martes, 22 de agosto de 2017

Entrevista a Virginia Inés Simón, estudiante de Bibliotecología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina


Noticia biográfica
Virginia Inés Simón es Bibliotecaria Documentalista por el Departamento de Ciencia de la Información de la Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata. Actualmente se encuentra en estadio final de licenciatura en dicha casa de altos estudios, y cursando una diplomatura en discapacidad y derechos humanos por la Pontificia Universidad Católica de Perú.
Desde hace 9 años trabaja en servicios de gestión de información para la Red Iberoamericana de Expertos en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, como coordinadora del Repositorio en Discapacidad y Derechos Humanos y del Directorio de Investigadoras e Investigadores en Discapacidad y Derechos Humanos; Asimismo es Secretaria editorial en la Revista Discapacidad, Sociedad y Derechos Humanos. Actualmente es Project Manager en la Red CDPD (para mayor información consultar en http://redcdpd.net/).
Desde hace 6 años trabaja en la Biblioteca del Centro Médico de Mar del Plata, una biblioteca privada especializada en medicina, que atiende a más de mil médicos de la ciudad.
Ha publicado a nivel académico y participado en varios eventos científicos. Su campo de interés y desarrollo profesional abarca temáticas de discapacidad, derechos humanos, acceso a la información, accesibilidad, acceso abierto, propiedad intelectual y derechos de autor, principalmente en el marco de la legislación nacional e internacional relativa a la discapacidad. Actualmente ha sido designada miembro del grupo de trabajo de IFLA-LPD (IFLA -- Libraries Serving Persons with Print Disabilities Section), con función desde el año 2017 al año 2021.

Entrevistador: Daniel Canosa

- ¿Por qué la Bibliotecología?

Al encontrarme en etapas finales de mis estudios secundarios, tenía mucho interés en temas de historia o literatura. Me encontraba en una etapa de exploración ideológica, pero no veía futuro como historiadora o docente en esas áreas. Comencé a preguntarme qué era lo que me gustaba de la historia, de la literatura, de la filosofía y de la informática… Me di cuenta de que mi interés estaba en la información, en su origen y sus destinatarios y no solo en su contenido. Pensaba que lo que realmente quería era poder investigar, pero no le veía un sustento económico al largo plazo. Decidí hacer un test vocacional en la escuela, y entre las posibilidades de estudio, figuraba “bibliotecología”… Fui a la biblioteca de la plaza en la que estaba la escuela, y como era asidua, decidí preguntarle a la bibliotecaria “qué se estudiaba en su carrera” porque estaba evaluando anotarme… Me explicó básicamente lo que esperaba y entendí que el futuro estaba ahí.
Tuve varias discusiones con mis padres, que esperaban “otra carrera”, “de otro nivel”, y fui determinante en decirles que “yo decidiría con qué iba a sustentar mi futuro y el de ellos cuando sean mayores si llegara a ser necesario, por lo tanto, yo iba a decidir qué estudiar”. Anecdótico, lo cuento, porque hoy día están orgullosos de la elección que hice y de ver la proyección que tuve, habiendo podido visitar otros países y contando experiencias tan diversas que rodean a la bibliotecología en su sentido más global.

- Antes de descubrir la profesión ¿ha frecuentado la consulta en bibliotecas? ¿Ha manifestado afición por la lectura, por alguna expresión artística, literaria o cultural en particular?

Si, por supuesto. No siempre fui lectora, y no lo soy actualmente en el sentido amplio que pudiera esperarse, por gestión de tiempos. En la secundaria mi orientación educativa fue hacia las artes, pensando en que tendría tiempo de agobiarme con ciencias aplicadas en la universidad… Durante mi adolescencia transitaba mucho por recitales. Durante toda mi etapa de educación secundaria fui socia de la biblioteca de la plaza en la que estaba la escuela, y era asidua lectora. Luego, por tiempo, espacio y facilidad, fui migrando algunas costumbres de lectura de estudio hacia el plano digital. Las lecturas literarias las mantengo en papel.

- Dos preguntas en una ¿Cuál fue el libro que más lo influenció? y ¿Qué está leyendo actualmente?

Creo que han sido tres o cuatro, aunque debieran ser muchos más, pero imposible uno solo… Las venas abiertas de América Latina (Eduardo Galeano) guardan una gran influencia emocional e ideológica en mí. Pero quisiera destacar además, Las enseñanzas de Don Juan (Carlos Castaneda), El fantasma de Canterville (Oscar Wilde) y El corazón delator (Allan Poe).
Actualmente estoy leyendo Personas con Discapacidad: su abordaje desde miradas convergentes (compilado por Silvia Necchi, Andrea Gaviglio y Marta Suter)

- ¿Cómo definiría a un bibliotecario?
Lo definiré con algunos términos actuales y tecnológicos, y otros clásicos. Un bibliotecario es un gestor de información. Entendiendo el sentido amplio de gestión, con sus implicaciones sociales e institucionalmente transversales; e información en todas las áreas del desarrollo de la vida: laboral, de formación, investigación y recreación.
Un bibliotecario es un agente de cambio para el acceso a la información, y agrego especialmente, información para todas las personas, en donde deseo hacer énfasis en la atención a personas con diversidad funcional. Solemos proyectar nuestra profesión a perfiles de usuario que no se amoldan al concepto de persona (desde un enfoque filósófico y bajo la concepción de dignidad humana) y que segregan en la conformación de la tipología de unidades de información.
En cuanto a los valores de nuestra profesión, deseo agregarlos a esta respuesta porque considero que deben formar parte de nuestra proyección como profesionales, el bibliotecario debería ser stalker de la información, debe tener empatía, proactividad, ser creativo. Primordialmente debería tener arraigados valores y convicciones sobre responsabilidad social y ética profesional (ambos muy alabados y poco practicados) en el marco de la necesidad de acceso a la información como un derecho humano.

- ¿Qué opina del rol social del bibliotecario?

Pienso que las bibliotecarias y los bibliotecarios cumplen y deben guardar un gran compromiso con respecto al rol social que su labor conlleva. Somos el nexo entre la información y el usuario, somos el agente de garantía para el cumplimiento del acceso a la información para todas las personas (con o sin diversidad funcional, y bajo el concepto de “divertad”), como un derecho humano, entendido este en distintos instrumentos del derecho: Declaración de Derechos Humanos, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Tratado de Marrakech, y otros… Bibliotecarias y bibliotecarios tienen sin dudarlo, un rol social vital para toda la sociedad, en todos los ámbitos de y durante toda la vida.

- Con respecto al plan de estudios de la carrera ¿Considera que sus contenidos favorecen la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades vinculados al rol social del bibliotecario?

Si. Sin embargo, considero que hay algunas deudas con respecto al rol social de bibliotecarias y bibliotecarios en relación a las personas con discapacidad y la accesibilidad de la información.


- Se habla frecuentemente de un cambio de paradigma dentro de la profesión (pasando del paradigma de la información al de la comunicación), según su enfoque particular, ¿Percibe ese cambio en el tratamiento docente de cada materia? (la pregunta va orientada hacia los contenidos que brinda el docente, si fomenta habilidades sociales o comunicativas o centra toda su atención en contenidos técnicos).

Si, pero es una situación que depende exclusivamente del compromiso docente. En algunos años de cursada, he tenido la fortuna de estar en clases con docentes comprometidos con el desarrollo de las habilidades de las y los estudiantes, y han enfocado la metodología de estudios a la realización de conversatorios, debates y participaciones con un enfoque democrático y plural e incorporando el desarrollo de conceptos de comunicación social. De igual forma, considero que aún faltan desarrollos conceptuales en gestión y buenas prácticas en redes sociales.

-En el caso que, promovido por el docente, haya realizado una práctica académica o pasantía en alguna unidad de información ¿Considera que los conocimientos adquiridos fueron suficientes para desempeñarse en tales prácticas? ¿Qué conocimientos tuvo que aplicar?

Solo he realizado las prácticas profesionales de final de carrera. En este estadío, creo que he contado con los conocimientos necesarios, por encontrarme en final de carrera y además, tener experiencia previa laboral.
 
- ¿Considera que la bibliografía utilizada en materias relacionadas con tecnologías de comunicación e información se encuentra actualizada? ¿Considera válido el equilibrio entre teoría y práctica en relación a los conocimientos técnicos impartidos en la carrera?

No puedo responder a esta pregunta en la actualidad, ya que son materias que ya he cursado y actualmente han sido actualizadas. En el período en que las curse, lamentablemente la bibliografía, a mi juicio, no ha resultado actualizada y no se encontraba en equilibrio con los conocimientos técnicos de la carrera, ya que se analizada de forma puntual un solo software específico, y no se aplicaba una mirada global a los avances tecnológicos. Tampoco había un enfoque tecnológico hacia la gestión de redes sociales.

-¿Suele participar en listas bibliotecarias? ¿Considera interesante el nivel de los debates? ¿Cómo percibe en dicho espacio la recepción de temas políticos?

Si. Leo constantemente los temas, y en forma esporádica, participo.
Creo que en la actualidad no hay debate en ciencia de la información. Este es un tema sobre el cual se podría hablar mucho. En lo personal, este último año he vivenciado en primera persona diversas situaciones prueba de ello que se han publicado en portales latinoamericanos de bibliotecología. He notado que no hay compromiso por el debate ni lectura juiciosa de los contenidos que se comparten.
Creo que en algunas listas circulan muchos contenidos políticos  de orden nacioanl, que no deberían ser permitidos por los moderadores según las políticas que exponen. Noto una falta de compromiso con el rol de moderación de listas, y una falta de responsabilidad por parte de los colegas que de forma constante comparten contenidos de este tipo, o spam.
Si la pregunta refiere exclusivamente a política gremial, no me parece que sea un tema de conversación presente en las redes, incluso, a julio de 2017 (momento en que estoy respondiendo la entrevista), tampoco hay compromiso de gestión, ni gremial, sindical, político o institucional de las asociaciones que nos representan. Sostengo este pensamiento en base a distintas situaciones que he percibido a lo largo de los años, sobre la falta de beneficios para estudiantes que desean acceder a eventos realizados por las asociaciones, sobre la falta de respuesta a consultas realizadas, e incluso el desconocimiento por parte de sus propios miembros de representación institucional, de los estatutos que rigen a dichas asociaciones.

-Como estudiante ¿Presenció en el aula un debate / clase/ conversación /comentario / reflexión y/o contenido sobre la necesidad o no de contar con sindicatos / gremios / asociaciones en temas relativos a derechos laborales? En caso que la respuesta resulte negativa ¿Considera de utilidad profesional que el docente favorezca espacios de discusión y debate sobre estas temáticas?

Si. En mi tránsito estudiantil muchos docentes nos han invocado a la participación en las asociaciones bibliotecarias, nos han hablado sobre la importancia de contar con asociaciones que respalden nuestra profesión, sobre la necesidad de poder contar en algún futuro, con una colegiación… Se ha conversado en muchas oportunidades y siempre fue evidente en las clases que era una necesidad pendiente.



- El concepto de neutralidad en la profesión ha dividido las aguas ante las problemáticas sociales y políticas que inciden en alguna medida en el contexto bibliotecario, según lo vivenciado como alumna de la carrera ¿desde el aula, recuerda si algún docente ha interpelado y/o analizado esta cuestión?

No. Si bien se han conversado las necesidades, no he notado ese nivel de compromiso por parte de los docentes.

-¿Como percibe a la bibliotecología en contextos interdisciplinarios? ¿Resulta visible? ¿Siente que la carrera le otorga elementos para dar respuestas a problemáticas sociales que otras disciplinas sí ofrecen? (ejemplo inclusión social, problemáticas de minorías sociales, desastres ambientales, conflictos bélicos, problemáticas jurídicas, etc.)

La bibliotecología en contextos interdisciplinarios es vital y de gran relevancia. La visibilidad, creo, es algo que depende de nosotros como profesionales para generar conciencia sobre la importancia de nuestro trabajo. No obstante, en lo personal, he notado mayor respeto y comprensión por nuestro trabajo en ámbitos externos a la bibliotecología, que entre propios colegas. Incluso, interdisciplinariamente se entiende más la importancia y responsabilidad de nuestro rol, que entre los propios bibliotecarios.
No siento que desde la carrera de ofrezcan elementos de respuesta a distintas problemáticas. Como he señalado, hay un vacío importante en cuando a la inclusión de personas con diversidad funcional como productores y lectores. No se brinda un tratamiento de la discapacidad en el marco del acceso a la información. Se segregan a las minorías desde la teoría, porque se proyectan “bibliotecas especiales” para personas con discapacidad, bajo una visión de exclusión, cuando se podrían proyectar estrategias de servicios inclusivos y toma de conciencia sobre la discapacidad como una cuestión de derechos humanos, permeable a todas las instancias de gestión de la información. Problemáticas jurídicas en relación con la ética profesional, la propiedad intelectual o el derecho de autor, suele quedar en buenas voluntades, pero sin compromiso global pleno. Casos internacionales como el de Diego Gómez, Natalya Sharina, Alexandra Elbakyan y Aaron Swartz no son analizados ni apoyados por nuestra profesión, y sin embargo, son situaciones que afectan nuestra labor.
Si, pero de forma  muy breve y segregada. En algunas cátedras concretas en las que se estudiaba la tipología de unidades de información, se hacía mención exclusiva a bebetecas, bibliotecas carcelarias o bibliotecas para ciegos (terminología no acorde a los modelos de inclusión), como ejemplo de bibliotecas especiales. En principio, hablo de segregación porque no se analizó otro tipo de unidades de información que aplican a contextos vulnerables; y de brevedad porque no se incluyeron análisis en profundidad sobre las características e importancia que revisten cada una de las unidades en función de las comunidades a las que sirven. Sólo se hacía hincapié al perfil de usuario. Creo que es posible realizar estudios de mayor profundidad, con consideraciones éticas con respecto al servicio que se brinda y al acceso a la información.
Con respecto a esta pregunta concreta, en la Universidad a la que asistí existe un servicio de acceso a la información para personas con discapacidad, dependiente de la Biblioteca Central de la Universidad. Con los años, me he cuestionado sobre por qué no lo estudiamos como un caso práctico en las cátedras en las que se analizaron los perfiles de usuario. Así mismo, en distintas cátedras se hubieran podido trabajar distintos conceptos de forma práctica, y buscado contribuir a la mejora del servicio con la participación de los estudiantes. Mi especial interés radica sobre la toma de conciencia con respecto al acceso a la información para personas con discapacidad, y creo que hubiera sido sumamente valioso. Entre paréntesis a ésta pregunta, considero que es un vacío para nuestra carrera, no conocer y estudiar los servicios de información que integran las facultades de la institución. Quizás esta situación con los años haya cambiado, mi respuesta obedece a la cursada previa al cambio del plan de estudios.

Hoy, con otras experiencias a mis espaldas, si bien comprendo la necesidad de teorizar sobre los distintos tipos de bibliotecas en función de las comunidades a las que sirven y que puedan requerir servicios y colecciones específicos, también defiendo la idea de incluir una mirada holística a la definición del perfil de usuario y la orientación de las bibliotecas a la atención de las comunidades en razón del contexto en el que se sitúan. En este sentido, una biblioteca pública por ejemplo, es el corazón del acceso a la educación, la cultura y el ocio para las personas de toda una comunidad, como un espacio de encuentro democrático y plural, que puede y debe incluir las estrategias de atención a personas en situación de vulnerabilidad, sin tener que desarrollar servicios apartados que segreguen y discriminen. Considero entonces, que la formación del profesional de la información de hoy no involucra apartados referentes a los distintos tipos de perfil de usuario que convergen en la institución más plural de acceso al conocimiento, que es la biblioteca pública. Entiendo que hay conocimientos que se adquieren en la práctica, o en formaciones extracurriculares, pero de la misma manera, creo menester sumar en la formación actual, desarrollos de toma de conciencia sobre las comunidades vulnerables. Creo que hay tantos perfiles de usuarios, como usuarios. En este sentido de diversidad, las bibliotecas deben orientar sus servicios a los usuarios, y no condicionarse a la estaticidad de las colecciones. El fin de las bibliotecas, son las personas a las que sirven, y no los documentos que depositan, independientemente de la preservación del patrimonio y la herencia cultural.


-Si le fuera dado proponer modificaciones en los planes de estudio de la carrera ¿En que aspectos técnicos y/o humanísticos focalizaría su atención? ¿Favorece la institución académica escenarios de discusión y debate que habiliten posteriormente la concreción de dichas propuestas por parte de los alumnos?

Durante el período de proyección de modificación del plan de estudios de la carrera, se estableció un período consultivo con estudiantes, y distintas reuniones participativas. Institucionalmente se ha favorecido el escenario de participación estudiantil y se han incorporado las propuestas al desarrollo de los nuevos planes de estudio. Creo que ha sido algo sumamente positivo para nuestra carrera, porque la evaluación de estado y la proyección de mejoras fue elaborada en conjunto con todos sus actores de forma plural, pública y democrática.

-Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro impreso, incluso en foros de bibliotecología, en su caso como estudiante ligado permanentemente a la utilización de dispositivos físicos, digitales y/o virtuales ¿Qué le provoca esta situación?

Creo que se trata de un mero mito. Trabajo inmersa en la cultura de lo digital, sin embargo, el papel sigue siendo de preferencia para usuarias y usuarios. Creo que peligra más la edición impresa de revistas, que la permanencia del libro en papel, en virtud de la perdurabilidad del mensaje que, en el caso de lo científico, se encuentra sujeto a los procesos de revisión por pares. La gestión digital reduce los tiempos editoriales científicos (y los costos económicos), por lo cual muchas veces puede estar en desfasaje con respecto al avance de la periodicidad de publicación de las versiones digitales .

Muchas gracias Virginia

Daniel Canosa

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