Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

lunes, 7 de octubre de 2024

Por el Taller Leñateros


Es conocida la historia del Taller Leñateros (el nombre se desprende de quienes recogen leña sin talar el bosque), un ya legendario colectivo editorial operado por artistas mayas contemporáneos en Chiapas, México, que fuera fundado en 1975 por la poeta estadounidense Ámbar Past, la misma que simbólicamente plantó un árbol de aguacate a 2.200 metros de altura, creciendo contra toda lógica desde hace casi 50 años, en el exacto lugar donde un grupo de mujeres y hombres mayas decidieron difundir literatura con libros en lengua tzotzil, tzeltal, cachiquel o zapoteco. Desde entonces, el Taller ha publicado los primeros libros escritos, ilustrados, impresos y encuadernados (con papel de su propia manufactura) por el pueblo maya en más de 400 años, con aportes de escritores y pintores indígenas, muchas de esas publicaciones presentadas en Alemania, Francia, Inglaterra, Japón y Estados Unidos, y reconocidas por numerosos referentes de la cultura a nivel latinoamericano. 

El motivo de este texto es propio de estos tiempos críticos que como sociedad estamos atravesando, ya que los artesanos del Taller Leñateros se encuentran denunciando una situación de despojo en San Cristóbal, y un pedido concreto de intervención al gobierno para poder conservar su histórica sede. Para este colectivo, la idea original de poder desarrollar la sustentabilidad de la propuesta requería contar con un espacio propio, con lo cual, en el año 1976, tomaron la decisión grupal de rentar una vivienda que es donde actualmente funciona el Taller Leñateros, dentro del barrio de Guadalupe en San Cristóbal de las Casas, para de esta manera realizar serigrafías, grabados, cuadernos y todo tipo de artefactos con diversas técnicas ancestrales de reciclado. Es un hecho público que el taller sobrevive de las ventas de sus materiales artesanales, en donde a consecuencia de la pandemia de 2020, tuvieron dificultades para poder participar de ferias y eventos, y por esta circunstancia sufrieron la partida de muchos integrantes y colaboradores, por no contar con suficientes ingresos para cubrir los salarios.

Pero el principal problema es el que recientemente ha testimoniado su actual Director, Javier Silverio Castillo, ya que recibieron un pedido de desalojo luego de haber pagado la vivienda con recibos de parte del anterior propietario. Según se registró, esos recibos no contaron con la garantía de una escritura pública, situación que se complicó en el año 2016 con el fallecimiento del ex propietario, quien no dejó un testamento. Esa casa adquirida por los artesanos, fue abonada con dichos recibos firmados por el entonces propietario hasta el año 1982, cumpliéndose el total del costo pautado. Sin embargo, en el año 2017 unas personas los demandaron exigiendo desalojo por parte de los nietos del ex propietario, si bien los jueces de primera y segunda instancia les dieron la razón a los leñateros, la contraparte logró desde un juez federal emitir una sentencia que tomó en cuenta los derechos de los familiares del ex propietario, exigiendo incluso pagar las rentas que según los demandantes el Taller adeuda, cuando no hubo rentas que pagar en ese contrato verbal que de algún modo habían establecido, con recibos de pago sin aparente valor legal.

Por lo tanto, se trata de un llamado a la solidaridad para impedir que el Taller Leñateros se quede sin su tradicional editorial, desde donde han producido infinidad de publicaciones sobre la cultura ancestral. Sin espacio no hay modo de utilizar las herramientas que han acumulado al paso del tiempo. Esta noticia llega en un momento en que las editoriales cartoneras continúan transitando su camino en el complejo universo de las ediciones independientes, ejemplos de resiliencia en muchos casos, y de oportunidades a diversos colectivos culturales, que tuvieron en las editoriales cartoneras un modo de dar a conocer otras formas de conocimiento, tanto cultural como artístico.

Es alentador cuando vemos que, desde hace pocos meses, un nuevo país ha sumado otra experiencia cartonera, en este caso en Honduras, llegando a 29 la cantidad de países que llevaron adelante un proyecto de editorial cartonera con múltiples derivaciones. Desde hace unos años, el movimiento de dichas experiencias literarias se va registrando en este blog bajo el esquema de un Directorio de Editoriales Cartoneras, y también en la página Web de Olga Cartonera https://olgacartonera.cl/editoriales-amigas/ actualmente llega a 380 editoriales. El Taller Leñateros es probablemente -junto a Eloísa Cartonera, Sarita Cartonera, Animita Cartonera o Dulcinéia Catadora- una de las editoriales más emblemáticas del continente americano, de las precursoras que abrieron andares. Por ende, es necesario que puedan seguir adelante con su trabajo, porque es eso lo que hicieron en estos últimos 48 años, trabajar a conciencia aspectos genuinos de su propia cultura. 


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Nota: la imagen corresponde al siguiente sitio:

https://elpais.com/mexico/2022-08-09/taller-lenateros-historia-de-una-imprenta-maya-y-del-arbol-que-crecio-donde-nadie-esperaba.html

Versión para El Orejiverde

https://www.elorejiverde.com/toda-la-tierra-es-una-sola-alma/6929-por-el-taller-lenateros