Mariana
Elisa Pérez Rios tiene 24 años. En 2013 comenzó sus estudios de Bibliotecología y
Ciencia de la Información en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación (Fahce) de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP). En septiembre
de 2016 obtuvo el título intermedio de Bibliotecóloga y actualmente se
encuentra continuando la licenciatura. A fines de 2015 realizó por un corto
período de tiempo, un voluntariado de producción de textos accesibles para no
videntes, organizado por la biblioteca de la Facultad de Psicología de la UNLP.
Actualmente es becada en el sector de Servicios de Información de Bibhuma, la
biblioteca de la Fahce.
Entrevistador:
Daniel Canosa
-
¿Por qué la Bibliotecología?
Fue
casi por error. Yo estudiaba música, en la facultad y el conservatorio, y tomé
la decisión de seguir capacitándome en esa área por otro camino, pero no quería
cortar mi lazo con el mundo universitario, me pesaba la idea de no tener un
título, tal vez por temor a cuál iba a ser mi trabajo luego. Comencé a pensar
qué profesiones podían ser afines a mí, siempre mirando desde la óptica del trabajo,
en qué cosas me gustaría trabajar…en realidad las opciones iban para el lado de
letras y filosofía, pero tal vez iba a pasarme lo mismo que en la música. En
ese momento una amiga se había anotado en Bibliotecología, y me pareció hermosa
la idea de trabajar en una biblioteca. En ese entonces no tenía noción del
alcance de la profesión, sólo me imaginaba la idea del bibliotecario
tradicional.
- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?
En
la secundaria comencé a acudir seguido a la biblioteca de mi colegio, una
biblioteca bien conservadora: los libros estaban en vitrinas cerradas con
llave, se pedían al bibliotecario, no había computadora, ni acceso a internet,
por supuesto. La biblioteca no tenía difusión. Si bien había un amplio espacio
de estudio, no se nos incitaba a utilizarlo. Ahí mismo se me ocurrió ir a la
biblioteca municipal pero no fui muchas veces. Tengo que ser sincera en que no frecuenté muchas bibliotecas, solo
iba cuando necesitaba libros de consulta, porque siempre fui muy fanática de
comprarme los que me gustaban leer, y debido a mi experiencia en mi ciudad natal,
no tenía la concepción de biblioteca como espacio de estudio. Desde que me vine
a vivir a La Plata, probé ir a la biblioteca de la facultad de Bellas Artes
pero en ese momento tenía una sala de lectura extremadamente reducida, había
que pedir todo en mostrador y eso me quitaba las ganas de investigar cosas
nuevas, que es para lo que yo quería utilizarla (no sé cuál es la situación
actual de esa biblioteca), también utilicé la biblioteca del conservatorio
Gilardo Gilardi, para cuestiones académicas. Luego, no volví a estar en una
biblioteca hasta comenzar la carrera, donde aprendí cuántas cosas podían
ofrecernos (las que no se quedaron en el pasado) y me enamoré de la biblioteca
pública de la UNLP como espacio de estudio, y de la biblioteca de Humanidades,
Bibhuma, porque me parecía fantástico que fuera autoservicio. La colección
abierta permite que uno indague todo lo que quiere, sin pudor.
Siempre
estuve rodeada del mundo de la música y de la plástica. Desde muy chica me
acerqué a la literatura, también me gustan otras expresiones artísticas.
-
Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está
leyendo actualmente?
En
este momento estoy empezando a leer a Dostoyevski, y entrando además, en el
mundo de la poesía, ahora con Alejandra Pizarnik. Los libros que más me influenciaron
fueron las novelas distópicas: Farenheit, Un mundo feliz, Rebelión en la
granja, 1984. No puedo decir si fueron más atrayentes que otras cosas que leí
después, ya que el valor que les confiero tiene que ver con que fueron mi
puerta de entrada a la literatura y a la pasión por la lectura. Farenheit fue
el primer libro que elegí por mí misma en una librería, si mal no recuerdo,
cerca de los 13. De ahí empecé a hacer toda la seguidilla, fue un tiempo que me
devoraba los libros en el día, iba haciendo nexo por medio de títulos y autores
que solían nombrarse en los prólogos de los libros.
- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?
Lo
defino como un mediador entre la información y quien la solicita. Comprendiendo
como mediador a alguien que organiza un amplio mundo de datos, trata de
decodificar la necesidad de información real del usuario y ofrecerle lo más
acorde a esa necesidad. Para ello, el bibliotecario brinda herramientas que
permiten la independencia del usuario y lo guía en el camino de ser creador de
conocimiento, pensando al conocimiento como algo colectivo.
-
¿Qué opina del rol social del bibliotecario?
Si
la información es poder, nuestro trabajo es muy delicado. Creo que en síntesis,
el rol social del bibliotecario es brindar la posibilidad de que la información
llegue a todas las personas (y no a unos pocos) y facilitar además las
herramientas que permitan que esa información pueda ser convertida por cada uno
en conocimiento, para desarrollarse como ser social. Brindar la posibilidad de
que la información llegue a todos no es simplemente decir: “acá tengo esto,
podés utilizarlo”, sino buscar la
manera de que las personas que de otra forma no se interesarían, puedan tener
acceso a la información real, de calidad convirtiéndose en seres activos y
competentes en lo que ahora se llama la Sociedad de la Información.
-
Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos
favorecen la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades
vinculados al rol social del bibliotecario?
Sí,
considero que el contenido de diversas materias favorece la adquisición de
conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del
bibliotecario. Creo que Política de la información quizás es la materia central
donde este tópico se aborda, ya que mediante el análisis que se hace de la
promulgación de distintas leyes por ejemplo, nos hacemos conscientes de lo
importante que es que como profesionales estemos social y políticamente activos
para luchar por que las cosas que se promulgan sean en favor de la democracia y
la cultura y no en contra de ellas.
En
Historia del libro y las bibliotecas analizamos la figura del bibliotecario y
de la biblioteca a lo largo del tiempo y en diferentes culturas, y vimos como
generalmente el bibliotecario es una figura importante en la política, la
educación y la cultura de cada civilización. Ahí mismo analizamos la época de
la dictadura en Argentina y su consecuencia en cuanto a la censura en la
cultura, entre otras atrocidades.
En
Referencia, y creo que en otras materias más, vimos temas ligados a la ética,
cuestiones sobre la biblioteca como un espacio público y accesible para todos.
En varias asignaturas trabajamos sobre los conceptos de alfabetización y brecha
digital, etc.
-
Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión
(pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su
enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada
materia? (la pregunta va orientada hacia los contenidos que brinda el docente,
si fomenta habilidades sociales o comunicativas o centra toda su atención en
contenidos técnicos)
Las
clases que tenemos suelen ser muy interactivas, con la presentación de trabajos
prácticos con filminas power point y la exposición oral de los mismos. También
trabajamos mucho mediante la entrega por el campus virtual y la utilización de
foros de discusión. Los trabajos finales algunas veces son trabajos de campo,
de ir a bibliotecas a analizar distintas cuestiones y generar proyectos pilotos
en base a esas cuestiones. Nuestros docentes son también investigadores que
están actualizándose constantemente, que nos incentivan a participar en
jornadas de bibliotecología, charlas de profesionales o debates.
-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?
En
este momento estoy realizando una pasantía en la biblioteca Profesor Guillermo
Obiols (Bibhuma), que es la biblioteca de la facultad de Humanidades de la
UNLP, donde estudio. La pasantía consta en trabajar en el área de servicios de
información colaborando en atención al público, orientación y referencia
primaria, ordenamiento de la colección y participación en los talleres de
formación de usuarios. Yo creo que los conocimientos adquiridos fueron
suficientes para este caso, claro está que además uno tiene que ir empapándose
de cuestiones propias de la biblioteca donde trabaja: el reglamento interno,
los proyectos que se llevan a cabo, etc. Las mayores lagunas que hallé en mí
estuvieron relacionadas con falta de herramientas de búsqueda en el catálogo y
fuera de él; y respecto al conocimiento de las colecciones de bibliotecas
especializadas en otras áreas, y de repositorios de acceso abierto, para
ofrecer a los usuarios que buscan cosas que no se encuentran en la colección de
Bibhuma.
- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?
Considero
que trabajamos con mucha información actualizada. Leemos muchas ponencias y
artículos de revistas publicados en los últimos años. Sí creo que hay
solapamiento de información en distintas materias de la carrera, lo cual a
veces la hace un poco tediosa.
En
cuanto al equilibrio entre teoría y práctica, siempre me pareció que las
materias tenían mucha carga horaria (6hs semanales divididas en 4hs de teórico
y 2hs de práctico) siendo que, por lo general, los trabajos prácticos se
resolvían en las clases (prácticas). Además, en las materias más técnicas, como
Organización del conocimiento y Descripción Bibliográfica, creo que les faltaba
enfocarse más en las cuestiones prácticas, que la carga horaria fuera menor y
los trabajos de mayor complejidad, extensión y cantidad. Otras materias, como
Tratamiento automático de la Información (I y II), y Referencia (general y
especializada) me parecieron materias más complejas que tal vez sí ameritaban
esa carga horaria, y en las que igualmente agregaría más ejercitación práctica.
-¿Suele
participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los
debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?
Estuve
inscripta en la lista de correos de ABGRA (Asociación de Bibliotecarios
Graduados de la República Argentina), luego me di de baja porque eran tantos
los correos que circulaban que no llegaba abarcarlo. Pero tenía debates muy
interesantes. Ahora estoy en grupos de Facebook pero se habla menos de temas
políticos, a veces se publican cosas pero no generan debate.
-Como
estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario /
reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos /
gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la
respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente
favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?
En
Políticas de la Información se nos dió a conocer Sindicalizándonos, un grupo de
bibliotecólogos que trabaja en la conformación de un sindicato que defienda
nuestros derechos laborales. Me parece importante que se aborden estas
temáticas. Mucho no puedo hablar sobre esto porque recién estoy insertándome en
el mundo laboral desde mi profesión. Sí puedo decir que Bibliotecología se
difunde como una carrera con muchísima salida laboral, lo cual no parece ser
muy cierto. Uno puede optar por trabajar en bibliotecas populares o barriales
ad-honorem o por un salario simbólico, por el simple amor a la profesión.
Podemos también, trabajar 9hs en bibliotecas de instituciones privadas. Podemos enfocarnos como Gestores de la
Información, según nuestro título, pero las instituciones que los buscan,
generalmente no ponen entre las profesiones afines a su búsqueda, la
bibliotecología. Es decir, creo que el alcance del título si bien es
abarcativo, no resulta válido en una situación real de búsqueda de empleo. Me
da la sensación de que es una profesión que todavía no está del todo
socialmente aceptada.
-
El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las
problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto
bibliotecario, según lo vivenciado como alumna de la carrera ¿desde el aula,
recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?
Creo
que todas las problemáticas sociales y políticas van a incidir en el contexto
bibliotecario, cuando se trata de un contexto público, cuando se tratan de
cultura y educación. El concepto de neutralidad en la profesión lo entiendo
como brindar acceso en forma democrática, sin juzgar si esa “información” está
a favor o en contra de mis ideales. Neutralidad en ese sentido, no en otro. En
pos del pensamiento crítico. No recuerdo que en las clases se haya hablado de
esa dicotomía, sino al contrario, de ser un profesional involucrado en las
problemáticas sociales, que justamente ahora nos tocan bien de cerca.
-¿Como percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.)
Creo
que en contextos interdisciplinarios, bibliotecología no es aún una carrera
visible. A mi parecer, se quita mérito a la figura del profesional
Bibliotecólogo en contextos de debate que atañen a la educación y la cultura,
lugares donde tiene mucho para aportar. Yo siento que la carrera sí otorga elementos
para dar respuesta a problemáticas sociales y
también cuestiones de planificación para el caso de desastres
ambientales. Incluso, no sé cómo es en otros institutos donde se enseña
Bibliotecología, pero en Humanidades se trata mucho el enfoque de bibliotecas
públicas, estatales, donde se deben construir muchas herramientas para que la
idea de “accesible para todos” sea real, herramientas que permitan la
alfabetización informacional y digital, luchando por la disminución de la
brecha tanto sea por edades, genero, clase social, o cualquier motivo que
dificulte el acceso a la información y a la formación de las personas.
-¿Recuerda
en alguna clase que el docente haya abordado cuestiones vinculadas a
bibliotecas en contextos sociales vulnerables? (comunitarias, rurales,
campesinas, indígenas, carcelarias o de temas relativos a minorías, desplazados
sociales, multiculturalidad, comunidades sexuales, bibliotecas humanas, etc.)
Sí
lo abordamos desde un punto de vista teórico. Es decir, leemos información y
debatimos cuestiones de multiculturalidad, desplazados sociales, comunidades
sexuales, etc. Vemos el trabajo que debemos hacer desde nuestro lugar para
conseguir la inclusión. Desde un punto de vista práctico no tengo el recuerdo
de haber trabajado desde la carrera con
alguna biblioteca real en estas situaciones. Si, de conocer diferentes
bibliotecas barriales y sus problemáticas por medio de compañeros que trabajan
en ellas y que llevaban inquietudes, debates y propuestas a la clase.
-Si
le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera
¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece
la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten
posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?
En
este aspecto no puedo hablar mucho, no estoy del todo empapada en los cambios
que se realizaron pero hace poco se modificó el plan de estudios de la carrera
y se hicieron cosas importantes, como agregar la materia “capacitación en
informática” debido a que habían varios chicos que ingresaban sin manejo básico
de PC, y en bibliotecología, la computadora es un elemento esencial. También se
agregó un curso de ingreso a la carrera, que se da en el mes de febrero, lo
cual también implicó que se incluyeran a alumnos avanzados que quisieran ayudar
en esos cursos. Están saliendo pasantías desde la biblioteca y otros ámbitos
afines de la facultad/universidad. Eso
es importante, porque los alumnos veníamos quejándonos de no tener la
posibilidad de realizar pasantías ya que al buscar trabajo, las instituciones
(privadas, de donde nace la mayor oferta) piden bibliotecarios con experiencia.
Otra cosa muy importante que se consiguió es que las materias tengan dos
comisiones de prácticos, en distintas franjas horarias, para permitir estudiar
a quienes trabajan, lo cual me imagino que debe haber sido un problema ya que
si bien cada año hay más ingresantes, bibliotecología sigue siendo una carrera
con pocos inscriptos. También se consiguieron otras facilidades para quienes
trabajan o tienen personas a cargo, pero esta es una medida que nace ya desde
la facultad.
La
facultad de humanidades cuenta con una junta asesora departamental (JAD) para
cada departamento, donde representantes del claustro docente, del claustro
alumnos y del de graduados, debaten sobre la política departamental. Es decir,
los estudiantes de bibliotecología podemos llevar nuestras propuestas al
departamento, mediante la representación de nuestros compañeros en la JAD.
Por
otro lado, cada carrera suele tener una comisión de estudiantes, un espacio de
debate que nace desde los mismos estudiantes, es un área informal pero permite
abarcar la lucha desde otro lado. Pudiendo dirigirnos al centro de estudiantes
vigente o diferentes agrupaciones
estudiantiles que puedan apoyarnos. En biblio, al menos desde que yo ingresé,
hubieron intentos fallidos de armar una comisión de estudiantes, pero creo que
este año nuevamente está surgiendo algo.
-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?
No
considero tal la desaparición del libro impreso, pero si me resulta alarmante
la pérdida del hábito de consulta en el libro impreso. Nos estamos
acostumbrando a utilizar muchas fotocopias, PDFs de libros escaneados, siempre
partes de ellos, capítulos o selecciones. Al consultarlos no somos conscientes
del autor, de la época y el contexto en que ese texto se escribe. Hacemos
uso, reproducción y divulgación del material sin considerar cuestiones de
derecho de autor, sin citar. Tuve una profesora, justamente en políticas de la
información que nos recordaba constantemente lo importante que era saber
ubicarnos sobre qué leíamos, a quién pertenecía el texto, en qué contexto
estaba escrito.
En
la carrera trabajamos mucho con documentos accesibles en formato digital. Es
una nueva realidad que se incorpora, pero no creo que reemplace a la anterior,
sino que pueden convivir. Yo puedo hablar de que me resulta más cómodo, más
amigable, consultar en papel que mediante una computadora, pero eso ya es algo
subjetivo y quizás generacional. Pienso que el problema, en todo caso, es otro.
Cuando un usuario accede a una biblioteca, puede tener la confianza de que el
material ahí disponible es material de calidad, con información fidedigna,
porque hay un trabajo previo de selección, de evaluación constante. Lo mismo
sucede en diferentes repositorios digitales. El problema está en las
herramientas que tiene el usuario para saber a dónde ir a buscar la información
(a esos repositorios, por ejemplo) y no leer solo, y sin filtro, lo que le
recupera un metabuscador conocido.
No
creo que el libro físico vaya a desaparecer, mi opinión es que suele suceder
que cuando aparece algo nuevo (por ejemplo ahora el libro digital) bajan los
índices de uso de lo anterior, hasta que lo nuevo se afianza y se incorpora
como algo más y ahí realmente se evalúa si lo otro deja de existir. Incluso me
parece que, como contrapartida, también están en auge los talleres sobre
conservación y restauración.
Incluso,
si fuera un simple cambio del libro impreso al digital, o la revista impresa a
la digital, no sería tan grave, creo que el problema es que cambiamos
información corroborada, editada, por cosas efímeras, textos sin revisión, y
creo que eso va más allá de si es formato impreso o digital. Internet nos
ofrece mucha información, pero de un modo caótico, por lo cual tendemos a caer
en la desinformación. Brindar las herramientas para que eso no suceda, es
también nuestro rol.
Muchas
gracias Mariana
Daniel
Canosa
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