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social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
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historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.
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jueves, 30 de noviembre de 2017

Entrevista a Julián Meclazcke, estudiante de bibliotecología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Buenos Aires, Argentina


Noticia Biográfica

Julián Meclazcke se encuentra estudiando la Licenciatura en Bibliotecología y Ciencia de la Información en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Actualmente se encuentra finalizando la práctica profesional de graduación, habiendo terminado de cursar la carrera en el año 2016. Desempeña tareas ad honorem en la Biblioteca Popular Francisco Romero Delgado y realizó la práctica de graduación en la Biblioteca Pública de la UNLP. Asimismo es adscripto a la cátedra de Historia del Libro y las Bibliotecas con el fin de desarrollar una investigación respecto del aporte bibliotecológico de la vicedirectora de la Biblioteca Pública Hanny Simons, que cubrió el cargo durante el período 1919-1948.

Entrevistador: Daniel Canosa
- ¿Por qué la Bibliotecología?

Al leer y pensar una respuesta formal a esta pregunta, al instante surgen en mi memoria múltiples momentos en los que se me ha formulado, ocasionalmente, e incluso en condiciones más desfavorables para pensar una respuesta adecuada. Pero ahora, que puedo hacerlo de forma apropiada, espero no extenderme demasiado; en primer lugar, confieso que desde el día que supe de la existencia de la carrera, no quise ni pude dirigirme hacia la profesionalización inicial en otra disciplina.

Cuando elegí la carrera, tanto como ahora, sentía un considerable afecto hacia los libros tanto como objeto de lectura como por el tipo de entidades de importancia sociocultural para el cambio y el desarrollo que representan. El ideal guía, que hasta hoy conservo casi intacto, es el de hacer que esa relevancia social de los libros, la información, y cualquier objeto intelectual semejante o vinculado, puedan ser alcanzados por cualquier individuo que así lo quiera. Solía resumir esto en una frase, en mi mente: “Difundir el conocimiento”.

Volviéndome al período de elección, hay una serie de eventos que posiblemente me marcaron sin que yo les diese la suficiente importancia; por entonces, una profesora de lengua y literatura del secundario decidió que mi decisión de carrera universitaria había sido equívoca, y al menos una vez durante tres o cuatro clases discutíamos – en plena clase, yo sentado y la docente al frente – sobre por qué no me volcaba a la literatura y por qué sí hacia la bibliotecología. La discusión finalizaba alrededor de un tópico que marca claramente mi elección hasta el día de hoy. Criado en una casa de docentes secundarios, conociendo las peculiaridades de ese trabajo para la difusión del conocimiento, no sólo me distanciaba la pasión por los libros en-sí, sino la diferencia entre los grados de intervención intelectual que implican una profesión y la otra con respecto al usuario/alumno que se encuentra al final del camino.
Todavía concuerdo con mi defensa, o al menos lo que recuerdo de ella. Entendiendo la biblioteca como una entidad activa, servicial, no sólo de apoyo a la educación sino promoviendo por sí misma la cultura, pero que responde, a final de cuentas, a la voluntad de cada uno (seducida o no por las diversas técnicas bibliotecarias de difusión) de vincularse a ella.

- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?

Antes de conocer la profesión como la conozco hoy, mi contacto con bibliotecas había sido bastante escaso, en parte, probablemente, por mi forma particular de vincularme con la lectura, de forma más solitaria. Solía frecuentar la biblioteca de mi escuela secundaria cuando el clima me impedía vagar por los alrededores, y gracias a estas breves experiencias tuve mis primeras nociones de las responsabilidades bibliotecarias. Los libros que se encontraban en la estantería abierta me resultaban entonces bastante somníferos (enciclopedias antiguas, índices de animales, entre otros), y la atención me generaba algunas dudas.
Manifesté tempranamente afición por la lectura, lo que quizá se corresponda con la influencia lectora de mis padres (quienes ejercen la docencia) desde la infancia. Dicha afición se fue diversificando lo suficiente como para profundizar en el género literario e inmiscuirme también en otros tópicos, como la sociología, la historia, la filosofía, y algunas otras disciplinas que suelen suscitar mi curiosidad.

- Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está leyendo actualmente?

El libro que más me influenció probablemente compita, por centésimos, con el que le sigue en la lista. Habrán de ser “La importancia de vivir” de Lin Yutang y “Resurrección”, de León Tolstoi. En este momento estoy leyendo “La Náusea”, de Jean Paul Sartre.
Algo de literatura existencialista, literatura rusa, y cierta afición por los relatos de Jack London y Horacio Quiroga también deberían ser justamente mencionadas en la lista de influencias considerables.

- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?

Definiría a un bibliotecario como aquella persona que es responsable ante su comunidad de usuarios de ofrecer múltiples oportunidades de lectura y acceso a la información, haciendo de guía al brindar dichos servicios si resultase necesario. Es el responsable, también, de ofrecer un espacio que permita el estudio o el ocio, nucleando distintas actividades culturales y sociales en el mismo. Dicha responsabilidad no se limita sólo a una tarea pasiva de atención acotada sino también a la apelación activa al público, buscando crear en y con el mismo un público lector. La diferencia radica en, por ejemplo, la reacción que ofrecemos como bibliotecarios ante la solicitud de un libro (por ejemplo, para lectura ociosa). Buscar y prestar sólo ese libro o, en cambio, referenciar también otros, invitar a leer a un ambiente confortable, crear más motivos de lectura, y si es posible, al final del día, más lectores.

- ¿Qué opina del rol social del bibliotecario?

En primer lugar, creo que es de indiscutible relevancia. Como lo he mencionado en las otras respuestas, el bibliotecario necesariamente ha de tener un papel activo para facilitar y garantizar el acceso a la cultura y al conocimiento de todos aquellos que lo requieran y lo necesiten, favoreciendo la reducción de la desigualdad en las oportunidades de informarse, aprender o comunicarse.
Prescindo de utilizar el término “brecha”, prefiriendo hablar de desigualdad en el acceso; considero que esta es la fracción de la desigualdad social que como profesionales somos responsables de reducir al mínimo, dadas nuestras posibilidades. El rol social, desde esta perspectiva, resulta de evidente relevancia.
Un bibliotecario que no cumple su función en este sentido y que hace de su biblioteca un fuerte de su propia comodidad personal y no una institución que invite y dé cobijo en su interior, que de oportunidades de esparcimiento y que facilite el aprendizaje personal, no debería llamarse bibliotecario, sino, como se suele decir, un guardián. En nuestras sociedades necesitamos un rol activo de profesional, cuyo compromiso no se detenga en la misma mesa de atención o de procesamiento, sino que esté al servicio, como ya mencioné, de los que lo necesiten.

- Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos favorecen la
adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del bibliotecario?

Respecto a este punto considero que, haciendo un balance de los contenidos de la carrera, la mayor parte de estos promueven activamente la configuración de un rol social del futuro profesional. Haría falta un análisis más riguroso, quizá, para ver qué áreas de estudio favorecen o desfavorecen, por contener o carecer, dichos contenidos de concientización social.
Personalmente, considero que éste último es el mayor reto para nuestra formación profesional; mientras ciertos campos de nuestra disciplina se han plegado a una concepción más humanística y social, otros, que pueden considerarse nucleares en nuestra profesión, permanecen reticentes frente a una mayor flexibilidad disciplinar. Esto es, adoptar perspectivas con mayor apertura de miras o alternativas más analíticas a ciertas prácticas, en cierto grado, obscurantistas y mecanicistas, que si bien suelen ser de impetuosa necesidad para nosotros, no deberían estar exentas de juicio y análisis, pues esto desfavorece el desarrollo integral de nuestro campo.
Aun así, como estudiante pude observar como la carrera fue mutando, y actualmente se está diseñando una reforma del plan de estudios que probablemente se dirija en este sentido.


- Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión (pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada materia?

Desde mi perspectiva, considero que se está produciendo un viraje considerable en el tratamiento de los contenidos, desde hace no mucho tiempo. Los contenidos brindados por la mayor parte de las materias están incorporando contenidos comunicacionales, orientados a un tratamiento social de la disciplina, aunque es una tendencia aún incipiente, es fácilmente perceptible al transitar los últimos años de la carrera, donde se encuentran las cátedras de mayor contenido humanístico.

-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?

En mi caso elegí realizar, como vía de graduación, una práctica profesional. La misma la realicé en la Biblioteca Pública de la universidad, y pude experimentar el ejercicio laboral bibliotecario en todos los sectores de la biblioteca, que se corresponden con las partes de la cadena documental. En ningún momento pude percibir que lo aprendido fuese insuficiente para comprender los pasos y procesos a seguir y llevar a cabo, sino más bien, en ocasiones, que lo aprendido era bastante más sofisticado, quizá, que la práctica.

Los puntos más dificultosos solían ser aquellos que implicaban cierto grado de exposición social, tales como acompañar una visita guiada o atender al público, que solía aparecer en grandes cantidades en la institución. Dada mi falta de experiencia previa en trabajos de servicio de atención, estas tareas me costaron de una forma más significativa. Si bien sabía los pasos a seguir, alcanzar ciertas técnicas me llevó su tiempo. A pesar de esto, puedo afirmar que, al final de la experiencia, había adquirido una facilidad considerable, acrecentada por experiencias actuales en otras bibliotecas. En suma, apliqué conocimientos aprendidos de catalogación, clasificación, trabajo con publicaciones periódicas, servicio de referencia básica y especializada, gestión de colecciones y administración. La carencia más considerable que pude percibir en mi formación fueron las técnicas de interpelación al usuario (ya no en teoría sino con sujetos reales), las cuales pude lograr gradualmente en el transcurso de la práctica.

- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?

Sí. Considero que la bibliografía de las materias relacionadas a las TICs se encuentra actualizada y en constante mejora, lo cual es de hacer notar frente a la vertiginosidad de los cambios tan sólo en la última década. Respecto de la relación entre teoría y práctica, considero que la carrera se orienta hacia un equilibrio considerable al incorporar mayor fundamentación teórica allí donde se carecía de ella, pasando de una preparación técnica a una más integral, tanto desde la perspectiva bibliotecológica como la académica. Si bien, como ya afirmé anteriormente, existen áreas de menor fluidez teórica, no me sorprendería que en un futuro cercano incluso estas diversifiquen sus contenidos y favorezcan un perfil más investigativo de profesional.

-¿Suele participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?

Ocasionalmente, participé en reuniones o debates del claustro de alumnos de bibliotecología, como también de encuentros de bibliotecarios de bibliotecas populares. La mayor parte de los debates, sino todos, han sido de gran interés. Por ejemplo, relacionados a como se debería actuar frente a despidos, frente a la falta de pago de subsidios, entre otros. La recepción de los temas políticos es abierta; si bien suele haber múltiples opiniones encontradas, a la hora de tomar decisiones el acuerdo suele ser sencillo de alcanzar.  

-Como estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario / reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos / gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?
 
No recuerdo haber presenciado el tratamiento de dicha temática en clase, aunque es posible que si haya percibido comentarios, en su momento. Si el recuerdo no me traiciona, al abordarse el tópico, la opinión solía ser favorable a cubrir dicha necesidad. Considero favorable de igual manera, el tratamiento, discusión o debate sobre dichas temáticas, ya que ponen en valor la práctica de nuestra profesión en el contexto social y económico, así como también reafirma una apuesta por el desarrollo cultural.


- El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto bibliotecario, según lo vivenciado como alumno de la carrera ¿desde el aula, recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?

Si, recuerdo múltiples ocasiones en las que se abordó el tema de la neutralidad, desde diferentes posturas. Si bien resulta difícil darse cuenta para el estudiante en sus primeros años, al inmiscuirse en los vericuetos de la disciplina termina siendo fácil discernir la presentación de la postura neutral, sea llevada a cabo esta por un docente o en un colega bibliotecario. La postura de la neutralidad, como mito ininteligible y confuso, se presenta al no presentarse. Se traduce en acusaciones hacia la “parcialidad”, al bibliotecario que se levanta de su asiento para ofrecer un libro a  alguien que observa la puerta de la biblioteca pero no se anima a entrar, quien sabe por qué miles de temores posibles, en una sociedad altamente competitiva y desigual.
En clase he observado también la postura favorable a la intervención del bibliotecario en el desarrollo social y cultural, esto salía con facilidad a la luz en las cursadas vinculadas a la historia de la Bibliotecología (tanto general como nacional, pasando, por ejemplo, por las primeras políticas sarmientinas y la concepción de las bibliotecas públicas como herramientas para la elevación cultural hasta concepciones mas contemporáneas) o las políticas del tratamiento de la información. El juicio que solían realizar dichos docentes era completamente distinto respecto de la función de la biblioteca como institución al servicio de la sociedad.
Como bibliotecólogo en vísperas de licenciarme,  jamás podría hablar del trabajo que realizo como trabajo neutral. Esta postura está en las antípodas de mi motivación inicial hacia la bibliotecología; la de concebir el conocimiento como un derecho y una necesidad para el desarrollo, y también se encuentra en oposición a mi propia experiencia con las bibliotecas. Actualmente colaboro en una biblioteca popular que se remonta a los orígenes del partido socialista, y cuyo acervo documental posee una gran diversidad político-sociológica (de la cual no pude evitar enamorarme, con folletería que va desde los primeros pensadores socialistas y la FORA hasta el peronismo, y sumando). También he aportado alguna ayuda a una incipiente biblioteca cuya base ideológica, aun siendo popular, es otra mucho más reciente. Disfruto del tipo de atención y servicio que se brinda en este tipo de bibliotecas, muchas veces a cargo de bibliotecarios que, si bien pueden no compartir formas de pensar o “portar camisetas”, comparten el gusto por movilizar el saber, prefiriendo que un libro se desgaste con el uso antes que por los años. Como profesional podría realizar préstamos e ingresar material ignorando la relevancia del material con el que trato, tratando todo recurso bibliográfico simplemente como objeto. Pero la realidad es que en mi caso, estos objetos están totalmente vacíos de neutralidad. Tienen un impacto, y al preservarlos y difundirlos, se garantiza la diversidad. Diversidad que no busca la “neutralidad objetiva” sino todo lo contrario, amenazar el statu quo del sentido común altamente mediatizado con el saber físico almacenado por la misma comunidad a lo largo del tiempo, y así propiciar su propio desarrollo social, educativo y cultural.
Por último, he de decir que si detrás de la neutralidad en la bibliotecología lo que se esconde es un tipo abstracto de ideal democrático, creo firmemente que no es para individuos neutrales la tarea de lograr que se escuchen todas las voces, incluso las que ya se apagaron hace tiempo o fueron (y son) silenciadas.

-¿Como percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.)

Mi perspectiva al respecto es que la bibliotecología se está posicionando cada vez más, si bien tímidamente, en contextos interdisciplinarios. Si bien la disciplina atraviesa desde la revolución de las TICs, entre otros factores, un severo replanteamiento identitario, es probable que sea dicha causa la que favorezca la inserción de la misma en un plano más interdisciplinar, tomando herramientas de otras disciplinas pero sin perder su identidad nuclear.
Esto último es de gran relevancia ya que, la interdisciplinariedad debe complementar y no necesariamente reemplazar, porque si lo hiciese estaríamos acotando (o podando) nuestra disciplina para hacerla encajar en el ámbito de las ciencias sociales, cuando lo que debemos hacer es estudiarla para descubrir aquellos vértices de la misma que nos permitan vincularla con las otras. Por el momento es aún difícil de visualizar, pero no lo es el hecho de que se encamina hacia tal fin. Considero que la carrera brinda elementos propios de nuestro campo para abordar problemáticas sociales, teniendo un primer lugar asegurado la inclusión social. Ocasionalmente también respecto de desastres ambientales, brindándonos las herramientas para reaccionar ante dichos eventos. Respecto de conflictos bélicos o minorías sociales, así como de problemáticas jurídicas, no recuerdo mención en mi transcurso por la carrera, aunque si he leído al respecto de todas ellas en diversas ocasiones fuera del contexto académico.

-¿Recuerda en alguna clase que el docente haya abordado cuestiones vinculadas a bibliotecas en contextos sociales vulnerables? (comunitarias, rurales, campesinas, indígenas, carcelarias o de temas relativos a minorías, desplazados sociales, multiculturalidad, comunidades sexuales, bibliotecas humanas, etc.)

Si, recuerdo varias ocasiones. Generalmente se abordaba el tópico para concientizarnos respecto de las mayores dificultades que puede presentar el trabajo en una biblioteca de dichas condiciones, no desaconsejándolo sino alertándonos; no es tan fácil aplicar las nociones disciplinares aprehendidas en dichos contextos, que suelen estar desprovistos de recursos y en los cuales el ingenio suele ser la mejor salida para seguir adelante.
Más tarde comprobaría dichas afirmaciones en mi práctica externa a la carrera, en distintas bibliotecas populares y a través de la experiencia de allegados. Quizá aún podrían agregarse más herramientas en la formación del bibliotecólogo para poder actuar con mayor facilidad y menor improvisación en dichos contextos bibliotecarios, que distan de ser sencillos y ocupan un porcentaje muy importante del total en nuestra región, así como importante es la función que cumplen con sus comunidades.

-Si le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera ¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?

Me interesaría estudiar el área de procesos técnicos para promover mejoras que fomenten mayor debate y estudio teórico, en pos de superar el modelo rígido de transmisión de contenidos del área. Respecto de aspectos humanísticos, haría mayor énfasis en la historia de la bibliotecología como disciplina tanto en nuestro país como nuestra localidad, que considero es una pieza que, si bien en la carrera se ve suplida de forma optativa, debería ser obligatoria.
Desde mi perspectiva, actualmente la institución favorece dichos escenarios de discusión y de propuestas por parte de los alumnos, fomentando y mostrándose abierta a las mismas. Se suele convocar a participar de distintas actividades al alumnado y se percibe una actitud de apertura a lo que podemos aportar.

-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?

Por el momento, dicha declaración aún me parece difícil de percibir en el mundo de los libros. Las editoriales aumentan sus tasas de producción de libros físicos y no parecen terminar de volcarse a la producción de formatos digitales, aunque existen grandes públicos en algunas partes del mundo inclinados a estos últimos.
En sí, me genera distintos sentimientos. Si bien lamentaría la desaparición total del formato físico del libro, la divulgación del formato digital favorecería de gran manera al medio ambiente, ya que las prácticas de deforestación son considerablemente nocivas, y la producción del papel en sí también implica un daño ambiental.
Dicho de otra forma, considero lógica y propicia dicha evolución del libro, pero en tal cambio se debe cuidar que no se pierda el conocimiento acumulado de la humanidad en pos de la híper producción de volúmenes comerciales; se debería traducir y conservar todo lo posible en un formato digital y, de ser posible, favorecer también una amplia divulgación.

Muchas gracias Julián
Daniel Canosa

Nota: la entrevista ha sido publicada en el número 50 de la Revista Fuentes, perteneciente a la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia.

martes, 14 de noviembre de 2017

Entrevista a Felipe Quinteros, estudiante de bibliotecología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Buenos Aires, Argentina


Noticia biográfica

Felipe Quinteros tiene 25 años, es estudiante avanzado de la carrera de Licenciatura en Biotecnología y Ciencias de la Información (BCI) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de la Plata (FAHCE-UNLP). Ingresó a estudiar en el año 2012 y se encuentra terminando de escribir su tesina de Licenciatura. Previamente estudió un año de Licenciatura en Comunicación Social en la misma Universidad. Formó parte de un proyecto de extensión hasta principios del año 2017, coordinado entre el departamento y la CONABIP, encargado de realizar asistencia técnica a bibliotecas populares de todo el país en el Sistema Integrado de Gestión Bibliotecaria DIGIBEPE. Asimismo en 2016 fue ayudante del curso de Ingreso de la carrera de Bibliotecología y adscrito a la materia Administración de Unidades de Información. Actualmente, también como alumno, forma parte de la Junta Asesora Departamental y del Proyecto de Investigación "Entramados de la cultura impresa en Buenos Aires: Libros, Lectores, Bibliotecas (Siglos XIX-XX)".

Entrevistador: Daniel Canosa

- ¿Por qué la Bibliotecología?

Como muchas personas al salir del secundario, creía tener en claro la carrera que quería estudiar. No fue así, pues mi primera elección la abandoné al año de cursarla. Sin embargo si tenía en claro que quería estudiar algo, y al ser un sujeto curioso y al tener personas que conocían la carrera de antemano en mi círculo de relaciones, me inscribí en Bibliotecología. Pero esto no significa que yo supiera específicamente de que se trataba la carrera al inscribirme en ella. Sinceramente lo que más me atrajo fue la cantidad de cosas que hay por hacer en Bibliotecología y la apertura de posibilidades que ofrece.

- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?

Mis visitas a bibliotecas no han sido tan asiduas como querría en el pasado. Quizás porque en mi casa paterna y materna siempre hubo una biblioteca propia y esto se relaciona con la segunda pregunta. Efectivamente, al tener tanto material de lectura y estar expuesto al mismo desde temprana edad, siempre fui de leer y mucho. La biblioteca, en mi mente, era una institución casi mítica durante la niñez y luego se volvió algo igual de respetable pero más a nivel conceptual, porque pocas fueron las veces que pisé una antes de estudiar la carrera.

- Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está leyendo actualmente?

Es una pregunta complicada de responder. Se me vienen a la cabeza dos libros que considero de gran importancia para mí y que, en gran parte, despertaron más mi curiosidad. Por un lado, del género literario-histórico, sería la serie de novelas de Masters of Rome de Colleen McCullough. En el género de divulgación científica, y sobre todo por su gran forma de escribir, diría que me influenció mucho El Mundo y sus demonios, de Carl Sagan. Actualmente estoy leyendo Una historia de la lectura, de Alberto Manguel.

- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?

Un bibliotecario es un profesional que debe tener una gran vocación de servicio y un compromiso con la sociedad, la cultura y el conocimiento. Es el encargado de otorgar la información correspondiente a quien corresponde en el momento en que corresponde. También, y quizás aquí peco de poseer una visión romántica y algo desactualizada, creo que el bibliotecario es un guardián del conocimiento. Considérese esto último no como un guardián conservador, sino todo lo contrario: un custodio del conocimiento humano que permite a otros individuos acceder al mismo gracias a dicha tarea. Por esto estoy convencido que no toda persona trabajando en una biblioteca es un bibliotecario. La valoración del título académico es importante y si nosotros mismos no lo tenemos en cuenta no podemos pedir a la sociedad que lo haga por nosotros.

- ¿Qué opina del rol social del bibliotecario?

Esto está muy relacionado con mi respuesta anterior. Considero que el bibliotecario tiene un rol social de forma invariable. Quiero decir: Es un profesional que trabaja para otorgar un servicio a la sociedad. Eso por un lado. En otro plano habría que dimensionar la concientización de todo lo que un bibliotecario puede realizar dentro de la sociedad en donde está inserto y lo que la misma sociedad le permite realizar. En resumidas cuentas y para no divagar demasiado al respecto: La tarea del bibliotecario no puede desprenderse de su rol social. Sin embargo, todo depende de su propia iniciativa y de las barreras de la sociedad en donde se encuentre para determinar el nivel de alcance efectivo de dicho rol.

- Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos favorecen la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del bibliotecario?

Considero que el plan de estudios cubre el aspecto referido a la vocación de servicio del bibliotecario, que es una de las dimensiones de su rol social. Creo que es posible profundizar los mismos para cubrir otros aspectos y posibilidades. El aporte que los bibliotecarios podemos hacer a la sociedad, potencialmente, es considerable.


- Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión (pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada materia?

La carrera tiene un alto contenido técnico debido a que debe sus orígenes en la práctica profesional. A pesar de esto existen materias, sobre todo en los últimos años de cursada, que fomentan contenidos de índole comunicativa y social, sí. No sabría decir si resulta suficiente o no, pero lo que está claro es que los docentes no son ajenos a los cambios de la disciplina ni lo ignoran. Es más, lo abrazan como algo que ocurre y a lo que los bibliotecarios deben acostumbrarse.

-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?

Depende de la pasantía y de la biblioteca en la que se realice. La verdad es que la carrera apunta a formar bibliotecarios de bibliotecas universitarias o públicas, y la realidad de estas es muy diferente de las, por ejemplo, populares o escolares. ¿Qué quiero decir con esto? Que si la pasantía se realizara en una biblioteca universitaria probablemente los contenidos y conocimientos impartidos en nuestra educación resultarían suficientes (De nuevo, no puedo afirmarlo con certeza). Pero de lo que si estoy seguro es que si la pasantía fuera en una biblioteca popular el egresado de la carrera se encontraría incómodo ante desafíos que solo una realidad como esa le presenta. Los conocimientos técnicos serían aplicados, obviamente. Los relacionados al contacto con el usuario serían de extrema utilidad y la formación alrededor de la búsqueda de la información en la web, imprescindible.

- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?

La materia la cursé hace tres años creo, así que no sabría decir en este momento si está actualizada, aunque conociendo a los docentes a cargo estoy seguro que sí. Cuando la cursé si me pareció actualizada y los temas abordados de interés para el mundo contemporáneo y para la disciplina en particular. En mi visión personal hay contenidos técnicos que resultan obsoletos y que los espacios curriculares que ocupan podrían ser empleados en materias que apunten más a la parte teórica y/o práctica. Repito, es una apreciación personal.

-¿Suele participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?

No en listas bibliotecarias. Mis discusiones están en el ámbito académico con mis compañeros y docentes. Formo parte de la Comisión de Estudiantes de la carrera y de la Junta Asesora Departamental, como representante del claustro de alumnos. Siento que los temas políticos son abordados con cuidado, al menos en el ámbito donde me muevo yo. Los debates son interesantes, y no es que no existan. Simplemente se toman con cuidado. Personalmente prefiero la prudencia a que posiciones extremas jueguen en contra de los integrantes de la disciplina. Los extremos nunca son buenos.

-Como estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario / reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos / gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?

No tengo un recuerdo exacto de quien inició el tema en clase. Creo que fue una cuestión conjunta, probablemente surgida del papel de AGBRA como organización sindical o no y de lo que se puede realizar alrededor de la misma para que funcione como tal. Es un recuerdo muy vago que tengo, de principios de la carrera. De todas formas, si recuerdo que la idea fue desestimada casi en seguida, probablemente debido a lo que implica crear una organización sindical y los alcances que efectivamente tiene AGBRA.


- El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto bibliotecario, según lo vivenciado como alumno de la carrera ¿desde el aula, recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?

Si, también tengo recuerdos de situaciones referidas a este tema en las aulas. En un contexto donde las posiciones radicales están al orden del día, algo de neutralidad es completamente necesario y sano. Quizás “neutralidad” no es el término, sino objetividad… intentar ser parcial. Prefiero que veamos grises antes que blancos y negros. Por otro lado, obviamente que habrá posiciones enfrentadas o divididas… es algo normal de la academia. Lo importante es que, como profesionales y pertenecientes a una casa de estudios como la FAHCE sepamos hacer lo que la sociedad en donde estamos insertos parece no saber: consensuar de forma civilizada.

-¿Como percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.)

La Bibliotecología es importante, pero es justamente la capacidad que tiene de relacionarse con otras disciplinas (y de tomar conceptos de estas últimas y acuñarlos para el conocimiento bibliotecario) lo que le da una perspectiva más general de problemáticas sociales. Los bibliotecarios se desempeñan para servir a la sociedad en sus necesidades de Información, y los bibliotecólogos investigan temas académicos que, en última instancia, contribuyen a la primera tarea.  La relación interdisciplinar enriquece a la bibliotecología y le permite contextualizar algunos fenómenos, sobre todo social, histórico y cultural desde un enfoque bibliotecario. Yo percibo que, al igual que muchas otras disciplinas, la Bibliotecología y Ciencias de la Información no puede responder a problemáticas sociales por sí misma, sino que requiere de otras áreas del conocimiento y, a su vez, puede aportar su visión particular. Sin embargo es cierto que nuestra disciplina no es tan visible como tal respecto a otras.

-¿Recuerda en alguna clase que el docente haya abordado cuestiones vinculadas a bibliotecas en contextos sociales vulnerables? (comunitarias, rurales, campesinas, indígenas, carcelarias o de temas relativos a minorías, desplazados sociales, multiculturalidad, comunidades sexuales, bibliotecas humanas, etc.)

Si, recuerdo que se hayan abordado situaciones de instituciones así, en cuanto a las bibliotecas insertas en comunidades vulnerables, recuerdo específicamente que en la materia Políticas de la Información y Tecnologías de la Información se trató el tema de biblioteca para presos y para comunidades aborígenes a nivel internacional. También recuerdo en el Seminario de Promoción de la Lectura hablar de conformar colecciones que apunten a públicos en particular, entre ellos poblaciones vulnerables. Estos casos fueron traídos por los respectivos docentes, pero siempre fue tratado como formación... "complementaria". La educación de los alumnos de la carrera busca que estemos capacitados para considerar que todo usuario de la biblioteca debe ser atendido de igual forma y con los mismos derechos, cosa que resulta algo obvio en el imaginario social hoy día pero que nunca esta de más resaltar. A pesar de esto hay cosas que quedan lejos del alcance de la currícula, como (para dar un ejemplo quizás crudo) el que nosotros como profesionales estemos formados para poder hablar mediante lenguaje de señas con gente incapaz de oír.
De nuevo, esto se relaciona mucho con el rol social del bibliotecario y de lo que su formación y la sociedad misma le permiten realizar y no tanto en donde se encuentre ubicada la biblioteca. Obviamente, el contexto determina los alcances de los objetivos y funciones de la unidad de información, pero si la misma cuenta con todos los recursos pero la formación del bibliotecario no apunta a llenar correctamente el papel que debe desempeñar en esta, entonces hay algo "trunco" en la relación bibliotecario-institución-publico de usuarios. De todas maneras es muy difícil pedir que la academia se encargue de formar profesionales capaces de cubrir todos y cada uno de los casos de bibliotecas en poblaciones vulnerables y lo que necesitan los bibliotecarios para poder atenderlas correctamente y, quizás, por esta misma razón es que se ve como algo complementario.

-Si le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera ¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?

Personalmente pondría más atención en el aspecto teórico de la disciplina. La carrera ha evolucionado mucho en los últimos años sobre todo, y la madurez de los académicos que conforman su cuerpo docente, en su mayoría, es notable. Pero a pesar de esto creo que hay carencias en la formación de los alumnos concernientes a la parte investigativa y lo noto ahora que estoy escribiendo mi tesina de Licenciatura, por lo que sería interesante desarrollar un plan que otorgara más y mejores herramientas al futuro Licenciado para que en el momento de enfrentarse a la tesina no deba aprender todo el proceso investigativo desde cero. Igualmente, esto último no es una cuestión del todo desatendida, porque Investigaciones Bibliotecológicas y el Seminario General se encargan de otorgar algunos de los mencionados lineamientos, pero sostengo que la formación debería ser a lo largo de toda la carrera y no en los últimos años.
Creo que hay materias técnicas que ocupan demasiado tiempo del plan. No las desmerezco para nada, son tan importantes como cualquier otro aspecto de la Bibliotecología considerando que la disciplina le debe mucho a la parte técnica de la profesión justamente, pero se interioriza al alumno en la Clasificación y Catalogación, por ejemplo, con herramientas obsoletas que en lo personal, no encuentro un justificativo sólido respecto a su empleo más que a forma de interiorización. En cambio, otras materias con contenidos densos como Historia del Libro y de las Bibliotecas cuentan con solo un cuatrimestre para desarrollarse. Yo pondría el punto de atención en estos “desbalances”.En cuanto a los espacios de discusión, yo siempre sentí que estaban abiertos; así como los canales de diálogo. La conformación de la Comisión de Reforma de Plan de Estudios y la convocatoria al claustro de estudiantes para formar parte de la misma es una prueba tangible de esto.

-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?

Me provoca pensar que es una afirmación apresurada, por decirlo de alguna forma. El libro físico es muy difícil que desaparezca del todo, según mi percepción, porque en última instancia en lo físico es donde se encuentra el último bastión de la preservación del conocimiento. No voy a ir en contra de las nuevas Tecnologías de la Información y mi afirmación no se encuentra en esta línea. Son importantísimos los avances que la Bibliotecología incorpora a sus quehaceres cotidianos y al desarrollo de sus tareas, y los Bibliotecarios y Bibliotecólogos debemos estar formados y capacitados para tratar estas incorporaciones de la misma forma que el material físico, pero si desde la Bibliotecología afirmamos que el libro desaparecerá en su formato impreso creo que cometemos un error de visión sobre el futuro y no por cuestiones sentimentales, sino por falta de practicidad. Quizás me arriesgo al hacer una afirmación de este estilo, pero pienso que el libro impreso seguirá perdurando aunque sea como respaldo a futuros formatos no físicos o dependientes de fuentes de energía y que los que estamos formados o formándonos en esta área del conocimiento debemos abogar por que no desaparezca.

Muchas gracias Felipe
Daniel Canosa

sábado, 28 de octubre de 2017

Entrevista a Kevin Alexis Shimabukuro, estudiante de bibliotecología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Buenos Aires, Argentina


Kevin Alexis Shimabukuro nació el 22 de agosto de 1995 en la ciudad de La Plata (Buenos Aires) donde reside actualmente. Es egresado de Bachiller con orientación en Ciencias Sociales (Escuela de Enseñanza Media Nº 1 Manuel Belgrano), además obtuvo el título de Programador Básico. En el 2014 comenzó la carrera de Lic. en Bibliotecología y Ciencia de la Información (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación) y en el 2017 la Lic. en Informática (Facultad de Informática), ambas en la Universidad Nacional de La Plata.

Entrevistador: Daniel Canosa
- ¿Por qué la Bibliotecología?

Para ser sincero, al finalizar mis estudios secundarios aún no tenía muy en claro qué carrera universitaria seguir, aunque sí pensaba estudiar alguna relacionada con las Ciencias Sociales y las Humanidades. Además por aquel entonces me preocupaba más escoger alguna carrera que me ofreciera rápida salida laboral por sobre la remuneración económica, o las dificultades que podría presentarme y tampoco me preocupaba demasiado escoger alguna carrera equivocada, así que no elegí estudiar bibliotecología por vocación, gusto por la lectura, los libros o las bibliotecas, ni tampoco porque alguien me lo haya recomendado. No sabía siquiera sobre su existencia como carrera, sino que lo descubrí a través de un folleto emitido por la Universidad Nacional de la Plata sobre las carreras que ofrecía y que además afirmaba ofrecer una alta salida laboral. Luego a través de una charla que tuve con la secretaria del Departamento de Bibliotecología además me fui enterando del gran abanico de posibles lugares y actividades que puede realizar un bibliotecólogo (no sólo trabajar en una biblioteca, sino también en editoriales, archivos, museos, unidades de información de empresas, como investigador, como docente, etc.), lo que me llevó a elegir esta carrera.

- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?

Nadie pudo imaginar lo que elegí estudiar, se quedaban atónitos cuando les comentaba que estudiaría bibliotecología pues aparte de la biblioteca de la escuela secundaria nunca antes había visitado otras. Si bien de vez en cuando pedía prestado libros para leerlos en el colectivo en viaje a la escuela sólo para pasar el tiempo, tampoco sentía una real afición a la lectura, los libros o la biblioteca, lo que me hace aparentar la antítesis del bibliotecario formado en el imaginario social.
Tampoco he sentido afición por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular, aunque sí siempre sentí curiosidad por comprender la naturaleza social y cultural del Ser Humano en toda su complejidad. Así me interesaron temas como la moral, el psicoanálisis, la cultura como construcción social, los fenómenos sociales, la organización del poder en la estructura social, los efectos de los medios de comunicación, capitalismo, la globalización, la propiedad intelectual y otros tantos temas aunque tampoco profundicé demasiado los conocimientos sobre éstos.

- Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está leyendo actualmente?

No hay un libro que me haya influido especialmente, aunque sí provocaron cambios en mi forma de pensar Aurora de Nietzsche (además de otros libros del mismo autor como La gaya ciencia y Humano, demasiado humano), El cazador oculto (o El guardián entre el centeno) de Salinger, Un mundo feliz de Huxley entre otras aunque no podría confirmar que alguna me haya influido  más que otra, ni tampoco que la lectura me haya marcado mi ser social y psicológica más que otros factores, como mi familia y el entorno social. Sinceramente leer no es algo que me vuelva loco, pero tampoco es algo que odie.  Además creo que el conocimiento se adquiere de otras fuentes culturales e incluso de las charlas cotidianas, no solamente de los libros y a través de la lectura.
Con respecto a tu segunda pregunta, actualmente no estoy leyendo más que contenidos académicos para las materias que estoy cursando. Solamente cuando estoy totalmente despreocupado puedo leer por ocio.

- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?

Bueno, en primer lugar yo diferenciaría bibliotecólogo, es decir una persona que ha estudiado bibliotecología,  de bibliotecario, que es quien trabaja en una biblioteca. No todo bibliotecólogo es bibliotecario, ya que el título académico te permite trabajar en una gran variedad de ámbitos relacionados. Tampoco todo bibliotecario es bibliotecólogo pues bien se sabe que en una biblioteca suelen trabajar personas de las más diversas formaciones. Ahora bien, yo no definiría al bibliotecario como una persona aficionada por la lectura, o como un sujeto con un rol social, sin embargo sí considero, y es importante que lo recalque, que debe estar muy consciente del potencial que posee al estar manipulando (en el buen sentido)  y gestionando grandes reservorios de capital simbólico. Pero la injerencia de las actividades  bibliotecarias en la producción de cambios sociales es potencial, ya que considera que se precisan generar políticas nacionales de información, comunicar a las personas sobre los servicios que brindan, concientizarlas sobre el valor de la información y su comunicación, generar nuevos servicios virtuales...Pero también considero que las actividades aisladas de cada biblioteca no llegan a producir cambios que sí se podrían conseguir si se proyectan políticas a altos niveles desarrollados de forma cooperativa entre bibliotecas y también de forma interdisciplinaria con profesionales de otras ciencias. Los bibliotecarios deberían formar lazos con políticos, tener un espacio en ese círculo, participar en el desarrollo de servicios que contemplen el acceso a la información pública, participar en la modificación y creación de leyes que consideren la información, realizar proyectos con instituciones educativas, las posibilidades son muchas para alcanzar el potencial.

- ¿Qué opina del rol social del bibliotecario?

Creo que en sí el bibliotecario de forma individual no posee un rol social, pero al estar inserto en la organización biblioteca y que al tratarse de una institución social, no de cualquier tipo, sino una con gran capital simbólico, allí es cuando su labor adquiere un rol social. Tener en cuenta esta institucionalidad es fundamental para poder analizarla no desde una perspectiva técnica, organizacional o tecnológica sino dentro de campos sociales de poderes en lucha. El capitalismo, el neoliberalismo, la mercantilización de la información, son fenómenos que afectan todo a nuestro alrededor, ni siquiera las cosas a las que todos tenemos derecho se salva de ellos. Creemos que con las tecnologías web podemos acceder a toda la información, pero tenemos que saber realmente cuánto de ella podemos acceder libremente, y de qué calidad. Sabemos que existen bases de datos de publicaciones científicas pagas, donde todo el Estado contribuye a su producción. Sabemos que hubo y que habrán propuestas de Ley como PIPA y SOPA, sabemos sobre el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica que introducía un marco común de fuertes medidas de protección de los derechos de reproducción a sus integrantes y que afectaban a la mayoría de los países con el aumento de su duración. No opino que haya que abolir las Copyrigths, sino equilibrarlas con los derechos de acceso a la cultura, la educación y la información.
En sí no creo que el bibliotecario posea un deber social, sí las bibliotecas como instituciones sociales. Si bien existen diferentes tipos de bibliotecas, en las públicas es donde más fuerte se presenta la pretensión de garantizar el acceso a la información como derecho. Así creo que la labor del bibliotecario no se restringe a realizar tareas técnicas, a buscar un libro, preservarlos del daño,  o responder una consulta, sino que se fundamenta en razones sociales muchas más amplias relacionadas con los derechos de toda persona de acceder a la información. Para ello los bibliotecarios deben inmiscuirse en cuestiones políticas, no me refiero a apoyar un partido político, sino en general políticas internas como reglamentos sólidamente fundamentadas, desarrollar servicios adecuados para su comunidad de usuarios adquirir notoriedad en ella, desarrollar consorcios e incluso participar en el desarrollo y modificación de leyes  relacionadas con el derecho de autor, la reproducción de documentos, y participar de políticas nacionales de información.

- Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos favorecen la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del bibliotecario?

No demasiado, aunque también hay que considerar que no todos los estudiantes de Bibliotecología querrán ser bibliotecarios (aunque sí la gran mayoría) pues las incumbencias del título ofrece mayores posibilidad que trabajar en una biblioteca. Además con las transformaciones sociales y avances tecnológicos las actividades vinculadas con el rol social del bibliotecario se amplían. La biblioteca no es una institución aislada, sino que se encuentra en un mundo donde se conjugan constantes luchas de poder, por lo que creo que es preciso que se incluyan contenidos que permitan analizar de forma mucho más  profunda esta realidad, especialmente para la formación de investigadores o consultores. El capitalismo es una fuerza en constante avance que junto con las políticas neoliberales no poseen miramientos con la mercantilización de la información. La producción y comunicación científica también se ve afectada por ellos. Así, para que el bibliotecario puede poseer mayores chances e impacto en cumplimentar su rol social debe conocer temas de los más diversos desde políticos, sociológicos, económicos, históricos, semióticos, comunicacionales, etc. y estar consciente de la realidad donde se encuentra.


- Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión (pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada materia? (la pregunta va orientada hacia los contenidos que brinda el docente, si fomenta habilidades sociales o comunicativas o centra toda su atención en contenidos técnicos)

La verdad que nunca había escuchado sobre ello ni tampoco he notado ese cambio. Aunque sí considero importante que los bibliotecarios posean competencias comunicacionales y sociales, tampoco creo que los bibliotecarios, como personas, deberíamos esforzarnos por ser de forma forzada algo que no somos. No todos somos iguales y eso hay que respetarlo. Sin embargo sí creo importante que siempre se debe mantener la cordialidad, la empatía y el respeto por el lector.

-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?

Creo que los conocimientos impartidos en el proceso de formación académica nunca son suficientes para el trabajo profesional, todo adquiere sentido con la práctica real. De todas formas considero que es más importante aprender el porqué debemos hacer tal cosa que el cómo (aunque no deberían dejarse de lado aprender y conocer de forma teórica estrategias mínimas). Considero que el know-how más valioso se adquiere de la práctica en una unidad de información real.
Debido a que realicé una beca de experiencia laboral en el puesto de circulación y referencia general, principalmente tuve que aprender el CÓMO se utilizaba el sistema informático propio que utilizaban para gestionar los préstamos, y el CÓMO tomaban decisiones teniendo en cuenta el reglamento interno y las variables cada  situación, es decir cosas que solamente se aprenden con la práctica.

- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?

Creo que es muy difícil seleccionar los temas a desarrollar en las materias relacionadas con las TICs, ya que avanza a pasos agigantados. Sinceramente estoy satisfecho con los contenidos vistos en las materias relacionadas con las TICs, además de ser temas que son de mi agrado. Estoy conforme dado que considero importante que ofrezcan mayor importancia a las bases teóricas de, por ejemplo los procesos de análisis de la realidad y desarrollo de bases de datos, fundamentos de la web y la digitalización de documentos, y aprender a elegir las herramientas adecuadas, que aprender a usar una herramienta en particular, pues siempre quedarán desactualizadas. Para tener una aproximación a las herramientas informáticas creo que las clases prácticas estuvieron equilibradas con las teóricas, aunque siempre se conseguirá profundizar en su manejo con la práctica real.

-¿Suele participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?

Sinceramente ni siquiera sabía que existían, creo que los docentes deberían comunicarle a sus alumnos sobre su existencia, e incluso crear foros de discusión internas de la cátedra o dentro del Departamento con la utilización de las nuevas tecnologías. Creo que los debates son parte fundamental del proceso de formación, y que se encuentran muy relegadas dentro de esta carrera. Por ejemplo, una vez asistí a una clase de Fundamentos de la Educación y me sorprendió la participación de los alumnos y fomentada por la docente, cosa que no ocurre en Bibliotecología.

-Como estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario / reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos / gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?

Recuerdo una sola situación donde se lo mencionó, no recuerdo exactamente qué cosas. Creo que es necesario que se traten dichos temas, pero tampoco puedo decir muco sobra algo que desconozco.


- El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto bibliotecario, según lo vivenciado como alumno de la carrera ¿desde el aula, recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?

Estas cuestiones generalmente no se mencionan en clase, sí recuerdo vagas discusiones en torno a la cuestión de la neutralidad de la profesión, en cuanto al uso de algunas herramientas como  la CDU por ejemplo, que posee un marcado sesgo cultural  occidental en las categorías definidas en ediciones anteriores especialmente, lo que refleje un posicionamiento, una visión del mundo determinada carente de la pretendida objetividad,  pero no es un tema que sea tratado de forma sistemática en alguna materia. Sin embargo creo que la profesión bibliotecaria no posee nada de neutral, cada decisión tomada por el bibliotecario tiene sus resultados. Creo que en el proceso de formación  del bibliotecólogo no se debe negar la no-neutralidad de la biblioteca, que debe discutirse qué cosas deberíamos hacer los bibliotecólogos para poder mejorar el acceso a la información a las personas como un derecho, sin embargo creo que buscar formas de mejorar el mundo fuera de estos límites, ya queda a criterio de cada persona, por ejemplo en el desarrollo de servicios educativos o comunicacionales, aunque también es cierto que poseen fronteras a veces un poco difusas.

-¿Como percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.).

Siento que se debería agregar más elementos interdisciplinares a la bibliotecología como las que ya nombré, pero para su propio desarrollo. Sé que muchos alumnos se preguntarán “¿y esto de que me servirá?”, pero creo que el trabajo en una biblioteca no se fundamenta sólo en saberes técnico-prácticos, sino que requiere de conocimientos de la realidad social y política del entorno general para poder desarrollar políticas y servicios de información adecuados a cada realidad.
No creo que la carrera ofrezca respuestas a las problemáticas sociales que enumeras en sí, ni que sean una prioridad para los bibliotecarios pero tampoco creo que haya restricciones a colaborar con dichos problemas

-¿Recuerda en alguna clase que el docente haya abordado cuestiones vinculadas a bibliotecas en contextos sociales vulnerables? (comunitarias, rurales, campesinas, indígenas, carcelarias o de temas relativos a minorías, desplazados sociales, multiculturalidad, comunidades sexuales, bibliotecas humanas, etc.)

En una de las primeras materias se pidió a los alumnos que formaran grupos y que cada uno desarrollara una pequeña investigación sobre un tema y exposición de la misma. Los temas fueron determinados por el docente, pero se repartieron al azar, y uno versaba sobre la bibliotecología social, pero nunca más volvió a tocarse el tema en las clases.

-Si le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera ¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?

En muchos. Pero no creo que el cambio sólo deba pasar por modificar el plan de estudio. En primer lugar, creo que es una disciplina que aún le falta madurar mucho en la definición de  sus fronteras con otras ciencias como la documentación, la archivística y las ciencias de la información, así como en la definición de su objeto de estudio y denominación. Estos  procesos son anteriores a desarrollo de un plan de estudio sólido. También se encuentra la cuestión sobre qué perfil se pretende formar: si enfocarse en desarrollar profesionales o investigadores, y no es una cuestión menor. Muchas personas se inscriben en esta carrera por poseer rápida salida laboral profesional y no le interesa demasiado la investigación. La investigación aún no se encuentra muy desarrollada en la Bibliotecología, y requiere de sólidos conocimientos teóricos y metodologías de investigación. Tratar de valorar más el desarrollo de la ciencia formando investigadores podría llevar a que mayores cantidades de alumnos abandonen la carrera y aumentar la demanda de profesionales que se precisa en el mercado laboral, siendo este nicho laboral ocupado por personas de las más diversas formaciones. En este sentido también creo adecuado que los bibliotecólogos vallamos insertándonos en nuevos campos como la gestión de contenidos web, el desarrollo de bases de datos, la gestión de la información y el conocimiento, en la política, etc. y para ello también es preciso cambiar en el imaginario social la imagen que poseen sobre el bibliotecario como un ser aislado que protege los libros impresos e impone multitud de reglas cerradas, y sobre las capacidades del bibliotecólogo, quien puede más que trabajar en una biblioteca. Sin embargo si se presenta a la carrera como una de amplia y variada salida laboral tampoco hay que decepcionar a los estudiantes ofreciendo un plan de estudios con contenidos meramente técnicos. Estas cuestiones no son muy discutidas en el ámbito académico ni tampoco fomentadas, y a la vez son muy importantes para el desarrollo de la disciplina y profesión. Son cosas a las cuales deberían abrirse un espacio.

-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?

Creo que el libro impreso no va a desaparecer jamás, aunque es posible que su uso se reduzca mucho. Son dos medios diferentes con sus características propias, por lo que creo que ninguna desplazará a la otra. Si bien los libros electrónicos son mucho más transportables poseen el inconveniente de la energía que precisan los aparatos lectores. Además siempre habrá quien sienta nostalgia por sostener el libro impreso, sentir su textura, olerlo, escuchar el sonido de las páginas al hojearlas. Leer frente a una pantalla, por ejemplo una computadora, obliga al lector a acomodarse en determinada posición y lugar, además estar frente a ella durante mucho tiempo genera malestar a los ojos; un impreso uno lo puede leer cómodo desde su cama.
Particularmente yo prefiero leer en pantallas información actual y efímera, o para tener una idea general de un tema, Si tengo que leer un libro de literatura extenso generalmente los leo en formato impreso. Ahora bien (y no quiero ofender a nadie) si son lectura para el estudio académico prefiero hacerlo desde las fotocopias: en pequeños módulos son mucho más manejables que los libros, al imprimirlos en una escala más pequeña permite tener márgenes más amplios y realizar anotaciones allí, uno puede subrayar  o resaltar parte del texto (sentiría pena si lo hago en un libro, incluso si fuera mío), e intercalar hojas borradores con reflexiones, mapas conceptuales y mentales. De todas formas creo que nunca debería dejar de imprimirse libros ya que son capaces de conservar su contenido por mucho tiempo (muchos de los soportes de lo digital han quedado obsoletos), aunque no debe preocuparnos que su utilización caiga en desuso. En cada salto tecnológico siempre hubo personas reticentes al cambio, y otras que creyeron que lo nueva iba a acabar con lo viejo, y la historia nos enseña que muchas tecnologías supieron convivir juntas, y aún las hacen

Muchas gracias Kevin

Daniel Canosa