Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

lunes, 3 de febrero de 2025

Documentar una memoria

Siempre consideré el valor de quienes deciden resguardar un patrimonio documental, ocurre en varias disciplinas, y su sola ejecución recupera para siempre un conocimiento vinculado con su época, con las herramientas propias de un contexto difícil de imaginar, sea cual sea el soporte bajo el cual se labra el invaluable testimonio. Algo así se acabó de registrar en el Repositorio del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), con un trabajo sobre la memoria topográfica llevado adelante por el topógrafo Felipe Enrique Godoy Bonnet, que resume un trabajo de campo de 20 años, escrito a mano y con imágenes fotográficas que se vinculan con el texto, cuyo largo título es el siguiente:

Memoria Topográfica de los años 1973 a 1993: vivencias, imprevistos, vicisitudes y sorpresas en los relevamientos topográficos extensos, obteniendo coordenadas geográficas y cotas de nivel para la confección de las hojas topográfico-geológicas, previo a la invención del G.P.S. (Global Positioning System), disponible para su consulta en el siguiente enlace: https://repositorio.segemar.gov.ar/handle/308849217/4582 

Se trata de una memoria topográfica que abarca desde 1973 a 1993, escrito a mano, con una caligrafía perfecta, iniciado bajo una petición realizada por el Jefe del Departamento de Geografía, Carlos Alejandro Turco Greco, para llevar a cabo la restitución de 108 hojas de la Carta Geológico Económica de zonas no relevadas del Plan NOA 1 y Plan Patagonia Comahue, aproximadamente una superficie de 400.000 kilómetros cuadrados a escala 1:100.000. Era el comienzo de lo que terminó siendo una aventura. En aquella época las zonas solicitadas carecían de triangulaciones fundamentales de primero, segundo y tercer orden, lo que implicaba ejecutar conjuntamente, con el apoyo fotogramétrico, la utilización de instrumental tradicional para la realización de trabajos topográficos con teodolitos optomecánicos.

El informe revela los inconvenientes de campaña en un contexto agrestre y con dificultades mecánicas en los transportes. El documento incluye dos anexos: por un lado, los datos de los equipos utilizados en las campañas y, por otro lado, datos sobre la fauna encontrada. Se agrega en este registro una valiosa carpeta con las 374 fotografías tomadas en forma analógica por el topógrafo en las diferentes provincias asignadas, con su ordenamiento numérico tal como figura detallada en el manuscrito. Se destacan menciones y colaboraciones con geólogos y topógrafos de reconocida trayectoria, así como nombres de baqueanos contratados en las campañas.

Se sabe que todo cambió con la llegada del GPS, lo que pocas veces se sabe, es cómo se trabajaba en el campo con aquellos instrumentos de medición, soportando tormentas de polvo, nieve, lluvias, vientos inclementes, atravesando la estepa a lomo de burro, cruzando las montañas, vadeando los valles. Cuánto se le debe a aquellos profesionales que permitieron delimitar el territorio, registrar la toponimia de cada lugar, y avanzar posteriormente en la descripción de los recursos minerales, trabajos genuinos en medio de una soledad abrumadora, para tener por todo resultado un conjunto de datos, manuscritos, medidas, dibujos y fotografías que permitieron bosquejar los límites de los eventuales mapas.

El valor de este documento es que lo nombrado va acompañado de lo contemplado, una experiencia que trasciende los criterios y las prácticas, y que permite imaginar, en medio del silencio, lo complicado que es hacer triangulaciones en un terreno, representar con un gráfico el camino transitado.

Todas las disciplinas suelen contar, en algún momento de la historia, con este tipo de aventureros, y es que a veces la lectura suele ser muy simple: sin estos expertos no habría posibilidad de concebir un documento cartográfico. En Bibliotecología, suele ser común encontrar con más frecuencia el concepto de bibliotecario incrustado, que es aquel que, en líneas generales, aporta su conocimiento para integrar equipos de trabajo interdisciplinarios. Muchas veces somos invisibles en esas disquisiciones, pero el concepto cobra otro sentido cuando está presente el espacio propio de una biblioteca, cuando el lugar es punto de encuentro, que en este caso involucra a los geólogos, topógrafos y geógrafos con los bibliotecarios. Lo que nos queda, una vez concebida la suerte de recibir semejante patrimonio, es registrar con cuidado aquel legado de la profesión.

Es un poco lo que ocurrió con esta historia.

Registro:

Godoy Bonnet, F. E. 2024. Memoria Topográfica de los años 1973 a 1993: vivencias, imprevistos, vicisitudes y sorpresas en los relevamientos topográficos extensos, obteniendo coordenadas geográficas y cotas de nivel para la confección de las hojas topográfico-geológicas, previo a la invención del G.P.S. (Global Positioning System). 48 pp. Buenos Aires, Servicio Geológico Minero Argentino. Instituto de Geología y Recursos Minerales. Archivo Histórico Visual de Topografía-Cartografía.

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