viernes, 12 de abril de 2024

El ejemplo de Punta Querandí que habilita la esperanza


En medio de un escenario devastador, Punta Querandí está representando en este momento un verdadero foco de resistencia, planteado desde el más genuino de los lugares: el conocimiento cultural sustentado en la propia identidad. Leer lo que hacen a diario otorga esperanza en este momento tan particularmente doloroso que está atravesando el país.

La última noticia (de las muchas que ofrecen desde hace más de 15 años de emprendimientos comunitarios) refiere al trabajo colectivo y a la reconstrucción identitaria, como un camino para frenar el extractivismo urbano, es conmovedor saber que son muchos los que participan cortando cañas y desmalezando el terreno para poder resguardar al área de producción agroecológica. Al paso del día se fortalecen espiritualmente mientras realizan infinidad de labores.

La “rebelión de los muertos” como fueron mencionados hace un tiempo, representan cada día un movimiento incesante que recupera lo que alguna vez fue este país: una posibilidad de convivencia que no supo entender la fortaleza desde las diferencias culturales existentes. El “país que no fue” de Carlos Martínez Sarasola, los pueblos originarios que quedaron marginados de ese imaginario, donde algunos patriotas soñaron con una idea que se perdió en el atardecer de una utopía.

Y no se trata solo del territorio, ya que Punta Querandí ha impulsado, junto con la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar, la enseñanza de idiomas indígenas para la comunidad de usuarios, proyecto financiado por el Municipio de Tigre, donde hasta la fecha se han inscripto ni más ni menos que 850 personas, con variadas opciones, entre ellas lengua Ava Ñe’ê (guaraní, a cargo de la mbo’ehára Verónica Gómez con la colaboración de Yéssica Rodríguez, Noemí Ocampos y Liliana Bernal); laqaatqa (moqoit, con la coordinación de la napaxguinataxanaxa Deolinda Salteño, quien se desempeña como docente en la Escuela Primaria Nº 418 ‘Niño Mocoví’ de la Comunidad El Pastoril del sur chaqueño); quechua (a cargo de la yachachiq Josefina Navarro desde Jujuy) y qom la’aqtac, con la colaboración del paxaguenataxanaxaic Mario ‘Nereo’ Charole desde Villa Río Bermejito, en la zona del Impenetrable Chaqueño.

Se trata de la creación de una política pública de fortalecimiento lingüístico -que es pionera en el Gran Buenos Aires- y que representa uno de los logros más influyentes de la lucha de la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar: resistencia desde lo que cada libro viviente sabe.                                     

Todo proyecto cobra significado en Punta Querandí, sea cual sea la tarea en la que cada uno participa, desde limpiar el terreno de malezas para cuidar la huerta, hasta recoger madera y pintar una cerca. Los hitos vienen de lejos: el horno de barro, el Opy (templo guaraní de barro y paja), la Maloka (vivienda colectiva), el monumento al yaguareté, la Biblioteca de Pueblos Originarios, el Museo Autónomo de Gestión Indígena, los talleres de cerámica, alfarería, cestería y carpintería, la Apacheta (sitio ceremonial andino), el vivero, el gallinero, el Salón Comunitario Cacique Manuá, la cocina, el quincho, los baños, el tanque de agua potable…

Últimamente, desde distintos escenarios estamos presenciando pequeños focos de resistencia, que son los que cobrarán visibilidad al paso del tiempo. Recientemente los docentes de la Universidad de Buenos Aires ofrecieron una respuesta que se asemeja a la que diariamente ofrece Punta Querandí: dieron clase en la calle, con alumnos sentados en círculos, fortaleciendo el ciclo de la enseñanza y el aprendizaje, mientras que en la última marcha realizada enfrente de la Casa de Gobierno, los científicos del CONICET mostraron sus carteles detallando las distintas especialidades en las que día a día avanzan, para beneficio de la sociedad que hoy les da la espalda, al menos una parte de ella, que no cree en el concepto político del Estado, sin entender nunca del todo de qué se trata, qué garantiza y para qué sirve.

Siento que por ahí hay que continuar este camino, ejercer el derecho a compartir el conocimiento, es lo que hace a la cultura y al desarrollo permanente, en donde cada uno, desde su vocación y compromiso, debe intentar hacer bien su trabajo. 

Para eso estudiamos, para eso nos seguimos capacitando.

Como profesional de la información, quisiera expresar mi solidaridad en este momento para todos los bibliotecarios/as injustamente despedidos. Que la comunidad educativa en su conjunto -especialmente sus autoridades- encuentre elementos para reparar las frecuentes arbitrariedades con las que se cometieron tantos atropellos. Lo que deseamos es poder seguir ofreciendo un servicio, es un anhelo con sustento en la vocación, que no debería ser arrebatado.

Hasta ese día.

Fuente consultada:

https://puntaquerandi.com/

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