Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

domingo, 30 de marzo de 2025

En memoria de la Argentina rebelde

A propósito de la triste e innecesaria destrucción del monumento a Olvaldo Bayer, uno como ciudadano imaginó que había límites que no iban a cruzarse, sin embargo, ocurrió una verdadera provocación sin ningún tipo de respeto con las adscripciones identitarias propias de la memoria popular, donde ya no tiene sentido adjetivar lo sucedido, y que ciertamente la capacidad de asombro se encuentra lejos de agotarse. Lo acontecido parecería representar el prolegómeno de una batalla cultural perdida, por el hecho de advertir que no existe del otro lado de la comunicación un interlocutor racional, que exprese con cierta coherencia el porqué de su desprecio, el porqué de su violencia.

Se cree que cuando un contexto es representado por la obra colectiva de un autor -el autor que se nutre del testimonio, que revisa las fuentes, que cita trabajos previos, que objetiviza desde la propia subjetividad para interpretar lo sucedido- el resultado habilita una herramienta para fundamentar sobre las causas y consecuencias de cualquier proceso histórico, sin la cual no existiría referencia de lo ocurrido. Esto suele pasar con el aporte de los historiadores y los investigadores, del cual Osvaldo Bayer hizo un postulado ético y crítico, para desbrozar un territorio en el que las ideas en disputa suelen obviar, ante los argumentos, los componentes de una verdad, y bien valdría recordarnos, una vez más, que la etimología del concepto "verdad", según los antiguos griegos, era "no olvidar". 

Con sus convicciones, Osvaldo Bayer le dio una sentida reparación a la memoria de los obreros de la Patagonia cruelmente asesinados por defender sus derechos, les dio correspondencia a esas vidas, les dio alivio a sus familiares, pero esencialmente puso en un lugar a resguardo, la trascendencia de las personas que cultivaron en lo más profundo el entendimiento de la dignidad -con lo poco que tenían a su alcance- y que, lejos de silenciarlos o amordazarlos, al paso del tiempo tuvieron nuevas voces, muchísimas voces, que fueron tales porque antes hubo lecturas y escrituras de un historiador que parece que aún sigue molestando a cierta parte de la sociedad.

Que curiosa paradoja, dado el contexto que estamos atravesando, ya que, de algún modo, quienes adherimos a la defensa de los derechos humanos, la tolerancia, el pensamiento crítico, y la empatía, estábamos necesitando que la gente lea a Osvaldo, y ahora con este hecho irracional, de una insensatez penosa, muchos que no lo conocían están aprendiendo que fue lo que realmente ocurrió en la Patagonia a principios de siglo, que pasó con los pueblos originarios en la denominada “campaña del desierto”, el porqué del racismo en la política, las numerosas matanzas en comunidades indígenas, el origen del movimiento obrero argentino, entre tantos otros temas. Como se suele decir, a estos funcionarios les salió el tiro por la culata.

Lo que hizo Bayer con sus andares es como el dibujo de Rep que ilustra este texto, un jardín hermoso que seguirá siendo regado por quienes aprendieron de sus ideas, no hace falta aclarar que la memoria nunca se marcha, que no es un monumento -por más que esto sirva para simbolizarla- que su ejercicio fortalece la identidad, algo que se cultiva en forma permanente, porque siempre habrá alguien que aporte un poco de discernimiento para que las ideas busquen representar las condiciones y los desarrollos de un mundo más equilibrado. Es lo que sucede con las verdades cuando se las aborda con criterio ético, con compromiso social, terminan representando una alternativa para las demandas más elementales, por eso mismo, que bueno que ahora se vuelve a sumar aquel que nunca se fue, nuevamente Bayer tiene otros brazos para sostener lo creado, la esperanza vuelve al ruedo…

La historia dirá que, en la Patagonia de los años 20, las huelgas de los trabajadores rurales fueron reprimidas por el ejército nacional, con un trágico saldo de más de mil quinientos trabajadores asesinados. Bayer supo registrar lo ocurrido en su libro “Los vengadores de la Patagonia trágica” (conocido luego como La Patagonia rebelde), y que luego el director Héctor Olivera estrenó una recordada versión cinematográfica en 1974, en donde Bayer aportó el guion junto con el mismo Olivera y Fernando Ayala. Era simbólico lo que expresaba el monumento que acaban de derribar los actuales funcionarios: “Usted está ingresando a la tierra de la Patagonia Rebelde”.

Cuando la pala mecánica de Vialidad Nacional tiró abajo el homenaje a Osvaldo Bayer -un retroceso a tiempos que creíamos superado- algo parecido a la vergüenza y la incredulidad se instaló en buena parte de la conciencia social, y es que por hechos como este estamos siendo observados en el mundo, una imagen tan insensata como cuando se quemaron libros en la dictadura, algo de lo que pensábamos no íbamos a volver a presenciar, pero vuelve a suceder, y eso nos obliga a reflexionar, una vez más, contra la barbarie.

Este concepto me hizo acordar unas palabras que pronunció Pedro López López, profesor en la Facultad de Ciencias de la Documentación de la Universidad Complutense de Madrid, en noviembre de 2016, en ocasión de una conferencia sobre derechos humanos y bibliotecas brindada en el Instituto Superior de Formación Docente N° 35 de Montegrande:

Una democracia formada por una masa amorfa de consumidores compulsivos que aceptan acríticamente un modelo comunicativo (especialmente en lo que se refiere a la televisión) y de consumo absolutamente alienantes, que no participan en la colectividad, que son indiferentes a la injusticia social, es solamente la cáscara de una democracia. La democracia se protege fortaleciendo la ciudadanía, y esto sólo – o principalmente- puede hacerse a través de la educación. Pero no sirve cualquier tipo de educación. Conseguir un alto nivel cultural no protege contra la barbarie, como demostró la Alemania de los años treinta y cuarenta, el país más adelantado de su época, tanto cultural como científica y tecnológicamente. El nazismo, barbarie en estado puro, tuvo dirigentes con exquisito nivel cultural. Podemos decir, con Voltaire, que la civilización no suprime la barbarie, sino que la perfecciona. Como decía Soledad Gallego-Díaz en una columna publicada en el diario El País “Desde entonces, como escribió George Steiner, ‘sabemos que los hombres pueden leer a Goethe o a Rilke por la tarde, interpretar a Bach y a Schubert por la noche, e ir a la mañana siguiente a su trabajo diario en un campo de concentración’. La cultura, toda la cultura europea, no fue capaz de protegernos de la barbarie y desde entonces todos sabemos también que, como escribió otro sabio alemán, T.W. Adorno, la única cultura verdadera es la que alienta la crítica, la que alimenta la ciudadanía, la capacidad de resistencia frente a la inhumanidad y sus dogmas... Desde Auschwitz todos deberíamos saber que lo que importa es mantener engrasados los mecanismos que permiten el libre conocimiento de los hechos frente a la propaganda... El conocimiento de los hechos y la capacidad crítica son los diques de la barbarie”.

El agravante de lo que señala Pedro, más allá de pertenecer a otro contexto geográfico y temporal, es que, en el caso ocurrido en Santa Cruz, ni siquiera estamos observando un alto nivel cultural, sino más bien, todo lo contrario. La historia debería servir para alertar sobre estos hechos, para tratar de superarlos, para aprender de los errores y desde allí construir valores ciudadanos en los cuales podamos reconocernos.

A modo de epílogo, sirve como ilustración una reflexión de carácter premonitoria que hace años hizo Carlos Busqued, un destacado escritor argentino, fallecido en 2021 a la edad de 50 años, considerado por muchos críticos como una de las voces más originales de la literatura argentina del siglo XX. Mencionando sobre la ideología de derecha, llegó a decir que en la ultraderecha había algo parecido a lo que siente alguien de izquierda, que es un mundo hacia el que uno quisiera ir, pero que lo que hay en la ultraderecha es mucha gente lastimada, y ofreció como ejemplo el nazismo, Busqued dijo que si aquellas personas hubieran sido criadas con amor, el nazismo no existiría, que básicamente el nazismo es gente destruida buscando venganza, buscando una compensación, y además, necesitada de sentirse mejor que el otro.

Salvando las distancias, vaya coincidencia con estos tiempos que nos aquejan.

Fuentes consultadas:

La Patagonia Rebelde / Osvaldo Bayer. Buenos Aires: Hyspamerica, 1985. (Biblioteca Argentina de Historia y Política).

¿Reconocimiento social sin compromiso social? / Pedro López López. Artículo publicado en Educación y Biblioteca, nº 176, marzo/abril 2010.

Entrevista a Carlos Busqued. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=D3jYzDYBF5E

Nota: la imagen, realizada por el dibujante Rep, es el afiche del documental Awka Liwen ("Rebelde amanecer" en mapuche) film con guión y libro cinematográfico de Osvaldo Bayer, realizado por Mariano Aiello y Kristina Hille. 

lunes, 24 de marzo de 2025

El legado presente de las lenguas originarias


A contramano de estos tiempos que nos tocan presenciar, en un contexto nacional donde se recortan derechos, Punta Querandí sigue adelante con una política lingüística pionera en el país, con anclaje en las culturas originarias, en este caso apoyando un hecho infrecuente en nuestra sociedad: continuar con los cursos de lenguas originarias, en total 8 propuestas de carácter gratuito que desde 25 de marzo de 2025 se realizarán por intermedio de representantes del Municipio de Tigre, y autoridades de la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar.

Cabe recordar que la lucha de Punta Querandí siempre estuvo encuadrada en el movimiento indígena, realidad que se consolidó -en una asamblea realizada en noviembre de 2020- con la formalización de la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar como organización representativa de las comunidades indígenas, con el objetivo de potenciar las innumerables demandas de los pueblos originarios, del cual resultó la articulación de petitorios presentados en los Municipios de Tigre y Escobar, zona norte del área metropolitana de la provincia de Buenos Aires.

Como indican en el sitio Web de Punta Querandí en el primer cuatrimestre de 2025 se agregan dos nuevas propuestas para profundizar los aprendizajes. Quechua y Guaraní tendrán niveles 1, 2 y 3, una necesidad planteada por la masiva participación de estudiantes, mientras que continúan los cursos de Qom y Moqoit, todos con participación de destacados docentes

Hace tiempo que Punta Querandí representa un faro de resistencia dentro de la cultura Argentina, con su abnegación y compromiso transformaron un predio destinado a la explotación inmobiliaria en un centro vivo de cultura originaria, con múltiples actividades y tareas colaborativas, por tal motivo, que en este 24 de marzo tengamos presente, por lo que aún significa en nuestro país la memoria, la verdad y la justicia, que la mejor respuesta ante los atropellos cotidianos, sigue siendo la educación, la cultura y el bien común, y sobre todo, generar un espacio que pueda seguir ofreciendo conocimiento, sabiduría, información, de la manera más coherente y razonable, para que la ignorancia y el desprecio vayan perdiendo terreno en la conciencia de nuestros ciudadanos.

Se trata de no seguir negando nuestra identidad como pueblo, entender que, si reconocemos nuestras matrices culturales históricas, podremos tener conciencia de nuestra fortaleza como sociedad. De algún modo, estos cursos de lenguas originarias nos muestran que esa idea es posible, porque siempre la educación, si se la cultiva con sentido de pertenencia, termina siendo la más integradora de las respuestas.

Fuentes consultadas:

Las lenguas originarias suman fuerza en Tigre: 8 cursos gratuitos desde el 25 de marzo

https://puntaquerandi.com/2025/03/07/las-lenguas-originarias-suman-fuerza-8-cursos-gratuitos-desde-el-25-de-marzo/

Lanzamiento de los cursos de lenguas originarias de Tigre

https://puntaquerandi.com/2025/03/20/lanzamiento-de-los-cursos-de-lenguas-originarias-de-tigre/

Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar

https://puntaquerandi.com/union-de-pueblos-originarios-de-tigre-y-escobar/

Instagram - Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar

https://www.instagram.com/union.tigre.escobar/

lunes, 3 de febrero de 2025

Documentar una memoria

Siempre consideré el valor de quienes deciden resguardar un patrimonio documental, ocurre en varias disciplinas, y su sola ejecución recupera para siempre un conocimiento vinculado con su época, con las herramientas propias de un contexto difícil de imaginar, sea cual sea el soporte bajo el cual se labra el invaluable testimonio. Algo así se acabó de registrar en el Repositorio del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), con un trabajo sobre la memoria topográfica llevado adelante por el topógrafo Felipe Enrique Godoy Bonnet, que resume un trabajo de campo de 20 años, escrito a mano y con imágenes fotográficas que se vinculan con el texto, cuyo largo título es el siguiente:

Memoria Topográfica de los años 1973 a 1993: vivencias, imprevistos, vicisitudes y sorpresas en los relevamientos topográficos extensos, obteniendo coordenadas geográficas y cotas de nivel para la confección de las hojas topográfico-geológicas, previo a la invención del G.P.S. (Global Positioning System), disponible para su consulta en el siguiente enlace: https://repositorio.segemar.gov.ar/handle/308849217/4582 

Se trata de una memoria topográfica que abarca desde 1973 a 1993, escrito a mano, con una caligrafía perfecta, iniciado bajo una petición realizada por el Jefe del Departamento de Geografía, Carlos Alejandro Turco Greco, para llevar a cabo la restitución de 108 hojas de la Carta Geológico Económica de zonas no relevadas del Plan NOA 1 y Plan Patagonia Comahue, aproximadamente una superficie de 400.000 kilómetros cuadrados a escala 1:100.000. Era el comienzo de lo que terminó siendo una aventura. En aquella época las zonas solicitadas carecían de triangulaciones fundamentales de primero, segundo y tercer orden, lo que implicaba ejecutar conjuntamente, con el apoyo fotogramétrico, la utilización de instrumental tradicional para la realización de trabajos topográficos con teodolitos optomecánicos.

El informe revela los inconvenientes de campaña en un contexto agrestre y con dificultades mecánicas en los transportes. El documento incluye dos anexos: por un lado, los datos de los equipos utilizados en las campañas y, por otro lado, datos sobre la fauna encontrada. Se agrega en este registro una valiosa carpeta con las 374 fotografías tomadas en forma analógica por el topógrafo en las diferentes provincias asignadas, con su ordenamiento numérico tal como figura detallada en el manuscrito. Se destacan menciones y colaboraciones con geólogos y topógrafos de reconocida trayectoria, así como nombres de baqueanos contratados en las campañas.

Se sabe que todo cambió con la llegada del GPS, lo que pocas veces se sabe, es cómo se trabajaba en el campo con aquellos instrumentos de medición, soportando tormentas de polvo, nieve, lluvias, vientos inclementes, atravesando la estepa a lomo de burro, cruzando las montañas, vadeando los valles. Cuánto se le debe a aquellos profesionales que permitieron delimitar el territorio, registrar la toponimia de cada lugar, y avanzar posteriormente en la descripción de los recursos minerales, trabajos genuinos en medio de una soledad abrumadora, para tener por todo resultado un conjunto de datos, manuscritos, medidas, dibujos y fotografías que permitieron bosquejar los límites de los eventuales mapas.

El valor de este documento es que lo nombrado va acompañado de lo contemplado, una experiencia que trasciende los criterios y las prácticas, y que permite imaginar, en medio del silencio, lo complicado que es hacer triangulaciones en un terreno, representar con un gráfico el camino transitado.

Todas las disciplinas suelen contar, en algún momento de la historia, con este tipo de aventureros, y es que a veces la lectura suele ser muy simple: sin estos expertos no habría posibilidad de concebir un documento cartográfico. En Bibliotecología, suele ser común encontrar con más frecuencia el concepto de bibliotecario incrustado, que es aquel que, en líneas generales, aporta su conocimiento para integrar equipos de trabajo interdisciplinarios. Muchas veces somos invisibles en esas disquisiciones, pero el concepto cobra otro sentido cuando está presente el espacio propio de una biblioteca, cuando el lugar es punto de encuentro, que en este caso involucra a los geólogos, topógrafos y geógrafos con los bibliotecarios. Lo que nos queda, una vez concebida la suerte de recibir semejante patrimonio, es registrar con cuidado aquel legado de la profesión.

Es un poco lo que ocurrió con esta historia.

Registro:

Godoy Bonnet, F. E. 2024. Memoria Topográfica de los años 1973 a 1993: vivencias, imprevistos, vicisitudes y sorpresas en los relevamientos topográficos extensos, obteniendo coordenadas geográficas y cotas de nivel para la confección de las hojas topográfico-geológicas, previo a la invención del G.P.S. (Global Positioning System). 48 pp. Buenos Aires, Servicio Geológico Minero Argentino. Instituto de Geología y Recursos Minerales. Archivo Histórico Visual de Topografía-Cartografía.

viernes, 27 de diciembre de 2024

Los barriletes gigantes de los mayas de Guatemala

Si abandono, la Humanidad perderá al narrador, y si la Humanidad pierde al narrador, entonces también perderá la infancia…

                                                            De la película “Las alas del deseo” de Wim Wenders

Probablemente pocos elementos como el barrilete simbolicen de una manera tan amena el entendimiento de la infancia, este artefacto viene acompañando a la Humanidad desde hace más de 3 siglos, cuando se registraron algunas actividades en China, de cometas realizados con papel para ser utilizados como medio de comunicación, con la intención de transmitir mensajes de acuerdo con su color. Se infiere que tuvo un origen de carácter militar. En el año 594, durante el reinado del emperador Won-ti, el ejército sitiado en la ciudad de King-Thai, utilizó barriletes para pedir ayuda a sus aliados de extramuros.

Se sabe que fue usado también con fines científicos, como cuando Benjamin Franklin, en el año 1752, tuvo la ocurrencia de remontar un barrilete en un día de tormenta, lo cual provocó que la carga eléctrica de las nubes fuera atraída hacia el hilo que estaba unido en la tierra, dentro de un recipiente especial llamado "botella de Leyde" (que fue el primer tipo de condensador eléctrico), lo que permitió comprobar que los rayos son efectivamente descargas eléctricas. Esta experiencia implicó la creación del pararrayos cuyo objetivo era atraer un rayo ionizado del aire para conducir la descarga hacia la Tierra, evitando provocar daños a personas o construcciones.

Recién a mediados del siglo XX, a través de las diferentes olas inmigratorias, se harían populares en varios países de América Latina, acaso en Centroamérica recibió el más colorido de los nombres: “papalote”, que en lengua náhuatl (macrolengua yutoazteca que se habla principalmente en México, El Salvador, Nicaragua y Guatemala) significa “mariposa”. Pero es en Guatemala donde tuvo otro destino, concebido como el lugar donde fueron creados a escala gigante, especialmente en las localidades de Santiago Sacatepéquez (del náhuatl “en el cerro de pasto”), y el municipio Sumpango (término que remite al significado de “estantería para calaveras humanas dedicadas a los dioses”), donde aún sorprende la técnica de elaboración de estos verdaderos cometas gigantes, situación que los llevó a ser reconocidos recientemente en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, notificado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en Paraguay.

Esta convención para la salvaguarda fue adoptada por la UNESCO en París en 2003 y fue ratificada por Argentina en 2006. Procura proteger aquellas tradiciones o expresiones vivas heredadas del pasado y transmitidas a las nuevas generaciones. El Patrimonio Cultural Inmaterial puede identificarse con las tradiciones orales (como las leyendas o los mitos), las artes del espectáculo (teatro, danzas o modos de cantar), usos sociales (como la ronda del mate), rituales (que pueden ser religiosos o no), actos festivos (como el carnaval o una conmemoración importante para la comunidad), conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo (por ejemplo, saber en qué época sembrar de acuerdo con el calendario lunar, o si lloverá o no de acuerdo con el canto de las ranas) y saberes y técnicas vinculados con la artesanía tradicional.

Tal como se lee en el comunicado “esta tradición de crear y volar cometas en Santiago Sacatepéquez y Sumpango, Guatemala, se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX”. Es muy curioso el vínculo que tienen los barriletes guatemaltecos con la celebración del día de los Santos y los Difuntos, cada primero de noviembre, con el objetivo de comunicarse con sus antepasados. Probablemente sea el sonido del papel en el viento -que según las leyendas mayas espantaba a los malos espíritus- o las imágenes moviéndose mientras se elevan al cielo, lo que genera este puente de comunicación espiritual entre ambos planos.

De algún modo, la cosmovisión de los pueblos originarios -su cultura, su identidad- está representada en este artefacto artesanal, como una forma también de resistir el paso del tiempo, de cuidar en algún lugar preciado la inocencia y la alegría propia de la niñez. La existencia del barrilete se atribuye a un origen religioso más sincrético, a medio camino entre las creencias religiosas mayas y las costumbres católicas. Es claramente una tradición que se conserva, y que cerca del fin de año une a los pueblos de Guatemala en una celebración común.

Como dicen los testimonios “El Festival de Barriletes se celebra en Sumpango, Sacatepéquez, desde tiempos ancestrales, pues, anualmente las familias del área recuerdan a los parientes fallecidos elevando al cielo cometas multicolores”. Es otra forma de concepción con relación a la vida y a la muerte, ya que muchas culturas indígenas históricamente han considerado irrespetuoso llorar a los muertos, a quienes se mantenía vivos en la memoria y el espíritu. Los paisanos -según sus criterios cosmogónicos- dicen que las almas de los difuntos pueden visitar a los vivos una vez al año durante 24 horas, y según la tradición, los barriletes actúan como un faro para ayudar a los espíritus a localizar a sus seres queridos.

Pero siempre detrás de las iniciativas hay una historia que remite al origen. En 1978, dos años después de un terremoto que sacudió al país provocando un vacío de actividades sociales, un grupo de jóvenes decidieron organizarse bajo el nombre “Kojoj’el J’unan” (Todos iguales), luego de haber notado la decadencia de la tradición del “barrilete” que siempre se celebraba en el cementerio general y en las calles del municipio, allí se dieron a la tarea de organizar el primer concurso para motivar a las familias a participar con sus trabajos el 1º de Noviembre, evento que se desarrolló en la cancha de fútbol a un costado del cementerio general de Sumpango. El interés generado en la población hizo que ese año el barrilete retomara un nuevo vuelo y en el transcurrir de los años el concurso adquiriera la categoría de “festival”, logrando se reconocidos a nivel internacional. Algo hizo que todo eso tuviera una resonancia al interior de las comunidades, que cuenta con una población aproximada de 40.000 habitantes incluyendo sus 8 aldeas: El Rejón, Rancho Alegre, El Tunino, Chipotón, San Antonio Las Flores, Santa Marta, San Rafael el Arado, San José el Yalú y El Guachipilín.                                                           

Este simple concepto lúdico -que, asociado a la organización del festival, incluye músicos, artesanos, diseñadores y vendedores ambulantes- atrae a turistas nacionales y extranjeros desde hace ya 46 años, un verdadero motivo de orgullo para los guatemaltecos y guatemaltecas, quienes por más de 3 meses trabajan cortando cañas, pegando papel y madera con plasticola, uniendo tiras con hilos y dibujando las imágenes, relacionadas tanto con el universo indígena como con temas ambientales y de derechos humanos.

Es algo en lo que vale la pena detenerse, ver cómo un grupo de personas adultas, jugando a ser niños con un barrilete gigante, corren entre el público esperando que el viento los ayude, hasta elevar al cielo ese cometa pintado por toda la comunidad. Es realmente todo un logro ver en lo más alto esos verdaderos "tulipanes de papel, mariposas sin suerte" como solía definirlos Pablo Neruda. Por algún motivo, son eventos que perduran en la memoria colectiva, nos recuerda al final del día aquellos versos del poeta galés Dylan Thomas: “La pelota que arrojé cuando jugaba en el parque aún no ha tocado el suelo”.

Fuentes consultadas:

Como nacieron los barriletes

https://diariohoy.net/interes-general/como-nacieron-los-barriletes-212143

Barriletes de Guatemala

https://www.pagina12.com.ar/787990-las-cometas-gigantes-de-guatemala-ya-son-patrimonio-inmateri

Festival de Sumpango

https://www.festivaldesumpango.com/

UNESCO. Patrimonio Cultural Inmaterial

https://www.unesco.org/es/intangible-cultural-heritage

Técnica de fabricación de las cometas gigantes de Santiago Sacatepéquez y Sumpango, Guatemala

https://ich.unesco.org/es/RL/tecnica-de-fabricacion-de-las-cometas-gigantes-de-santiago-sacatepequez-y-sumpango-guatemala-01991

Vuelos de fantasía: las cometas gigantes mayas de Guatemala / Cheri Kramer. Disponible en: https://www.culturalsurvival.org/publications/cultural-survival-quarterly/flights-fancy-giant-mayan-kites-guatemala

El vuelo de un barrilete. Experiencia de extensión crítica en Paraná, Argentina / Levrand, Norma; Staffolani, Claudio; Tessio Conca, Silvia; Metivié Mariángeles. En: Cuadernos de Extensión Universitaria de la UNLPam, Vol. 7, Nº 2, julio - diciembre 2023

Sección: Dossier, pp. 90-109. Disponible en: https://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/cuadernos/article/view/7559

sábado, 7 de diciembre de 2024

Cuando la fe mueve montañas: nuevas lecturas de un hecho simbólico

 

Alguna vez ocurrió, se trató del acto de voluntarismo poético más significativo realizado en las afueras de Lima, Perú, sobre la zona de Ventanilla, un 11 de abril de 2002, donde más de 500 estudiantes equipados con palas, y formando una sola línea en torno a una duna, avanzaron juntos cavando a cada paso hasta desplazarla unos diez centímetros más allá de su ubicación natural. Lo que detallan las crónicas es que, literalmente, movieron una montaña de arena.

En tiempos en donde, por lo grotesco que resulta todo, ya es difícil dimensionar lo que está ocurriendo, estas acciones serían necesarias para creer en otro tipo de sociedad. Va más allá de la fe, tiene arraigo en la conciencia humana, en lo que podemos llegar a lograr si tan solo lo planteamos desde el escenario del pensamiento crítico, de que todo efectivamente depende de los pueblos, de que todo es viable si aplicamos el conocimiento para promover el bien común.

Ya no es admisible el enojo para justificar una elección, ya no tiene sentido fingir ignorancia para habilitar un despropósito cuyo alcance aún es impredecible, ya no sirve creer en promesas políticas sin antes indagar sobre la coherencia de cada propuesta.

Esta obra colectiva, que fue concebida para intentar cambiar nuestra mentalidad por medio de una fábula, se nos presenta como una oportunidad para evaluar la distancia que puede tomar el concepto de la desigualdad. No importa si la concepción del acto estuvo marcada por la desmesura, o haber contado con errores de cálculo en su desarrollo, o no tener impacto por fuera de la comunidad.

Lo que importa es darnos cuenta, al menos por una vez, de que ninguna sociedad se salva desde la especulación y el juicio arbitrario sesgado por el odio, de que estos hechos -absolutamente infrecuentes- fueron posibles y que aún resuenan, porque incluye a todos los otros: los nadies, los postergados, los imprescindibles.

Se trata de un problema que debemos corregir, originado por la falta de autocrítica de quienes, como funcionarios públicos, no supieron representar las demandas sociales más elementales de la ciudadanía, esas que vinculan el plato de comida con el desarrollo educativo y la asistencia sanitaria. Se trata, tal vez, de lo que representa la palabra empoderamiento, y la necesidad de que los reclamos puedan ser capitalizados a través de la honestidad y de la ética, esa urgente necesidad de cambio que hace más de dos décadas fue simbolizada en un simple acto comunitario.

En todo caso, que sirva también para pensar, en esta curva de la historia, si aún vale la pena que lo intentemos nuevamente.

Fuente:

Francis Alÿs en PROA21: Cuando la fe mueve montañas (2002). Dos décadas después. PROA. Disponible en: https://proa.org/proanoticias/2024/07/31/francis-alys-en-proa21-cuando-la-fe-mueve-montanas/

jueves, 21 de noviembre de 2024

Baltazar Ushca, el último hielero de la montaña sagrada

En el escudo de Ecuador, un barco a vapor con los colores amarillo, azul y rojo se encuentra posado sobre un río que desciende de una montaña de hielo, entender el significado heráldico de esa imagen es comprender de algún modo la afirmación que Baltazar Ushca tuvo al reconocerse como “nieto del Chimborazo”, la montaña sagrada conocida por ser el punto más cercano al sol desde la Tierra. El parentesco no era solo simbólico, pues su padre, de cabellos blancos como la nieve por su albinismo, se afirmaba como hijo de esa misma montaña.

Para los paisanos quechuas, Baltazar es considerado un Mashi, Taita (compañero y padre en lengua kichwa, el segundo idioma más hablado de la familia de las lenguas quechuas, empleado en la sierra y oriente del Ecuador), el último hielero del majestuoso Chimborazo, un ícono nacional e internacional, una leyenda viviente. Falleció el 11 de octubre, en el hospital SOLCA de Riobamba, luego de un accidente doméstico con uno de los animales de su granja. Con su partida, un oficio de más de 200 años está cerca de apagarse, salvo que su familia decida continuar con una tradición que ha sido heredada de una costumbre española, aprendida de los árabes y los romanos: buscar y extraer hielo de las montañas.

En el caso de Ushca, solía bajar a lomo de mula con aproximadamente 22 kilos de hielo, que luego era enfardado con paja de los páramos montañosos -una técnica que preservaba el hielo en su camino de regreso- y embalado a lomo de mula para ser vendido en las ferias de la ciudad, reconocido por la calidad del sabor del agua pura, utilizada por los comuneros en licuados, helados y bebidas.

Se tiene conocimiento desde hace dos siglos, que largas caravanas de indígenas subían la montaña para extraer bloques de hielo de los glaciares del Chimborazo, actividad que permitía conservar los alimentos y enfriar las bebidas en las nacientes ciudades republicanas de los Andes ecuatorianos. Pero con la llegada de la electricidad y las neveras o heladeras, este oficio ancestral comenzó a desaparecer. Solo Baltazar permaneció en esa labor, subiendo a lomo de mula largos kilómetros para extraer hielo fosilizado y cubierto de tierra, como quien arranca de la montaña un recurso de la historia.

Su trabajo se hizo conocido como el último guardián de un conocimiento que se estaba perdiendo, tal es así que el New York Times reprodujo un documental sobre su vida, donde se destaca cómo Baltazar Ushca logró reunir a 40 hieleros de la zona, pero con el tiempo solo quedó él a cargo de la recolección de hielo del Chimborazo a más de 5.000 metros de altura, en un volcán de 6.263 metros sobre el nivel del mar, el más alto de Ecuador y el más alto de Los Andes del Norte, según el Instituto Geofísico de Ecuador. También es considerado el punto de la Tierra más cercano al Sol.

Tal como lo expresó Sandy Patch, director del documental que acompañó al hielero en sus labores cotidianas, verlo trabajar a Baltazar era como viajar en el tiempo, usando solo sus manos y un pico, llevaba a cabo una tarea que hubiera sido idéntica hace cientos de años, y que quedó desplazada por la llegada de la refrigeración, una vida de sacrificios, para traer al pueblo el agua congelada más rica que se podía conseguir en la región.

Luis Baltazar Ushca Tenesaca, nació en Riobamba en 1944, desde los 11 años dedicó su tiempo a esta tradición ancestral, recolectando hielo de los glaciares naturales del inactivo volcán Chimborazo para abastecer a los mercados de Riobamba. De baja estatura, apenas 1,50 metros, Ushca realizaba esta ardua tarea dos veces por semana, los martes y viernes, ascendiendo durante siete horas desde su modesta casa en el poblado de Guano –a 208 kilómetros al sur de Quito– hasta la cima del Chimborazo, sin más herramientas que un pico, una vara y un azadón. Independientemente de las condiciones climáticas, ya fuera bajo la lluvia, la nieve, el sol, o los intensos vientos. Un legado que trascendió fronteras.

En el año 2005 su historia empezó a cautivar a periodistas y cineastas de todo el mundo. En el Festival de Cine de Tribeca, Nueva York, fue homenajeado como una verdadera leyenda viviente. Su humildad y fortaleza quedaron grabadas en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo. Documentalistas de todas partes del mundo viajaron a Guano para visitar a la leyenda viva y para conocer su testimonio, los ejemplos pueden consultarse en redes sociales: el documental “El oro de Baltasar: el último hielero del Chimborazo”, de Freddy Gómez (2008); “El último héroe de los Andes”, del programa Culturas indómitas (2011); “Los Hieleros del Chimborazo”, rodado entre 1977 hasta 1980; y “Baltazar Ushka, El Tiempo congelado” (2008), ambos rodados por Igor y Gustavo Guayasamín; y el que más impacto ha tenido hasta el momento: “The Last Ice Merchant of Ecuador”, del citado Sandy Patch (2012), un minidocumental de 15 minutos rodado al pie del Chimborazo, donde se aprecian los esfuerzos del hielero, así como sus largas caminatas, el silencio del entorno, y los testimonios de sus familiares.

Cuenta la leyenda indígena que, si una mujer no se refugia durante una tormenta en el Chimborazo, el nevado la fecundará. Por tal motivo, Baltazar afirmaba con orgullo que, al igual que su padre albino, hijo de una mujer embarazada durante una borrasca, él era un “nieto del Chimborazo”, según se registró de sus declaraciones. Lo llamativo es que, si bien todos reconocen que el Monte Everest es el punto más alto de la Tierra en relación con el nivel del mar, sin embargo, no es el más distante del centro del planeta. Ese título lo ostenta la cima del volcán Chimborazo, en Ecuador, como lo confirmó una expedición realizada en 2016 por el Instituto Geográfico Militar (IGM) de Ecuador y el Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD).

Gracias a mediciones con tecnología GPS, se determinó que el Chimborazo alcanza una altitud de 6.263,47 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, lo que realmente lo distingue es su ubicación cerca del Ecuador: su cumbre se encuentra a 6.384,4 kilómetros del centro de la Tierra, superando así al Everest, cuya cima está a 6.382,6 kilómetros. Esto convierte al Chimborazo en el punto más alejado del núcleo terrestre, fenómeno que se debe a la forma elipsoidal de la Tierra, que está ligeramente achatada en los polos y ensanchada en la región ecuatorial.

El 13 de noviembre de 2017, a los 74 años, Ushca fue reconocido con el título de doctor honoris causa por el Instituto Mexicano de Líderes de Excelencia, en una ceremonia realizada en Riobamba. Tres años más tarde, el 27 de octubre de 2020, completó su educación primaria a través de un programa de alfabetización del gobierno ecuatoriano. Muchos lo han reconocido como el último hielero que representó con orgullo la tradición y resistencia de los pueblos andinos. Un conocimiento vinculado con la naturaleza profunda del Chimborazo, desde donde ya no será posible ver como se aleja a la distancia un hombre pequeño envuelto en su poncho rojo, cargando hielo con sus mulas.

Su vida fue un cuento extraordinario.

Fuentes consultadas

Adiós al "último hielero del Chimborazo"

https://www.youtube.com/watch?v=EOEFddzOaA8 

El último hielero

https://www.youtube.com/watch?v=zmK0e5JnSkc

El hombre leyenda de Ecuador: la historia del último hielero de la montaña más cercana al sol

https://www.infobae.com/america/america-latina/2024/10/19/el-hombre-leyenda-de-ecuador-la-historia-del-ultimo-hielero-de-la-montana-mas-cercana-al-sol/

Versión para El Orejiverde

https://www.elorejiverde.com/el-don-de-la-palabra/6947-baltazar-ushca-el-ultimo-hielero-de-la-montana-sagrada

lunes, 7 de octubre de 2024

Por el Taller Leñateros


Es conocida la historia del Taller Leñateros (el nombre se desprende de quienes recogen leña sin talar el bosque), un ya legendario colectivo editorial operado por artistas mayas contemporáneos en Chiapas, México, que fuera fundado en 1975 por la poeta estadounidense Ámbar Past, la misma que simbólicamente plantó un árbol de aguacate a 2.200 metros de altura, creciendo contra toda lógica desde hace casi 50 años, en el exacto lugar donde un grupo de mujeres y hombres mayas decidieron difundir literatura con libros en lengua tzotzil, tzeltal, cachiquel o zapoteco. Desde entonces, el Taller ha publicado los primeros libros escritos, ilustrados, impresos y encuadernados (con papel de su propia manufactura) por el pueblo maya en más de 400 años, con aportes de escritores y pintores indígenas, muchas de esas publicaciones presentadas en Alemania, Francia, Inglaterra, Japón y Estados Unidos, y reconocidas por numerosos referentes de la cultura a nivel latinoamericano. 

El motivo de este texto es propio de estos tiempos críticos que como sociedad estamos atravesando, ya que los artesanos del Taller Leñateros se encuentran denunciando una situación de despojo en San Cristóbal, y un pedido concreto de intervención al gobierno para poder conservar su histórica sede. Para este colectivo, la idea original de poder desarrollar la sustentabilidad de la propuesta requería contar con un espacio propio, con lo cual, en el año 1976, tomaron la decisión grupal de rentar una vivienda que es donde actualmente funciona el Taller Leñateros, dentro del barrio de Guadalupe en San Cristóbal de las Casas, para de esta manera realizar serigrafías, grabados, cuadernos y todo tipo de artefactos con diversas técnicas ancestrales de reciclado. Es un hecho público que el taller sobrevive de las ventas de sus materiales artesanales, en donde a consecuencia de la pandemia de 2020, tuvieron dificultades para poder participar de ferias y eventos, y por esta circunstancia sufrieron la partida de muchos integrantes y colaboradores, por no contar con suficientes ingresos para cubrir los salarios.

Pero el principal problema es el que recientemente ha testimoniado su actual Director, Javier Silverio Castillo, ya que recibieron un pedido de desalojo luego de haber pagado la vivienda con recibos de parte del anterior propietario. Según se registró, esos recibos no contaron con la garantía de una escritura pública, situación que se complicó en el año 2016 con el fallecimiento del ex propietario, quien no dejó un testamento. Esa casa adquirida por los artesanos, fue abonada con dichos recibos firmados por el entonces propietario hasta el año 1982, cumpliéndose el total del costo pautado. Sin embargo, en el año 2017 unas personas los demandaron exigiendo desalojo por parte de los nietos del ex propietario, si bien los jueces de primera y segunda instancia les dieron la razón a los leñateros, la contraparte logró desde un juez federal emitir una sentencia que tomó en cuenta los derechos de los familiares del ex propietario, exigiendo incluso pagar las rentas que según los demandantes el Taller adeuda, cuando no hubo rentas que pagar en ese contrato verbal que de algún modo habían establecido, con recibos de pago sin aparente valor legal.

Por lo tanto, se trata de un llamado a la solidaridad para impedir que el Taller Leñateros se quede sin su tradicional editorial, desde donde han producido infinidad de publicaciones sobre la cultura ancestral. Sin espacio no hay modo de utilizar las herramientas que han acumulado al paso del tiempo. Esta noticia llega en un momento en que las editoriales cartoneras continúan transitando su camino en el complejo universo de las ediciones independientes, ejemplos de resiliencia en muchos casos, y de oportunidades a diversos colectivos culturales, que tuvieron en las editoriales cartoneras un modo de dar a conocer otras formas de conocimiento, tanto cultural como artístico.

Es alentador cuando vemos que, desde hace pocos meses, un nuevo país ha sumado otra experiencia cartonera, en este caso en Honduras, llegando a 29 la cantidad de países que llevaron adelante un proyecto de editorial cartonera con múltiples derivaciones. Desde hace unos años, el movimiento de dichas experiencias literarias se va registrando en este blog bajo el esquema de un Directorio de Editoriales Cartoneras, y también en la página Web de Olga Cartonera https://olgacartonera.cl/editoriales-amigas/ actualmente llega a 380 editoriales. El Taller Leñateros es probablemente -junto a Eloísa Cartonera, Sarita Cartonera, Animita Cartonera o Dulcinéia Catadora- una de las editoriales más emblemáticas del continente americano, de las precursoras que abrieron andares. Por ende, es necesario que puedan seguir adelante con su trabajo, porque es eso lo que hicieron en estos últimos 48 años, trabajar a conciencia aspectos genuinos de su propia cultura. 


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Nota: la imagen corresponde al siguiente sitio:

https://elpais.com/mexico/2022-08-09/taller-lenateros-historia-de-una-imprenta-maya-y-del-arbol-que-crecio-donde-nadie-esperaba.html

Versión para El Orejiverde

https://www.elorejiverde.com/toda-la-tierra-es-una-sola-alma/6929-por-el-taller-lenateros