Alguna vez, hace años, conocí una pequeña
radio ubicada en la provincia de Río Negro, la FM alas (89.1 del dial) ubicada
en las cercanías de una comunidad Mapuche. Fui de visita y como ese día se
ausentó el telefonista me ofrecieron atender el teléfono para anotar el pedido
de los oyentes, dos horas después, no dejaba de asombrarme la cantidad de
personas que querían salir al aire para comentar sobre las recetas
tradicionales de las comunidades aledañas, tal había sido la consigna de aquel
programa. Todos aportaban algo, entre todos hacían una recreación de las
costumbres alimenticias de los lugareños, ofreciendo recetas del tiempo de los
abuelos, contando como se preparaban los platos y agregando leyendas en torno a
ciertos alimentos. Verdaderos documentos radiofónicos. Una inestimable
construcción que posibilitó al oyente ejercer la libre participación y el
derecho a la información, recuperando parte de la identidad cultural. El hecho
demostró la incidencia que puede lograr la radio en el desarrollo de una
comunidad.
Por otra parte difundían a músicos locales,
facilitándoles la presentación en festivales y la grabación de discos (entre
ellas la Agrupación de Músicos Populares).
Pero acaso el dato más significativo, que puso de manifiesto la estrecha
relación entre la radio y la gente, aconteció cuando se registró un caso de
hantavirus en la zona de El Bolsón. Fue en la puerta de la FM que los vecinos
convocaron a organizaciones sociales y autoridades del hospital para tratar
espacios de discusión e información y de este modo poder enfrentar el problema.
Otra característica particular de esta radio era la de transmitir desde el
lugar de los hechos (en general zonas de difícil acceso, llegando en ocasiones
antes que los bomberos y Defensa Civil). Esto posibilitaba que según la
urgencia, los pobladores pudieran acudir a la radio para juntar donaciones en
casos de inundación o incendios.
Se trata de un medio de comunicación que
posee las condiciones necesarias para aportar documentos a las bibliotecas
locales, fortaleciendo la identidad colectiva, ya que suelen representar las
reales necesidades de información de quienes conforman una comunidad.
Para aproximarnos a este concepto de
representatividad, debemos remitirnos a las experiencias radiofónicas encomunidades indígenas y rurales de Latinoamérica. Cada una de estas
experiencias, respetando el modo de comunicación de sus oyentes, enriquecen con
sus leyendas y cuentos la cultura popular, aquella tan menospreciada por
siglos, y que sin embargo conforma un mosaico multicultural invaluable.
En cada comunidad se registran modos de
expresión que los diferencian de otras sociedades o pueblos, modos que
responden al entorno y al contexto. Por lo general quienes conducen esas
programaciones lo hacen respetando esos códigos.
Es verdaderamente importante que el
bibliotecario pueda resguardar ese tipo de programaciones, se trata de un
material que permitiría a sociólogos y lingüistas poder investigar
características del lenguaje, conformando mapas lingüísticos de los diferentes
barrios.
Desde hace un tiempo consideré que la
vinculación de radios con bibliotecas genera una sistematización de
experiencias cuya producción puede resultar de utilidad para el desarrollo de
colecciones representativas de eventuales bibliotecas comunitarias.
Por lo general estas radios implican la
posibilidad de democratizar la comunicación a escala comunitaria, son medios
que favorecen la expresión y la participación y que valoran la cultura local,
ya que comparten las mismas preocupaciones y problemas. Otorgan una voz a los
que desde hace siglos viven condenados al silencio.
Por tal motivo me pareció valioso difundir
las actividades de la organización FARCO (Foro Argentino de Radios
Comunitarias) quienes conforman un grupo de emisoras que ejercen la
radiodifusión como un servicio a la comunidad y la comunicación, como un
derecho de todas las personas. Es una red de radios que busca construir un
camino común para apoyarse y fortalecer la comunicación de cada comunidad. La
misma se encuentra dividida en 5 zonas geográficas:
Patagonia, Centro, Cuyo, Noreste y Noroeste.
Quienes integran la red FARCO tienen por
misión el promover la democratización de las comunicaciones como condición
indispensable para la democratización de la sociedad. Fortalecer las radios
comunitarias y que éstas favorezcan la participación. Impulsar la articulación
de organizaciones populares y sociales que aporten a la construcción de una
sociedad más justa y solidaria. Fortalecer la identidad y la cultura popular,
como así también nuevas formas de construcción política y ciudadana. Luchar por
el reconocimiento legal de las emisoras de las organizaciones sociales o
entidades sin fines de lucro, sin limitación de potencia ni contenidos ni a su
sostenibilidad económica.
Por tal motivo apoyan con convicción y
coherencia el pleno funcionamiento de la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual.
La red de radios comunitarias busca
fortalecer la heterogeneidad, la diversidad cultural y la difusión de otras
formas de conocimiento. La radio debe vencer el aislamiento, construir desde el
respeto de la identidad, encarnar la resistencia de la cultura comunitaria. En
los montes, en las villas, en los pueblos pequeños, en los cerros, existen
radios que con mínimos recursos, apenas una consola, antena, micrófono, logran
ofrecer posibilidades a una realidad carente de medios, informando y documentando
porque son conscientes que si algo pasa les pasa a todos.
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