martes, 26 de diciembre de 2017

Entrevista a Carolina Di Gennaro, estudiante de Bibliotecología de la Universidad de Buenos Aires (UBA)


Noticia biográfica

Carolina Di Gennaro se recibió de Bibliotecaria en la Biblioteca Nacional, actualmente cursa la   licenciatura con especialización en tecnología de la información en la Universidad de Buenos Aires (UBA), y la carrera de Intérprete Naturalista en Aves Argentinas. Trabaja desde hace 10 años en la Biblioteca Nacional de Maestros (BNM), realizó colaboraciones en bibliotecas personales de escritores y prácticas profesionales en el CESPA (Centro de Estudios de la Situación y Perspectivas de la Argentina) perteneciente a la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Es voluntaria en la Biblioteca de Aves Argentinas (Asociación Ornitológica del Plata). Asimismo, entre sus actividades no académicas, toca la batería en una banda punk, la guitarra en un grupo de musicoterapia, levanta pesas y juega al fútbol.

Entrevistador: Daniel Canosa

- ¿Por qué la Bibliotecología?

Porque entiendo que para el crecimiento y la realización personal, la evolución de la humanidad y el éxito de las civilizaciones democráticas, es fundamental el acceso a la información. Y dedicarme a garantizar ese acceso me da el placer de desafiar cada día mis límites tanto intelectuales como tecnológicos, a la vez que me hace dormir tranquila.

- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?

Si, siempre fui muy curiosa, la verdad es que tuve suerte. Me encanta leer. Aprendí cuando era muy chica, y en mi casa siempre hubo muchos libros, revistas y diarios. Leía de todo. Mi mamá me asoció a la biblioteca del barrio en la que además de llevarme libros prestados cada semana, y de buscar información para tareas de la escuela, había actividades como dibujo, títeres y música. Hasta hoy sigo leyendo mucho, tanto por mis estudios como por placer, y sigo haciendo música.

- Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está leyendo actualmente?

Creo que todo lo que he leído me ha llevado a ser quien soy. Pero el primer gran shock que recuerdo provocado por un libro fue a los 11 años con “Utopía” de Tomás Moro. Me cambió la cabeza y mi percepción del mundo enterarme de que las civilizaciones se organizan de formas determinadas, que esas formas generan maneras de vivir, y principalmente de que se pueden pensar, idear o proponer maneras nuevas.  Actualmente estoy leyendo los libros “Sobre la agresión: el pretendido mal” de Konrad Lorenz, “El balcón biológico” de Mimmo Tringale, “La pirámide invertida: historia de la táctica en el fútbol” de Jonathan Wilson, y la revista “Aves Argentinas”.

- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?

Diría que es el nexo entre personas con necesidades de información y la mejor solución a esa necesidad. Con todo lo que eso implica, que según la situación puede traducirse en tantas actividades como facetas ofrece esta profesión: desde el hiper tímido de procesos técnicos con su meticulosidad, al extremadamente social y campeón en empatía de referencias. El artesano de la infinita paciencia que restaura los materiales (encuadernador) y el ultra nerd de las tecnologías que te diseña las bases de datos. El capo visionario de los negocios y el management que te saca adelante una institución entera, y el copado que con su magnetismo te anima las visitas guiadas de jardines de infantes.  ¿Cuántas otras profesiones brindan opciones de desarrollo a personas con las más diversas personalidades?

- ¿Qué opina del rol social del bibliotecario?

Opino que si bien la preparación del bibliotecario y sus tareas podrían parecer eminentemente técnicas, la finalidad de su trabajo es fundamentalmente social, ya que es el puente entre una persona (o miles, o más) con necesidad de información y la resolución de esa necesidad, que puede ser de las índoles más diversas.  Nos pasamos el día entero haciendo posible hallar soluciones a problemas intelectuales, de salud, ecológicos, culturales, familiares, profesionales, alimenticios, tecnológicos, administrativos y el más largo etcétera que puedas imaginar. Y eso sin mencionar el espacio que brinda una biblioteca a las personas que la frecuentan. Ahí tenemos tema para otras muchas entrevistas.

- Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos favorecen la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del bibliotecario?

En primer lugar es necesario aclarar que si bien los planes de estudios de la carrera en las distintas instituciones son similares, cada una es muy diferente en su estilo y en la formación que brinda.  En segundo lugar, entiendo que lo fundamental de la función del bibliotecario es brindar acceso a la información, lo cual es una complejísima tarea que incluye muchos y variados aspectos, actividades y conocimientos. Y tanto las instituciones en las que estudié y estudio, como las que pude conocer gracias a los estudiantes de bibliotecología que he tenido el placer de conocer y asistir, me parece que contemplan tanto como es posible la vastedad de conocimientos y prácticas que los bibliotecarios necesitamos para llevar a cabo con éxito nuestra misión.


- Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión (pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada materia?

La mayoría de los contenidos de las materias que yo he cursado son técnicos.  No sé cuánto o cómo se podrían fomentar las habilidades sociales o comunicativas durante las clases.  Y no sabía que se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión. Creo que siempre di por sentadas ciertas cuestiones como entender la información en términos de comunicación, establecer un vínculo con el usuario partiendo de la relación con su contexto, la recuperación de la memoria local, y sobretodo un entendimiento de la identidad desde la intervención bibliotecaria. Será porque es la manera en la que trabajo y la que he tenido la suerte de ver en las bibliotecas que frecuento. Pero ahora que lo mencionas me doy cuenta de que tal vez la formación académica no parte desde este enfoque, o no es lo que transmite. Qué bueno que (aunque pocos) haya docentes que priorizan estas cuestiones.

-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?

Perfectamente. En mi caso, como estoy cursando la especialización en tecnología de la información en la UBA, tuve la oportunidad de practicar y de aportar mis conocimientos adquiridos, pero también de aprender más herramientas ya que no hay tiempo suficiente de estudiarlas todas en la cursada. Cada centro de información es un mundo y existen (y existirán) más herramientas de lo que uno se puede imaginar. No tendría ningún sentido estudiar acabadamente todos los programas, gestores de bases de datos, sistemas integrados, lenguajes de programación, etc. ya que están en permanente evolución y desarrollo. Lo importante es tener una muy buena base en catalogación, indización y clasificación, y conocimientos tecnológicos generales, tanto de los fundamentos como de las novedades, para luego poder idear en cada caso el sistema más apropiado según la colección y el tipo de usuarios del centro de información en el que uno tenga la oportunidad de trabajar.

- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?

La bibliografía que utilicé en las materias de tecnología sí, era del último año o el anterior. Los profesores en esta orientación son profesionales de la tecnología de la información y enseñan lo mismo que hacen y que venden a las empresas más actualizadas.
Con respecto al equilibrio entre teoría y práctica también. Yo hice la diplomatura en la Escuela de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional, en donde las materias técnicas son bianuales, tienen una carga horaria muy intensa y los prácticos son semanales y obligatorios. Si bien parece agotador mientras uno está cursando, se ven los resultados al momento de aplicar los conocimientos en el trabajo. Estoy más que conforme con mi formación.

-¿Suele participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?

Actualmente estoy en el grupo biblioanormalizados y me encanta. Finalmente encontré un grupo de la carrera en el que todo lo que se comenta es pertinente, actual y productivo. Ahí todos los compañeros preguntan, responden, proponen y comparten con conciencia y generosidad. En este espacio los temas políticos son frecuentes, al igual que en toda esta facultad. Por suerte parece que todos entendemos que la política no sólo no es un tema ajeno a la formación de los profesionales sino que es determinante.

-Como estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario / reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos / gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?

No surgió ese tema en ninguna de mis clases. De hecho surge poquísimo aun en ambientes laborales. No sé si el mejor momento para discutirlo sería durante las clases, debido a que en general el tiempo no suele alcanzar ni siquiera para cubrir los contenidos mínimos estipulados en los programas. Pero sí creo que a nivel institucional se podría crear ese espacio, ya sea una cátedra o una sección, dedicada a cuestiones laborales específicas de nuestra profesión.


- El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto bibliotecario, según lo vivenciado como alumno/a de la carrera ¿desde el aula, recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?

No recuerdo que durante las clases se haya hablado de algo así como el concepto de neutralidad en la profesión, y tampoco se habla frecuentemente de cuestiones políticas. Sí he tenido la mala suerte de leer repetidamente en listas de mails de las que ya no participo, aberraciones del tipo “en este espacio sólo hay que hablar de nuestra profesión” como si opinar políticamente, o tener una postura política, no tuviera relación con nuestro ámbito profesional.

-¿Cómo percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.)

La bibliotecología es de por sí una profesión interdisciplinaria. No sé si es visible. ¿Por quién/es? ¿Por otros profesionales dentro de la misma institución?  Si te referís a eso, en general no, estamos muy subestimados hasta que se da la ocasión en que concretamente necesitan de nosotros y quedan maravillados. Pasan de tratarnos de nerds de cotolengo a súper dioses.
Con respecto a la otra parte de tu pregunta: sí, creo que damos respuestas a problemas de todo tipo.  Partiendo de que hay bibliotecas en una amplia variedad de instituciones: estatales, privadas, escolares, populares, académicas-científicas, súper especializadas en las más diversas disciplinas, y muchas más. Las hay en zonas céntricas de grandes ciudades y en zonas rurales aisladas, en clubes, en casas particulares, en cárceles, y un largo etcétera. Y en todos esos lugares habemos bibliotecarios trabajando para dar respuesta a las necesidades de los usuarios, incluyendo los temas por los que preguntas entre muchos otros. Pero no necesariamente obtenemos de la formación académica todas las herramientas necesarias. Nuevamente, no sabría cómo incluirlas en el programa de la carrera, pero sería maravilloso, una genialidad. Si hasta en carreras como Arquitectura se incluyen aportes para grupos vulnerables, seguramente es viable en bibliotecología.

-¿Recuerda en alguna clase que el docente haya abordado cuestiones vinculadas a bibliotecas en contextos sociales vulnerables? (comunitarias, rurales, campesinas, indígenas, carcelarias o de temas relativos a minorías, desplazados sociales, multiculturalidad, comunidades sexuales, bibliotecas humanas, etc.)

La única que recuerdo que se trató (y muy ocasionalmente) es la biblioteca en contextos de encierro. Tanto por su definición dentro de la clasificación de los tipos de bibliotecas como por experiencias de algunos profesores o compañeros que realizaron allí sus prácticas. Pero no son un contenido específico de la currícula.

-Si le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera ¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?

Para proponer algún cambio en el plan de estudios tendría que estudiarlo muy bien y no he tenido ocasión. Seguramente propondría los temas que nombrábamos recién, y algunas otras cuestiones que me gustaría pensar más detenidamente. Sé que en la UBA sí existe esta posibilidad por parte de los alumnos, no sabría decirte cómo se manejan en otras instituciones.

-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?

Me molesta un poco que se afirme cualquier cosa tan frívolamente, y por otro lado me alivia saber que no es cierto. Creo que esa afirmación es tan ridícula y sin fundamento como la famosa “está todo en Internet”. Fijate que siempre proviene de quienes no están en tema y que mucho menos se van a molestar en chequear si efectivamente es así.
Y no lo digo por una cuestión romántica del apego al papel. ¿Será este un buen momento para comentar a quien no lo sepa que no todos los libros tienen su versión digital?  Hay un artículo de Jesús Hernández* en el que cuenta con datos factuales la actualidad de las publicaciones digitales e impresas. Como afirma Hernández, la revolución digital lo que hace es abrir una nueva ventana para el consumo tanto de literatura como de música, cine, arte, etc. Es una opción más de acceso a la información, con todas las ventajas y desventajas que trae consigo. Por mi parte confieso que paso muchísimo más tiempo frente a las pantallas de computadoras, tablets y celular que frente a libros impresos, por mi trabajo y por practicidad; pero disfruto mucho más del tradicional libro. De hecho tengo libros por toda la casa, en la mochila, en mis lugares de trabajo, y me la paso prestando y regalando libros que los suertudos destinatarios reciben con mucha alegría.

* (HERNÁNDEZ, JESÚS, 2017. Larga vida al libro impreso. La lectora futura [en línea]. [Consulta: 5 octubre 2017]. Disponible en: https://lalectorafutura.com/2017/10/04/larga-vida-al-libro-impreso/

Muchas gracias Carolina, y felicitaciones por haberte licenciado!
Daniel Canosa

Nota: la entrevista ha sido publicada en el número 53 de la Revista Fuentes, perteneciente a la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia.



A modo de epílogo

El 9 de julio de 2017 se inició una propuesta que pretendió habilitar un pequeño espacio crítico para los alumnos de Bibliotecología en Argentina, buscando profundizar en algunos interrogantes que permitieran evaluar la formación bibliotecaria sin dejar de lado cuestiones relativas al contexto social de la profesión. En total se realizaron 25 entrevistas con alumnos pertenecientes a 6 espacios educativos, donde fue posible analizar una problemática que muchas veces no encuentra escenarios apropiados para ser debatidos, aquello que conocemos como rol social bibliotecario...

Entender esta situación no es posible sin atravesar lecturas relacionadas con el estereotipo profesional, aquello que tiene que ver con nuestras naturalezas, que de algún se corresponden con las viejas prácticas, confrontando y comulgando antiguos discernimientos con nuevas intervenciones, el resultado, que aún resta conceptualizar, ofrece entendimientos inquietantes, en ocasiones con fuertes posturas críticas, en otros casos limitándose a representar una realidad que lejos se encuentra de ser la adecuada, sin embargo se percibe la vocación en muchas expresiones (cuya comprensión no puede desligarse de la pasión), somos lo que somos porque algo nos interpela, acaso un llamado, un sentido de pertenencia, en el que basta entrar a una biblioteca para darnos cuenta.

Son estos y otros alumnos los que mañana establecerán construcciones con su accionar, y en este punto no puedo evitar detenerme en la imagen de quien “pasa el testimonio” al que sigue detrás, son muchos los colegas que este año han iniciado sus trámites de jubilación, como bibliotecarios no podemos dejar de reflexionar sobre aquello que generamos en los lectores que nos frecuentan, una suerte de consuelo por saber que lo aprendido en toda una vida tendrá resguardo en una casa de conocimiento, en el que la cultura crítica encontrará nuevos modos de articular entendimientos, nuevas maneras de compartir lo que cada uno sabe.

Por tal motivo no perdamos de vista lo que han realizado aquellos que nos precedieron, porque al final del camino tendremos que medir con nuestro trabajo el recorrido de nuestra vocación.

Agradezco a los alumnos que con tanta buena predisposición generaron una noción de empatía en este proyecto, y especialmente a los docentes que facilitaron los contactos de los alumnos, una clara muestra de ética profesional que valoro mucho.

Por último quiero aclarar que estos contenidos se encuentran liberados en caso que necesiten utilizarlos para futuras investigaciones, estudios y/o encuestas/entrevistas que deseen realizar, los textos pueden duplicarlos, intervenirlos, complementarlos, solo se solicitará la mención de autoría, tanto del entrevistador como de los entrevistados, incluyendo la fuente del sitio.

Se ha tratado de un esfuerzo que valió la pena, y que espero encuentre renovados senderos por explorar. Prestemos atención a estos y otros alumnos, en ellos siempre habrá espacios para ideas nuevas.


Un abrazo y gracias!
Daniel

2 comentarios:

  1. Hola Carolina felicitaciones por tu pasion prestigiando asi. tu profesion y muchos exitos!!Angelica.

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