas, lingüísticas y bibliotecológicas. Un conjunto de conocimientos, aptitudes, habilidades y actitudes que lo ubiquen como nexo entre dos culturas y que le permitan reconocer y valorar la cultura propia manejando diferentes tipos de soportes”.

Si nos tenemos que remitir exclusivamente a la existencia de bibliotecarios indígenas en Argentina, basta considerar las diversas experiencias de bibliotecas indígenas para contrastar que efectivamente no hay registro de bibliotecarios pertenecientes a etnias locales. Haciendo un breve recorrido encontramos la biblioteca del CIFMA (Centro Integral Formación Modalidad Aborigen), creada en 1995 con la misión de formar docentes indígenas de las etnias tobas, wichí y mocoví. Su colección, especializada en Educación Intercultural Bilingüe, ha contado con el servicio de bibliotecarios escolares pero no indígenas.

La Biblioteca Qomlaqtaq, que se inicia en Rosario desde el año 2004, cuenta con documentos orales y escritos en lengua qom, proyecto que fue llevado adelante por un grupo de trabajo coordinado por la antropóloga Marcela Valdata, en donde colaboran jóvenes de la comunidad qom (ubicada en el Barrio Roullion). Actualmente son responsables de la biblioteca Andrés Honeri (moqoit) que es estudiante de antropología, y Agustín Lopez (qom) pròximo a graduarse como Analista de Sistemas, además de contar con la valiosa ayuda de Ruperta Pérez, lingüista qom.

En junio de 2007 se inauguró en la la localidad Fishcüg Menuco del partido de General Roca (Río Negro), la “Biblioteca Mapuche y Pueblos Originarios Ñimi Quimün” (en mapuche zungún “pensamiento revalorizado”), un centro de documentación que trabaja en vinculación con la biblioteca “Ernesto Sábato” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue, en el sur del pais, donde colaboran y participan miembros de la comunidad indígena “Elel Quimun”. El responsable a cargo es el profesor mapuche Lucas Curapil, linguista y docente en cultura mapuche, contando en su momento con la colaboración de una licenciada en Bibliotecología no indígena.

A principios de 2009 se crea en Buenos Aires la Biblioteca Qomllalaqpi: Noýec Tounaxaqui (Hijos de la gente: casa de la Memoria), ubicada dentro del Centro Comunitario Daviaxaiqui, Derqui, quienes allí colaboran son artesanos y lingüistas qom, con el apoyo de un bibliotecario no indígena desde 2009 hasta 2012.

Posteriormente la Biblioteca Indígena Sisa Jan Inakt' tiri” (“Flor inquieta” en quechua), que nace en Jujuy en abril de 2010, cuenta con la colaboración de escritores kollas y locutores radiales, pero sin bibliotecarios.

Cabe agregar que paralelamente a estos espacios de la memoria recién a partir de 2004 empezarían las publicaciones de artículos y trabajos de campo realizados en comunidades chaqueñas y bonaerenses por parte de bibliotecarios graduados no indígenas.

“No pensaba ser la primera”

Es la reflexión de Shailili, que a los 27 años rindió la última materia de la carrera de Licenciatura en Bibliotecología. “Aunque cuesta un poco adaptarse a la vida universitaria realmente vale la pena y lo podemos hacer. Aunque lleva un tiempo, es posible, nosotros podemos”, afirmó en declaraciones radiales. 

La primera graduada de los pueblos indígenas de la UNNE confiesa que “con la carrera me decidí porque era un tiempo corto, para la tecnicatura son tres años. Pero, después, en el cursillo de orientación nos hablaron sobre la licenciatura y lo que es la investigación, entonces me interesó también”, reconoce.

Cuándo se la consulta sobre cómo se siente al convertirse en la primera egresada de la UNNE perteneciente a los pueblos indígenas, aclara que “no lo pensaba así pero después me lo fueron repitiendo mucho. No pensaba ser la primera tampoco, ahora que ha pasado todo me toca estar aquí”.


Queda mucho por hacer, pero seguramente será muy valioso considerar la visión de Shailili con respecto a la idea de brindar servicios bibliotecarios a las comunidades wichi, qom y moqoit. Ojalá que desde la bibliotecología podamos compartir futuras experiencias e intercambiar opiniones, y que sobre todo esta mujer pueda brindar un servicio idóneo y representativo a su comunidad. Enhorabuena.

Fuente: El Orejiverde