La historia es conocida y no por casualidad ha merecido ser
interpretada en un documental cinematográfico, se trata de Luis Humberto Soriano, un docente colombiano que para acercar
material bibliográfico a comunidades campesinas de difícil acceso, no tuvo
mejor idea que utilizar dos burros, representando la idea de bibliotecas
rurales ambulantes, a los que bautizó Alfa y Beto, conocidos en buena parte del
mundo como "biblioburros".
El paso de los años y la colaboración comunitaria y de organizaciones no gubernamentales, ha multiplicado el alcance de este servicio. Su área de influencia son los municipios de la parte central baja del Departamento de Magdalena, Colombia. El biblioburro, además de llevar libros a las comunidades de dichos municipios, ha tenido por objetivo estimular la lectura, aportar y enriquecer conocimiento comunitario, dotar de material didáctico a niños, familiares y profesores. Asimismo ha contando con colaboradores arhuacos y con la donación de libros por parte de la gente.
La tarea del profesor Soriano no se ha limitado al préstamo de material bibliográfico, también ha propuesto lectura de poemas en lugares de encuentro público (generalmente bajo un árbol frondoso con los niños sentados en círculo). Asimismo logró detectar necesidades de información, donde ha resultado llamativo el interés de los campesinos adultos por la lectura de libros infantiles.
El biblioburro ha provocado un cambio social, no solo ha representado una herramienta de divulgación cultural sino también que el profesor Soriano ha sido una suerte de “encomendador” de la comunidad, al llevar requerimientos de los campesinos al municipio local, extendiendo de este modo su área de trabajo según las problemáticas detectadas. Este medio de transporte se ha convertido en un símbolo identitario del dificultoso acceso a la cultura favoreciendo la incentivación y la cohesión de la comunidad a través de la socialización de los libros.
Es reconocido el impacto que significó su emprendimiento, pero bueno sería evaluar los múltiples beneficios que provocaría, en numerosas comunidades latinoamericanas indígenas y rurales, su implementación y puesta en marcha. En diversas bibliotecas, ante la ausencia de recursos económicos, florecía acaso el mayor valor que se le puede adjuntar a la voluntad e inteligencia práctica: la imaginación. Y esta no es posible sin un profundo conocimiento del entorno en el que se desea brindar un servicio.
La lista es larga, en varios sitios hubo bibliotecarios que estudiaron las complicaciones del espacio geográfico en correspondencia con la necesidad puntual de información y comunicación, logrando en muchos casos ser un nexo entre los usuarios y otras realidades, algunos de esos ejemplos fueron los siguientes:
El paso de los años y la colaboración comunitaria y de organizaciones no gubernamentales, ha multiplicado el alcance de este servicio. Su área de influencia son los municipios de la parte central baja del Departamento de Magdalena, Colombia. El biblioburro, además de llevar libros a las comunidades de dichos municipios, ha tenido por objetivo estimular la lectura, aportar y enriquecer conocimiento comunitario, dotar de material didáctico a niños, familiares y profesores. Asimismo ha contando con colaboradores arhuacos y con la donación de libros por parte de la gente.
La tarea del profesor Soriano no se ha limitado al préstamo de material bibliográfico, también ha propuesto lectura de poemas en lugares de encuentro público (generalmente bajo un árbol frondoso con los niños sentados en círculo). Asimismo logró detectar necesidades de información, donde ha resultado llamativo el interés de los campesinos adultos por la lectura de libros infantiles.
El biblioburro ha provocado un cambio social, no solo ha representado una herramienta de divulgación cultural sino también que el profesor Soriano ha sido una suerte de “encomendador” de la comunidad, al llevar requerimientos de los campesinos al municipio local, extendiendo de este modo su área de trabajo según las problemáticas detectadas. Este medio de transporte se ha convertido en un símbolo identitario del dificultoso acceso a la cultura favoreciendo la incentivación y la cohesión de la comunidad a través de la socialización de los libros.
Es reconocido el impacto que significó su emprendimiento, pero bueno sería evaluar los múltiples beneficios que provocaría, en numerosas comunidades latinoamericanas indígenas y rurales, su implementación y puesta en marcha. En diversas bibliotecas, ante la ausencia de recursos económicos, florecía acaso el mayor valor que se le puede adjuntar a la voluntad e inteligencia práctica: la imaginación. Y esta no es posible sin un profundo conocimiento del entorno en el que se desea brindar un servicio.
La lista es larga, en varios sitios hubo bibliotecarios que estudiaron las complicaciones del espacio geográfico en correspondencia con la necesidad puntual de información y comunicación, logrando en muchos casos ser un nexo entre los usuarios y otras realidades, algunos de esos ejemplos fueron los siguientes:
Servicio de extensión bibliotecaria con el bibliobús (camionetas
equipadas con material bibliográfico y audiovisual) en comunidades mapuches de
Chile. 1
Servicios bibliotecarios en entornos fluviales (Bibliofalca Amazónica de Venezuela2) a través de bibliofalcas, bibliobongos y otros modelos.
En ambos casos (bibliobús y bibliofalca) se ha registrado que una vez que iniciaron el acercamiento de material a las comunidades, han generado la solicitud del mismo por parte de poblaciones aledañas.
Bunkos 3 (Bibliotecas comunitarias en zonas marginadas de México), constituyen espacios de lectura libre y recreativa, en zonas de bajos recursos, cuyo objetivo es ayudar a crear lectores desde la infancia.
Centros de Documentación e Información4 (CEDIB - Bolivia), permitiendo la consulta de materiales documentales a comunidades quechuas mediante el contacto con promotores o “facilitadores” vinculados al SIC (Servicio de Información Ciudadana)
Similar servicio propone el conocido proyecto Enlace Quiché en Guatemala5, que permite, a través de CETEBIS (Centros de Tecnología de Educación Bilingüe Intercultural), trabajar en la revaloración, fortalecimiento y divulgación de la tradición oral, recabando información de los estudiantes para devolverla a la comunidad en idioma Kiché en forma impresa y digitalizada. Del mismo modo encontramos el feliz ejemplo de las Bibliotecas rurales de Cajamarca, un movimiento educativo y cultural sustentado por campesinos cajamarquinos que permiten el acceso a la lectura tomando al libro como herramienta animadora.
Servicios bibliotecarios en entornos fluviales (Bibliofalca Amazónica de Venezuela2) a través de bibliofalcas, bibliobongos y otros modelos.
En ambos casos (bibliobús y bibliofalca) se ha registrado que una vez que iniciaron el acercamiento de material a las comunidades, han generado la solicitud del mismo por parte de poblaciones aledañas.
Bunkos 3 (Bibliotecas comunitarias en zonas marginadas de México), constituyen espacios de lectura libre y recreativa, en zonas de bajos recursos, cuyo objetivo es ayudar a crear lectores desde la infancia.
Centros de Documentación e Información4 (CEDIB - Bolivia), permitiendo la consulta de materiales documentales a comunidades quechuas mediante el contacto con promotores o “facilitadores” vinculados al SIC (Servicio de Información Ciudadana)
Similar servicio propone el conocido proyecto Enlace Quiché en Guatemala5, que permite, a través de CETEBIS (Centros de Tecnología de Educación Bilingüe Intercultural), trabajar en la revaloración, fortalecimiento y divulgación de la tradición oral, recabando información de los estudiantes para devolverla a la comunidad en idioma Kiché en forma impresa y digitalizada. Del mismo modo encontramos el feliz ejemplo de las Bibliotecas rurales de Cajamarca, un movimiento educativo y cultural sustentado por campesinos cajamarquinos que permiten el acceso a la lectura tomando al libro como herramienta animadora.
Este espacio no pretende difundir un listado exhaustivo, la
imaginación, el ingenio y el
voluntariado multiplican las opciones de acceso a la lectura. Según el contexto es posible replicar experiencias fructíferas. En regiones desérticas existen
diversas opciones como el Bibliocamello en
Kenia destinado a comunidades nómades (actualmente Fernando Báez se encuentra investigando la ruta
trashasariana de los libros), mientras que en algunos centros urbanos de Colombia es posible visitar los denominados Bibliotaxi, donde un
carrito pintado de amarillo traslada libros promoviendo el acceso a la lectura gratuita (existe otra variable, con
experiencias de bibliotaxis registradas en Brasil, donde son los autos los que brindan estos servicios, aprovechados como espacios móviles de lectura), siguiendo otros ejemplos se
encuentran las denominadas Bibliotecas en casa (Cuba), Biblioteca
en Caja (Nicaragua), Bibliomulas (Venezuela), equipada
con proyectores y computadores portátiles, Bibliotecas andantes (bibliotecarios
a pie o con bibliobicis) trasladando libros a diversas regiones de Bolivia, o
el singular proyecto de Bibliopiscinas en España, llevando el
libro a zonas de esparcimiento.
Imposible obviar las infaltables mochilas o maletas viajeras, servicios que numerosos y anónimos bibliotecarios y docentes brindan en distintos países del mundo. Por último, una experiencia realmente novedosa, que combina juego con lectura, se da en las bibliotecas ubicadas dentro de las tradicionales calesitas, principalmente en la Provincia de Buenos Aires, algunas de ellas incorporan pinturas, acuarelas e instrumentos musicales, acaso la más significativa haya sido la calesita ubicada dentro de la Sociedad Filantrópica Amigos de Villa Rebasa, en Ramos Mejía, lamentablemente destruida por un incendio y reemplazada por bancos y mesas de cemento.
Quien suscribe no descubre ahora estos servicios, simplemente se citan para tenerlos presente, en especial con aquellos profesionales de la información que forman parte del maravilloso mundo de la lectura, para que nos vuelvan a recordar que las respuestas más simples pueden otorgar soluciones genuinas a problemas complejos.
Solo se necesitan ideas, voluntad, vocación de servicio y un profundo compromiso social.
De eso se trata.
Saludos
Daniel Canosa
Bibliografía:
1. El servicio del Bibliobús en las comunidades
mapuches de la región de la Araucanía. En: Encuentro
Latinoamericano sobre la atención bibliotecaria a las comunidades indígenas. Memoria – México:
UNAM/CUIB, 2000. p. 49-64
2. Participación comunitaria: Una realidad a través de la bibliofalca amazónica. En: Encuentro
Latinoamericano sobre la atención bibliotecaria a las comunidades indígenas. Memoria – México: UNAM/CUIB, 2000. p. 113-122.
3. Los Bunkos: bibliotecas comunitarias en zonas marginadas. En: La lectura en los grupos vulnerables.
Mesa redonda / Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas / UNAM. México, 2002. p. 57- 70
4. Servicios de información ciudadana: SIC Una experiencia que articula el acceso a la información macro
a las necesidades de los diferentes sectores sociales en los Valles de Cochabamba-Bolivia. En: Acceso a los servicios bibliotecarios y de información en los pueblos indígenas de América Latina. memorias del seminario en Lima, Perú, 23 al 25 de abril de 2003. p. 97-113.
5 Información, conocimiento, identidad cultural y desarrollo enfocado desde el punto de vista de la cultura Maya y cultura Occidental. / Domingo Camajá Santay. – Proyecto Enlace Quiché. En: Acceso a los servicios bibliotecarios y de información en los pueblos indígenas de América Latina. memorias del seminario en Lima, Perú, 23 al 25 de abril de 2003. p. 135-145.
Latinoamericano sobre la atención bibliotecaria a las comunidades indígenas. Memoria – México:
UNAM/CUIB, 2000. p. 49-64
2. Participación comunitaria: Una realidad a través de la bibliofalca amazónica. En: Encuentro
Latinoamericano sobre la atención bibliotecaria a las comunidades indígenas. Memoria – México: UNAM/CUIB, 2000. p. 113-122.
3. Los Bunkos: bibliotecas comunitarias en zonas marginadas. En: La lectura en los grupos vulnerables.
Mesa redonda / Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas / UNAM. México, 2002. p. 57- 70
4. Servicios de información ciudadana: SIC Una experiencia que articula el acceso a la información macro
a las necesidades de los diferentes sectores sociales en los Valles de Cochabamba-Bolivia. En: Acceso a los servicios bibliotecarios y de información en los pueblos indígenas de América Latina. memorias del seminario en Lima, Perú, 23 al 25 de abril de 2003. p. 97-113.
5 Información, conocimiento, identidad cultural y desarrollo enfocado desde el punto de vista de la cultura Maya y cultura Occidental. / Domingo Camajá Santay. – Proyecto Enlace Quiché. En: Acceso a los servicios bibliotecarios y de información en los pueblos indígenas de América Latina. memorias del seminario en Lima, Perú, 23 al 25 de abril de 2003. p. 135-145.
Gracias por esta ilustrativa compilación de experiencias de nuestras latitudes
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