Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

domingo, 30 de agosto de 2020

Nota sobre un poeta oralitor



En 2017, compartí con varios escritores, el 5° Encuentro Internacional de EditorialesCartoneras, uno de ellos fue el poeta Alan Paillan Manquepillán, escritor, músico, artista visual y oralitor, quien compartió una serie de reflexiones sobre un libro que había publicado poco tiempo antes del evento, uno de sus poemas expresa el vínculo que lo une a la cultura de origen:

Ahorita
Que las flores brotan
Hermosamente ingenuas
En el jardín de mi Ñuke.
Me dispongo a contemplar
El vaivén de las macetas
Colgadas del limonero.
Es verano,
Pero desde hace algunos días
Una fría brisa de la costa
Me trae rumores de invierno;
Cuando la lluvia y el frío
Se sientan a cebar unos mates
Con el anciano que recuerda
Su niñez de huerta y ciruelos:
Refrescada de estero y faldeos nocturnos
Revelando constelaciones
O el fugaz misterio de nuestro destino.

(Del poema “Choyün”)

Pero algo que me había llamado la atención de la escritura de Alan Paillan Manquepillán, había sido la publicación de su tercer libro de poesía, titulado “Feo, flojo, borracho, lacho, potencial terrorista…” (edición de autor, 2016), un conjunto de poemas que de algún modo entrecruzan la literatura con la cultura, en donde se advierte un tono apacible en las imágenes pero también una queja amarga, que deja al desnudo las imposiciones sociales y políticas de la sociedad occidental en relación al mundo mapuche, como así también una firme postura crítica en torno a quienes van perdiendo los rasgos de la cultura, acaso el siguiente poema, Causalidades, da cuenta de dicha disyuntiva:

¡Enyugue los bueyes peñi!, le dijeron.
Y justo recibió una llamada para un congreso de Mapunchelogía
En la prestigiosa Universidad de Ciencias de las Ciencias Inexactas
De Talca, París y Londres.
Disculpe peñi, dijo.
Y se fue perdiendo en la pampa…, celular en mano.

Esta situación me hizo acordar el tono crítico de investigadores como Franco Limber, de Bolivia, quien trabajó sobre el concepto de representatividad de la whipala, y lo que implicaba su utilización en las comunidades andinas, un texto que interpeló la noción de identidad en relación a los diferentes planos de entendimiento de la cultura aymará. Otro vínculo, salvando las distancias, lo encuentro en la obra del escritor paceño Víctor Hugo Vizcarra, considerado por la crítica literaria como un "Bukowski boliviano" que, mediante cuentos, crónicas, relatos y memorias, estableció una cartografía marginal del submundo andino, a estas alturas ya considerado un clásico de la narrativa boliviana contemporánea. En esos textos, más allá del estilo narrativo, se recuperan entendimientos mediante un conjunto de voces quechuas, aymaras, campesinas, donde lo que se expresa es absolutamente representativo de su entorno, propio de manifestaciones desperdigadas a lo largo del altiplano sudamericano.

Manquepillán va hacia otro lugar, pero manteniendo ese mismo entendimiento de lo que menciona en sus poemas, en su momento, a través del Orejiverde, pude entrevistarlo para conocer su obra y sus reflexiones en torno a la realidad del pueblo mapuche, comparto sus respuestas:

-¿Alan, que significa ser poeta en el universo mapuche?

La experiencia poética está muy emparentada con un develar, abstraerse de las capas que sugieren un "hecho común y corriente" para de esa forma alcanzar otras comprensiones del mismo hecho, comprensiones que no saltan a simple vista y que dejan al descubierto, muchas veces, la esencia de aquello que se vivencia u observa, su magnitud, o por lo menos, la forma en que resuena en nuestro interior, de esta manera, el respeto hacia la palabra, hacia aquello que se nombra se vuelve un hecho inherente. En el pueblo mapuche este principio es un pilar fundamental de nuestro devenir.

- En la portada de tu último libro además de escritor te consideras músico, artista visual y oralitor ¿que nos podés decir de este último concepto? ¿Necesariamente se reduce a las culturas originarias?

Considero que la oralitura es patrimonio o un constructo de todo aquel pueblo que ve en las bases su fundamento, por tanto, el oralitor no se aleja ni construye a partir de abstracciones, si no que está atento a la memoria, la cotidianidad, a los sueños de su gente... y tiene la función de transmitirlo más que por obligación, por real vocación y destino.

- En tus poemas se advierten reminiscencias de la cultura oral ¿como ha sido el proceso de creación?

En el proceso escritural me interesa dialogar, construir a partir de historias, saberes... que he ido oyendo, aprendiendo en mi derrotero. Considero importante este ejercicio, pues, de esta manera, puedo contribuir a la difusión y perdurabilidad de parte de la memoria de mi gente, para esta y las futuras generaciones, que, con sano interés, precisen saber de lo nuestro. Este tránsito: comunidad-conversación-conocimiento-escritura, es a lo que me refiero cuando hablo de oralitura. Como te decía anteriormente, difícilmente escribo o canto a partir de abstracciones. Quizás, si se quiere hablar de abstracción, ella está más ligada a lo intangible que antecede al texto, me refiero al ritmo, el pulso..., en definitiva, a mi particular forma de percibir y hacer extensivo el canto.

- Existen posturas entre ancianos mapuche donde relacionan a la identidad con la práctica de antiguas ceremonias, la lengua materna y las expresiones artísticas, algunos incluso han sostenido que el día que no haya más Nguillatún no habrá más mapuche ¿Compartís este entendimiento de la cultura?

Claramente el mapuche se vincula con su raíz, su esencia, a partir de mantener vigentes sus dinámicas culturales, las cuales están en estrecha relación con el y los territorios. Por tanto, si se pierden, se dañan, se distorsionan... repercute de igual forma en la gente.

- Estuviste presente en el 5° Encuentro Internacional de Editoriales Cartoneras ¿Que sensaciones te deparó el evento?

La verdad medio que llegué por curiosidad a dicho evento, me parece que el movimiento de editoriales cartoneras es una buena opción a la hora de nutrir la comunidad, en tanto que al ser una alternativa de publicación a muy bajo costo y artesanal, se puede replicar en cualquier parte, para de esta forma hacer extensivo todo aquello que queremos difundir entre los nuestros, sin censuras de consejos editoriales con intereses ajenos a nuestras necesidades o intereses. Ahora bien, un desafío es de qué manera se logran posicionar estas publicaciones en la población, como se le da valor al objeto, de manera que haya un interés en tenerlo, conservarlo, promoverlo... para que no suceda que, al cabo de muy poco tiempo, este objeto termine en un tacho de basura u olvidado en algún rincón.

Cada tanto encontramos en algún estante, literatura que refleja un contexto cultural determinado, el rumbo del autor representa ese cruce de caminos, es de algún modo lo que ocurre con aquellos chamanes que hacen una maloca en medio de la selva, cuidando que la construcción no deteriore el paisaje, el poeta mapuche busca con su poesía tener presente esos valores, razón por la cual es posible imaginar el cuidado ante la elección de las palabras que formarán parte de los versos.

El autor ha publicado los siguientes libros: “Kutral: instala/zión fotopoética en bábilon warria” (2008) y “Allkütuwayiñ: oír nuestras voces, oír la memoria del silencio” (2010).

Fuente:

El Orejiverde

Sobre la apropiación acrítica de la Whipala

Sobre el 5° Encuentro de Editoriales Cartoneras, Santiago de Chile

La última curda

Las casas de las palabras de las comunidades amazónicas

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