Pasan los años y no parece haber soluciones para esta
problemática. En 2010, Ana Carolina Hecht, doctora en Antropología por la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, publicó un
trabajo que analizó la situación de las lenguas indígenas en Argentina, abordando
con especial énfasis el contexto sociolingüístico de la cultura Qom.
La disyuntiva del desplazamiento lingüístico ha cobrado interés
desde el campo de la antropología, la lingüística y la sociolingüística,
concepto que adquiere otros matices si incluímos la problemática de la
Educación Intercultural Bilingüe (EIB), donde se evidencia una ausencia de
integración entre la educación familiar y la educación escolar, perdiéndose
valiosos modos de contacto que permitan un mayor fortalecimiento de las lenguas
originarias.
Probablemente este concepto haya provocado lentamente la inevitable problemática que numerosos libros vivientes, de diferentes culturas indígenas, advirtieron a través de los testimonios orales, en los diversos espacios donde se comunican verdades, sobre lo que significa la imposibilidad de acordar una estandarización lingüistica entre hablantes de comunidades migrantes, esta situación es posible de observar entre los paisanos que viven en el Centro Comunitario Daviaxaiqui de Derqui, cuyos familiares, desperdigados en barrios de Rosario y de diversas localidades del Chaco, no encuentran un modo de homologar un sistema de escritura, para representar lo que la autora definió con una frase: “Todavía no se hallaron hablar en idioma”.
Probablemente este concepto haya provocado lentamente la inevitable problemática que numerosos libros vivientes, de diferentes culturas indígenas, advirtieron a través de los testimonios orales, en los diversos espacios donde se comunican verdades, sobre lo que significa la imposibilidad de acordar una estandarización lingüistica entre hablantes de comunidades migrantes, esta situación es posible de observar entre los paisanos que viven en el Centro Comunitario Daviaxaiqui de Derqui, cuyos familiares, desperdigados en barrios de Rosario y de diversas localidades del Chaco, no encuentran un modo de homologar un sistema de escritura, para representar lo que la autora definió con una frase: “Todavía no se hallaron hablar en idioma”.
La problemática es más compleja de lo que parece a simple vista,
su trasfondo repercute en la identidad, en líneas generales es muy difícil
encontrar una lengua que funcione en forma homogénea al interior de cada
comunidad, por lo general lo que se comunica es un conglomerado de variedades
dialectales marcadas por diferencias fonológicas y léxicas, en este punto
algunas antropólogas (Messineo..et al, 2003), caracterizaron las
diversas categorías de hablantes presentes en el Centro Comunitario
Daviaxaiqui de Derqui, de acuerdo con la edad y competencia lingüística,
lo cual les permitió clasificar la situación del siguiente modo: a) niños cuya
primera lengua es el español y no hablan toba; b) niños recién llegados
del Chaco, toba-hablantes y con baja competencia en español; c) niños
hispanohablantes con competencia receptiva del toba; d) jóvenes hablantes
monolingües del español; e) jóvenes semi-hablantes;11 f) adultos bilingües
competentes en toba y en español; g) ancianos tobahablantes con baja o
mediana competencia en español.
Lo interesante de esta diversidad, advertida por las
profesionales, es que representa toda una contracara del ideal lingüístico al
que la comunidad aspira, que es ni más ni menos la unidad y la pureza de la
lengua. Recuerdo en este caso que cuando en la Biblioteca Qomllalaqpi de Derqui
había que legitimar el entendimiento de una palabra, eran los ancianos quienes
aprobaban la correlación al qom, recién allí se aceptaba el concepto y se
incorporaba al catálogo, era común que los lingüistas del barrio, ante cada requerimiento o consulta “técnica”
sobre traducciones, lo discutieran en lengua materna, no era posible concebir
que el alcance de un término se pudiera debatir en lengua castellana, en ese
contexto se apreciaba el interés de los niños sobre los intercambios verbales,
es posible afirmar que en modo permanente el bilingüismo establecía un cruce de
caminos, que adquiría matices diferentes según se tratara de una conversación o
un intento de explicación, enorme disyuntiva en la que la escuela urbana, sin
Educación Intercultural Bilingüe, queda absolutamente fuera de cualquier
círculo que implique desarrollo y fortaleza de la identidad cultural indígena.
En las investigaciones desarrolladas por las autoras, se
registra una secuencia inversa entre los adultos y los niños, ya que un 70% de
los adultos cuya lengua materna es el qom, hablaba y comprendía perfectamente
el idioma, mientras que un 22% sólo lo comprendía (bilingüepasivos), por
último, sólo un 8% eran hablantes monolingües del español. Mientras que, por el
lado de los niños, apenas el 5% hablaba y comprendía la lengua qom,
mientras que el 57% sólo lo comprendía y un 38% eran considerados monolingües
en español. Lo que los niños comprenden del toba se debe en parte a la interacción
familiar, allí la lengua es recreada permanentemente dentro de los hogares, sin
embargo, la escuela urbana supone el mayor obstáculo para continuar con la
práctica lingüística, donde queda en evidencia el desplazamiento de la
lengua materna por el contacto con el español, causado principalmente
por el impacto de la escolarización y por el hecho de que esta comunidad
está asentada en Buenos Aires en un contexto urbano.
En las publicaciones referidas en este artículo se puede
observar cómo, más allá de la enorme variedad de categorías de hablantes
y, pese al desplazamiento lingüístico y a la transformación sociocultural, el
idioma vernáculo constituía, para el grupo, un valor distintivo en torno
al cual construyen su identificación étnica. Es decir, la lengua es para
esta comunidad una de las marcas fundamentales sobre la que se asienta la
identidad qom. Es imperativo establecer un vínculo endógeno entre lengua e
identidad, con lo cual el entendimiento nos permite trazar una idea sobre el
enorme daño que genera la corroboración del desplazamiento linguistico entre
las familias que conforman dicha comunidad, situación que se puede extrapolar
al resto de las comunidades indígenas de Argentina.
Es un tema que, salvando muy pocos casos, paulatinamente va
perdiendo interés, evidenciado con la ausencia de libros vivientes que
dominaron tanto la lengua como la gramática, aquellos que se han ido, aquellos
que han vuelto a migrar, aquellos que renunciaron a la defensa del idioma.
Seguramente en poco tiempo alguien externo a la comunidad hará
lo que ya hicieron muchos investigadores en diferentes contextos geográficos y
culturales: clausurar el problema con un exhaustivo y doloroso inventario.
Fuente:
Hecht, Ana Carolina (2007). Reflexiones sobre una experiencia de investigacion- accion con niños Indigenas: Napaxaguenaxaqui na qom llalaqpi da yiyiñi nal´aqtac. Boletin de Linguistica v.19 n.28 Caracas dic. 2007. Disponible en:
Hecht, Ana Carolina (2010), “Todavía no se hallaron hablar en
idioma”: Procesos de socialización lingüística de los niños en el barrio toba
de Derqui, Argentina. Lincom Studies in Sociolinguistics 09, Múnich: Lincom
Europa Academic Publications.
Messineo, Cristina; Ana Dell’Arciprete; Paola Cúneo; Ana
Carolina Hecht; Mariana Milano y Gladys Ojea (2010). Programa
participativo de preservación de la lengua y la cultura toba en una
comunidad indígena urbana (Derqui, provincia de Buenos Aires, Argentina).
En Alicia Tisera de Molina y Julia Zigarán (comps.), Lenguas y
culturas en contacto, 101-112. Salta: Universidad Nacional de Salta.
Biblioteca Qomllalaqpi: Noýec Tounaxaqui (Hijos de la gente:
casa de la memoria) Centro Comunitario Daviaxaiqui. Derqui – Buenos Aires. Blog
Que Sabe Quien. Disponible en este enlace.
Versión para El Orejiverde: